viernes, 29 de enero de 2016

MARIO RAMOS / Cumbre CELAC, la integración del sentido común

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MARIO RAMOS – La integración del sentido común podría ser la noción que guíe la relación entre los estados latinoamericanos y caribeños. El sentido común nos dice que nuestros estados y pueblos tienen intereses geopolíticos comunes, entonces por qué no actuar en nombre de ese interés general, por qué no proteger ese interés general.

El sentido común nos señala que el éxito inconmensurable de haber reunido a nuestros treinta y tres Estados en un espacio para el debate argumentado y horizontal es un logro que debe defenderse y desarrollarse. La integración no busca eliminar las diferencias, esto no es posible ni deseable, debemos apreciar el marco común construido que otorga igualdad de derechos a todos sus miembros, y esto en un mundo en donde determinados organismos internacionales no se manejan con el principio de la democracia, es un aspecto a considerar.
El sentido común nos dice que el interés general nos obliga a construir un destino colectivo, conducido por este modelo de integración pluralista que hemos conseguido, debemos profundizar nuestra unidad en la pluralidad.
CELAC es una zona de paz, el sentido común obligó a declarar a nuestra región como zona de paz. Nuestra vocación geopolítica es la paz y debemos como CELAC contribuir a la paz mundial. El sentido común nos dictó que debemos alejarnos de aquella potencia que pretende imponer su voluntad geopolítica a otros pueblos y que han convertido a regiones como el Oriente Medio en zonas con países destruidos. Usando el método de la “guerra contra el terrorismo” se ha sometido a pueblos y se camufla la expropiación de sus recursos naturales. “Guerra” que ha otorgado patente de corso a la potencia que declaró esa guerra infinita para violar a su antojo el derecho internacional, promover guerras de falsa bandera, cárceles clandestinas alrededor del mundo y violar todos los derechos humanos que dice promover.
En este convulsionado planeta, los miembros de la CELAC tenemos la oportunidad de construir la civilización del Buen Vivir. Nuestros pueblos nos exigen sensatez, no les fallemos. Sepultemos de una vez por todas esas supuestas arquitecturas hemisféricas de seguridad y diálogo internacional que han demostrado estar al servicio de intereses egoístas y hegemónicos, y gritemos todos ¡larga vida a la CELAC!
Tomado: http://www.contrainjerencia.com/?p=113832

sábado, 23 de enero de 2016

Una izquierda para el siglo XXI




En los años 60 y 70 quien se incorporaba a la militancia escuchaba a menudo una frase: “Ser como el Che”. Con ella se sintetizaba una ética, una conducta, un modo de asumir la acción colectiva inspirada en el personaje que –con la entrega de su vida– se había convertido en brújula de una generación.“Ser como el Che” era un lema que no pretendía que los militantes siguieran punto por punto el ejemplo de quien se había convertido en referencia ineludible. Era otra cosa. No un modelo a seguir, sino inspiración ética que implicaba una serie de renuncias, esas sí, a imagen y semejanza de la vida del Che.
Renunciar a las comodidades, a los beneficios materiales, incluso al poder conquistado en la revolución, estar dispuesto a arriesgar la vida, son valores centrales en esa herencia que hemos dado en llamar guevarismo. Esos fueron durante buen tiempo los ejes en torno a los que se organizó buena parte de la militancia de izquierda, por lo menos en América Latina.
Esa izquierda fue derrotada en un breve periodo que podemos situar entre los golpes de Estado de la década de 1970 y la caída del socialismo real, una década después. No se sale indemne de las grandes derrotas. Así como la caída de la comuna de París fue un parteaguas, según Georges Haupt, que llevó a las izquierdas de la época a introducir nuevos temas en sus agendas (la cuestión del partido pasó a ocupar un lugar central), las derrotas de los movimientos revolucionarios latinoamericanos parecen haber producido una hendidura en las izquierdas de comienzos del siglo XXI.
Aún es muy pronto para realizar una evaluación completa de ese viraje, ya que estamos encima del mismo, sin la suficiente distancia crítica y, sobre todo, autocrítica. Sin embargo, podemos adelantar algunas hipótesis que enhebren aquellas derrotas con la coyuntura actual que vivimos.
La primera es que no se trata de volver la historia atrás para repetir los viejos errores, que los hubo, y muchos. El vanguardismo fue el más evidente, acompañado de un serio voluntarismo que impidió comprender que la realidad que pretendimos transformar era bien diferente a lo que pensábamos, lo que llevó a subestimar el poder de las clases dominantes y, sobre todo, a creer que se vivía una situación revolucionaria.
Pero el vanguardismo no cede fácilmente. Está sólidamente arraigado en la cultura de las izquierdas y aunque fue derrotado en su versión guerrillera, parece haber mutado y sigue vivo tanto en los llamados movimientos sociales como en los partidos que pretenden saber qué es lo que quiere la población sin necesidad de escucharla. Gran parte de los gobiernos y los dirigentes progresistas son buen ejemplo de la pervivencia de un vanguardismo sin vanguardia proclamada.
La segunda tiene relación con el método, la lucha armada. Que la generación de los 60 y 70 hayamos cometido gruesos errores en el uso y abuso de la violencia no quiere decir que tengamos que tirarlo todo por la borda. Recordemos que por lo menos en Uruguay se pensaba que la acción genera conciencia, otorgando un poder casi mágico a la capacidad de la vanguardia armada para generar acción en las masas con su sola actividad, como si la gente pudiera actuar por reflejos mecánicos sin necesidad de organizarse y formarse.
Las organizaciones armadas cometieron, además, atrocidades indefendibles, utilizando la violencia no sólo contra los enemigos, sino a menudo contra el propio pueblo y también contra aquellos compañeros que presentaban diferencias políticas con su organización. Los asesinatos de Roque Dalton y la comandante Ana María, en El Salvador, son dos de los hechos más graves dentro del campo rebelde.
Sin embargo, eso no quiere decir que no haya que defenderse. No debemos pasar al extremo opuesto de confiar en las fuerzas armadas del sistema (como señala el vicepresidente de Bolivia), o despojar de su carácter de clase a las fuerzas represivas. Los ejemplos del EZLN, del pueblo mapuche de Chile, de la Guardia Indígena nasa en Colombia y de los indígenas amazónicos de Bagua en el Perú muestran que es necesario y posible organizar la defensa comunitaria colectiva.
La tercera cuestión es la más política y es la ética. En el legado del Che y en la práctica de aquella generación, el poder ocupaba un lugar central, algo que no podemos ni debemos negar. Pero la conquista del poder era para beneficio del pueblo, nunca jamás para beneficio propio, ni siquiera del grupo o partido que tomaba el poder estatal.
Sobre este tema hay una discusión abierta, en vista del balance negativo del ejercicio del poder por los partidos soviético y chino, entre otros. Pero más allá de los errores y horrores cometidos por los poderes revolucionarios en el siglo XX, incluso más allá de si es conveniente o no tomar el poder del Estado para cambiar el mundo, es necesario recordar que el poder era considerado un medio para transformar la sociedad, nunca un fin en sí mismo.
Sobre este asunto hay mucha tela donde cortar, en vista de la brutal corrupción enquistada en algunos gobiernos y partidos progresistas (en particular en Brasil y Venezuela), cuestiones que ya pocos se atreven a negar.
La izquierda que necesitamos para el siglo XXI no puede sino tener presente la historia de las luchas revolucionarias del pasado. Es necesario incorporar aquel lema “ser como el Che”, pero sin caer en vanguardismos. Una buena actualización de ese espíritu puede ser para todos todo, nada para nosotros. Lo mismo puede decirse del mandar obedeciendo, que parece un importante antídoto contra el vanguardismo.
Hay algo fundamental que no sería bueno dejar escapar. El tipo de militantes que necesita la izquierda del siglo XXI debe estar modelado por lavoluntad de sacrificio (Benjamin). Es evidente que la frase suena fatal en periodos como el actual, pero nada podemos conseguir sin deshacernos de esa tremenda fantasía de que es posible cambiar el mundo votando cada cinco años y consumiendo el resto del tiempo.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/01/22/opinion/018a2pol

jueves, 14 de enero de 2016

Identificando al enemigo interno

Libardo Sánchez Gómez*

En el hombre como en los demás   animales el miedo es la constante;   miedo a las enfermedades, a los depredadores, a los microorganismos, pero principalmente, no sin fundamento,  a los otros hombres.  El miedo es el eje de la dominación por parte de las clases hegemónicas, a nombre de éste se explotan las masas y prósperos países son  invadidos y  convertidos en estados fallidos.

El  capital corporativo, ente rector mundial,   teme de manera enfermiza  al comunismo por ser, según éste, una “fuerza desordenadora del orden interno”,  y es el enemigo universal por excelencia el cual amenaza “la seguridad colectiva de los estados”.    Amenaza  que ha dado origen a “la doctrina de la seguridad nacional”  la cual, a su vez,  se ha convertido en el centro del accionar de los ejércitos.

La concepción del enemigo interno   se ha instaurado en la conciencia colectiva con un enfoque terrorífico. Y se ha venido instrumentando paulatinamente   un proceso de adoctrinamiento ideológico y político en  la población pobre, fortalecido por la situación de dependencia estructural   del imperio norteamericano, el cual quiere evitar a toda costa la proliferación de gobiernos socialistas. Se ha grabado en la conciencia colectiva la idea de que es comunista quien se opone a las políticas de la clase dominante y, a su vez,  ser comunista es ser terrorista.  Así mismo,   los  máximos representantes del comunismo internacional, así no sepan qué es eso,  son los  campesinos reclamantes de tierras, los sindicalistas, los defensores de derechos humanos y, por supuesto, los alzados en armas;   y estos  representantes del “ente maligno”     son los causantes de la violencia, el hambre y la pobreza que  les  azota a ellos mismos y  al 99% del resto de sus congéneres.  

 El imperio gringo, además del comunismo,    idea diversos   “enemigos internos” según sus conveniencias geoestratégicas de dominación global;   por ejemplo, creó el  Estado Islámico EI;   El llamado Estado Islámico es   la  típica creación norteamericana de un “enemigo universal”. Investigadores  de la universidad de Copenhague sostienen que   el “auto ataque”  a las Torres Gemelas “sirvió para crear el odio contra los árabes y fomentar las guerras estadounidenses por el petróleo y la hegemonía israelí en el Medio Oriente”.  

Las fuerzas militares están   hechas  para liberar a las clases hegemónicas de cualquier enemigo; al ostentar el poder,    por derecho propio,  disfrutan   del monopolio   de las armas.  Magda Alicia Ahumada P, dice que “…La fuerza como una concepción general se argumenta desde la visión de mantener y proteger a los estados frente a un enemigo o enemigos que intenten fracturar y romper la naturalidad de su existencia” (EL ENEMIGO INTERNO EN COLOMBIA, 2007)  Disentir   del  establishment es “terrorismo” que atenta contra el orden social natural, que otorga   privilegios a  los “elegidos”.  

 Por otro lado, en   los países colonizados,  como Colombia,  los problemas sociales son un asunto de orden público y de competencia exclusiva de los militares, quienes, además, están influenciados por la ideología anticomunista.  A la fuerza pública se le ha grabado hasta en los  músculos que el comunismo estimula la subversión.  Y, como  dentro  del seno de las sociedades bajo el modo de producción capitalista las contradicciones son una olla a presión a punto de estallar, ahí están   soldados y policías, evitando   que salte la tapa. Eso explica la violación permanente de los derechos humanos por parte de los militares.


La burguesía lleva en sus genes el temor al comunismo; sus privilegios viven en constante amenaza. El comunismo corresponde a una visión concreta de la realidad social; ve a la sociedad como un cuerpo vivo sometido a   evolución continua.   Nada en el universo está inmóvil, las sociedades tampoco, estas avanzan inexorablemente hacia formas menos antagónicas.   La burguesía es consciente de que debe evitar que  el pueblo  adquiriera  conciencia de clase, pues el día que lo haga les arrebata los privilegios.  Entonces,  harán hasta lo inimaginable para lavarle a la gente  mente y conciencia, y así prolongarán   su existencia, y con ella la agonía de casi toda la humanidad.

En Venezuela, con el comandante Hugo Chávez,  nació  un formidable enemigo, el llamado  Socialismo del siglo XXI, e  iba metiendo miedo a la oligarquía transnacional.  Y aunque  la amenaza fue de forma y no de fondo,   pues la oligarquía no perdió sus riquezas sólo parte de sus privilegios, el imperio dirigió todas sus baterías en ayuda de la burguesía local desplazada del poder.  El pueblo vive en medio de la disputa a muerte por el poder entre  la oligarquía tradicional (oposición) y aquellos burócratas,  que gracias al poder otorgado por el pueblo y a la corrupción, se convirtieron en los nuevos burgueses. La diferencia entre unos y otros está en que los tradicionales dependen del imperio y los nuevos (socialistas del siglo XXI) mantienen un discurso antiimperialista. La otra diferencia está en el enfoque, los tradicionales defienden el capitalismo clásico o salvaje (neoliberalismo) y los otros son de corte Keynesiano  (rostro humano, gracias a una mayor intervención del Estado) Y así las cosas la pobrería  no sabe para cual lado coger. No obstante, las bases chavistas  han venido adquiriendo alta conciencia de clase, y han aprendido a identificar al enemigo  de clase. Por eso les  da lo mismo votar por el PSUV o por la MUD.

En todo el largo proceso de la Revolución Bolivariana, el pueblo no sólo   aprendió a identificar a sus enemigos sino que asimiló dos cosas fundamentales, por una lado  que no puede ceder la dirección del movimiento popular a caudillo alguno, que por el contrario debe conservarla en sus manos de manera comunal; por otra lado le quedó claro que no es a través de las urnas que puede acceder y conservar el poder, serán las armas las que le otorgarán la libertad. Las transformaciones sociales, como el cambio de cualquier paradigma, no se logran de manera pacífica, y  no solo lo dijo Marx sino el mismo Van Pope.  Basta recordar la sentencia de Marx,        “ …Una revolución es, indudablemente, la cosa más autoritaria que existe; es el acto por medio del cual una parte de la población impone su voluntad a la otra parte por medio de fusiles, bayonetas y cañones, medios autoritarios si los hay; y el partido victorioso, si no quiere haber luchado en vano, tiene que mantener este dominio por el terror que sus armas inspiran a los reaccionarios”.

En Colombia también se vive una situación social candente,  a pesar de la probable entrega del movimiento guerrillero la lucha de clases (expresada en una prolongada guerra civil)  sigue in crescendo.  Lamentablemente  las bases populares, también,   van por un lado y la cúpula  por otro.  Si bien la insurgencia no fue vencida en el campo de batalla viene siendo conquistada por la oligarquía, por decir lo menos, sin pena ni gloria en la Habana en la llamada Mesa de diálogos.  No obstante,  la oligarquía no puede cantar victoria, quedarán  intactas   la mayoría de la guerrillerada de base  y gran cantidad cuadros (comunistas clandestinos) políticamente educados con una gran conciencia de clase.    Estos  serán los encargados de continuar   llevando en alto la  bandera   que ahora la cúpula guerrillera quiere arriar.

El desarrollo dialéctico de las contradicciones en el seno de la desigual sociedad colombiana no parará con la entrega de un grupo de alzados en armas.  Además, será un asunto de instinto de conservación,  pues mientras los alzados en armas están instrumentando la entrega de estas, la oligarquía empresarial y terrateniente incrementa el rearme de miles de mercenarios (paramilitares)  para borrar de la faz de la tierra a los   guerreros desarmados.    


La nueva etapa de la confrontación entre enemigos de clase en Colombia será aún más intensa y cruenta que la hasta ahora conocida, y contará con la participación de movimientos populares con más conciencia social.  Así lo evidencia  Cristian Camilo Barrera  (El 2016 en Colombia, ¿el año de la paz y de la crisis económica?) “Resulta evidente la dinámica ascendente de la movilización popular en el país a partir de la Minga indígena del 2008, y en la actualidad, con la existencia de organizaciones sociales diversas de tipo campesino, afro, indígena, de mujeres, juveniles y urbanas el campo popular se ha ampliado, diversificado y fortalecido. Actores relevantes como la cumbre agraria étnica campesina y popular proyectan el 2016 como un año para la movilización y como un año determinante en las luchas de los sectores sociales que también están proyectando sus apuestas de paz en Colombia”. ¿Tendremos que afrontar   otros cincuenta años  de confrontación armada para lograr la  liberación definitiva?

*DMV. U Nacional de Colombia. MSc. Economía. PU. Javeriana. Esp. NAS. Profesor universitario.

miércoles, 13 de enero de 2016

La CIA en Colombia: el caso de la “contratista” Springer



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DAVID ESCOBAR / REBELION  / ANNCOL – Natalia Springer es una contratista de la Fiscalía, quien está encargada de la imputación de cargos contra la insurgencia colombiana. Springer también ha tenido experiencia profesional en la OTAN, en temas de “cooperación Cívico-militar”, según se puede observar en su Hoja de Vida, en la sección de que ella autodenomina “Experiencia Profesional (relevante)”:

NRDC- IT: NATO Rapid Deployable Corps Joint Military Commissions Operations, Crisis Response OPS. Assessing new procedures in DDR operations. Working problems and cases for CIMIC (Civil Military Cooperation) branco. Consultora”i.
La cooperación cívico-militar en Colombia está relacionada históricamente al surgimiento de las Convivir, después llamadas Paramilitares, AUC, Águilas Negras, etc. En cuanto a la cooperación Cívico-Militar vale la pena recordar que Wesley Clark, quien fuera Comandante Supremo de la OTAN, afirmó ante la cadena CNN que sus “amigos y aliados fundaron el Estado Islámico”ii
Al introducir el email de Natalia Springer (nataliaspringer@gmail.com) en el campo de búsqueda de Wikileaks, inmediatamente se obtienen 83 resultadosiii. Dichos resultados contienen listas de los Archivos de Inteligencia Global, que son los correos electrónicos de la empresa estadounidense de inteligencia privada y espionaje Stratfor (que se autodefine como “la CIA en la sombra”iv), correos que fueron filtrados por Wikileaks, donde los empleados de Stratfor expresan relaciónes con otros actores de la industria privada de inteligencia.
En uno de los archivos filtrados de Wikileaks aparece el correo electrónico de Springer (nataliaspringer@gmail.com) en la casilla 4.138 de una lista de pago (“paid”) fechada en 2007, de la empresa estadounidense de inteligencia privada y espionaje Stratfor (ver lista https://wikileaks.org/gifiles/attach/146/146181_paid1006.csv).
La página de Wikileaks donde se encuentra alojada la lista anteriorv, dice que dicha lista fue interceptada en un email proveniente de mooney@stratfor.com cuyo destinatario era it@stratfor.com es decir que era un mensaje de correo interno de dicha agencia de inteligencia norteamericana.
Además, en la misma página anterior hay un párrafo que dice (en inglés) que estos emails de la empresa Stratfor “revelanel funcionamiento interno de una empresa que se presenta como un editor de inteligencia, pero proporciona servicios de inteligencia confidenciales a grandes corporaciones, como Bhopal, Dow Chemical Co., Lockheed Martin, Northrop Grumman, Raytheon y agencias gubernamentales, incluyendo el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. , La Marina de Estados Unidos y la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos. Los correos electrónicos muestran la red de informantes de Stratfor, la estructura de pagos, las técnicas de lavado de pago…”.
Sería desafortunado que los contratos multimillonarios entre Springer y la Fiscalía tuvieran que ver con el “lavado de pagos” al que hace mención Wikileaks, en lo que respecta a Stratfor, o que la relación contractual entre Springer y los servicios de Inteligencia Norteamericana tengan algo que ver con el hecho de que Springer se gane 17 millones de pesos diarios con sus contratos con la Fiscalía, según muestra El Espectador.vi
En otro de esos mensajes filtrados (email id 4515), que es un archivo de Excel que contiene varias hojas, aparece la información personal de Natalia Springer, en la hoja “ALL DATA”, fila 8363: email: nataliaspringer@gmail.com
En la casilla “método de pago” (Billing Method) aparece su Número de Tarjeta de Crédito: ‘4548181727036013 cuyo código de seguridad era ‘604, vencida en 2007.
Sub_amount (cantidad) =$99
Dirección de residencia en España (Calle Sil 14, Madrid) y Teléfono (‘34619579336).
En la Columna P, que corresponde al trabajo de Springer dice “Strategic Planning” (planeación estratégica).
Se sabe que esta cuenta no fue producto de un uso indebido de sus datos personales por un tercero, debido a que hay otro mensaje interceptado que proviene de nataliaspringer@gmail.com para service@stratfor.com en el que Natalia Springer le dice a Stratfor que ha perdido su password y solicita que le envíen dicho password a su correo electrónicovii.
El email nataliaspringer@gmail.com corresponde a la contratista de la Fiscalía colombiana, como se puede verificar un texto escrito por ella y publicado en un documento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), fechado en 2005viii. En ese mismo documento dice que ella es “Experta en justicia transicional y analista política”.
Para comprender quien es la agencia norteamericana de inteligencia y espionaje Stratfor, de la cual Natalia Springer era (¿era?) cliente, hay que analizar el lenguaje tosco con el que se comunican. Ahora bien, es claro que el lenguaje usado por Stratfor en sus comunicaciones de inteligencia tiene en última instancia, causas políticas y económicas: no se debe simplemente a la mala influencia de uno de sus agentes.
Uno de los mensajes filtrados por Wikileaks es lo que Stratfor denomina su “glosario de términos de inteligencia desconcertantes útiles y extrañosix.
En dicho documento la agencia de inteligencia dice que “Cada profesión e industria tienen su propio vocabulario. Usar términos de béisbol para explicar un partido de fútbol es difícil. Estos son algunos de los términos que utilizamos”:
Página 4:
BYM (Bright Young Man): Hombre Joven Brillante. No sabe ni mierda. No sabe que no sabe. Podría quemarte por primera vez. Trata de que lo maten tan pronto como sea posible”.
Página 7:
Customer (cliente): el usuario real de la inteligencia. Un tomador de decisiones que usa la inteligencia para tomar decisiones reales. También es quien decide culpar a la inteligencia cuando sus estúpidos planes explotan en su cara. Debe mentenérsele feliz hasta que sea ejecutado. Evitando ser ejecutado con él como parte clave del oficio.”
Página 20:
War Wagon (Carro de Guerra): carro de seguimiento con detalles de protección que transporta armas de hombro y equipo Contra Asalto o CAT. Si se necesita el carro de guerra la inteligencia ha fallado”
En otro de los mensajes de inteligencia de Stratfor filtrados por Wikileaks, curiosamente aparece el email de Natalia Springer en la misma lista de un archivo de excel en la que también aparece Alexander Springer, quien fuera su esposox:
Natalia Springer aparece en la Hoja “Standard”, Casilla 338, del archivo
Y también:
Alexander Springer (alexander.springer@bmaa.gv.at) aparece en la hoja “weeklyintel” (inteligencia semanal), Casilla 1090.
El (¿ex?) esposo de Natalia Springer, según la información encontrada en Wikileaks es o fue Secretario de la Embajada de Austria en Madridxi:
En dicho Cable de la inteligencia norteamericana filtrado, Stratfor le dice a Alexander Springer, en su email institucional de la embajada que: “una previsión (“forecasting”) estratégica, nos esforzamos para mejorar continuamente su experiencia en la recepción de la inteligencia estratégica más actualizada, perspicaz y exacta”
Volviendo al glosario, la palabra subrayada en el párrafo anterior “forecast” es definida así por Stratfor en la página 9 del glosario citado anteriormente:
“Forecast (pronóstico o previsión): el corazón del oficio analítico. También llamado adivinación. La predicción de lo que ocurrirá en el área de interés es la parte más difícil del oficio. El área de interés podría ser el futuro del mundo, o alguien negociando la posición en la reunión de mañana. El oficio enseña que da lo mismo”.
El Fiscal Eduardo Montealegre ha confirmado que el objetivo de los contratos con Springer es realizar juicios a las FARC, medida que se toma en el contexto de los diálogos de paz, unilateralmente por parte del gobierno, y sin que se haya creado la comisión de la Verdad del Conflicto, según da cuenta en entrevista al Fiscal Montealegre publicada por el diario “el espectador”:
“¿Cuándo se harán públicas las investigaciones de la firma Springer, teniendo en cuenta sobre todo que la Fiscalía hizo un contrato para ese fin específico?
Los juicios por crímenes internacionales contra los cabecillas de las Farc serán el escenario natural para descubrir los hallazgos de la Fiscalía, sustentados en parte en esos productos contractuales”xii
Springer a su vez ha defendido sus contratos en los siguientes términos:
El trabajo de investigación que desarrollamos directamente para el despacho del señor fiscal cumple con el fin de: 1) apoyar desde el trabajo que se surte en la Dirección de Análisis, que en días pasados ha iniciado el proceso de imputación por crímenes de guerra (a las Farc)” (…)
esa información es considerada de ‘seguridad nacional’ por cuanto se trata de material de investigación que ayuda a soportar las investigaciones de la Fiscalía contra las Farc por crímenes de guerra, de lesa humanidad y graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario”xiii.
Y si es que realmente son asuntos de seguridad nacional, ¿cuándo se decidió la Fiscalía a entregarlos al manejo privado de la firma de Springer?
El diario El Espectador conoció y publicó en internet el documento elaborado por la empresa de Natalia Springer, titulado “El secuestro en Colombia. Análisis cualitativo y cuantitativo sobre la amplitud y la sistematicidad de la práctica criminal de responsabilidad de las Farc-EP en Colombia”xiv. Ese diario les pidió a varios de los más reputados investigadores del conflicto colombiano que evaluaran el informe de Springer.
Dos de ellos aceptaron ser citados y publicar sus anotaciones sobre el reporte Springer: Francisco Gutiérrez Sanín y Daniel Mejía Londoño (ver análisis de Gutiérrez Sanín y de Mejía Londoño). Dos más prefirieron no aparecer públicamente, pero sí le enviaron a El Espectador sus conceptos. Los cuatro coincidieron con el interventor Carlos Useda y la fiscal Mónica Suárez: el informe preliminar sobre el secuestro en las Farc era problemático, desconocía la literatura académica sobre el conflicto colombiano, arribaba a conclusiones ligeras y hasta ingenuas, adolecía de rigurosidad, tenía múltiples deficiencias metodológicas y sus algoritmos no resultaban “sofisticados”.
Por ejemplo, Gutiérrez Sanín, doctor en ciencias políticas con estudios en matemática aplicada y miembro de la Comisión para el Esclarecimiento del Conflicto, sostuvo, siguiendo a Borges, que “el trabajo bajo evaluación es original y sensato, pero donde es sensato no es original, y donde es original no es sensato”. En su criterio, “el modelo que presentan los autores está groseramente subespecificado”, es decir, no incluye variables esenciales para explicar sus conclusiones. Y remató: “Ni para escribir ni para entender este trabajo se requiere algún conocimiento especializado más allá de la estadística descriptiva”. “También desconocen al parecer trabajos claves producidos por la academia colombiana, como los estudios sobre las FARC realizados por Aguilera y Medina Gallego, entre otros”, “Aquí me parece que al estadístico le faltó alguien con conocimiento sustantivo de nuestro conflicto que lo orientara”xv.
Otra reconocida académica señaló: “No es cierto que solamente ella (Natalia Springer) podía hacer ese trabajo. La ‘evaluación de impacto’ –método con que trabajó la firma– se usa ampliamente en economía y para estimar los modelos econométricos ya existen paquetes estadísticos; para esto no se requiere un algoritmo patentadoxvi.
Jairo Estrada, profesor de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia, miembro de la Comisión Histórica del Conflicto Armado y sus víctimas, realizó esta crítica al modelo utilizado por Springer:
Las pretendidas imputaciones suscitan una preocupación mayor, cuando se informa que ellas se sustentan, por una parte, en el nuevo modelo de investigación de la Fiscalía. Y por la otra, en aplicaciones de la “ciencia de los datos”, o de la “ciencia de las bases de datos”, presentada por la firma Springer von Schwarzenberg y por el propio Fiscal como una innovación revolucionaria en la investigación penal.
La reflexión sobre la pertinencia y los límites de la adaptación acrítica en nuestro país del modelo de investigación criminal elaborado por teóricos importantes del derecho penal alemán como Claus Roxin e implementado en la Fiscalía con la asesoría de Kai Ambos y el concurso de un pequeño grupo de doctorados nacionales bajo el influjo de esa escuela, queda para el debate académico y político, lamentablemente muy pobre en este aspecto hasta el momento.
Sin desconocer los aportes del modelo de Roxin, aún están pendientes tanto la apropiación de visiones críticas de tal enfoque provenientes del propio medio académico alemánxvii, como el examen de oportunidad de implantación y adecuación de un modelo concebido para perseguir industrias criminales, incluidas las de alcance transnacional, especialmente en al ámbito de la criminalidad económica, a la investigación contra la rebelión armada en un contexto en el que se procura una solución política”xviii
La crítica más contundente a los contratos Fiscalía-Springer y al trabajo desarrollado por ella provienen del abogado Alejandro Ramelli , quien era un hombre tan cercano al fiscal, que el propio Eduardo Montealegre lo llevó a la Fiscalía en 2012 para crear la Unidad de Análisis y Contextos (Unac), su proyecto bandera. Ramelli es magistrado auxiliar de la Corte Constitucional. Él acredita una maestría en Francia, un doctorado en España y más de 30 publicaciones en revistas académicas. En entrevista realizada por el diario El Espectador Ramelli se expresó en estos términos sobre la labor desarrollada por Springer:
No hay conexión entre la información que ella suministra y las hipótesis investigativas de la Unidad, no estaban debidamente acreditados los análisis cualitativos y cuantitativos, los patrones macrocriminales no estaban debidamente construidos, no estaba clara la línea del tiempo, tenía muchos problemas con las fuentes de información, por lo cual esa información recogida (para reconstruir los crímenes de las Farc) no podía sustentarse ante un juez”.
-¿Usted le presentó al fiscal general sus consideraciones sobre el trabajo de Natalia Springer? Sí, él sabía. Le presenté un informe muy detallado con todas las observaciones”xix
En otras palabras lo que denunció Ramelli es que la fiscalía estaría cocinando un Falso positivo Judicial para imputar cargos a la guerrilla. Y Ramelli sabe lo que son los Falsos positivos, según la misma entrevista:
los procesos de los falsos positivos se movieron cuando yo estuve en esa unidad. Esos procesos no iban para ninguna parte en relación con la presunta responsabilidad de los aforados o generales. Eso le consta a todo el mundo. Y yo los moví, a costa de mi seguridad y de mi familia.
-Usted dejó constancia de que por haber movido esos procesos temía por su vida. ¿Por qué exactamente? A ese tema le metí todo el hombro. Mire, ese tema está bajo reserva, pero esos procesos de los falsos positivos sólo avanzaron cuando yo estuve en esa unidad.
-¿Antes nadie le había parado bolas a las investigaciones contra generales por casos de falsos positivos?
Tal cual”
Después de haber salido de la Fiscalía debido a lo que denunció, Ramelli empezó a recibir amenazas contra su vida:
-“Usted denunció amenazas en su contra. ¿Cuándo empezaron esas amenazas y a qué se las atribuye?
Creo que es una persecución que me tienen desde hace tiempo. Quieren acabar con mi prestigio profesional, con mi carrera, han enviado anónimos diciendo que ya me hicieron echar de otros cargos y que me van a hacer echar del que tengo (como magistrado auxiliar de la Corte Constitucional). Todo esto empezó desde que salí de la Fiscalía. Puede que exista una relación de causalidad.
-¿Teme por su vida?
Sí.
-¿Le pediría al fiscal que lo proteja?
¿Usted cree que me va a cuidar? Pensaría que no.
-¿Cree que esos anónimos amenazantes provienen de la Fiscalía?
Estoy seguro.
-¿Qué le quiere decir al fiscal general?
Que diga la verdad. Le pido que diga las cosas como son. Le resumo lo que pienso con una frase de Unamuno: ‘Podéis vencer pero no convencer’”
El hecho de que Springer tenga relaciones con la inteligencia norteamericana no sería algo sorprendente. Según el informe de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, “los Estados Unidos tienen responsabilidad directa en el conflicto por su permanente participación en el diseño e implementación de políticas de contrainsurgencia: por la exportación hacia el país y la financiación de sus guerras de intervención <>, <> y <>; por la instalación de bases militares; por la asistencia tecnológica y el suministro de material bélico. Todo ello ha contribuido a prolongar y agudizar la confrontación armada. En el mismo sentido se debe valorar la responsabilidad de los servicios de inteligencia (…) la responsabilidad empresarial se extiende a las empresas transnacionales que hacen presencia en el país, también comprometidas de manera diferenciada con la dinámica asumida por el conflicto”xx
De acuerdo a lo anterior, la información contenida en este documento podría ser un nuevo capítulo de “la dimensión internacional del conflicto social y armado en Colombia: injerencia de los Estados Unidos, Contrainsurgencia y Terrorismo de Estado”, título prestado del documento presentado por el profesor Renán Vega como aporte a la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, surgida en el contexto de los Diálogos de Paz de La Habana, Cubaxxi.
NOTAS
viii  Documento disponible en http://www.pnud.org.co/hechosdepaz/echos/pdf/4.pdf (página 15, pie de página número 1).
xvii  Estrada refiere aquí a Amelung, Knut, “Zur Kritik des kriminalpolitischen Strafrechtssystems von Roxin”, en JuristenZeitung, 37. Jahrg., Nr. 18 (17. September 1982), pp. 617-622. Desconozco el documento.
xviii   Ver artículo de Jairo Estrada http://www.rebelion.org/noticia.php?id=202433 
xxi  Ibíd. Pág. 697.
Tomado: http://www.contrainjerencia.com/?p=113272

miércoles, 6 de enero de 2016

“La izquierda del Siglo XXI" y los sahumadores"

Una respuesta a Emir Sader



Ln las procesiones católicas el que esparce incienso al paso de la imagen se llama turiferario y, con los “efectos especiales” del Medioevo, trata de dar sacralidad al paseo del santo o de la reliquia del mismo. Los sacerdotes laicos de los gobiernos “progresistas” no llegan a turiferarios sino que son, simplemente, sahumadores pues con el humo de sus teorías tratan de disimular el mal olor que despide la descomposición de esos gobiernos.

Un sahumador destacado es mi amigo Emir Sader quien al menos tiene la valentía de romper lanzas teóricas a favor de gente que, tras una derrota inesperada e ignominiosa, desaparece refugiándose en la mudez de la falta de balances y explicaciones, como Cristina Fernández de Kirchner, no puede ni pensar, como Dilma Rousseff y Lula, o se limita obstinadamente a vociferar, como Nicolás Maduro, en vez de abrir un período de reflexión, autocrítica y rectificaciónpPara salvar lo aún salvable.

Emir, en su artículo “la izquierda del Siglo XXI es antineoliberal”, publicado en La Jornada, de México, Página 12, el boletín kirchnerista de Argentina y la página web españolaRebelión, dice que la izquierda es una categoría histórica variable que primero se habría referido al enfrentamiento entre las clases, después al antifascismo y, por último, al neoliberalismo. Lo que Emir describe es en realidad la evolución de la socialdemocracia y del estalinismo desde los años 1930 hasta hoy, desde la lucha anticapitalista y socialista, pasando por los Frentes Populares con partidos burgueses hasta los Hollande, los Tsipras, los Iglesias, empeñados en mantener el capitalismo a costa de todas las concesiones y vergüenzas posibles. Pero aunque “izquierda” es un término de relación (se es izquierda frente a una derecha) tan poco preciso que Hitler sería izquierda frente a Gengis Khan, desde 1848, con el surgimiento de las insurrecciones obreras y del socialismo, es de izquierda quien está contra el sistema capitalista y de ultraderecha, derecha o centro derecha quien lo defiende, sólo ve como posible el marco del sistema y niega la lucha de clases en nombre de la unidad nacional. No hay entonces un enfrentamiento entre una “izquierda” progresistas y la derecha sino una lucha entre una débil derecha nacionalista y la sólida del gran capital financiero mundial.

Además, el neoliberalismo es sólo una de las políticas del capitalismo, que en su momento fue keynesiano o nazi. Quien busca sólo una alternativa al neoliberalismo propone sólo reformas al capitalismo, que es la causa de fondo del mismo y de todos los otros males (guerras, ecocidio, racismo, esclavitud (guerras, ecocidio, racismo, esclavitud, xenofobia, colonialismo).

Siguiendo a García Linera, cuyo fin declarado es la constitución de un “capitalismo andino” y cuya bestia negra son “los intelectuales de izquierda” y las ONGs progresistas, Emir Sader critica a los sectores que planteaban que los movimientos sociales debían ser independientes del Estado y de las instituciones capitalistas, no dice una palabra sobre el carácter capitalista de los Estados que tienen gobiernos “progresistas” (es más, confunde gobiernos con Estado) ni sobre la necesidad de esa independencia, por ejemplo, en México, Colombia o la Argentina de Macri.

Según Emir, los gobiernos “progresistas” habrían “redefinido el papel del Estado en vez de oponerse a él”. ¿Cómo? ¿Apoyando a los soyeros a costa de la agricultura campesina, aliándose con el agribussiness en vez de hacer una reforma agraria, como exige en Brasil el MST? ¿Fomentando la gran minería y la deforestación, el extractivismo, la destrucción ambiental de masa, favoreciendo al capital financiero como hizo el kirchnerismo? ¿No tocando las bases del capitalismo y ni siquiera afectando a las transnacionales y la banca extranjera?

Según los sahumadores esos gobiernos habrían “promovido un inmenso proceso de democratización social”. ¿Habría desaparecido la explotación, se habría reducido la brecha entre ricos y pobres o, simplemente, el Estado, para mantener altas las ganancias de los capitalistas, subsidió algunos servicios y amplió el mercado interno con políticas asistenciales y redistributivas dejando intactas las estructuras económicas capitalistas y dependientes? Si se hubiese producido esa democratización masiva ¿por qué la oposición venezolana pasó de menos del 50 por ciento de los votos al 65,27 por ciento conquistando millones de votos anteriormente chavistas? ¿Por qué el kirchnerismo perdió en la provincia de Buenos Aires y en todas las grandes ciudades, además de en los barrios y municipios obreros? ¿Por ingratitud, porque millones de obreros se habrían vendido a la CIA o serían derechistas fascistizantes, como explicaban los comunistas en el caso de Solidarnosc, en Polonia en 1980? ¿La izquierda se reduce por otra parte a la caricatura que hace Emir cuando pone como sus representantes a Negri-Hardt o a Holloway? ¿Fuera del estalinismo o de los espontaneístas, no hay izquierda sino sólo “intelectuales irresponsables que hablan desde cátedras” (diciendo lo contrario a los –pocos- intelectuales sahumadores que hablan también desde cátedras o desde gobiernos)? ¿La “izquierda del siglo XXI” sería Tsipras y Syriza, que aceptan con júbilo todas las imposiciones de la Troika y del gran capital que rechazaron poco antes, Podemos, que lo que quiere “es ganar”, o sea entrar mediante una alianza electoral en un gobierno de un Estado monárquico y capitalista, o la izquierda portuguesa que reproduce la nefasta experiencia del ingreso de Rifondazione Comunista en el gobierno de Romano Prodi?

¿Para ser izquierda basta con estar contra la política de austeridad y ser honestos representantes del capital? ¿Eso es lo que nos proponen los sahumadores en vez de intentar dar ideas sobre cómo recuperar las conciencias en Venezuela, sobre cómo construir poder popular en Bolivia y en Ecuador para evitar allí futuras derrotas, sobre cómo hacer una política clasista de resistencia en Argentina en vez de ponerle velitas a la mariscala de derrotas Cristina esperando su regreso en el 2019 ?