lunes, 9 de septiembre de 2019

Vuelven y juegan las FARC-EP


Libardo Sánchez Gómez*
Boquiabiertos dejó a más de uno el estelar video donde “la banda de los cuatro” integrada por Iván Márquez, Jesús Santrich, el Paisa y Romaña anuncian que retornan las armas. Pero los más sorprendidos fueron quienes, para torpedear los acuerdos Santos – Timochenco, también, habían ideado videos, no menos estelares; mediante  burdos montajes, se hacía aparecer a Santrich negociando varias toneladas de cocaína.  Videos  con los que, además, pretendían enlodar a Iván Márquez. Entre los autores de los montajes destaca el ex fiscal  Néstor Humberto Martínez, quien según Gustavo Petro es “el hombre más corrupto de Colombia”. El acoso  era  tal   que Iván y Santrich no tuvieron otra salida, la cuestión era regresar a las montañas o viajar extraditados a los EEUU.    Y qué esperaban que avanzaran como mansos corderos al matadero. Pero porqué le tiembla la barbilla a la oligarquía si según el ministro de guerra “se  trata apenas   de un puñado de bandidos”.  Acaso  no tienen el poder militar gringo, para lanzarles bombas de alta precisión, y  la comparsa de payasos integrada por la famosa Alianza de Lima encabezada por el autoproclamado presidente Juan Guaidó, a quien el presidente Duque le pidió expresamente su ayuda, y quien se comprometió a echar de tierra venezolana a todos los guerrilleros.
Ha sido abundante la lluvia de análisis y opiniones   de políticos, politólogos y pazólogos. Pero, como decía mi abuelo, todos  a cual más “cogen el rastro al revés”, según ellos  la FARC es el más grande cártel del tráfico de narcóticos,   y eso hace que los perros de cacería nunca atrapen a la presa y que las bombas de precisión vayan a dar contra las casas de los campesinos desarmados. Torticeramente no tienen en cuenta que si bien los alzados en armas viven en   territorios productores de hoja de coca, de cultivos de amapola y marihuana, no por ello   son  narcotraficantes, y que por otro lado estos no son  los encargados de combatir a cultivadores y   procesadores de alcaloides, y como de alguna manera tienen que sufragar los gastos de la guerra es más sano cobrar  peaje a los  narcotraficantes, que vacunar y secuestrar  ganaderos y empresarios.  Ese señalamiento hará que en adelante la lucha contra el narcotráfico deje de lado al Clan del Golfo y al cártel de Sinaloa, para concentrar esfuerzos contra  el ciego Santrich, el más peligroso de todos, quien ciego y todo con su Ak-47 hace temblar a más de un héroe de la patria. Para los analistas de marras las causas objetivas, que hace décadas llevaron, eso sí, a un puñado de campesinos a tomar las armas en defensa de sus tierras y cuya superación no se tocó en los acuerdos, no tienen que ver en la continuación  de la cruenta y larga guerra interna. En La Habana se firmaron unos  acuerdos, que para los sectores retardatarios colombianos significaron la “entrega de Colombia a las FARC”, y para amplios sectores populares no fue más que la claudicación de la causa revolucionaria a cambio de ilusorias promesas. Lo cierto es que, precisamente, la banda de los cuatro no estuvo del todo de acuerdo con lo firmado ni de la manera como se llevó a cabo, por lo menos se opusieron a que se entregaran las armas antes de haberse cumplido lo pactado.  Esa actitud causó gran malestar no sólo dentro de la cúpula negociadora de la insurgencia, principalmente de Timochenco quien siempre mostró desmedido afán por firmar a como diera lugar,  sino  en el alto gobierno, en los gringos (quienes definían que se firmaba)  y en la tropa. La amplia gama de “opinadores”, también,  deja de lado que la actuación de la Fiscalía y   la DEA  terminó obligando a “la banda de los cuatro” a abandonar el mal llamado “proceso de paz”, para dedicarse según los analistas al narcotráfico, a la extorsión y a la minería ilegal, la legal es la concesionada a las transnacionales igualmente destructora  del medio ambiente, solo que estas compañías se roban los recursos de manera legal.
No se conoce como será en adelante la dinámica de la guerra de posiciones, no obstante,  el llamado de los renovados guerreros a la unión con el ELN seguramente será un factor que dinamizará la lucha armada revolucionaria, asegurando la  efectividad de su accionar rebelde y de  paso no sólo  su supervivencia sino  su crecimiento cualitativo y cuantitativo. Dicen los pazólogos y demás  áulicos de la oligarquía,  que  la lucha armada con fines sociopolíticos es  obsoleta; tal vez,  para sus intereses de acomodamiento, y puede ser cierto en otras partes del mundo, pero no en Colombia. En países que no han tenido la larga experiencia de la guerra guerrillas de Colombia, probablemente, las grandes mayorías tendrán que padecer la exclusión, el hambre y la pobreza eternamente,    pues es casi imposible resistir los embates de las fuerzas armadas al servicio de las oligarquías locales, apoyados por la letalidad militar gringa. Pero esto no es cierto en Colombia donde la experiencia armada de más de 60 años ha permitido  crear retaguardias protegidas y   llevar a cabo acciones ofensivas exitosas.  
Pero si no es mediante las armas acaso será posible a través del parlamento llevar a cabo reformas estructurales a la enferma socialdemocracia. Está demostrado a lo largo y ancho que dada la composición de los integrantes de los parlamentos es imposible cambiar el statu quo, allí llegan, por lo general,  los políticos  más venales a defender sus intereses de clase. Los sectores populares cuentan con pírricas representaciones, y muchos terminan plegándose a los poderosos. ¿Será que mediante la acción política se puede llevar la reforma agraria, almendra del conflicto armado colombiano?  ¿Latifundistas como el hoy senador Álvaro Uribe Vélez estarán dispuestos a ceder por las buenas un metro de sus millones de hectáreas? ¿El parlamento podrá disolver las criminales EPS, invento del mismo parlamentario, que día a día matan más personas que  cualquier conflicto armado? ¿El parlamento podrá acabar la corrupción,  ligada de manera estructural al modo de producción capitalista? Ya el congreso mostró que por sus recintos no pasan iniciativas tan devastadoras para sus intereses, como las aprobadas en el “plebiscito anticorrupción”.  ¿Mediante iniciativas políticas se podrá superar el modo de producción capitalista, que mantiene a la mayoría de los seres humanos en la exclusión y la pobreza? Las respuestas son obvias,  el parlamento no le sirve a los intereses de las mayorías, y menos para    para transformar la sociedad.     Se  menciona como ejemplo de acción política popular    el bono de cuarenta y cinco mil pesos otorgado a las llamadas eufemísticamente “personas de la tercera edad”, solo que para cobrarlo los ancianos tienen que invertir en gastos de desplazamiento el doble de lo otorgado, ¿acaso  esta vejación contra la vejez no justifica por sí sola el alzamiento en armas del pueblo colombiano?
¿Se podrá considerar un villano a quien  ofrenda la vida en aras de mejorar la situación de sus congéneres? ¿Quién es más bandolero el ladrón de cuello blanco enquistado en el parlamento o un guerrillero que lucha por superar la inequidad social? ¿Quién es el  verdadero héroe el que defiende los intereses de las clases hegemónicas ladronas  o el que batalla por desmontar sus privilegios?
Al margen de la pertinencia de la lucha armada en Colombia es bueno echar un vistazo a cómo  será   la renovación de la FARC- EP en su nueva etapa guerrera.  En un nuevo video anuncian la creación del movimiento político: “Movimiento Bolivariano por la nueva Colombia”, probablemente recogerán el apoyo popular que los reinsertados no han logrado obtener con su “FARC Rosa”.      Según  los rearmados,   disidentes son quienes vendieron la causa, y por tanto deberán cuanto antes de dejar de usurpar el nombre, porque las FARC de siempre seguirán  aceitando  los fusiles.  Se anuncia en el primer  video que, de ahora en adelante, no habrá retenciones con fines económicos, que adelantarán conversaciones “amistosas” con los empresarios y ganaderos, así que los aportes serán voluntarios, pero cabe preguntar,  ¿y si estos se niegan a colaborar qué va a pasar? Entonces, es fácil pensar que si no se les retiene  se tendrá que  aplicarles algún castigo, ¿un tirón de orejas  o un tiro de gracia? En todo caso si quieren el apoyo y simpatía del pueblo   las nuevas FARC no podrán cometer los errores del pasado, deberán interpretar los anhelos de  los campesinos, ganaderos, empresarios, obreros, estudiantes y de todos los excluidos del régimen. No más imposiciones, por ejemplo, los trabajos comunitarios asociados con las vías rurales y obras de beneficio común tendrán que ser coordinadas con las comunidades no impuestas según el capricho de los comandantes. No más vacunas a los pequeños campesinos y empresarios. Cae muy bien cuando dicen que no atacarán a policías y soldados rasos y que  su accionar será defensivo. ¿Eso implica que los blancos militares directos serán los oligarcas y altos mandos militares? Si eso es así, se entiende porqué les debe temblar barbilla a la burguesía y a los generales. También, dicen los guerreros que dejan una puerta abierta al diálogo con el régimen, pero como era de esperar el presidente Duque, dada su prepotencia influenciada por su mentor el “paraco” Uribe Vélez, desestimó el ofrecimiento, así que habrá que esperar otros cincuenta años para iniciar nuevos diálogos entre  alzados en armas y oligarquía.
Por otro lado existe gran inquietud en el pueblo profundo, ese que quiere que la sociedad cambie por las buenas o por las malas,   acerca de la línea política y  orientación conceptual e ideológica de la nueva FARC.  Algunos sostienen que se trata de un grupo revisionista, que no se sustenta en conceptos basados en la dialéctica materialista, por tanto no son marxistas o sea que de socialistas tienen tanto como el gobierno venezolano, a quien se le acusa tendenciosamente de ser su tutor. Se espera que los motivos para embarcarse de nuevo en la guerra sea una profunda convicción revolucionaria, que tenga como objetivo la abolición del fatídico modelo capitalista para instaurar una sociedad socialista.  Es claro que si se trata de ser y actuar como la antigua  guerrilla comandada por un individuo como Timochenco, con limitada formación política y por tanto limitada conciencia de clase, es mejor que depongan las armas y eviten las muertes y dolor que conlleva la guerra. Si  lo hacen por el acoso al que los sometió el régimen es mejor que se vayan con el resto de  ex combatientes a lo más profundo de la selva    a producir miel de avispas.
*Mvz. Un. Msc Economía. UPJ. Excatedrático universitario.

sábado, 17 de agosto de 2019

La Paz en guerra permanente


Libardo Sánchez G*.

Paz en términos generales es sinónimo de armonía, equilibrio, equidad y/o ausencia de guerra; pero desde el punto de vista  de la  organización  social  es un término que significa cosas distintas y, aún, contradictorias. Para las clases que detentan el poder hay paz mientras no se atente contra sus privilegios, y para el resto de hombres y mujeres, la paz  consiste en la  igualdad de oportunidades para el acceso a la educación, a la vivienda, a la salud y seguridad social, así como la remuneración justa del trabajo.  Avanzar en la transformación social  hacia  sociedades más igualitarias ha dividido al mundo, unos piensan que se puede y debe hacerse por medios pacíficos y otros consideran que  la trasformación social sólo es posible revolucionariamente, pensadores como Karl Marx desde el materialismo científico y Van Pope, que nada tiene que ver con la izquierda, sostienen  que el cambio de cualquier paradigma siempre es “revolucionario”. Todos los esfuerzos del poder mundial se centran en mantener la inamovilidad social.   Las  luchas por simples mejoras sociales      son consideradas como actos de guerra propiciados por terroristas, de hecho esto ha dado origen al concepto  “del enemigo interno”, asunto que explica el asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos, así mismo lleva al imperialismo gringo a cometer actos de barbarie, a  invadir naciones y a realizar  bloqueos comerciales e incluso navales de países como Cuba y Venezuela.
 El  modo de producción de libre mercado o capitalismo, que impera en todo el mundo salvo de manera parcial en Corea del Norte y     Cuba,     privilegia la acumulación de riqueza a través de la competencia más no de la cooperación. Tanto  la acumulación como la competencia son fuente permanente de conflictividad, más si dicha acumulación se queda en manos  del 1% de los seres humanos, la llamada burguesía.       Así  mismo, este 1% no solo concentra  el poder económico sino el poder político el cual les permite manejar al mundo a su antojo.  Al   resto o sea al  99% de hombres y mujeres  se les agrupa en una variopinta gama de estratos sociales,  en Colombia  los   estratos van del 0 al 6.   Por otro lado, quienes  pertenecen al  1% son los únicos que pueden vivir de la renta,   los demás, como común denominador, para subsistir tienen que trabajar. Si bien algunos poseen propiedades como casas, carros y fincas, no por eso hacen parte de los ricos, pues de todas maneras  si no trabajan no comen. En la cúspide del 99%   se  ubican   los estratos 4, 5 y 6, y constituyen la llamada pequeña burguesía. Su obsesión por  ascender al  grupo del 1% es latente, pero casi ninguno lo logra por el contrario la mayoría va descendiendo paulatinamente hasta llegar   a los  niveles   inferiores. Las luchas de la pequeña burguesía se limitan a movimientos de tipo feminista o en defensa del medio ambiente, las cuales no atentan contra el Statu quo, por el contrario   distraen las verdaderas luchas populares.   A otro     subgrupo se le ubica en los estratos 1, 2 y 3 este  no posee medios de producción tan solo cuenta  con su fuerza de trabajo, la llamada clase proletaria, y son  quienes realmente crean  valor, pues sin su trabajo los bienes no tendrían valor alguno, de igual manera la clase proletaria es la llamada hacer avanzar la sociedad mediante la lucha revolucionaria, pero   dado que tienen acceso, aunque precariamente, a salud, seguridad social,  vivienda y educación y pueden consumir alimentos con regularidad, se olvidan de su papel de clase protagónica de la transformación social,  y se convierten en los principales defensores del statu quo.     La  mayoría de seres humanos pertenecen al estrato 0, no poseen absolutamente  nada ni siquiera  conciencia de clase, y su fuerza de trabajo no genera   valor alguno, pues  hacen parte de los ejércitos de desempleados.  No obstante, en Colombia si mediante el “rebusque” alguien obtiene ingresos superiores a doscientos mil pesos deja de ser pobre, y la misma persona no admite  ser pobre.  
La  acumulación de riqueza en el sistema capitalista sigue la línea de la llamada “equidad paretiana”, Wilfredo Pareto sostiene que: “para mejorar la condición de un individuo es preciso desmejorar la de otro”. Esta premisa genera dentro de la sociedad todo tipo de violencia dando lugar a una lucha de clases permanente. Por lo corto de este escrito no se analizan los diversos tipos acumulación (ahorro, apropiación, expropiación, plusvalía, etc.)  Pero sí hay que señalar que el 1% acumula riquezas apropiándose de los recursos naturales de todo el planeta así como de la plusvalía (lo que deja de pagarse a un trabajador) de los trabajadores del orbe.
Las sociedades son cuerpos vivos y por lo tanto evolucionan y  se  transforman permanentemente, no obstante, se sostiene que el capitalismo llegó “al fin de la historia”, y  la inmovilidad es un axioma, pero la conflictividad entre el capital y el trabajo, es decir, entre el dueño de los medios de producción (capital, tierra, tecnología) y los asalariados, se da de manera permanente y así será hasta que desaparezcan las diferencias entre ricos y pobres.  Luego  la pregonada   armonía entre poseedores y desposeídos es solamente una ilusión de los hegemones.  Sus privilegios seguirán viéndose amenazados hasta que la democracia sea una  realidad. En   algunos  países se han llevado a cabo guerras para hacer avanzar la sociedad hacia organizaciones sociales más equilibradas, como ocurrió,  entre otras naciones, en la  Rusia zarista, China, Cuba, Vietnam y Corea. En estos países si bien no se ha avanzado a un modo de producción plenamente igualitario sí hay más equilibrio social lo que implica menos conflictividad. Y  en Colombia  perdura la guerra civil interna por más de 60 años tratando de remover el viejo modelo.
En el seno del capitalismo se da otra  actividad delictiva ajena  a la    lucha de  clases,  y es inherente al modo de producción capitalista.     El futuro incierto lleva al individuo a que, para acumular riqueza, tenga que recurrir al delito. El modelo estimula  actividades delictivas    muy lucrativas como el narcotráfico, la trata de personas, el tráfico de armas,  alteración de medicamentos (60% en los países desarrollados)  y  robo del dinero destinado a la salud por parte de los prestadores particulares.  Existen otros delitos igualmente lucrativos, pero sin tanto riesgo, como  los llamados de cuello blanco cometidos por   funcionarios públicos, contratistas y políticos. Es claro que en una sociedad donde existiera  equidad y el Estado proveyese  bienes y servicios y no se permitiese  la acumulación exagerada de riqueza nadie se vería tentado a cometer delitos relacionados con la apropiación de bienes. 
Otra característica del modo de producción capitalista es que los delitos,    generalmente,  se cometen entre iguales, los estratos 5 y 6 se roban entre ellos, por ejemplo, el caso INTERBOLSA,  es claro que un estrato 1 no está en capacidad de jugar en la Bolsa. El  robo de residencias y autos así como los robos virtuales  se llevan a cabo principalmente en los estratos 3 y 4, y son efectuados por individuos con buen poder adquisitivo, pertenecientes a los mismos niveles sociales.  Esta es la corroboración de la Ley de la equidad Paretiana, unos mejoran su posición a costa de los otros. Los delitos relacionados con la apropiación de bienes    son una de las pocas formas de ascender de nivel social.   Otra  manera de ascender es mediante un golpe de suerte, como el ganarse la lotería. También, hay posibilidad de ascender en la pirámide social gracias a la herencia genética,   caso de los artistas y  deportistas. Definitivamente a la   cúspide social, fuera de los “golpes de suerte”, se puede llegar mediante el delito entre ellos la  corrupción efectuada  por los funcionarios públicos en contubernio con agentes privados. La corrupción se podría decir que es el colmo de la Equidad Paretiana, pues se trata de la apropiación de los bienes de  todos por parte de unos pocos.
La conflictividad o, mejor, los delitos comunes en el seno de los estratos bajos, tiene otro tipo de connotación, pues no se trata de acumular riqueza sino de sobrevivir. Un hombre o mujer desempleado para no ver morir de hambre a sus hijos   tiene que  robar a sus congéneres.  El  estado soluciona las necesidades de la gente,  recurriendo  a medidas represivas, pero dado que se trata de un aspecto estructural del modelo socioeconómico, la acción punitiva no sirve de nada, las miles de cárceles regadas por todo el país están sobrepobladas de transgresores, jamás habrán suficientes sitios para meter a la  gente que roba por hambre ni  aquellos que lo hacen para mejorar su posición social. Así mismo la venialidad de los encargados de impartir justicia es otro de los fermentos de la actividad delictiva.
El capitalismo ha llegado a su última fase denominada IMPERIALISMO, que consiste en la monopolización de los medios de producción a manos de un puñado de corporaciones, bancos y empresas transnacionales. Para mantener el dominio global el imperialismo dispone por un lado de millones de hombres en armas y tecnología militar sofisticada, por otro lado lleva acabo la llamada guerra sicológica  con la cual influye sobre la mente y la conciencia  de las personas. Para adelantar  la guerra sicológica dispone del aparato judicial, la educación como correa ideológica  transmisora de  sus intereses de clase; también, cuenta con los medios de comunicación, como la televisión, la radio, la prensa, las redes sociales y, en su conjunto, con las denominadas TIC. Así mismo los ejércitos de carácter legal son apoyados por otro tipo de fuerzas    paramilitares. Los paramilitares le efectúan el trabajo sucio a las fuerzas del orden, en Latinoamérica estos son creados de acuerdo a las instrucciones del Comando Sur norteamericano. En Colombia, los paramilitares y agentes del estado son los principales responsables del asesinato de  líderes sociales, defensores de derechos humanos, líderes estudiantiles, reclamantes de tierras y educadores. Así mismo realizan la llamada “limpieza social”, la cual consiste en eliminar en el campo a los ladrones de las haciendas (abigeato) y en la ciudad a los “habitantes de calle”, pues estos afean la urbe y espantan a los inversionistas extranjeros. Nada se sabe acerca de los integrantes de los grupos  de limpieza social, como las Águilas Negras,  lo que lleva a pensar  que  hacen parte de las fuerzas de seguridad del Estado, por lo menos la fiscalía, a través de su cuerpo de investigación CTI, no ha podido dar   a conocer el nombre de uno solo de ellos.
Lo cierto es que la democracia occidental se ha construido en torno a un modo de producción el cual no ha podido solucionar los problemas de la mayoría de la población mundial, por el contrario día a día aumenta el hambre y la miseria; la gente empobrecida en campos y ciudades está sujeta a una permanente tormenta de tormentos. Para citar dos ejemplos nada más, en EEUU de Norteamérica, cuna del imperialismo, se dice que existen alrededor de cien millones de hombres y mujeres en estado de pobreza extrema los cuales habitan en los andenes, bajo los puentes  y en las alcantarillas de las grandes ciudades, conformando un verdadero mundo subterráneo. La  ONU  dice que en Colombia     a diario mueren por inanición cerca de diez personas. La pregunta es, ¿este es el modelo socioeconómico que debemos defender? Si es así la  paz, como el estómago de la mayoría de los seres humanos, tendrá que vivir en guerra permanente. 

*Mv. U.Nal.  Msc. UPJ.  Ex catedrático universitario.

martes, 18 de septiembre de 2018

¿Es Guacho el guache o son otros los guaches?



Libardo Sánchez Gómez*
La situación social de Latinoamérica especialmente de Colombia, Ecuador y Venezuela da para hablar de guaches y guachadas. Según  el diccionario Larousse se le dice guacho a un hombre huérfano y  GUACHE a un hombre del pueblo;  en Colombia, además, a esta palabra se le agrega  la acepción de patán y mentiroso, como se hace ver en los medios de comunicación a Walter Patricio Arizala, se supone   un guerrillero activo   de las FARC-EP,  quien escogió como nombre de guerra el de GUACHO.  La verdad es que a ciencia cierta no se sabe si Guacho es real o no,    todo lo que se conoce de Él es lo que divulgan los medios de comunicación a quienes poco y nada se les puede creer.   Se dice que  no es un disidente, pues no renunció a sus ideales de transformación de una sociedad desigual y enferma por vía de  la lucha armada, parece que no se reintegró por considerar que la cúpula negociadora del grupo insurgente, encabeza del inepto y sin conciencia o, por lo menos,    claridad política  Timochenko, pactó por nada el sometimiento del grupo sin haber sido derrotados militarmente.  En todo caso a Walter, la clase  hegemónica en el poder lo convirtió en el último fantasma, creado   para infundir miedo y zozobra en la población,  para los guaches en el poder es preciso contar con alguien a quien culpar de todo lo malo que ocurra, y en este caso en el Suroccidente colombo ecuatoriano. Y para hacer más espectacular su espectro terrorífico, como hicieron en su tiempo con el jefe   legendario guerrillero Manuel Marulanda, de vez en cuando le dan de baja; el “carnicero” de turno Guillermo Botero llamado, también, ministro de defensa (de los privilegios de unos pocos) anunció que ya le dio a Guacho dos tiros por la espalda y que debe estar muerto, pero de la risa.   
Guacho comienza a sonar a partir del secuestro y ejecución de tres periodistas de origen ecuatoriano, de estos hechos se sindica a Guacho, pero hay serias dudas acerca  de que este    guerrillero haya sido realmente el responsable de este execrable crimen. Serios indicios  llevan a que, por lo menos,   los autores intelectuales son agentes de seguridad colombianos en contubernio con el gobierno ecuatoriano y agentes del Comando Sur. Al gobierno norteamericano le interesa calentar la frontera colombo-ecuatoriana, para crear artificialmente  la necesidad de su presencia  y así  volver a instalar sus bases militares las cuales tuvo que desmantelar durante el gobierno de Correa. El  presidente Lenin Moreno, quien actuó como caballo de Troya dentro del gobierno de Rafael  Correa, abandonó las banderas progresistas de Correa para lanzarse al seno del Tío SAM y, como todo renegado, es capaz de cualquier guachada.
Y, continuando con “guachadas”,   a pesar que el Gobierno de Nicolás Maduro nada tiene de socialista excepto el mote de Socialismo del Siglo XXI, los gobiernos del Cono Sur,  dóciles cachorros del imperio, han orquestado la más grande de las “guachadas” en contra del pueblo venezolano; temerosos del avance del chavismo, que puede hacer que las oligarquías tradicionales pierdan sus privilegios,  se han puesto del lado de los intereses del capital transnacional, actuando  como fieros perros de presa en la guerra de cuarta generación emprendida por el Pentágono contra Venezuela. Dentro de los múltiples frentes de esta guerra el económico es el principal, para   estrangular al gobierno de Nicolás Maduro impiden por todos los medios la llegada de alimentos y medicamentos, y estimulan el contrabando de estos a través de sus fronteras especialmente de la frontera con Colombia. Igualmente tan pronto     van apareciendo en el mercado los billetes de alta denominación los   acaparan, de esta manera se provoca una escases artificial de efectivo, trayendo consigo   subida de los precios. Y como si fuera poco los dueños de tiendas y almacenes suben sin justificación alguna los precios de todo tipo de mercancías especialmente de las de primera necesidad. Desde luego en medio del maremágnum provocado por la inflación flota la corrupción de funcionarios (quinta columna) y de algunos miembros de la  policía, agravando el panorama.
Los medios de comunicación transnacionales y los locales de propiedad de la burguesía, que otrora disponía de los bienes petroleros, distorsionan monstruosamente la verdad, haciendo ver al Presidente Nicolás Maduro como un desalmado dictador violador de los derechos humanos, a esta guachada le hacen eco, salvo contadas excepciones, los políticos tanto de derecha como de izquierda del continente, ocultando que Maduro fue elegido mediante el voto libre de sus compatriotas en unas elecciones consideradas por observadores internacionales como las más transparentes en el mundo entero. Tampoco se informa que   Maduro está sometido a los mandatos de la Asamblea Nacional Constituyente, conformada por 554 miembros elegidos por toda la población mediante voto libre y limpio. Los medios de comunicación, también, repican continuamente que todo está mal en Venezuela mientras que en los países vecinos la gente goza de altos niveles de bienestar, de esta manera se estimula el éxodo de ilusos, que abandonan su patria en busca del dorado. Y  no se advierte  que la situación de los vecinos casi en todos los frentes es peor que en Venezuela, por ejemplo, no se dice que más de ocho millones de personas en Colombia han sido desplazados de sus territorios y que sobreviven del rebusque en   tugurios regados por todo el país, y esto no amerita reuniones urgentes de la ONU y la OEA. A la fecha se siguen presentando los desplazamientos, el mismo Gobierno informa que grupos armados están obligando a los habitantes  de los corregimientos del Charco, Las Mercedes y Catalina, entre otros, en Nariño a abandonar sus tierras. Tampoco se menciona que en Colombia mueren diariamente alrededor de cinco niños de física hambre, en Venezuela no se ha reportado un solo caso, pues todas las personas reciben un bono de alimentación y un mercado a través de lo que se conoce como Claps. No se cuenta que en Colombia el empleo formal es marginal, siendo el rebusque quien permite sobrevivir a casi el 80% de la población laboralmente activa. No se dice que la gente muere a diario en sus casas esperando una cita con el médico la cual dura hasta seis meses,  y no hay enfermo que aguante tanto. Y de la seguridad social ni hablar, solamente 3 de cada diez colombianos llegan a pensionarse, en Venezuela el cien por ciento de las personas que llegan a los 60 años automáticamente reciben una pensión. Es cierto que en Venezuela la  inflación ha sido incontrolable debido a que a cada medida del Gobierno para superarla el Pentágono sale con una contramedida, no obstante, se procura   aliviar la situación mediante medidas de tipo económico, legal, fiscal y monetario, con el petro,  moneda virtual, se busca evitar el acaparamiento de los billetes de alta denominación,  se   suben  salarios para compensar la pérdida adquisitiva, se castigan   los empresarios que aumentan los precios de manera artificial y, por otro lado,  se viene estimulando la producción agropecuaria, Venezuela es autosuficiente en Café, cacao,   carne la cual  escasea porque el ganado sale hacia Colombia  de contrabando, lo mismo ocurre con el arroz; los ganaderos y arroceros de Arauca se quejan que la entrada de animales y grano de Venezuela los tiene arruinados, y claro el gobierno colombiano actúa como un guache, haciéndose el de la vista gorda, pues se trata de afectar a Venezuela.  
La más grande de todas la guachadas llevadas a cabo contra Venezuela es el llamado éxodo venezolano del cual la televisión colombiana ha hecho un show mediático, para aumentar rating; este éxodo es estimulado de manera  calculada desde altos niveles del gobierno colombiano y por agentes encubiertos de la CIA y de la Seguridad colombiana, escogen a gente vulnerable y le ofrecen dinero y la promesa que una vez lleguen a los países vecinos allí los van a recibir con los brazos abiertos, se les promete  empleos en altos cargos y con sueldos que en poco tiempo les convertirá en gente rica. A muchos les dan lo del pasaje hasta Cúcuta, una vez allí     las primeras huellas del dorado que encuentran son las piedras que pisan los pies desnudos, pues no hay suelas que aguanten tanto trote, los   zapatos   con que llegan no sirven para seguir ni para volver atrás. Esfumado el dorado los despistados trashumantes comienzan añorar lo  que dejaron en su tierra, muchos preguntan por las oficinas donde les deberán entregar lo prometido o, por lo menos, los bonos de las misiones a que tenían derecho en su país. Algunos logran devolverse, pero la mayoría no se dan por vencidos y continúan en busca del dorado por  todas las ciudades de Colombia y de los países vecinos.  Los mismos medios de comunicación como RCN y Caracol informan que más de cuatrocientos mil personas han retornado a sus sitios de origen, incluso el presidente Maduro ha dispuesto medios de transporte gratuitos para todos lo que adquieran cordura y quieran volver a sus hogares. Desde luego muchos no querrán hacerlo unos por motivos políticos, otros porque tienen deudas pendientes con la justicia venezolana, otros porque les gusta  la aventura, y otros por la posibilidad de ganar dinero fácil, sirviendo como mulas del narcotráfico o   competiendo con los atracadores locales,  con los apartamenteros y asaltantes de bancos. A muchas de las mujeres que se quedan en Colombia les toca la peor parte, pues los pocos empleos disponibles se encuentran en la prostitución, las trabajadoras sexuales colombianas se quejan que las venezolanas están denigrando esta loable y difícil labor, pues reciben cualquier centavo. Los últimos reportes de las autoridades dicen que los atracos y robos de vehículos en solo Bogotá han aumentado en un 450% en los que participan “extranjeros”, para no decir venezolanos, pues tratan de maquillar el haraquiri  con que el mismo gobierno está matando a la sociedad colombiana en su conjunto. 
De Venezuela llegó la libertad a cinco naciones del cono Sur y si, como es de esperar, logra salir triunfante de esta miserable guerra, con toda seguridad que nos  llegará la segunda y última independencia. Si bien es cierto la mayor parte de Latinoamérica le ha dado la espalda Venezuela cuenta con el apoyo de dos colosos como son China y Rusia, quienes por razones geoestratégicas no pueden dejar que los gringos se salgan con la suya. No importa que imbéciles como Almagro aúpen la agresión militar, las invasiones gringas ya son cosa del pasado, frente a frente tienen tanto el poderío económico de China como el militar de Rusia. En Siria se pudo evidenciar la impotencia de la potencia genocida gringa, pues de allí tuvo que salir con el rabo chamuscado entre las piernas. 
La lista de guaches sería interminable, pero no se puede dejar de mencionar uno de tamaño familiar como es el ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla, fiel exponente del neoliberalismo y por tanto del uribismo, quien robó a 117 municipios a través de los llamados  “bonos del agua”, además,  pregona que el estado no debe darle nada gratis a nadie y quiere quitar los subsidios al gas y electricidad a los sectores empobrecidos a nivel nacional, y como si fuera poco propone ponerle IVA a la canasta familiar mientras se disminuye los impuestos a los ricos.
Y mientras terminamos esta guachada el ministro Botero anuncia, para deleite de la tribuna, que cuatro mil héroes  le respiran en la nuca, sin poder capturarlo, a un Guache con dos tiros en el pulmón.   ¿Será Guacho el guache  u otros son los guaches?
*MDV. UN. Msc. Economía U.J. Ex catedrático universitario. Blog: El Viajero y su Sombra.

jueves, 31 de mayo de 2018

Recta final: entre el fascismo y la socialdemocracia



Libardo Sánchez Gómez*
La primera vuelta presidencial   se encuadró entre  posiciones de derecha, de ninguna manera  se puede decir que alguien representara una postura de izquierda y menos de extrema izquierda. Se vieron .dos posiciones de extrema derecha: la de Iván Duque y Germán Vargas Lleras, dos  de tipo  socialdemócrata: la de Humberto de La Calle  y Gustavo Petro y la acuosa de Sergio Fajardo, que no decía nada y no proponía nada, se supone que así es el “centro”; fincó su campaña en la educación, pero su propuesta educativa fue la más simplista e imprecisa de todas,  se supone que el sector productivo sería quien la financiaría, lo que se traduce en fabricar un ejército de técnicos, lo que nos mantendrá eternamente en el tercermundismo, pues un pueblo se desarrolla únicamente si se educa no solo para saber hacer sino para saber crear. En     esencia Fajardo, también,  es de corte neoliberal, como lo son sus mentores Claudia López y Mockus. Sergio, definitivamente, es un neoliberal posando de alternativo. La propuesta de Fajardo tuvo éxito porque como la música popular, que no tiene sino un par de notas, es fácil de entender por Raimundo y todo el mundo. Su posición para la segunda vuelta pone en evidencia su nihilismo político.
 Se habla que Gustavo Petro era la cara de la izquierda, pero Él fue enfático en manifestar que su posición política es fundamentalmente socialdemócrata, y así fue, pues jamás expuso querer llevar a cabo algún cambio estructural al sistema socioeconómico actual. El príncipe o, mejor, el Duque del ducado uribista, bajo la batuta de Álvaro Uribe velez el “señor de las sombras”, también, conocido  como el  extraditable No. 82, asunto confirmado por en el New York Times, según  archivos recientemente desclasificados, representó la caverna ideológica encabezada por monseñor Ordoñez y la vicepresidenta Marta Lucía Ramirez.  A  los seguidores  de Duque, léase de Uribe, como en  los tiempos del circo romano les encanta la sangre, Duque les sedujo a sus electores prometiendo que volverá añicos los “acuerdos de paz” alcanzados con los disidentes de las FARC,  pues  las   FARC-EP de siempre sigue en armas; “bala señores”  es y será para la segunda vuelta su lema de campaña. A sus seguidores poco les importa que su maléfico   rey  Álvaro Uribe   haya sido el   creador, entre muchos males, de la Ley 100, que entregó la salud y la seguridad social a la voracidad de los inversionistas privados, que hubiese acabado con las horas extras y que hubiera acabado con el campo con los famosos tratados de libre comercio TLCs.  El Duque de duques pregona que no hay lucha de clases, ocultando que   el fascismo es esencialmente clasista y racista, detesta a los débiles y cualquier grupo étnico minoritario. Su fuente filosófica se remonta al superhombre de Nietche en el que  los débiles no merecen atención alguna y por el contrario deben desaparecer. En el  neoliberalismo el principio rector es el “sálvese quien pueda” ya que el estado no está diseñado para dar ayudas de ningún tipo  a nadie.  Del mismo corte de Duque era la propuesta de Germán Vargas Lleras, otro Duque  proveniente  de la dinastía del Gallino Vargas, un terrateniente negrero del interior del país otrora dueño de la mayoría de las tierras de la Sabana de Bogotá. La diferencia entre Iván   y Germán se remonta a sus orígenes,  Vargas Lleras viene  en línea directa    de la más rancia oligarquía criolla santafereña,  nieto   del Ex presidente Carlos Lleras Restrepo, mientras que Iván es  un simple Oligarca montañero emergente. 
A Gustavo Petro se le acusa de ser extremo izquierdista por proponer la eliminación de las EPS, entes que más que prestadoras de servicios de salud son verdaderos agentes funerarios.  Petro propone que la salud sea un servicio prestado directamente por el estado. Duque, para no indisponer a su rey, dueño junto con su familia de algunas de ellas,  propone simplemente mejorarlas, es decir, cada vez que se quiebren, previo saneamiento con recursos públicos,   entregarlas a nuevos inversionistas privados, para que vuelvan hacer lo mismo.
Gustavo Petro, también, es extremo izquierdista ya que propone la extrema defensa del medio ambiente, pues privilegia las fuentes alternativas de energía sobre el uso del petróleo y el carbón. Para Duque, fiel a los intereses de las transnacionales, hay que aprovechar hasta el último barril de petróleo que quede bajo el subsuelo, así para obtenerlo haya que fracturar   hasta  el mismo centro de la tierra.
Gustavo Petro es de extrema izquierda porque quiere disminuir la inequidad social, no olvidar que Colombia es uno de los países más inequitativos del planeta, lo que ha llevado a que en Colombia apenas haya un puñado de ricos y millones de personas pobres, tanto que diariamente mueren de física hambre  por lo menos cinco niños. Y cómo lo logrará, pues haciendo que los impuestos sean destinados para que todos los hombres y mujeres  puedan estudiar gratuitamente desde el preescolar hasta la universidad. También hará equidad social haciendo que hombres y mujeres, hayan o no cotizado a la seguridad social, puedan    pensionarse  al cumplir los 62 años de edad.
Gustavo Petro es de extrema izquierda porque quiere hacer de Colombia un país de propietarios, construyendo una sociedad con la mayoría de su gente inscrita en la clase media. Eso no gusta al  Duque, léase Centro Democrático o mejor extrema derecha, pues no conciben una sociedad sin prole para explotar. Petro propone que los latifundios improductivos de más de mil hectáreas sean adquiridos por el estado, ojo adquiridos no expropiados, para ser incorporados al aparato productivo rural en manos de los campesinos sin tierra. Eso tampoco gusta al “extremo democrático”, pues para eso crearon la famosa Ley Zidres, según la cual    la tierra debe ser manejada  por los grandes capitales nacionales (terratenientes) y las transnacionales. 
En resumidas cuentas Gustavo Petro no es más que un progresista, economista Keynesiano que privilegia la intervención del estado para corregir los desequilibrios económicos, en otras palabras, un capitalista con rostro humano enmarcado en la Constitución del 91, de su misma autoría; por el contrario Iván Duque es la máxima expresión del capitalismo salvaje.
Por lo visto la  segunda vuelta presidencial será una carrera por el solio presidencial entre el fascismo y una tibia social democracia, así que los cambios estructurales socioeconómicos, que permitan la superación del nefasto modelo económico capitalista, que ha llevado a la exclusión social a millones de seres humanos no sólo en Colombia sino en el mundo entero, quedarán en veremos.
*Msc. Economía. Excatedrático universitario.