lunes, 30 de diciembre de 2013

Colombia en el 2013

JUEVES, 26 DE DICIEMBRE DE 2013 20:15 LIBARDO SÁNCHEZ GÓMEZ ESPECIAL PARA LA PLUMA

En  Colombia en el  2013 se han producido varios tsunamis sociales los cuales, en buena parte, determinarán el futuro de la nación. El primero llegó como una real posibilidad de solución política a la guerra civil de más de medio siglo, las conversaciones entre las FARC EP y el Gobierno prometían traer la tan anhelada paz con justicia social, pero hasta ahora no se vislumbra  por ninguna parte paz ni  justicia.
Desencanto es lo que se percibe en el ambiente, pues  a las múltiples propuestas de cambios estructurales de tipo social, económico y político lanzadas por los insurgentes el soberbio jefe de negociadores del régimen, Humberto De La Calle Lombana, invariablemente,  contesta: NO. Juan Manuel Santos, envalentonado por el apoyo del imperio USA, está convencido que la guerrilla se siente derrotada, y que se entregará a cambio de unas cuántas curules; pero todo parece indicar que las FARC están dispuestas a resistir otros cincuenta años, saben que el imperio va en franco declive y que la oligarquía sin su apoyo no aguanta un día, y, al fin y al cabo, en la guerra asimétrica no hay afán alguno.
El otro maremoto social vino de parte del sector campesino; primero fue el levantamiento de los cafetaleros; estos mostraron al mundo la panorámica ilusoria de la industria del café, manejada por una burocratizada e inepta Federación; en un contrasentido, Colombia importa el 80% del consumo interno y, no obstante, se muestra como un país exportador de grano. Los cafetaleros, también, enseñaron a no tenerle miedo a los esbirros del ESMAD, poniendo contra la pared al Gobierno de Santos; luego los campesinos del Catatumbo  desnudaron el carácter mentiroso y sanguinario de las castas en el poder. A los reclamos por el incumplimiento de  promesas de vieja data, mejoras en la salud y educación y conformación de algunas zonas de reserva campesinas, la oligarquía les contestó asesinándoles varios de sus integrantes y llevando a la cárcel a su máximo líder Hubert Ballesteros, acusándole de guerrillero. Luego los campesinos productores de papa, leche y pequeños mineros del Valle de Ubaté y Norte de Boyacá, avanzaron como bola de nieve por toda la geografía nacional denunciando como los TLCs firmados a diestra y siniestra están acabando con el agro y la industria nacional; el Paro Agrario Nacional, el cual sigue entre paréntesis, aún,  amenaza con dañarle la reelección a Juan Manuel Santos.
Y en el ojo del huracán se eleva la anunciada destitución e inhabilidad política del Alcalde Mayor de Bogotá Gustavo Francisco Petro Urrego por parte del procurador Ordoñez; situación que ha permitido urdir un gran manto de interpretaciones y lecciones para todos los gustos. Hay consenso general acerca de que un funcionario no elegido en las urnas no debería tener facultades para destituir a otro que haya recibido el favor popular. Para el congreso de los Pueblos, “Este tipo de decisiones niega las garantías políticas para que la oposición participe en la institucionalidad estatal, ya sea en los espacios de gobierno, o en cualquier otra instancia”. Y para la DELEGACION DE PAZ DE LAS FARC-EP: “(…) denuestras gargantas también sale el grito colectivo y nacional que va más allá de un no a una aberrante destitución del alcalde capitalino, porque se trata del grito que expresa el resurgimiento del espíritu de un proceso constituyente en el que deberá sentirse a plenitud el protagonismo del soberano que es el pueblo”.
Una primera lectura de los últimos acontecimientos muestra que en Colombia existe una amplia base popular que cree que se puede construir un nuevo edificio social con ladrillos de izquierda. El amenazado Alcalde Petro cuenta con el respaldo de millares de ciudadanos a los que les gusta la orientación que le ha dado a la administración capitalina. El pueblo raso no está de acuerdo con las razones expuestas por el procurador Ordoñez para castigar al Alcalde, todo lo contrario, el haber intentado, así fuera parcialmente, quitar el negocio de las basuras a los contratistas privados es visto como una hazaña heroica del burgomaestre. El grito colectivo de apoyo a la iniciativa de rescate de lo público por parte de Petro no ha sido sólo a nivel de la capital sino que retumba de peña en peña por toda la agreste geografía nacional, el eco golpea airadamente al omnipotente y omnisciente procurador y asusta al régimen.
Las medidas asumidas por Petro, y que lo tienen al filo de la navaja, son vistas como acciones propias de un político de izquierda. Es indudable que un amplio sector social gusta de las gestiones que defiendan lo público, dejando en claro que los ciudadanos creen que las empresas, que ayer eran del colectivo y hoy están en las huesudas manos del sector privado,  deben volver  a ser manejadas directamente por el Estado. La misma derecha, para ganarse la simpatía de las masas, realiza acciones de tipo socialista y recurre al discurso de la izquierda; por ejemplo, el caballo de batalla de Álvaro Uribe Vélez ha sido  “la seguridad democrática”, siendo en realidad todo un paquete ideológico de ultraderecha; y los seguidores de Peñaloza aprovechan el amor por la naturaleza de la ciudadanía para ganar adeptos, llaman Partido Verde a su agrupación neoliberal, enemiga por esencia de la preservación de los recursos naturales. Así mismo, para mostrase con rostro humano, la oligarquía usurpadora y sanguinaria recurre al asistencialismo, lo más cercano del capitalismo al socialismo; Santos compra unos bultos de papa a los campesinos y los reparte en algunas de las zonas urbanas más deprimidas, de paso pone contentos a los inconformes productores paperos y gana votos entre los más pobres.
Las transformaciones sociales y políticas que buscan los insurgentes en La Habana, los anhelos de los campesinos y las medidas de fortalecimiento de lo público por parte del Alcalde Petro son banderas propias de la izquierda, de la izquierda revolucionaria la cual nadie ve; por eso cabe preguntar ¿dónde está la izquierda  que condena la explotación de los usurpados por los usurpadores, la de la combinación de las distintas formas de lucha, la del uso de las armas para acceder al poder, la de la nacionalización de los recursos naturales y de la tierra, para entregarla a quien la trabaja y la de la superación del fallido sistema capitalista? Lamentablemente en Colombia esa izquierda revolucionaria debe permanecer oculta, pues cuando asoma la cabeza las castas dominantes la decapitan; más de diez mil miembros del partido de izquierda Unión Patriótica fueron sometidos a un premeditado genocidio, urdido y ejecutado desde las más altas esferas del régimen. El líder agrario Hubert Ballesteros está en la cárcel acusado de rebelión por estar al frente de la protesta de los campesinos del Catatumbo; el periodista Joaquín Becerra está en la cárcel acusado de apoyar a los alzados en armas, su pecado ser Director de ANNCOL, medio de comunicación alternativo que aterra al régimen. A piedad Córdoba, liberal progresista, le decretaron la muerte política. Así que la izquierda real tiene que operar como laboriosas hormigas desde los túneles de la clandestinidad.
En actividad está la “izquierda” que hace lo que la derecha le permite y dice lo que ésta gusta oír. Es una izquierda socialdemócrata y en muchos casos, apenas, social liberal. Sus miembros se han acomodado a la izquierda de la derecha y gustan de las inusitadas canonjías que otorga  el parlamento; mientras un trabajador del común gana alrededor de medio millón de pesos un zángano parlamentario obtiene cerca de cuarenta y cinco millones; este sólo hecho amerita un alzamiento en armas. Esta “izquierda”, como la química moderna que obtiene nuevos compuestos a partir de elementos incompatibles, establece sincretismos con inconciliables facciones de la derecha; el Partido Comunista y La Unión Patriótica, con la mira puesta en las próximas elecciones, se amalgamaron con el neoliberal partido Verde; ¿será que los Verdes   giran a la izquierda o la UP y el PCC a la derecha?
La tormenta Petro y procurador Ordoñez, tal vez, termine en empate técnico, es decir que todo siga en medio de un mar calmo, necesario para conducir el barco de la reelección a puerto seguro; no obstante, Petro puede realizar una jugada maestra, podría aceptar su destitución, pero sin inhabilidad alguna; convertido en la gran víctima catapultará automáticamente su aspiración presidencial en el mediano plazo.
A los rebeldes negociadoras en La Habana el régimen les envía un mensaje con un contenido filosófico simple y a la vez profundo, tendrán que abandonar la lucha armada a cambio de nada. Y si algún día logran acceder a cargos administrativos, como lo hizo Gustavo Petro, jamás deberán intentar alterar las reglas.
Amargo sabor dejó en la opinión general el Congreso de la República, demostrando que es un ente inútil para llevar a cabo las transformaciones sociales que requiere el país. Sus miembros hacen gala de total desprecio por sus electores; aprobaron leyes contrarias al interés popular; el peor desafuero fue la Ley del Fuero militar, que iría a profundizar la violación de los derechos humanos. Afortunadamente la corte constitucional la declaró inexequible. Certificaron la reforma a la Justicia, incluso, sin que el presidente de la Cámara el delfín simón Gaviria la hubiese leído; esta vez la presión popular impidió que el presidente Santos la firmara. También, en vez de anularla, aprobaron la reforma de la Ley 100, autoría del “Gran Colombiano”, fortaleciendo de paso a las voraces EPS.
Como epílogo, en el horizonte cercano nuestra realidad queda sembrada de azarosos interrogantes, ¿se firmará la anhelada paz con justicia social en La Habana? ¿Petro seguirá frente a la Alcaldía Mayor de Bogotá? ¿El Paro Nacional Agrario dará al traste con la reelección presidencial de Santos? Amanecerá y veremos.
Libardo Sánchez Gómez especial para La Pluma, 26 de diciembre de 2013

Timoshenko le responde a León Valencia



Escribe el señor León Valencia una columna en la revista Semana, con fecha 21 de diciembre, en la que me confiere el dudoso honor, más ambiguo todavía por compartirlo con el Presidente Juan Manuel Santos, de personaje del año. El solo hecho de que el nombre de un revolucionario sea insinuado como objeto de reconocimiento por parte de los grandes medios de comunicación, es indiciario de que alguna trama oscura se está tejiendo en torno a él por los poderes dominantes.
Por encima de sus afectados esfuerzos por distanciarse en justa proporción de cada uno de sus candidatos, salta a la vista la doble zalamería del señor Valencia, quien como buen representante de esa izquierda acomodada y ajena al tejido real de la lucha popular, jamás vacila en encender una vela a Dios y otra al Diablo, confiando en ganar la generosa condescendencia de los revolucionarios mientras lame de las mieles que resbalan por entre los dedos de la reacción.
No sé de dónde saca el señor Valencia, para elogiar la que estima valiente actitud a dialogar del Presidente Santos, que éste ha reconocido las graves limitaciones de la democracia colombiana y sobre esa base ha abierto las ventanas para las reformas y la paz. Apenas ocho días atrás, en la Convención del Partido Cambio Radical, Santos afirmó enfáticamente que en La Habana no se está negociando el Ejército, ni el sistema político, ni el sistema económico, volviendo a repetir que:
“…allá lo único que se está negociando es una transición para que esta gente deje las balas, deje armas y las cambie por los votos, por los argumentos”, descartando, como lo ha hecho siempre, la mera posibilidad de reformas capaces de alterar de algún modo el orden vigente. Y volvió con sus designios de incrementar como nunca antes el pie de fuerza militar y policial, al igual que sus capacidades de todo orden,“para que mantengan esa situación que nos enorgullece”.
La presunta valentía que el señor Valencia asigna al Presidente por haberle reintegrado a la insurgencia su reconocimiento político, en la práctica se traduce en denominarla apenas como esa gente a la que su gobierno ha “propinado los golpes más contundentes de toda su historia: el número uno, el número dos, más de 40 cabecillas y el número de integrantes de esas organizaciones en armas, están su nivel más bajo de toda la historia”.
Concederle melosamente el beneficio de la duda hacia el futuro en materia de reformas, en realidad equivale a otorgarle el aval por todo cuanto está haciendo el día de hoy en contra de los intereses del pueblo colombiano. Al fin y al cabo el señor Valencia comienza su nota señalando que si bien  el señor Santos no está despertando gran entusiasmo, éste le sobrará en cuanto firme la paz, como picando el ojo a quien de modo no tan subliminal sugiere como próximo Presidente.
Con aires de perseguido, recuerda que por defender la paz es señalado como terrorista y defensor de regímenes dictatoriales. Lo cual no le evita lanzarse a afirmar que las FARC gozamos del rechazo generalizado, que la inmensa mayoría de la opinión pública no reconoce ningún tipo de razón a nuestro alzamiento en armas, que somos una guerrilla vieja, acosada por la degradación del conflicto y hasta perturbada. ¿De veras odiará la ultraderecha a quien escribe esas cosas?
Muy de acuerdo con su juicio perverso acerca de la insurgencia, de la cual se retiró seducido por los cantos de la globalización neoliberal y el fin de la historia,  dice escribir a fin de estimularme para que me mantenga absolutamente firme en mi decisión de llevar las FARC a la paz. Su cauto escepticismo no deja de revelar su torcida intención de hacer creer que la paz, en un país como Colombia, depende de la decisión unilateral de una sola persona, de entregar las armas y rendirse.
Si fuera así, la desmovilización del mismo señor Valencia años atrás hubiera significado la paz para el país. Pero él sabe bien que a las FARC y a la Colombia real nos cabe traer a cuento el famoso verso de Juan de Dios Peza: “Así, dijo el enfermo, no me curo; ¡yo soy Garrik!… Cambiadme la receta”. Nuestra patria conocerá la paz cuando sean desmontadas las causas que originaron y alimentan el conflicto, lo cual exige muchas más voluntades que la sola de Timoleón Jiménez.
Comenzando por la del Establecimiento, que se muestra convencido, con Santos a la cabeza, y no con Uribe como muchos piensan, que la paz nacerá de la victoria militar contra la insurgencia, esto es que en la Mesa de Conversaciones simplemente se refrendará con nuestras firmas lo que la fuerza militar y paramilitar del Estado conquistará en el campo de batalla. Lo cual les impide, naturalmente, comprometerse en un cese el fuego bilateral o en cualquier acuerdo humanitario.
Es con esa misma óptica sesgada, así no parezca consciente de ello, con la que el señor Valencia piensa que llegó la hora de que en la Mesa dejen de pedir las FARC, para pasar ahora a responder ante los imperiosos requerimientos con los que el Estado espera aplastarnos. Pues no, el Estado colombiano, su régimen político, las clases dominantes en el poder, tienen que reconocer su papel fundamental en la violencia y el horror vividos en nuestro país por tan largo tiempo.
Y comprometerse con sinceridad a desmontarlo definitivamente. Abriendo todos los escenarios a la participación del pueblo colombiano en la toma de las decisiones más importantes para el futuro de la nación. Cuando todo el Establecimiento presiona porque la insurgencia no pueda salir a hacer política, lo hace porque tiene la certeza del inmenso caudal de opinión que estamos en capacidad de mover en este país. Las grandes mayorías tienen también su papel en la paz.
Por eso el gobierno de Juan Manuel Santos se ha opuesto radicalmente a la participación de los colombianos en la Mesa de La Habana, por eso se opone a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, por eso desprecia olímpicamente cualquier tipo de reformas que abran seriamente el espacio a la deliberación política abierta del pueblo colombiano, que impliquen alterar siquiera un poco las crecientes ganancias del gran capital y el latifundio.

Por eso, porque se inspira en el imperio romano, Santos considera que la paz consiste en contar con un invencible aparato de aplastamiento a la lucha popular. Y es precisamente a eso que el pueblo de este país y la insurgencia armada nos hemos enfrentado durante medio siglo. No, señor Valencia, si ser el personaje del año implica comulgar con semejante burla a nuestro país y su gente, permítame decirle con franqueza que lanzo su ofrecimiento al fango.

sábado, 28 de diciembre de 2013

El eje chino-ruso podría llevar a EEUU a la bancarrota.

El eje chino-ruso podría llevar a EEUU a la bancarrota

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RT – Este año se considera fructífero para las relaciones entre China y Rusia, mientras que los vínculos de ambos países con Occidente se han deteriorado. El creciente poder chino-ruso obliga a EE.UU. a reconsiderar sus gastos militares pese a la crisis.
Según publicó la revista japonesa ‘The Diplomat’, en los últimos años muchos expertos indicaron que las dos guerras de EE.UU., en Irak y en Afganistán, y el debilitamiento de su economía, han dado a China la oportunidad de aumentar su importancia en la arena mundial. Al mismo tiempo, el crecimiento de la economía china y la situación relativamente estable en términos de seguridad han ayudado a Pekín a consolidarse como una potencia hegemónica de Asia.
El interés recientemente intensificado de Washington en la región obviamente no implica que exista la posibilidad de gastar dinero y recursos para equilibrar realmente la influencia que tiene allí China. Por ello, Pekín no tuvo que dar explicaciones por la amenaza que supuso cambiar el statu quo en la región estableciendo una nueva zona de defensa aérea en el mar de China Oriental el pasado mes de noviembre.
Asimismo, China y Rusia conjuntamente son capaces de obligar a Washington a dividir sus fuerzas y, por lo tanto, a actuar sin eficacia. Para conseguirlo, los dos países necesitan solamente ampliar el número de desafíos que plantean a EE.UU. en materia de seguridad, algo que aumentará aún más la presión sobre los recursos de las Fuerzas Armadas del país norteamericano, que ya están al límite. Moscú y Pekín, publica ‘The Diplomat’, parecen haber resuelto, al menos temporalmente, sus disputas territoriales y ahora están colaborando a nivel estratégico en un intento de forzar a EE.UU. a retirarse completamente de Asia.
Actualmente se presta mucha atención a la estrategia china para impedir el acceso a determinadas áreas en Asia, cuyos componentes clave son misiles balísticos antibuque DF-21D  y también la nueva zona de defensa aérea. Por su parte, Rusia está aumentando su presencia en el Ártico y ahora está desplegando en su territorio del extremo norte un amplio sistema de radar de detección temprana y unidades de guerra radioelectrónica.
Evidentemente, EE.UU. buscará equilibrar la creciente presencia rusa en el Ártico, pero esta búsqueda de “un equilibrio de poderes” en esta región solo dificultará el reparto del presupuesto de Defensa del país y desviará parte de sus recursos del asunto asiático.
Algunos expertos dudan que Washington pueda evitar la quiebra después de aumentar seriamente el gasto en Defensa. Es poco probable que EE.UU. pueda reaccionar simultáneamente al ascenso de China en Asia y al crecimiento de la presencia rusa en el Ártico y en las fronteras de los países bálticos, donde según algunas informaciones, Rusia está desplegando sistemas tácticos de misiles Iskander, considerado un elemento estratégico en las tensiones ruso-estadounidenses por el escudo antimisiles de la OTAN en Europa.
Para hacer frente efectivamente a los desafíos a largo plazo provenientes del eje China-Rusia, es posible que EE.UU. tenga que hacer importantes cambios en su estrategia. 
Tomado: CONTRAINJERENCIA.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Las fotos prohibidas de Uribe, con narcos y paramilitares

Las cinco fotos que ANNCOL presentó el 25 de diciembre (2013) habían sido publicadas primero en el portal Las 2 Orillas. Pero por alguna razón que no conocemos, la página que contenía las fotos fue inhabilitada. No sabemos ¿por quien o por cual motivo? Pero al día siguiente fue restablecida la página.

Por ser de interes público, ya que Uribe es objeto por investigaciones judiciales por sus vínculos con el narcoparamilitarismo, ANNCOL publican las fotos cuyo orígen y fuente es el blog Alvaro Uribe y familia Prontuario [http://www.alvarouriberrimo.blogspot.com/]. 
Muestran e ilustran como el señor Uribe en toda su vida se ha rodeado con la mafia y sus voceros políticos, el paramilitarismo y los capos del narcotráfico.
Por alguna razón el Ministerio de Defensa de los Estados Unidos tenía el ex mandatario como “No 82” en una lista de 106 personas que constituía los más destacados elementos del Cartel de Medellín y los hombres y mujeres más cercanos al mismo Capo No 1: Pablo Escobar. La lista fue publicada en el 2001 en el semanario estadounidense News Week. Abajo presentamos las fotos con texto del colega de Las 2 Orillas, :

Estas imágenes del expresidente departiendo y en campaña con amigos que terminaron condenados por Parapolítica, no fueron autorizadas para ser publicadas en el libro A las puertas del Ubérrimo.
Por:  | diciembre 26, 2013
 
Las fotos prohibidas de Álvaro Uribe Vélez en Córdoba
 
El periódico El Meridiano de Córdoba registró gráficamente muchas de las actividades sociales y políticas que realizó el expresidente Álvaro Uribe en su hacienda El Ubérrimo y en distintos escenarios del departamento de Córdoba durante su campaña política para las elecciones presidenciales del 2002. Estas fotos revelan la cercanía que tuvo el ex presidente y el apoyo que le dio a políticos que fueron elegidos para el Congreso de 2002 y terminaron condenados por sus vínculos con la Parapolítica. Igualmente muestra la relación con líderes regionales cordobeses que fueron nombrados en puestos claves del sector agropecuario, durante el arranque de su primer gobierno.
Uribe aparece también junto a familiares del jefe paramilitar Salvatore Mancuso, quienes han formado parte de la elite local de Montería.
Estas fotos forman parte del archivo de la Hemeroteca Nacional en la Biblioteca Luis Ángel Arango. El congresista Iván Cepeda tuvo acceso a ellas y quiso que formaran parte del su libro “A las puertas del Ubérrimo, publicado en 2008 para lo cual le solicitó permiso al propietario y dueño del periódico El Meridiano William Salleg, quien no autorizó su inclusión en el libro. Las fotos circulan hoy como documentos públicos en las redes sociales y en el blog  http://www.alvarouriberrimo.blogspot.com/
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Róger Taboada fue el primer gerente de Finagro y salió del cargo en medio de un escándalo por autorizar un préstamo de $ 29.000 millones al narcotraficante Luis Enrique ‘Micky’ Ramírez.
El presidente Uribe con Miguel De la Espriella y Benito Osorio, gerente del Fondo Ganadero de Córdoba detenido por concierto para delinquir, al haberse aliado con los 'paras' de Salvatore Mancuso para despojar a cientos de familias. Tiene otro proceso por lavado de activos.
El presidente Uribe con Miguel De la Espriella y Benito Osorio, gerente del Fondo Ganadero de Córdoba detenido por concierto para delinquir, al haberse aliado con los ‘paras’ de Salvatore Mancuso para despojar a cientos de familias. Tiene otro proceso por lavado de activos.
Álvaro Uribe, siendo presidente, fue padrino de Mariana De La Espriella, hija del senador Miguel Alfonso De La Espriella quien igual que Claudio Sánchez, entonces rector de la Universidad de Córdoba, se encuentran detenidos por vínculos con grupos paramilitares.
Álvaro Uribe, siendo presidente, fue padrino de Mariana De La Espriella, hija del senador Miguel Alfonso De La Espriella quien igual que Claudio Sánchez, entonces rector de la Universidad de Córdoba, se encuentran detenidos por vínculos con grupos paramilitares.
El presidente Uribe condecoró, al entonces gobernador de Córdoba Jesús María López, condenado por firmar el pacto de Ralito y ser pieza clave en la expansión de las autodefensas en el departamento de Córdoba. Se comprobó que desvió al menos $ 200 millones de la salud del departamento para construir un hospital al que los 'paras' llevaban a sus heridos de guerra.
El presidente Uribe condecoró, al entonces gobernador de Córdoba Jesús María López, condenado por firmar el pacto de Ralito y ser pieza clave en la expansión de las autodefensas en el departamento de Córdoba. Se comprobó que desvió al menos $ 200 millones de la salud del departamento para construir un hospital al que los ‘paras’ llevaban a sus heridos de guerra.
Uribe candidato acompañó en la campaña para el senado a Eleonora Pineda y Miguel Alfonso De La Espriella quienes confesaron sus vínculos con los paramilitares para lograr los votos que les dieron el triunfo electoral. Aquí, en Tierra Alta, el mayor fortín de influencia de Salvatore Mancuso.

Uribe candidato acompañó en la campaña para el senado a Eleonora Pineda y Miguel Alfonso De La Espriella quienes confesaron sus vínculos con los paramilitares para lograr los votos que les dieron el triunfo electoral. Aquí, en Tierra Alta, el mayor fortín de influencia de Salvatore Mancuso.
 
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Delegación de dirigentes cordobeses que viajaron a Bogotá a acompañar a Salvatore Mancuso, durante su intervención en el Congreso de la República el 30 de julio de 2004.
 
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lunes, 23 de diciembre de 2013

Plan de la CIA para asesinar a dirigentes de la insurgencia.

 Las castas en el poder entregan la soberanía y nuestros recursos a cambio de que los gringos los mantengan en el poder

El programa secreto, paralelo al Plan Colombia, fue aprobado por Bush y continua bajo Obama

Destapan multimillonario plan de la CIA para asesinar a dirigentes de la insurgencia


The Washington Post

Traducido del inglés para Rebelión por P.R.

[NOTA DE REBELION: Reproducimos a continuación la traducción literal del reportaje del Washington Post, advirtiendo que contiene afirmaciones no contrastadas, descalificaciones, estereotipos y eufemismos que se encuentran en la línea editorial habitual de la gran prensa estadounidense al "informar" sobre el conflicto colombiano y sus actores. Con independencia de su "cuento de buenos y malos", este material revela la envergadura y la profundidad del programa secreto de asistencia militar y de inteligencia con el que Estados Unidos participa en el conflicto armado interno colombiano].

Acción encubierta en Colombia 

Inteligencia y kits de bombas GPS de Estados Unidos ayudan a la nación latinoamericana a paralizar a las fuerzas rebeldes


Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), de 50 años de antigüedad y en su día consideradas la insurgencia mejor financiada del mundo, se encuentra en su estado más reducido y vulnerable en décadas, debido en parte a un programa de acción encubierta de la CIA que ha ayudado al Ejército colombiano a matar al menos a dos docenas de líderes rebeldes, de acuerdo con entrevistas realizadas a más de 30 funcionarios retirados y en ejercicio de Estados Unidos y de Colombia.

La ayuda secreta, que también incluye ayuda en espionaje electrónico y escuchas por parte de la Agencia de Seguridad Nacional, se sostiene gracias a un presupuesto secreto de varios miles de millones de dólars. No es parte del paquete público de 9 mil millones de dólares fundamentalmente en ayuda militar denominado Plan Colombia, que comenzó en 2000.

El programa de la CIA desclasificado previamente fue autorizado por el presidente George W.Bush a comienzos de los años 2000 y ha sido continuado bajo el presidente Obama, de acuerdo con funcionarios militares, de inteligencia y diplomáticos. La mayoría de los entrevistados declararon bajo anonimato debido a que el programa es secreto y continúa en marcha.El programa encubierto en Colombia proporciona dos servicios esenciales a la batalla de esta nación contra las FARC y un grupo insurgente de menor tamaño, el Ejército de Liberación Nacional (ELN): inteligencia en tiempo real que permite a las fuerzas militares de Colombia cazar a los cabecillas de las FARC individualmente y, desde 2006, una herramienta particularmente efectiva para matarlos.
El arma es un kit de guiado por GPS que transforma una bomba de gravedad de 500 libras muy poco precisa en una bomba inteligente de alta precisión. Las bombas inteligentes, también denominadas munición guiada de precisión o PGMs, son capaces de matar a un individuo en una selva triplemente frondosa si su localización exacta puede determinarse y se programan las coordenadas geográficas en el pequeño cerebro computerizado de la bomba.En marzo de 2008, de acuerdo con nueve funcionarios estadounidenses y colombianos, la Fuerza Aérea Colombiana, con la aprobación tácita de Estados Unidos, lanzó bombas inteligentes de fabricación estadounidense a través de la frontera de Ecuador para matar al alto dirigente de las FARC, Raúl Reyes. El rol indirecto de Estados Unidos en ese ataque no ha sido previamente desclasificado.
El programa de acción encubierta en Colombia es una más dentro de un puñado de iniciativas de inteligencia que han escapado del conocimiento público desde los ataques del 11 de septiembre de 2001. La mayor parte de estos otros programas, pequeños pero crecientes, se localizan en países donde los violentos cárteles de la droga han causado inestabilidad.
Encabezando la lista se encuentra México, donde la ayuda de inteligencia de Estados Unidos es mayor que en ningún otro lugar aparte de Afganistán, tal como el Washington Post reportó en abril. También incluye Centroamérica y África Occidental, a donde se han desplazado las rutas del tráfico como consecuencia de la presión estadounidense contra los cárteles en los demás lugares.
Cuando se le pidió un comentario sobre la ayuda de inteligencia estadounidense, el presidente Juan Manuel Santos declaró al Post durante un reciente viaje a Washington que no deseaba hablar de ello en detalle, por resultar un tema sensible. "Ha sido de ayuda", afirmó. "Parte de la experiencia y de la eficiencia de nuestras operaciones y nuestras operaciones especiales han sido el producto de un mejor entrenamiento y conocimiento que hemos adquirido de muchos países, entre ellos los Estados Unidos".
Un portavoz de la CIA rechazó hacer declaraciones.
Colombia y las FARC han sostenido negociaciones de paz durante un año en La Habana. Hasta el momento han acordado los marcos de trabajo para la reforma agraria, el desarrollo rural y para permitir a los insurgentes participar en el proceso político una vez finalice la guerra. Ambas partes se encuentran discutiendo actualmente un nuevo enfoque de la lucha contra el narcotráfico.
Al borde del colapsoHoy una comparación entre Colombia, con su dinámica economía y el estiloso ámbito social de Bogotá, y Afganistán podría parecer absurda. Pero hace poco más de una década Colombia tenía la tasa de homicidios más alta del mundo. Los bombardeos aleatorios y fuertes operaciones militares invadían la vida cotidiana. Unas 3.000 personas fueron secuestradas en un año. Los profesores, defensores de derechos humanos y los periodistas sospechosos de simpatizar con las FARC aparecían muertos cotidianamente.
La mezcla explosiva de las FARC, los cárteles, los paramilitares y unas fuerzas de seguridad corruptas creaban un hervidero de violencia sin precedentes en la América Latina contemporánea. Casi un cuarto de millón de personas han muerto durante la larga guerra, y muchos miles han desaparecido.
Las FARC fueron fundadas en 1964 como un movimiento campesino marxista en busca de tierra y justicia para los pobres. para 1998, el presidente de Colombia en aquel entonces, Andrés Pastrana, concedió a las FARC una zona desmilitarizada del tamaño de Suiza para animar las negociaciones de paz, pero sus violentos ataques no hicieron sino aumentar, así como sus vínculos con el narcotráfico.
Para el año 2000, una envalentonada insurgencia de 18.000 efectivos apuntó hacia los líderes políticos. Asesinó a representantes electos. Secuestró a una candidata presidencial e intentó asesinar a un favorito a las presidenciales, el intransigente Álvaro Uribe, a cuyo padre las FARC habían asesinado en 1983.
Temiendo que Colombia se convirtiera en un estado fallido con un peso todavía mayor en el tráfico de drogas dentro de Estados Unidos, la administración Bush y el Congreso incrementaron la ayuda a los militares colombianos a través del Plan Colombia.
Para 2003, la implicación de Estados Unidos en Colombia abarcaba a 40 agencias y 4.500 personas, incluyendo contratistas, todos trabajando para la Embajada estadounidense en Bogotá, en aquel momento la mayor embajada de Estados Unidos en el mundo. Siguió siéndolo hasta 2004, cuando fue superada por Afaganistán.
"No hay ningún país, incluido Afganistán, en el que tuviéramos más actividad", declaró William Wood, quien fuera embajador en Colombia de 2003 a 2007 antes de ocupar el mismo cargo en el Afganistán destrozado por la guerra durante dos años.
Cuando Bush se convirtió en presidente, ya había en los registros dos fallos presidenciales autorizando acciones encubiertas por todo el mundo. Uno autorizaba operaciones de la CIA contra organizaciones terroristas internacionales. La otra, firmada a mediados de los años 80 por el presidente Ronald Reagan, autorizaba la acción contra narcotraficantes internacionales.
Se requiere una autorización presidencial para que la CIA pueda hacer cualquier cosa además de recopilar y analizar información de inteligencia en el exterior. Proporcionar equipamiento de espionaje a un socio, apoyar a partidos políticos extranjeros, sembrar propaganda y participar en operaciones o entrenamientos letales son todas acciones que requieren una autorización y una notificación a los comités de inteligencia del Congreso.
La autorización antinarcóticos había permitido a la CIA y a una unidad técnica del clandestino Comando de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC) proporcionar apoyo a la caza que duró años contra el señor de las drogas colombiano Pablo Escobar, de cuyo asesinato por las fuerzas colombianas se cumplen 20 años este mes. También hizo posible operaciones apoyadas por la CIA contra traficantes y terroristas en Bolivia y Perú hace años.
Bajo el programa colombiano, la CIA no tiene autorización para participar directamente en las operaciones. Las mismas restricciones aplican para la participación militar en el Plan Colombia. Tal actividad ha sido constreñida por los miembros del Congreso que vivieron el escándalo del rol secreto de Estados Unidos en las guerras centroamericanas en los años 80. El Congreso rechazó autorizar que la participación militar de Estados Unidos en Colombia escalara como lo hizo en Nicaragua, El Salvador, Honduras y Panamá.
Las FARC calculan malEl nuevo golpe encubierto contra las FARC comenzó de forma no oficial el 13 de febrero de 2003. Aquel día un Cessna 208 con un solo motor se estrelló en la selva dominada por los rebeldes. Los guerrilleros en la zona ejecutaron al oficial colombiano a bordo y a uno de los cuatro contratistas estadounidenses que estaban trabajando en la erradicación de coca. Los otros tres fueron tomados como rehenes.
Estados Unidos ya había declarado a las FARC como organización terrorista por sus asesinatos indiscriminados y el narcotráfico. Aunque la CIA tenía las manos ocupadas en Iraq y Afganistán, Bush "presionó a [l director de la CIA George] Tenet" para ayudar a encontrar a los tres rehenes, según un ex oficial superior de inteligencia que tomó parte en las discusiones.
La designación de las FARC como terrorista hizo que fuera más fácil encontrar un presupuesto negro. "Conseguimos dinero de muchos botes diferentes", declaró un alto diplomático.
Uno de los oficiales de la CIA que Tenet envió a Bogotá era un agente de unos cuarenta años cuyo nombre el Washington Post se reserva porque permanece encubierto. Él creó la Célula de Fusión de Inteligencia de la Embajada de Estados Unidos, apodada "el Bunker".Era una habitación estrecha, de 30 por 30 pies con techo bajo y tres hileras de computadoras. Ocho personas se sentaban en cada fila de consolas. Unos peinaban mapas satelitales de la selva; otros buscaban lugares ocultos de las FARC en el subsuelo. Algunos hacían seguimiento a imágenes del movimiento de vehículos marcados con dispositivos de rastreo. Las interceptaciones de voz de comunicaciones de radio y teléfonos celulares eran desencriptadas y traducidas por la Agencia de Seguridad Nacional.
Los analistas del Bunker fusionaban las pistas de los informantes con información obtenida a partir de medios técnicos. Los analistas buscaban vincular a individuos con el flujo de la insurgencia de drogas, armas y dinero. Ya que la mayor parte, dejaban solo los violentos grupos paramilitares.
Los expertos técnicos y los contratistas del Bunker construyeron para los colombianos su propio sistema informático de inteligencia de alcance nacional. También ayudaron posteriormente a crear centros de fusión regionales para llevar la inteligencia táctica a los comandantes. La agencia también pagó el mecanismo de comunicaciones encriptadas.
"Teníamos mucho interés en pillar a las FARC, y no era tanto cuestión de capacidad como de inteligencia", afirmó Wood, "específicamente la habilidad de localizarlos en la franja horaria de una operación".
Fuera del Bunker, agentes asignados de la CIA y contratistas enseñaron el arte de reclutar informantes a unidades colombianas que habían sido investigadas y a las que se había sometido al polígrafo. Entregaron dinero a personas con información sobre los rehenes.
Mientras tanto, la otra agencia secreta estadounidense que había estado en la primera línea en la localización y asesinato de miembros de al-Qaeda apareció en escena. Comandos de élite del JSOC comenzaron sesiones periódicas de entrenamiento anual y misiones de reconocimiento con pequeñas unidades para intentar encontrar a los rehenes.
A pesar de todo el esfuerzo, la localización de los rehenes resultó ser escurridiza. Buscando otra cosa que hacer con el nuevo equipamiento y personal de inteligencia, el jefe del Bunker y su agregado militar del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos asignaron a sus hombres una segunda misión: convertir en objetivo a la dirigencia de las FARC. Esto era exactamente lo que la CIA y el JSOC habían estado haciendo contra al-Qaeda al otro lado del mundo. La metodología era familiar.
"Hubo polinización cruzada en ambas direcciones", declaró un alto oficial con acceso al Bunker en aquel momento. "No necesitábamos inventar la rueda".
Una petición del presidente de ColombiaLocalizar a los dirigentes de las FARC resultó ser más sencillo que capturarlos o matarlos. Unas 60 veces las fuerzas colombianas habían obtenido o se les había entregado información confiable pero fallaron en capturar o matar a algún alto dirigente, de acuerdo con las declaraciones de dos oficiales estadounidenses y un alto oficial colombiano en retiro. Era siempre la misma historia. Helicópteros Black Hawk proporcionados por Estados Unidos transportaban tropas colombianas dentro de la selva a unos seis kilómetros de un campamento. Los hombres se adentraban en el denso follaje pero los campamentos estaban siempre vacíos para cuando ellos llegaban. Luego supieron que las FARC tenían un sistema de alerta temprana: anillos de seguridad a varios kilómetros de los campamentos.
Para 2006, el deprimente record llamó la atención del recién llegado jefe de misión de la Fuerza Aérea estadounidense. El coronel estaba perplejo. ¿Por qué el tercer receptor en ayuda militar de Estados Unidos [detrás de Egipto e Israel] había hecho tan pocos progresos?
"Estoy pensando: ¿con qué matamos a las FARC?", dijo en una entrevista el coronel, quien declaró bajo la condición de anonimato.
El coronel, un experto en aviones de carga, afirmó que "empezó a buscar en Google bombas y bombarderos" buscando ideas. Eventualmente llegaron al Paveway II Mejorado, un kit de guiado relativamente barato que se podía atar con correas a una bomba de gravedad Mark-82 de 500 libras.
El coronel aseguró que le habló al entonces ministro de Defensa Santos sobre su idea y escribió un informe de una página para que se lo entregara a Uribe. Santos llevó la idea al Secretario de Defensa estadounidense Donald Rumsfeld. En junio de 2006, Uribe visitó a Bush en la Casa Blanca. Mencionó el reciente asesinato del jefe de al-Qaeda en Iraq, Abu Musab al-Zarqawi. Un F-16 había lanzado dos bombas inteligentes de 500 libras al interior de su escondite y lo habían matado. Uribe presionó para obtener la misma capacidad."Claramente esto era muy importante" para Uribe, afirmó el General retirado de la Fuerza Aérea Michael V.Hayden, quien había pasado a ser director de la CIA unos meses antes.
Primero, estaba el asunto de montar bombar pequeñas en una aeronave colombiana. Colombia no tenía F-16. Raytheon, el fabricante del kit, envió ingenieros para encontrar la forma de montar el equipo en un avión. Primero intentaron montarlo en un Embraer A-29 Super Tucano de fabricación brasileña, una aeronave turbopropulsada diseñada para misiones de contrainsurgencia de baja altura. Pero para fijar el cable que iba del cerebro computerizado de la bomba a la cabina de mando había que taladrar demasiado cerca del depósito de combustible. En lugar de eso, lo montaron de cualquier forma en un Cessna A-37 Dragonfly más antiguo, una aeronave de ataque ligera que se desarrolló por la fuerza aérea de Operaciones Especiales para Vietnam y posteriormente se utilizó en la guerra civil salvadoreña.
Entonces los ingenieros y los pilotos colombianos probaron el primero de tres PGMs en un campo aéreo remoto cerca de la frontera venezolana. El objetivo era de 2 por 4 y estaba clavado en el suelo. El avión lanzó la bomba desde una altura de 20.000 pies. "Aterrizó a un pie de distancia", dijo el coronel. El resultado fue tan bueno, que pensó: "¿Por qué malgastar dos kits más?". Las bombas inteligentes estaban listas para ser utilizadas.
Pero los abogados de la Casa Blanca, junto con sus colegas de la CIA y de los departamentos de Justicia, Defensa y Estado, tenían sus propias preguntas que hacer. Una cosa era usar un PGM para derrotar a un enemigo en el campo de batalla -la fuerza aérea estadounidense llevaba años haciéndolo-. Pero otra cosa era usarlo para alcanzar a un lider individual de las FARC. ¿Constituiría eso un asesinato, prohibido por la legislación de Estados Unidos? Y, "¿Podríamos ser acusados de participar en asesinato, incluso si no lo hacíamos nosotros?", dijo un abogado implicado.
La Oficina de Asesoramiento Legal de la Casa Blanca y otros decidieron finalmente que el mismo análisis legal que habían aplicado a al-Qaeda podía aplicarse a las FARC. Matar a un líder de las FARC no sería asesinato porque la organización suponía una amenaza para Colombia. Además, no se podía esperar que ningún comandante de las FARC se rindiera.
Y, como organización narcotraficante, el estatus de las FARC como una amenaza contra la seguridad nacional de Estados Unidos había sido fijado anteriormente, con la autorización de Reagan antidrogas. Para ese tiempo, la epidemia del crack estaba en su punto álgido, y el Gobierno decidió que las organizaciones que llevaban drogas a las calles de Estados Unidos eran una amenaza para la seguridad nacional.Existía otra preocupación. Algunos altos oficiales estabann preocupados porque las fuerzas colombianas podrían utilizar los PGMs para asesinar a quienes consideraban enemigos políticos. "Las preocupaciones eran grandes, dados sus problemas de derechos humanos", declaró un ex alto oficial del Ejército.
Para asegurarse de que los colombianos no darían mal uso a las bombas, los oficiales de Estados Unidos idearon una solución innovadora. La CIA mantendría el control sobre la clave de encriptación insertada en la bomba, que descodificaba las comunicaciones con los satélites GPS de forma que pudieran ser leídos por las computadoras de la bomba. La bomba no podía alcanzar su objetivo sin la clave. Los colombianos tendrían que solicitar aprobación para algunos objetivos, y si daban mal uso a las bombas, la CIA podía denegar la recepción de GPS para uso futuro.
"Queríamos un mecanismo de refrendación", declaró un alto oficial que participó en las deliberaciones.
Para cortar la cinta roja inicial, los primeros 20 kits de bombas inteligentes -sin las llaves de encriptación- llegaron a través de la CIA. La cuenta fue por menos de 1 millón de dólares. Después de eso, a Colombia se le permitió adquirirlos a través del Programa Exterior de Ventas Militares.
Un primer golpeTomás Medina Caracas, también conocido como Negro Acacio, el jefe narcotraficante de las FARC y comandante del Frente 16, fue el primer hombre que la Célula de Fusión de Inteligencia de la Embajada de Estados Unidos puso en la cola de un ataque con PGM.
Sobre las 4:30am del 1 de septiembre de 2007, pilotos con gafas de visión nocturna soltaron varias bombas inteligentes Enhanced Paveway II sobre su campamento en el oriente colombiano mientras oficiales en ambas capitales esperaban. Las tropas sólo pudieron recuperar una pierna. Parecía por su complexión oscura pertenecer a Acacio, uno de los pocos líderes negros de las FARC. Los tests de ADN confirmaron su muerte.
"Hubo gran excitación", recuerda William Scoggins, jefe del programa antinarcóticos del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos. "No sabíamos qué impacto tendría, pero pensamos que esto era un factor que cambiaba el juego".
Seis semanas después, bombas inteligentes mataron a Gustavo Rueda Díaz, alias Martín Caballero, líder del Frente 37, mientras hablaba por su teléfono celular. Las muertes de Acacio y Caballero causaron el derrumbe de los frentes 16 y 37. También desencadenaron deserciones masivas, según un cable secreto del Departmento de Estado fechado el 6 de marzo de 2008 y hecho público por el grupo anti-secretismo Wikileaks en 2010. Este era justo el comienzo de la desintegración de las FARC.
Para ocultar el uso de los PGMs al conocimiento del público, y para asegurar el máximo daño al campamento de los líderes de las FARC, la fuerza aérea y los asesores de Estados Unidos desarrollaron nuevas tácticas de ataques aéreos. En una misión típica, varios Dragonfys A-37 volando a 20.000 pies de altura llevaban bombas inteligentes. Tan pronto como los aviones entraban en una "cesta" a tres millas del objetivo, el software GPS de una bomba se activaba automáticamente.
Los Dragonflys eran seguidos por varios Super Tucanos A-29, volando mucho más bajo. Ellos lanzaban una serie de bombas tontas en un patrón cercano. Su presión de explosión mataría a cualquiera que se encontrara cerca y además despejaría la densa selva y oscurecería el uso de bombas inteligentes.
Entonces, volando bajo, aviones artillados AC-47 de la era de Vietnam, apodadas Puff the Magic Dragon, ametrallaban la zona con ametralladoras fijas, "disparando a los heridos que trataran de ponerse a cubierto", según uno de los varios oficiales del ejército que describieron el mismo escenario.
Sólo entonces llegaban las fuerzas de infantería colombianas para hacer prisioneros, y recoger a los muertos, así como teléfonos celulares, computadores y discos duros. La CIA también pasó tres años entrenando a los equipos de apoyo aéreo colombianos en el uso de lasers para guiar clandestinamente a los pilotos y a las bombas inteligentes guiadas por laser a sus objetivos.
Casi todas las operaciones dependían en gran medida de las interceptaciones de señales de la Agencia de Seguridad Nacional, que alimentaban con inteligencia a las tropas en el terreno o a los pilotos antes y durante una operación. "Las interceptaciones.... eran un factor que cambiaba el juego", afirmó Scoggins, del Comando Sur de Estados Unidos.La naturaleza ininterrumpida del trabajo de la NSA fue recogido en un cable secreto del Departamento de Estado publicado por Wikileaks. En la primavera de 2009, el objetivo era el traficante de droga Daniel Rendón Herrera, conocido como Don Mario, entonces el hombre más buscado de Colombia y responsable de 3.000 asesinatos en 18 meses.
"Durante siete días, utilizando inteligencia humana y de señales", activos de la NSA "trabajaron día y noche" para reposicionar a 250 comandos aerotransportados entrenados y equipados por Estados Unidos cerca de Herrera mientras intentaba escapar, según un cable de abril de 2009 y un alto representante del Gobierno que confirmaron el rol de la NSA en la misión.
La CIA también entrenó a los interrogadores colombianos para preguntar con mayor efectividad a miles de desertores de las FARC, sin el uso de las técnicas "mejoradas de interrogatorio" aprobadas para al-Qaeda y luego rechazadas como abusivas por el Congreso. La agencia creó asimismo bases de datos para hacer seguimiento de informes de forma que se pudieran hacer búsquedas y referencias cruzadas para construir una imagen más completa de la organización.
El gobierno colombiano pagaba a los desertores y les permitía reintegrarse a la sociedad civil. Algunos, a cambio, ofrecieron valiosa información sobre la cadena de mando de las FARC, rutas de viaje estandar, campamentos, línea de suministros, fuentes de droga y dinero. Ayudaron a dar sentido a las interceptaciones de voz de la NSA, que habitualmente utilizaban palabras clave. Los desertores también se utilizaron en ocasiones para infiltrar los campamentos de las FARC sembrando aparatos de escucha o balizas que emitían una coordenada GPS para las bombas inteligentes.
"Aprendimos de la CIA", afirmó un alto oficial de la seguridad nacional colombiana sobre el programa de informes. "Anteriormente no le prestábamos mucha atención a los detalles".
Ecuador y los rehenes no olvidadosEn febrero de 2008, el equipo estadounidense-colombiano consiguió su primer avistamiento de los tres rehenes estadounidenses. Tras una espera de cinco años, la reacción fue rápida en el cuartel general del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos en Tampa, que empezó a enviar comandos del JSOC, declaró un alto oficial de Estados Unidos que se encontraba en Colombia cuando arribaron.
El equipo del JSOC estaba encabezado por un comandante del Equipo Seis de las fuerzas de operaciones especiales de la Marina. Pequeñas unidades establecieron tres áreas de operaciones cerca de los rehenes y llevaron a cabo reconocimiento de largo alcance, afirmó el alto oficial. La NSA aumentó su vigilancia. Todos los ojos estaban puestos en la remota localización de la selva. Pero al tiempo que las preparaciones preliminares se desarrollaban, las operaciones se calentaban en otro lugar.
Justo al otro lado del río Putumayo, una milla dentro de Ecuador, la inteligencia estadounidense y un informante colombiano confirmaron el escondite de Luis Edgar Devia Silva, también conocido como Raúl Reyes y considerado el número 2 en el secretariado de las FARC integrado por siete miembros.
Era un descubrimiento delicado para Colombia y Estados Unidos. Llevar a cabo un ataque aéreo significaba que un piloto colombiano a bordo de un avión colombiano impactara el campamento utilizando una bomba fabricada en Estados Unidos con un cerebro controlado por la CIA.
El coronel de la Fuerza Aérea tenía un sucinto mensaje para el comandante de operaciones aéreas colombiano a cargo de la misión. "Le dije: Mira, todos sabemos dónde está este tipo. Simplemente no la jodas".
Los abogados de seguridad nacional de Estados Unidos vieron la operación como un acto de defensa propia. A raíz del 11-S habían elaborado una nueva interpretación del uso de la fuerza permisible contra actores no estatales como al-Qaeda y las FARC. Era así: Si un grupo terrorista era controlado desde un país que no podía o no quería detenerlo, entonces el país atacado -en este caso, Colombia- tenía el derecho de defenderse utilizando la fuerza, incluso si eso suponía adentrarse en otro país soberano.
Esta era la justificación legal para los ataques con drones de la CIA y otras operaciones letales en Pakistán, Yemen, Somalia y mucho después, para el asalto en Pakistán que mató a Osama bin Laden.
De esta forma, minutos después de la medianoche del 1 de marzo, tres Dragonflys A-37 despegaron de Colombia, seguidos por cinco Super Tucanos. El sistema de guiado de las bombas inteligentes se activó una vez que los aviones alcanzaron el radio de tres millas de la localización de Reyes.

Como se les había ordenado, los pilotos colombianos permanecieron en el espacio aéreo colombiano. Las bombas impactaron donde se había programado, destruyendo el campamento y matando a Reyes, quien, de acuerdo a los informes de los noticieros colombianos, estaba durmiendo en pijama.

Las fuerzas colombianas se apresuraron a cruzar la frontera y se adentraron en Ecuador para recolectar los restos de Reyes y se alzaron asimismo con un gran tesoro oculto de equipos informáticos que resultó ser el más valioso descubrimiento de inteligencia de las FARC obtenido nunca.

El bombardeo desencadenó una seria crisis diplomática. El líder venezolano Hugo Chávez llamó a Colombia "estado terrorista" y desplacó tropas a la frontera, igual que hizo Ecuador. Nicaragua rompió relaciones. Uribe, bajo presión, se disculpó ante Ecuador.

La disculpa, si bien calmó las relaciones en América Latina, enfadó al pequeño círculo de oficiales estadounidenses que conocían la historia detrás, uno de ellos dijo: "Recuerdo haber pensado: no puedo creer que estén diciendo esto", afirmó. "Para ellos era una locura renunciar a una importante argumentación legal".

Pero la conmoción no dañó los profundos lazos entre Estados Unidos y las fuerzas colombianas ni desalentó la misión para rescatar a los rehenes. De hecho, el número de tropas JSOC continuó aumentando hasta llegar a más de 1.000, afirmó un alto funcionario en Colombia en aquel entonces. Los funcionarios pensaron que con seguridad serían avistados, pero no lo fueron. Un ejercicio militar conjunto de Estados Unidos y Colombia proporcionó la cobertura suficiente cuando el Comité Internacional de la Cruz Roja apareció en bases aisladas y tropezó con unos estadounidenses corpulentos, afirmaron dos funcionarios de Estados Unidos.

Después de seis semanas esperando encontrar a los rehenes, casi todas las tropas del JSOC abandonaron el país para ir a misiones en otros lugares. Una unidad permaneció. El 2 de julio de 2008, tuvo el papel poco habitual de suplente en la dramática y bien documentada Operación Jaque, en la que fuerzas colombianas haciéndose pasar por miembros de un grupo humanitario engañaron a las FARC para que entregaran a los tres rehenes de Estados Unidos y otros 12 sin disparar un tiro. El equipo del JSOC y una flota de aeronaves de Estados Unidos estaban posicionados como Plan B, en caso de que la operación colombiana saliera mal. Santos continua la guerra de bombas inteligentesComo señal de confianza, a comienzo de 2010 el Gobierno estadounidense dio a Colombia el control sobre la clave de encriptación GPS. No había habido informes de mal uso, fallos o daño colateral de las bombas inteligentes. La transferencia fue precedida por rápidas negociaciones sobre las normas de compromiso para el uso de bombas inteligentes. Entre las normas figura que solamente se lanzarían contra campamenors aislados en la selva.
El presidente Santos, que fue ministro de Defensa bajo Uribe, ha aumentado enormemente el ritmo de las operaciones contra las FARC. Se han asesinado casi tres veces más dirigentes de las FARC -47 frente a 16- bajo Santos que bajo Uribe. Entrevistas y análisis de páginas web gubernamentales e informes de prensa muestran que al menos 23 de los ataques bajo el Gobierno de Santos fueron operaciones aéreas. Las bombas inteligentes se usaron solamente contra los más importantes líderes de las FARC, afirmaron funcionarios colombianos en respuesta a las preguntas. En los demás casos se utilizaron bombas de gravedad.
Colombia continúa mejorando sus capacidades aéreas. En 2013, la fuerza aérea mejoró su flota de bombardeos a reacción Kfir, de fabricación israelí, equipándolos con bombas guiadas por laser Griffin de fabricación israelí. También ha montado bombas inteligentes en algunos de sus Super Tucanos.
Habiendo diezmado a la máxima dirigencia de las FARC entre los comandantes del frente, el ejército, con la ayuda continuada de la CIA y otras agencias de inteligencia, parece que se abre camino entre los rangos de nivel medio, incluyendo a los comandantes de compañía móvil, los cuadros más curtidos en combate y con más experiencia que quedan. Según funcionarios colombianos, un tercio de estos últimos han sido muertos o capturados.
La administración Santos también ha apuntado a las redes de suministro financiero y de armas que apoyan a las FARC. Algunos críticos piensan que el Gobierno ha estado demasiado concentrado en matar a los dirigentes y no lo suficiente en usar al ejército y la policía para ocupar y controlar el territorio rebelde.
Matar a un individuo nunca ha sido la medida del éxito en la guerra, dicen los expertos en contrainsurgencia. Lo que importa es el caos y la disfunción que causa en la organización matar a la dirigencia. Las operaciones aéreas contra la dirigencia de las FARC "han puesto la organización patas arriba", afirma un funcionario del Pentágono que ha estudiado la historia estadounidense clasificada de la guerra en Colombia.
Algunos han huido a Venezuela. Un miembro del secretariado se esconde intermitentemente en Ecuador, según altos funcionarios de Colombia, lo que rompe el importante lazo psicológico con las tropas en el terreno y dificulta el reclutamiento.
Por el temor de ser localizados y bombardeados, las unidades ya no duermen dos días seguidos en el mismo lugar, por lo que los campamentos deben esparcirse más. "Saben que el Gobierno tiene ahora tanta información sobre ellos e inteligencia en tiempo real", declaró Germán Espejo, consejero de seguridad y defensa de la Embajada colombiana. Preocupados por los espías en sus filas, son comunes las ejecuciones.
Las FARC todavía lanzan ataques -un coche bomba en una estación de policía rural el 7 de diciembre mató a seis oficiales de policía y dos civiles- pero ya no viajan en grupos grandes, y esto limita a la mayoría de las unidades a menos de 20. Ya no son capaces de lanzar asaltos a gran escala, el grupo ha tenido que volver a tácticas de golpear y correr, utilizando francotiradores y explosivos.
El desgaste de 50 años de vida errante en la selva ha pasado cuentas en el equipo negociador de las FARC, también. Aquellos que han vivido en el exilio parecen más dispuestos a continuar la lucha que aquellos que han estado combatiendo, afirman funcionarios colombianos. Las negociaciones, afirmó Santos en la entrevista, son resultado de la exitosa campaña militar, "la guinda en el pastel".
El 15 de diciembre las FARC declararon que comenzarían un cese al fuego unilateral de 30 días como señal de buena voluntad durante las fiestas. La administración Santos despreció el gesto y prometió continuar su campaña militar. Más tarde ese mismo día, las fuerzas de seguridad mataron a un guerrillero de las FARC implicado en un ataque con bomba contra un ex ministro. Tres días después, el Ejército mató a otros cinco.

Elyssa Pachico y Julie Tate contribuyeron a este reportaje.

Fuente: http://www.washingtonpost.com/sf/investigative/2013/12/21/covert-action-in-colombia/?hpid=z1 

miércoles, 18 de diciembre de 2013

¿Cuál es la verdadera fuerza de las Farc hoy?

Escrito por las 2 orillas



En un detallado y minucioso informe denominado El estado del conflicto en Colombia durante el año 2013, realizado por la Fundación Paz y Reconciliación, el analista Ariel Ávila y su equipo investigativo, en el capítulo que concierne a las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), logran dilucidar con datos fácticos cómo se encuentra esa guerrilla en el presente, en medio de una negociación de paz en La Habana.

Así las cosas, el documento revela que las Farc hoy tienen poco más de 11 mil combatientes, nueve mil menos de los que salieron campantes después del fracaso del proceso de paz del Caguán. No obstante, según este estudio, se calcula que entre miembros del Partido comunista Clandestino, el Movimiento Bolivariano, milicianos y personas que en cierto grado son colaboradores; esta guerrilla no contaría con 11 mil seguidores sino con 40 mil. Un dato que está bastante lejos de los 9 mil guerrilleros que la fuerza pública piensa que debe combatir, seducir y terminar.

Este movimiento guerrillero se encuentra repartido en 11 regiones y 242 municipios de Colombia. Los cuales se han dividido en 20 compañías móviles, 21 columnas guerrilleras y 4 frentes urbanos que se mueven clandestinamente en las ciudades de Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla. Para obtener todo el control estratégico, las Farc crearon cinco grandes Bloques Guerrilleros, dos Comandos Conjuntos y un Bloque Móvil.

Respecto de los golpes obtenidos por la Fuerza Pública entre enero y septiembre de 2013 se presentaron 815 desmovilizaciones; así mismo las capturas fueron 1927, casi 100 menos que el año inmediatamente anterior. Lo que si aumentó un poco fueron las bajas, de las cuales se tiene el registro de 361 abatidos en los primeros nueve meses del año en curso. Mientras que en la otra orilla, el Estado puso exactamente 288 muertos y la considerable suma de 1991 heridos causados por la arremetida de esta guerrilla que no ha dado su brazo a torcer a pesar de encontrarse en plenos diálogos de paz. De hecho las acciones armadas que protagonizaron tuvieron el mismo promedio que las del año 2011, cuando apenas comenzaron los diálogos; este año se contabilizaron 2075 ataques.

En los corrillos de los medios de comunicación y de los analistas de la guerra se comenzó a fraguar la hipótesis de una supuesta división entre las Farc por el proceso de paz. Se llegó a pensar que el Bloque Oriental y el Bloque Sur no estaban del todo convencidos de la dejación de armas y por ello estaban actuando como rueda suelta, saboteando las negociaciones de sus superiores en Cuba. Sin embargo, dentro de la tregua navideña del año 2012 y ahora en la de 2013, fueron los grupos que más han respetado dichas condiciones. No por ello estos dos bloques han dejado de ser los más efectivos, por fuera de esa tregua fueron los que más actuaron, incluso, causando más de 200 atentados contra la infraestructura energética y petrolera del país.

En gracia de discusión, según el informe, arremeter contra la empresa privada que extrae petróleo y energía ha sido el gran objetivo durante los últimos años para las Farc. Durante el año 2013 la infraestructura energética del país sufrió 65 atentados directos, mientras que otros 170 golpes de pequeño y alto impacto fueron realizados contra oleoductos y demás estructuras del ‘oro negro’. Tal vez por ello el país hoy cuenta con 14 grandes estructuras militares creadas para mantener a salvo las miles de torres de energía y los diferentes oleoductos a lo largo y ancho del territorio nacional. Además, desde el año 2002 hasta la fecha fueron creadas 17 brigadas móviles para resguardar las más de 130 compañías energéticas y petroleras que trabajan en suelo colombiano.

Pero la estrategia armamentista del Estado, parece ser no ha sido la mejor. Se ha tapado la cabeza pero descubierto los pies. Verbigracia: “en Arauca por ejemplo el 81% del total de la tropa del departamento custodia la infraestructura energética y sólo un 19% combate”, revela el documento, lo cual le ha dado un poderío guerrerista a la guerrilla en dicha zona del país. A su vez, las Farc ha impulsado un plan de extorsiones que han logrado intimidar a los empresarios extranjeros. El objetivo de las “vacunas” no son las compañías como tal, sino sus contratistas los cuales se encuentran desprovistos de cualquier seguridad. Se cita el caso, por ejemplo, de la compañía argentina Pluspetrol que ante tanto acoso a sus  trabajadores decidió abandonar el país.

Resulta paradójico creer que una guerrilla con apenas 11 mil hombres, o los 9 mil que registra el propio Estado, ejerza tanto poder en las políticas de Colombia si se tiene en cuenta que actualmente -entre mujeres y hombres- el país cuenta con al menos 500 mil miembros inscritos en la   Fuerza Pública. Más del 1 % de la población Colombiana, dice el documento. “Al analizar las diferentes regiones donde opera, se podría concluir que las FARC nunca estuvieron tan debilitadas como se dijo en el segundo mandato de Álvaro Uribe” logra concluir este valioso estudio de Paz y reconciliación.

*El informe de la Fundación Paz y reconciliación se puede descargar completo en la página web www.pares.com.co

lunes, 16 de diciembre de 2013

La Paz, ¿Ya NO es Posible?

 Luis Carlos Guerrero S

Aún retumban, frescas, en mis oídos las palabras Humberto de la Calle, jefe de la delegación de paz del Gobierno colombiano en la instalación de los diálogos de paz con las FARC–EP, en Oslo, Noruega: “Si las FARC aspira a realizar los cambios en el país tienen que sacar 9 millones de votos”, o sea, tienen que ganar las elecciones presidenciales. Y remató diciendo, “tienen que hacerlo desde la legalidad”.

En el mismo sentido se ha expresado, más de una vez, el presidente señalando que “la guerrilla no puede hacer políticas con armas”. Y si quiere hacer política tendría que convertirse en un movimiento político que ha dejado la lucha armada.

Precisamente el fallo proferido por el Procurador, disparado con una pistola con silenciador, destituyendo a Gustavo Petro, Alcalde de Bogotá es el mentís de la tesis de que se puede cambiar el país por la vía del ejercicio de la política sin armas. Y es una de las pruebas contundentes de que estamos enfrentados a una casta dirigente que no admite ningún tipo de políticas diferentes a las concebidas por ellos.

El mensaje que en verdad se le debiera decir al país, de parte de la oligarquía sería más exacto, sí los Santos, los Ordoñez, toda esta rancia oligarquía y su burocracia, dijeran: señores de la izquierda, está permitido denunciar, en determinados momentos, el orden injusto de cosas de esta sociedad; ustedes señores de la izquierda pueden hacer discursos políticos de oposición, siempre que los medios quieran difundirlos. Señores de la izquierda, aquí es constitucional y legal organizar partidos y agrupaciones políticas, que puedan participar de las elecciones cada determinado de tiempo, pero no se pueden cambiar las leyes ni las políticas establecidas, tienen que actuar en el marco de ellas.

También nos podrían decir, señores de la izquierda, no importa que cuando participen en las elecciones lo hagan en desigualdad de condiciones ante los empresarios de la política, las trasnacionales y el narcotráfico que financian a los partidos de siempre. Miren, señores de la izquierda, tienen participación en el Congreso y allí pueden presentar las iniciativas legislativas que quieran, pero como somos mayoría no las aprobaremos. Este sería el discurso realista, no uno lleno de mentiras.

Esta es su concepción de democracia estrecha, llena de trampas, de crímenes, sellada y cerrada, para que puedan ser protagonistas las mafias, los compradores de votos, los de las motosierras, pero en donde todos podemos elegir y ser elegidos, es la que la oligarquía difunde como el ejemplo a seguir y  se vanagloria diciendo que Colombia es “la democracia más antigua de América”. Y concluye autistamente, que por tanto, no hay razones ni fundamentos políticos ni ideológicos para la lucha revolucionaria guerrillera.

Precisamente el guerrerista fallo del Procurador -porque no se necesita de fusiles, ni tanques, ni bayonetas, para darle una puñalada a la paz-, acaba de decirnos a los colombianos, que está permitido participar del juego político, pero está absolutamente prohibido cambiar las políticas, que siembran de pobreza, inequidad social y de cero beneficio a la población, no se puede doblar el pescuezo a políticas expoliadoras, de saqueo y de corrupción. Nos preguntamos ¿cómo proporcionar calidad de vida a todos y todas en un país, una ciudad o un departamento sin afectar los privilegios y las políticas que le sustentan?

Para nosotros está claro que la oposición no es simplemente oponerse y no cambiar sustancialmente hacia el progreso, la libertad y la dignidad humana. También el derecho a disentir sería cojo  si se niega la opción de transformación que permite convertir el disentimiento en opción real alternativa y hacer cambios lleva a modificar el marco jurídico, que atornilla las injusticias y el estatus quo, lo demás sería quedarnos en mera palabrería como lo hace la oligarquía.

La base jurídica de la destitución del Alcalde de Bogotá, es por violar la legislación, valga decir, la legislación que privatizó el servicio de basuras en Bogotá y en todo el país, volviéndolo un negocio de las mafias liquidando el patrimonio público; porque violó la legislación que prohíbe darle empleo a los recicladores y dignificar su vida sacándolo de las garras de los comerciantes de basura, entonces se le acusa y se le manda a la calle a patadas y se pide que calle y no participe más en política.

El mensaje para nosotros los insurgentes guerrilleros es muy diáfano; la paz no son cambios verdaderos. La paz no es el derecho de participación política, efectiva y verdadera, para la insurgencia y todos los movimientos de izquierda. El ejercicio político de ser gobierno, meta de todo movimiento, mediante el cual podamos alcanzar y materializar los objetivos de un nuevo país y una nueva nación, que cambie la vida de los  humanos y las humanas tal como lo hemos propuesto para Colombia no se permite, lo único que es real es que queremos que abandonen la lucha política armada porque así, “todo será pan comido”.

Se trata de disfrazar la verdadera intencionalidad política: la paz es que todo siga igual, pero lo importante es que se le dé al país la impresión que todo va a cambiar. Lo sustancioso es dejar en el imaginario del país, que todo es susceptible de cambiar, pero sin tocar las estructuras infames, tramposas, corruptas, saqueadoras, criminales ni afectar las cadenas del privilegio y la mentira, la explotación y la impunidad.

Ese cuento que la insurgencia es la generadora de violencia,  hace tiempo perdió toda credibilidad y hoy se fue al fondo. Peló el cobre toda la dirigencia del país, pues el Presidente Santos, como todo santo, salió de una vez, conocido públicamente el fallo, a bendecir la destitución y la muerte política de alguien que es presidenciable; salió a echarle agua bendita a semejante tropelía diciendo que se debe acatar el fallo de la Procuraduría como si fuera justo. Muy bien lo dijo un ciudadano que fue entrevistado  el mismo día del fallo: “si destituyen a Petro no vuelvo a votar”. Y creemos que este colombiano, al igual que cientos de miles les quedará el camino de la indignación y la lucha armada revolucionaria ante el descreimiento en las instituciones y el orden político autoritario que es más una dictadura, que una democracia.

El objetivo lo es todo, es la máxima aquí aplicada, si no se pudo liquidar al opositor con un referendo revocatorio entonces usemos el arma jurídica de la liquidación, que fue lo hecho con la destitución e inhabilidad política por 15 años al alcalde de Bogotá. Con una pedrada mataron dos pájaros, pues sustraer la administración de Bogotá de la influencia de la izquierda es otro de los objetivos de la oligarquía y para eso no se detuvo en razones ética, política ni de soberanía popular.


Por ese camino del autoritarismo, la mordaza, el silenciamiento, el cierre a los cambios, la liquidación política del opositor y de las alternativas no se conduce un país a la paz. Ahora han pulido la maquinaria de la antidemocracia mediante la arbitrariedad de una institución y un inquisidor, recordamos que ayer sólo fue la metralla, el vil asesinato de dirigentes políticos, de candidatos presidenciales, de senadores, mediante las masacres y desplazamientos de miles y miles de pueblos y comunidades, que se atrevieron a pensar y optaron por el cambio desde la lucha política legal. El país nacional, ese que ha estado marginado del poder, lo tiene en su memoria. A la oligarquía ya no le basta con escrutar y elegir, ahora acude a destituir.