martes, 7 de abril de 2020

Marquetalia lecciones no aprendidas DOS


*Libardo  Sánchez Gómez
SEGUNDA  PARTE. Primera Marquetalia.
“La guerrilla necesita una orientación política permanente que la capacite para comprender y percatarse de los cambios que se producen en la situación política regional y nacional, de manera que esté en concordancia con el desarrollo de los acontecimientos políticos de la nación. Eso evitará errores tanto en lo político como en lo militar” (Jacobo Arenas. Diario de la Resistencia de Marquetalia. Tercera Edición. Mayo del 2000) Palabras escritas por el comandante Manuel Marulanda Vélez en 1964 a petición de  Jacobo Arenas, con motivo de la preparación del libro acerca de la “Organización de Cuerpos Guerrilleros Armados”.   Respecto  de la comandancia escribió: “El comandante debe ser el compañero más capaz y el de mejores conocimientos políticos y militares. Y agrega, “… el comandante de una guerrilla no puede ser cualquier persona, sino el individuo que tenga comprensión exacta del significado y del papel del movimiento guerrillero”. Estas ideas fueron concebidas como lecciones aprendidas en el ataque  militar a las denominadas “Repúblicas independientes”. Pedro Antonio Marín mejor conocido por su nombre de guerrero como Manuel Marulanda Vélez, nombre que escogió como honor a un sindicalista asesinado por la oligarquía a manos de sus esbirros militares, tenía 35 años, casado, cinco hijos. Campesino hijo de campesinos, obligado a transformarse en guerrillero, luego en comandante de guerrillas y luego en jefe del movimiento guerrillero del Bloque Sur y líder de las masas del Nudo de la Cordillera Central.
Manuel Marulanda siempre llevó a la práctica lo que Él pensaba, traducido en lucha exitosa contra la barbarie gubernamental. Cada acción era premeditada por eso los errores eran mínimos, pero por mínimos que fuesen en el seno de la guerrilla eran muy dolorosos. Tiempo  después de la desaparición del comandante Manuel, la guerrillerada no hizo caso de las calidades que debe tener  el comandante, y nombró a “cualquier persona sin conocimientos políticos y militares”, un individuo que, precisamente, “no tenía  comprensión exacta del significado y del papel del movimiento guerrillero”,  como lo recomendaba el viejo comandante, se habla de Timochenco, un guerrillero mediocre quien llevó a las FARC por el despeñadero.
Para entender mejor el accionar guerrillero bajo la comandancia de Marulanda volvamos a los hechos históricos. Los días siguientes a la explosión de “Anastasia” se intensificaron los bombardeos y ametrallamiento, preparando el desembarco de más tropas. El 22 de junio el ejército se tomó “el paraje conocido como las Juntas, consumándose la ocupación total de la región por el enemigo”.  No obstante, la toma de la zona significó para guerrilla un salto cualitativo de la lucha guerrillera. Dice Jacobo Arenas, “la guerra pasaba de la primera a la segunda fase, de la resistencia a la guerra guerrillera auténtica”. Desde ese momento el ejército pierde contacto con los guerrilleros, eran   avispas que aguijonean sin saber de dónde salen. Pero la dicha nunca es completa,  del cielo les cayó   la “viruela negra”, varios guerrilleros amanecieron enfermos. El  ejército abre un paréntesis en los bombardeos, esperando que la letalidad de los gérmenes hiciese lo que ellos no eran capaces de hacer con sus poderosas máquinas voladoras. 
Simpatizantes del  interior enviaron vacunas y medicinas por lo que la guerrilla y su gente logran sortear exitosamente el ataque viral. Por su  parte los militares al no ver los resultados esperados el 12 de julio reinician los bombardeos.  El comandante Marulanda comentaba jocosamente, “no se puede cocinar de día, pero tampoco de noche”, entonces ordenó prender múltiples fogatas en varios lugares simultáneamente. La intensificación de los bombardeos fue un  motivo de distracción para los guerrilleros, lo tomaron como inofensivos fuegos artificiales.
Pero cuando se pensaba que habían logrado perder el contacto con el enemigo, éste estaba  llevando a cabo ametrallamientos con precisión.  Resulta que días antes se había colado un informador, espía que llevó al ejército un informe preciso de la ubicación y posibles vías de escape de la guerrilla. Ese error le costó la vida a la guerrillera Georgina de Ortiz, quien no logró refugiarse oportunamente y fue perforada por una bala punto 50. De inmediato vino el desquite guerrillero, el 8 de agosto, bajo la táctica de guerra de guerrilla móvil, “en varios frentes y sin frente determinado”, sale un destacamento guerrillero en busca de los asesinos, el 10 logran el objetivo, producen numerosas bajas al ejército y recuperan cuatro fusiles M1 y cuatrocientos cartuchos punto 30. Este golpe tuvo repercusiones no imaginadas, pues implicó la desmoralización de las tropas gubernamentales. Con la moral en alto la guerrilla asesta sucesivos golpes exitosos, el 24 asaltan el puesto de San Miguel; el 25 hostigan a las tropas “a tiro largo”. El 3 de septiembre asaltan a los invasores en Peñarica, causándoles varias bajas y recuperando dos fusiles automáticos.  Según  Jacobo Arenas, “con la nueva táctica nos crecimos, con ella estábamos dando golpes sensibles a un enemigo que no podía equipararnos en movilidad, audacia e iniciativa”.  
“La industria del guerrillero es la revolución”, así la concebía la comandancia guerrillera. Siempre en movimiento,  al ritmo de la marcha guerrillera, “golpean aquí y allá”. Van instalando tiendas en un lugar luego en otro hasta hundirse en las profundidades de la selva. Marchaban “…siempre peleando, estudiando, escribiendo, leyendo, como unos sabios anónimos”. (Jacobo Arenas)
Luego de una prolongada marcha a través  del inmenso mar de selva marquetaliana arribaron a la casa de Rufino Mondragón. Lo que primero hizo Jacobo Arenas fue instalar su escritorio de campaña, se trataba de una vieja mesa de tres patas la cual, además, “servía de comedor, banco de picar huesos y, de vez en cuando, de cama para viajeros de ocasión”. La casa de madera tenía dos pisos, el segundo era un zarzo que servía de bodega. Normalmente se duerme a nivel del piso, perfectamente vestidos, “con el arma al alcance de la mano y el equipo como almohada”; siempre hay que esperar lo peor, por eso   antes de acostarse hay que precisar la dirección del escape. “A las tres de la mañana el guerrillero está nuevamente en pie”.  “Los asaltos de los enemigos se producen, por lo común, de esta hora hasta el amanecer”.    Solamente  una vez, para burlar un poco  a las pulgas, más insidiosas que las mismas tropas, Jacobo burló la disciplina, pernoctando en el zarzo.
La estadía en el corazón de la selva sirvió a los guerrilleros para reflexionar y organizar cierta actividad política. El nuevo tipo de guerra les obligaba a reorganizarse “…de tal manera que se impida la penetración del enemigo”.  Los organismos pequeños son más   ágiles y audaces, capaces de realizar “atrevidas tareas”, manteniendo “el contacto cotidiano con las masas”. Se vio la necesidad de efectuar reuniones celulares y de masas. Se tenía que “agitar, propagar ideas, explicar la línea política del partido”.  “El guerrillero necesita comprender el curso del proceso revolucionario y sus perspectivas, a escala nacional e internacional” (Jacobo Arenas) Algo memorable fue la realización de la asamblea de mujeres, llevada a cabo en el sitio denominado el “pueblo de las seis caletas”, destacaban los nombres de las “tres Marías, las Secundinas, doña Josefa, doña Julia  y sus hijas, doña Clela, Anita, Leonor y la presidenta Myriam Narváez. A la reunión faltaron ocho féminas, no pudieron asistir porque estaban preparando la carne de la semana, habían sacrificado una vaca cebú, y querían saber si la carne todavía “sabía a lo mismo”, pues llevaban bastante tiempo sin probarla. La discusión se centró en la resistencia de algunos hombres a este tipo de eventos, temían perder a sus mujeres y a sus hijas, pues se volvían “respondonas y hacían valer sus derechos”. El machismo es algo difícil de vencer.
Otro aspecto que se analizó en el “retiro selvático” fue el asalto al casino y al caleterío llevado a cabo por parte del ejército el 7 de julio. Se suponía que eso no podía suceder ahora que habían adoptado la movilidad guerrillera total.  La explicación era que, por un lado, tercamente habían dejado de lado la táctica de movilidad total, por la táctica de avanzadas, una versión de la guerra de  posiciones; y por otro lado, la tropa empleó lo impensable, “vaquianos indígenas”, conocedores como ninguno de la selva, y para visualizarlos    en la oscuridad usaron snippers y rayos infrarrojos. En el casino estaban Clementina, Adela y tres guerrilleros; en el caleterío pernoctaban Jacobo arenas, Carmona, Isauro, Luis, Alfonso, Gerogina, Roberto, Ulpiano, Feliciano, Parménides, Judith y Virgilio de apenas ocho años. Lo mejor de todo fue que ninguno sufrió percance alguno, gracias a que el guerrillero Darío accidentalmente  se encontró con la tropa en la trocha  que conducía del casino al caleterío. Cuando le gritaron alto éste saltó monte abajo hacia la quebrada, logrando huir. Los disparos contra Darío alertaron a la guerrillerada. Desde ese día no más guerra de posiciones sino movilidad total.   
En su relato Jacobo Arenas, anota que “En la selva es más corto el día que la noche”. Largas noches de insomnio. Viruela negra, fiebre alta, sueños de enfermo, todo bajo el ruido de los aviones yanquis. En el frío de la selva “…traba la dentadura el hijo de Dios”, le dijo entre ronquidos un guerrillero delirante  a Jacobo Arenas. Y otro guerrillero le susurra, -“Las bacterias, hermano. Me están tragando. Tengo fiebre. Dame una pasta de plaquinol”.   –Tranquilo –le dijo Jacobo- Estamos     vacunados “contra todo eso que han e lanzado los gringos desde los aviones”. CONTINUARÁ…
*Libardo Sánchez Gómez. Ex catedrático universitario. DMV. Msc. Economía.

viernes, 3 de abril de 2020

Marquetalia lecciones no aprendidas


*Libardo  Sánchez Gómez
PRIMERA PARTE.
No se aprendieron las lecciones de la historia de horror protagonizadas por el alto gobierno contra los campesinos de Marquetalia, como tampoco las lecciones de resiliencia de un puñado de campesinos, quienes junto a sus familias mostraron como la determinación puede vencer al enemigo más poderoso. Hoy la oligarquía latifundista insiste en apropiarse de las mejores tierras, recurriendo a los mismos métodos de barbarie empleados en Marquetalia. Y, por otro lado, la insurgencia deja de   lado la lucha armada como   único medio posible para frenar la injusticia y para alcanzar la equidad social.
Marquetalia es un nombre mítico símbolo de resistencia, lucha y resiliencia, de un puñado de campesinos empeñados no sólo en defender su tierra y familia sino en superar las  condiciones de ignominia en que les toca vivir, gracias a la voracidad de una oligarquía gansterizada. Marquetalia significó la consolidación de la lucha armada como el método de lucha más idóneo para superar al capitalismo, con miras a construir una sociedad equitativa. Así mismo, Marquetalia entre las llamas del napalm vio   nacer a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – ejército del pueblo FARC-EP, lucha que décadas después fue traicionada por los sucesores de los míticos fundadores Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas. No obstante, un grueso número de combatientes continúan enarbolando las banderas de Marulanda.  Mientras la injusticia social exista la lucha popular armada  continuará, pues como dijo un guerrillero marquetaliano, “La revolución es como un río crecido, que no puede detenerse ni devolverse. ¿Quién ha visto detenerse o regresar a un río?
Marquetalia se inscribió a mediados  de los años  sesenta en una cruel guerra de exterminio del campesinado, se le acusaba de haberse independizado en   las  denominadas “Repúblicas independientes”, que no  eran más que    el nombre convencional  de una zona ubicada sobre la Cordillera Central, entre las sierras de Atá e Iquira. Allí se eleva el nevado del Huila. Marquetalia está circunscrita en los límites de los departamentos del Tolima, Huila y Valle del Cauca. Tiene una extensión aproximada de 800 Kilómetros cuadrados. Desde siempre ha estado habitada por nativos de la tribu de los Páez, quienes se destacaron por haber defendido exitosamente sus terruños de la invasión española. A través del tiempo han venido  mezclándose con campesinos colonos. Es una zona prácticamente despoblada, en aquella época como hoy en varios kilómetros a la redonda, el caminante es un ser humano a la sombra de imponentes cedros y robles, rodeado por el silencio rumoroso de quebradas y arroyuelos,  el aullido de los monos y el canto de las mirlas. La tierra aunque agreste es feraz por lo que ha sido   codiciada por los terratenientes locales.
El objetivo de la operación militar de cerco y exterminio era erradicar “el foco subversivo”, que ponía en peligro la “seguridad nacional” (privilegios de un puñado de oligarcas) y sus valores democráticos occidentales. En la realidad los campesinos tan sólo demandaban vías, escuelas y garantías contra la acción de los paramilitares de entonces conocidos como “los pájaros”. A los campesinos se les tildó de bandoleros, cuatreros y avanzada del comunismo internacional. Según  manifiesta Hernán Gonzáles, miembro de La Juventud Comunista enviado a la zona en el año 1962 por el partido Comunista, precisamente en la antesala de la arremetida contra Marquetalia, el gobierno central llamó a estos agrestes parajes Repúblicas independientes debido a que los campesinos  venían denunciando que “los puestos militares, que desde hace tiempo operan en la región, mantienen grupos de bandoleros a su servicio”.  También denunciaban que “el ejército  en despoblado y valiéndose de su fuerza y de la impunidad que cobija sus acciones, aplica la pena de muerte contra humildes campesinos”. Y dado que las denuncias no eran atendidas se habían visto obligados a auto defenderse, enfrentando con sus escopetas rudimentarias a los pájaros y a los mismos militares.  La  resistencia armada y supuesta afinidad de los campesinos con las ideas Comunistas llevaron a los terratenientes a inventarse la fantasía de las Repúblicas independientes. Así que la avidez de los terratenientes por apoderarse de las tierras, empujó a la oligarquía en el poder a llevar a cabo la toma a sangre y fuego de las temibles “Repúblicas independientes”.
Los  rumores del inminente ataque militar obligaron a los campesinos a mejorar su capacidad militar, adquiriendo armas de largo alcance entre ellas fusiles, ametralladoras y minas.   Atacar  a los labriegos organizados militarmente no era tarea fácil para nadie, anotaba Jacobo Arenas que “no existen caminos y en épocas de lluvia las trochas se convierten en un fangal peligroso para el tránsito de animales y personas. El viento helado y el frío permanente entumecen el cuerpo y agotan prontamente sus energías en el ascenso”. Y sostenía que “…Fue allí sobre esas cumbres gigantescas, donde se detuvo la primera expedición agresora enviada contra Marquetalia”. Según Jacobo Arenas, iniciada la arremetida militar, “los soldados del gobierno, acosados por los campesinos sufrieron    numerosas bajas. Y acosados también por la implacable naturaleza  abrupta, tuvieron que regresar a sus cuarteles. Marquetalia había obtenido así su primera gran victoria” (Jacobo Arenas. Diario de la Resistencia de Marquetalia. Tercera Edición. Mayo del 2000)
El 17 de mayo de 1964 se inició la arremetida contra Marquetalia. En el ataque a Marquetalia  el Estado empleo toda la capacidad militar, económica y su canónica brutalidad   disponible; además, la agresión se acompañó con bloqueo económico y   control de entrada y salida de alimentos a la región. El alto gobierno deliraba pensando en un espectacular golpe de gracia, que en pocos días acabaría de una vez por todas con la resistencia campesina. Pero 48 campesinos, entre hombres y mujeres, esos sí verdaderos  héroes, defendieron airosamente sus familias, enseres, comida, niños y animales. Roto el cerco militar los campesinos lograron internarse en lo más abrupto de la selva, ampliando la cobertura de su zona de influencia inicial. Su  sagacidad y tenacidad, les permitió cubrir Rio Chiquito, el Pato y Guayabero; y,  de paso, se convirtieron  en  las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo FARC-EP.
La  agresión a la región de Marquetalia se ajustó al desarrollo del Plan Laso (Latin American Security Operation) En tal plan los gringos resumían las experiencias de combate aprendidas en las        sendas derrotas sufridas en Vietnam, Argelia y Corea. Cuenta Jacobo Arenas que la agresión fue llevada a cabo por más de 16.000 hombres bajo el mando del coronel Hernando Correa Cubides.   Bombas  de dos, tres y cinco toneladas, bombas napalm y   armas biológicas, principalmente la conocida  como “la viruela   negra”, caían   a  diario sobre los campos. La intensión era aniquilar todo lo que representara vida en la zona. La oligarquía desde siempre ha manejado la fantasiosa idea de que “al pez hay que secarle el agua”. Solamente a mentes insanas se les ocurre esparcir agentes patógenos sobre sus connacionales.
Pero para entender cómo 48 campesinos mal armados militarmente y sin recursos, bajo la conducción y orientación del campesino Manuel Marulanda Vélez,  lograron no sólo resistir el embate de 16.000 hombres, apoyados por la aviación y la dirección del Pentágono, sino crecer militar e ideológicamente, es preciso seguir el diario transcurrir de la guerra de la mano de Jacobo Arenas.
Cuenta Jacobo Arenas que los campesinos acordaron realizar una asamblea para discutir opiniones acerca de las tácticas y estrategias para atender la anunciada arremetida militar. El 17 de mayo se inició la asamblea y el 18 al medio día por la radio se enteraron que había comenzado “la operación Marquetalia”.   En la Asamblea se acordó  llevar a cabo prioritariamente la evacuación de las familias y en segundo lugar se adoptó  practicar la guerra de guerrillas  móvil, total  y absoluta, no más guerra de posiciones, ¿para qué defender un pedazo de terruño si Colombia es muy grande? La composición de las guerrillas sería de 7 combatientes armados y 5 desarmados los cuales actuarían como minadores, aprovisionadores y rancheros. Y, también, se acordó que la dirección suprema se llevaría a cabo por el Estado Mayor Guerrillero.  
Cuenta Jacobo Arenas que, “El día 27 de mayo, en la Floresta, sobre el cañón del rio Atá se produjo el primer combate”. Este combate lo libró una guerrilla al mando de Isaías Pardo. Hasta el 3 de junio se combatió sin descanso. La  radio informó de un oficial muerto y  varios soldados heridos. El 5 de junio fue un día de luto para la guerrilla,  por una mala decisión de un comandante  el guerrillero Luis Salgado cayó en una emboscada del ejército, combatió hasta que una bomba “piña” le despedazó la cabeza.  El día 7 se evidenció la  severidad del bloqueo, el ejército capturó dos mulas aperadas. El 8 a primera hora escucharon por radio Santafé la lectura de los titulares de la gran prensa, el “Espectador” destacaba la ola de terrorismo, “anoche en el país estallaron 28 bombas en Bogotá, 5 en Medellín, una en Manizales y 3 en Palmira”. El Tiempo destacaba: “50 bombas estallaron anoche en el país”. Los periódicos escribían que “dichas acciones eran expresión de la solidaridad popular con los campesinos de Marquetalia”.  
El sábado 14 de junio previo bombardeo con cohetería de alto poder y ametrallamiento con punto 50, se inició el desembarco de tropas en helicópteros, 800 hombres iniciaron el fallido dominio del altiplano. La intención del ejército era tomarse la zona  por sorpresa con sus fuerzas aerotransportadas. Pero los campesinos al mando del comandante Tula pusieron en el congelador las aspiraciones de los invasores de copar el altiplano. Por el contrario causaron varias bajas al flamante ejército. Para desquitarse la fuerza militar lanzó bombas napalm sobre el poblado reduciéndolo a cenizas, pero sin poder tomarse al altiplano. “Hecho esto Tula con sus hombres se retiró para golpear por la retaguardia”. Los invasores no entendían como un puñado de hombres les ponían en jaque.
Jacobo arenas dice que el 15 de junio fue un día aciago, “a las 9:55 dos cazas a reacción lanzaron bombas de alto poder sobre el caleterío donde se concentraba la mayoría de las familias, quince niños que jugaban en el descampado fueron asesinados, el ataque sorpresivo impidió ponerlos a salvo en las cuevas”, previamente adaptadas para burlar los bombardeos.  Como respuesta estratégicamente se unieron cuatro guerrillas y fueron llevando hábilmente a la tropa hacia el Alto de Trilleras, los esperaron en la margen izquierda del río Ata, allí se llevó a cabo el primer gran combate. La guerrilla castigó a los criminales a su gusto, dieron de baja 7 enemigos e hirieron a más de 20. “El combate se prolongó hasta las cinco de la tarde, hora en que el Estado mayor ordenó suspenderlo y dar la sensación de huida.”
Para el día 18 estaba prevista por parte de los mandos oficiales  la entrega al gobierno de la “República independiente  de Marquetalia libre de bandoleros”, pero “la farsa no pudo cumplirse”, pues “ANASTASIA”, una mina así bautizada en honor a una matrona campesina, a eso de las tres de la tarde, causó numerosas bajas entre la tropa, la cual se había lanzado sin precaución alguna sobre los guerrilleros, convencidos que huían, como se les había hecho creer la tarde anterior. CONTINUARÁ.
*Ex catedrático universitario.

lunes, 30 de septiembre de 2019

Iván a la guerra va


Libardo Sánchez Gómez*
El temor enfermizo de Álvaro Uribe a lo que Él llama el castro-chavismo y todo lo que tenga que ver con la transformación social y económica de la vieja sociedad, cuyos formatos están agotados, podría hacer que su mascota Iván Duque nos embarque en una confrontación armada  entre los pueblos   venezolano y colombiano. El miedo  no solo de Uribe sino de la rancia   oligarquía  colombiana a la revolución venezolana, o lo que es lo mismo a “la amenaza a  la paz regional”, no encuentra otra salida que una guerra para truncar el proceso revolucionario. Por otro lado los gringos tienen puesta la mira en los recursos naturales venezolanos,  las reservas más grandes de petróleo, oro y coltan del mundo. Iván Duque funge no sólo como mascota de Uribe sino como el cachorro más fiel con que EEUU cuenta en el hemisferio occidental. Y las mascotas como las marionetas se mueven al ritmo que las mueva el amo y/o el titiritero.
El  chavismo a través de las urnas  arrebató el poder a la oligarquía venezolana, con la mira de superar el capitalismo, para llevar  a Venezuela al socialismo del siglo XXI (una sociedad equitativa)  En  más de veintidós procesos electorales la oligarquía, salvo contadas excepciones, fue abrumadoramente  derrotada. Además, como un agregado incómodo,  es una afrenta el que “un simple chofer”  sea el presidente. Lo cierto es que, aún  hoy día,  ningún candidato de la oposición tiene opción alguna en las urnas frente  a cualquier miembro del chavismo incluso   el mismo Nicolás Maduro. Al gobierno de Maduro se le tilda de dictadura, solo que es la única “dictadura” en el mundo que se mantiene en el poder gracias al favor popular en las urnas, y que eligió mediante el voto libre una Asamblea Constituyente conformada por 554 miembros provenientes de todas las tendencias políticas incluida la oposición a la cual el mismo  presidente está supeditado.   La  cuestión es que si la Revolución Bolivariana (“dictadura”) tiene éxito en Venezuela podría producirse un efecto dominó en toda la región. Así que, con la vía electoral inalcanzable, la oligarquía, al servicio del imperio gringo, para acceder al poder no   tiene otro camino   que el de las acciones violentas. 
 La CIA ha sido la Entidad encargada de diseñar las tácticas y estrategias para derrocar al gobierno venezolano en cabeza de Nicolás Maduro. Para llevar a cabo su trabajo la CIA cuenta con los servicios de las oligarquías venezolana y colombiana, los paramilitares, así como con los regímenes de los países pertenecientes al denominado “Acuerdo de Lima”,  la OEA y la misma ONU. A propósito de la ONU en la reciente Asamblea Iván el Terrible   de can pasó a oso, y descomunal, en su afán de desprestigiar a Nicolás Maduro, presentó ante el organismo mundial lo que Él llama el “Dossier de pruebas” del apoyo de Venezuela  a Santrich, Iván Márquez y al ELN, preparado por la “inteligencia militar”;   y como era de esperar dichas  “pruebas” fueron otro falso positivo, especialidad de la casa;    la foto en la que aparecen unos niños bailando felices con los guerrilleros no fue tomada en una escuela del Táchira, como dijo el principito mentiroso,   en realidad era una alegre fiesta dicen unos llevada a cabo en el     Cauca y otros en Nariño a principios de siglo. Las demás fotos también fueron tomadas en territorio colombiano.  La    lista de obvios montajes dio pie para que Maduro lo tratase de “imbécil” y la Vicepresidenta Delcy Rodríguez ante la ONU lo declarara  “solemne mentiroso”.   Se podría pensar que Nicolás Maduro actúa como “el llanero solitario,  pero no es así, pues cuenta con aliados de altos quilates: China y Rusia, que en lo militar y económico están por encima de todos sus enemigos, incluidos los mismos gringos.  Maduro, también, cuenta, entre otros   aliados con   Cuba, Bolivia, Turquía y Corea del Norte;  el servicio secreto de Cuba, uno de los mejores del mundo, anticipa cualquier jugarreta  contra el gobierno venezolano. El oso ruso ya plantó sus garras desde el Esequibo hasta el Golfo de Venezuela, otrora Golfo de Maracaibo cuando era compartido con Colombia, y ya no hay manera de limarle las garras. China, también, tiene puesto el ojo en el Coltán, el oro y, por su puesto, en los hidrocarburos.  El hueso está duro de roer.
La primera estrategia, dentro de la guerra sicológica, para derrocar al gobierno chavista era   desprestigiar al presidente Maduro, se inició acusando de narcotráfico a su entorno familiar, los hijos de su esposa Cilia  fueron detenidos en EEUU acusados de narcotraficantes. A muchos de los funcionarios y allegados al gobierno, también, se les tildó de narcotraficantes y se les suspendieron las visas.   La segunda medida consistió en llevar a cabo hechos de violencia en las calles,  agentes encubiertos de la CIA, de la seguridad colombiana y paramilitares colombianos,   se encargaron de asesinar miembros de la fuerza  pública, simpatizantes del chavismo e incluso a los mismos  opositores,   de tales crímenes se acusó ante la ONU a agentes gubernamentales venezolanos. Pero la   almendra de la guerra contra el pueblo venezolano era el hambre y las enfermedades infecto-contagiosas, muchas de ellas ya superadas. Se sigue  impidiendo por todos los medios la entrada de alimentos y medicinas, estimulando el contrabando de estos hacia Colombia. Con  la escasez provocada de alimentos y medicinas se busca  exacerbar  el descontento popular.  Pero el triste final del chavismo no se avizora en el horizonte. Por lo visto el sol seguirá saliendo por mucho tiempo  por el Esequibo.  El  payaso Juan Guaidó se  autoproclamó presidente con la ilusión  de arrastrar  tras de sí a las fuerzas militares y a millones de  hambrientos, pero en realidad no lo siguió ni su querida madre.
El otro caballo de batalla es el  éxodo   de venezolanos, meticulosamente ideado por agentes de la CIA y   Colombia, la ayuda humanitaria es  la excusa perfecta para la intervención extranjera.   Solo  que la migración de venezolanos en vez de afectar al gobierno de Nicolás Maduro le ha proporcionado un enorme respiro en medio de la escasez.  La  maldad, por  el contrario, se volvió contra el régimen pícaro de Colombia. La endémica violencia callejera colombiana ahora se nutre con la  criminalidad importada  de Venezuela. Muchas de las personas provenientes de Venezuela  emigraron porque en ese país tienen cuentas pendientes con la justicia. Por otro lado los crónicos niveles de desempleo en Colombia  siguen en ascenso, los desamparados   de siempre ahora compiten por  mendrugos en las canecas con los desilusionados migrantes venezolanos.  En cuanto a la salud el sistema colapsó, si antes de la migración venezolana las EPS no atendían a la gente ahora una cita con un médico es un milagro. Pero a pesar de todo se continua estimulando la migración venezolana, para su cometido el gobierno mendicante colombiano pide desesperadamente   ayudas internacionales, las que nunca llegan. Y en el colmo del cinismo, el presidente Duque dice que la “migración venezolana es la peor de la historia latinoamericana”,   según Él  han salido cuatro millones de personas, olvida que ha Venezuela han llegado cinco millones de migrantes colombianos empujados por el hambre y la violencia estatal y paramilitar. Y olvida el cachorro de Uribe que a lo largo y ancho  del territorio  colombiano deambulan más de ocho millones de personas desalojadas de sus tierras, con anuencia del Estado.
Pero lo más grave tanto para los venezolanos como para los colombianos es la enorme posibilidad de un conflicto armado entre los dos países hermanos. Una mente enferma no tiene plena conciencia de sus actos, dicen los siquiatras que   individuos como Uribe se inscriben dentro de   personalidades esquizoides; la malaleche  antichavista   mantiene al cachorro  las veinticuatro horas del día ladrándole a Nicolás Maduro, buscando cualquier excusa para lanzarle una  dentellada.   Dentro  de la gama de agresiones contra Maduro   la “vía militar es una opción”.  El  ministro de Defensa de Uruguay, José Bayardi, en diálogo con Sputnik sostuvo, «Hay posibilidades de que se produzca un conflicto bélico en Venezuela. La tensión sobre el conflicto bélico es permanente. Incluso algunos países latinoamericanos siguen hostigando o agitando esta eventualidad de solución militar (…), lo que sería un desastre para la región y estaría marcando una irresponsabilidad mayúscula por parte de esos gobiernos» (Posted on septiembre 13, 2019 by el comunista in AMÉRICA LATINA) el mismo ministro agrega que: “…la oposición de ese país se ha transformado en una «punta de lanza belicista», lo que sería «absolutamente irresponsable»” a renglón seguido añade: «Esta situación se ve agravada por el papel que ha tenido EEUU de hostigamiento sobre Venezuela, que se ha visto incrementado y agravado en los últimos tiempos a través de decisiones unilaterales desde el punto de vista económico, llevando al bloqueo de dinero, cuentas y de transacciones».
Preparándose para tal evento desde la OEA la camarilla antichavista invocó el famoso TIAR,  Tratado Interamericano   de Asistencia (agresión) Recíproca, así que la agresión está lista y a la orden del día.
Desde luego,   en las mentes enfermas no hay plena conciencia ni complejo de culpa acerca del daño que se pueda causar, para estas  un ataque militar a Venezuela es algo así como  un juego de niños   con luces de bengala. Los estrategas militares colombianos se ufanan de contar con un ejército con más de sesenta años de experiencia contra la guerrilla, solo que no es lo mismo lanzarle bombas de precisión a mansalva y sobre seguro a alguien que no puede defenderse, que intentar alcanzar un blanco protegido por el sistema antimisilístico más poderoso del mundo. Por otro lado en cinco segundos los misiles Ruso-venezolanos pueden destruir las ciudades fronterizas colombianas, y en veinte segundos los aviones sukoi  podrían chamuscarles el rabo al amo y a su mascota en Bogotá. Desde luego que los gringos se verán obligados a intervenir, pero la armada Rusa    tiene  sus misiles apuntándoles al corazón, ya demostraron de lo que son capaces en Siria de donde los sacaron con el rabo entre las piernas.  Y  los Chinos tendrán la oportunidad de estrenar su armamento de sexta generación, nadie sabe en qué consiste y cómo lo hace; lo que sí se sabe es que tiene que ver con el ciberespacio.  Eventualmente  los chinos podrían dejar desorientado al ejército gringo haciéndoles “implosionar” su armamento nuclear,  quedando   auto reducidos  en cenizas.  Pero  si, apenas,  logran dejarlos ciegos comunicacionalmente al menos durante una hora en ese lapso los rusos podrían desaparecerlos de la faz de la tierra. Los agresores gringos   lo saben de lo contrario Venezuela ya sería historia; en todo caso ojalá la belicosidad de Uribe y Duque no sea más  que  ladridos de perros furiosos a la luna y lo del TIAR  un coro de rebuznos de asnos viejos y nostálgicos maniatados ante un tigre suelto.
*Mvz. Un. Msc Economía. UPJ. Excatedrático universitario.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Vuelven y juegan las FARC-EP


Libardo Sánchez Gómez*
Boquiabiertos dejó a más de uno el estelar video donde “la banda de los cuatro” integrada por Iván Márquez, Jesús Santrich, el Paisa y Romaña anuncian que retornan las armas. Pero los más sorprendidos fueron quienes, para torpedear los acuerdos Santos – Timochenco, también, habían ideado videos, no menos estelares; mediante  burdos montajes, se hacía aparecer a Santrich negociando varias toneladas de cocaína.  Videos  con los que, además, pretendían enlodar a Iván Márquez. Entre los autores de los montajes destaca el ex fiscal  Néstor Humberto Martínez, quien según Gustavo Petro es “el hombre más corrupto de Colombia”. El acoso  era  tal   que Iván y Santrich no tuvieron otra salida, la cuestión era regresar a las montañas o viajar extraditados a los EEUU.    Y qué esperaban que avanzaran como mansos corderos al matadero. Pero porqué le tiembla la barbilla a la oligarquía si según el ministro de guerra “se  trata apenas   de un puñado de bandidos”.  Acaso  no tienen el poder militar gringo, para lanzarles bombas de alta precisión, y  la comparsa de payasos integrada por la famosa Alianza de Lima encabezada por el autoproclamado presidente Juan Guaidó, a quien el presidente Duque le pidió expresamente su ayuda, y quien se comprometió a echar de tierra venezolana a todos los guerrilleros.
Ha sido abundante la lluvia de análisis y opiniones   de políticos, politólogos y pazólogos. Pero, como decía mi abuelo, todos  a cual más “cogen el rastro al revés”, según ellos  la FARC es el más grande cártel del tráfico de narcóticos,   y eso hace que los perros de cacería nunca atrapen a la presa y que las bombas de precisión vayan a dar contra las casas de los campesinos desarmados. Torticeramente no tienen en cuenta que si bien los alzados en armas viven en   territorios productores de hoja de coca, de cultivos de amapola y marihuana, no por ello   son  narcotraficantes, y que por otro lado estos no son  los encargados de combatir a cultivadores y   procesadores de alcaloides, y como de alguna manera tienen que sufragar los gastos de la guerra es más sano cobrar  peaje a los  narcotraficantes, que vacunar y secuestrar  ganaderos y empresarios.  Ese señalamiento hará que en adelante la lucha contra el narcotráfico deje de lado al Clan del Golfo y al cártel de Sinaloa, para concentrar esfuerzos contra  el ciego Santrich, el más peligroso de todos, quien ciego y todo con su Ak-47 hace temblar a más de un héroe de la patria. Para los analistas de marras las causas objetivas, que hace décadas llevaron, eso sí, a un puñado de campesinos a tomar las armas en defensa de sus tierras y cuya superación no se tocó en los acuerdos, no tienen que ver en la continuación  de la cruenta y larga guerra interna. En La Habana se firmaron unos  acuerdos, que para los sectores retardatarios colombianos significaron la “entrega de Colombia a las FARC”, y para amplios sectores populares no fue más que la claudicación de la causa revolucionaria a cambio de ilusorias promesas. Lo cierto es que, precisamente, la banda de los cuatro no estuvo del todo de acuerdo con lo firmado ni de la manera como se llevó a cabo, por lo menos se opusieron a que se entregaran las armas antes de haberse cumplido lo pactado.  Esa actitud causó gran malestar no sólo dentro de la cúpula negociadora de la insurgencia, principalmente de Timochenco quien siempre mostró desmedido afán por firmar a como diera lugar,  sino  en el alto gobierno, en los gringos (quienes definían que se firmaba)  y en la tropa. La amplia gama de “opinadores”, también,  deja de lado que la actuación de la Fiscalía y   la DEA  terminó obligando a “la banda de los cuatro” a abandonar el mal llamado “proceso de paz”, para dedicarse según los analistas al narcotráfico, a la extorsión y a la minería ilegal, la legal es la concesionada a las transnacionales igualmente destructora  del medio ambiente, solo que estas compañías se roban los recursos de manera legal.
No se conoce como será en adelante la dinámica de la guerra de posiciones, no obstante,  el llamado de los renovados guerreros a la unión con el ELN seguramente será un factor que dinamizará la lucha armada revolucionaria, asegurando la  efectividad de su accionar rebelde y de  paso no sólo  su supervivencia sino  su crecimiento cualitativo y cuantitativo. Dicen los pazólogos y demás  áulicos de la oligarquía,  que  la lucha armada con fines sociopolíticos es  obsoleta; tal vez,  para sus intereses de acomodamiento, y puede ser cierto en otras partes del mundo, pero no en Colombia. En países que no han tenido la larga experiencia de la guerra guerrillas de Colombia, probablemente, las grandes mayorías tendrán que padecer la exclusión, el hambre y la pobreza eternamente,    pues es casi imposible resistir los embates de las fuerzas armadas al servicio de las oligarquías locales, apoyados por la letalidad militar gringa. Pero esto no es cierto en Colombia donde la experiencia armada de más de 60 años ha permitido  crear retaguardias protegidas y   llevar a cabo acciones ofensivas exitosas.  
Pero si no es mediante las armas acaso será posible a través del parlamento llevar a cabo reformas estructurales a la enferma socialdemocracia. Está demostrado a lo largo y ancho que dada la composición de los integrantes de los parlamentos es imposible cambiar el statu quo, allí llegan, por lo general,  los políticos  más venales a defender sus intereses de clase. Los sectores populares cuentan con pírricas representaciones, y muchos terminan plegándose a los poderosos. ¿Será que mediante la acción política se puede llevar la reforma agraria, almendra del conflicto armado colombiano?  ¿Latifundistas como el hoy senador Álvaro Uribe Vélez estarán dispuestos a ceder por las buenas un metro de sus millones de hectáreas? ¿El parlamento podrá disolver las criminales EPS, invento del mismo parlamentario, que día a día matan más personas que  cualquier conflicto armado? ¿El parlamento podrá acabar la corrupción,  ligada de manera estructural al modo de producción capitalista? Ya el congreso mostró que por sus recintos no pasan iniciativas tan devastadoras para sus intereses, como las aprobadas en el “plebiscito anticorrupción”.  ¿Mediante iniciativas políticas se podrá superar el modo de producción capitalista, que mantiene a la mayoría de los seres humanos en la exclusión y la pobreza? Las respuestas son obvias,  el parlamento no le sirve a los intereses de las mayorías, y menos para    para transformar la sociedad.     Se  menciona como ejemplo de acción política popular    el bono de cuarenta y cinco mil pesos otorgado a las llamadas eufemísticamente “personas de la tercera edad”, solo que para cobrarlo los ancianos tienen que invertir en gastos de desplazamiento el doble de lo otorgado, ¿acaso  esta vejación contra la vejez no justifica por sí sola el alzamiento en armas del pueblo colombiano?
¿Se podrá considerar un villano a quien  ofrenda la vida en aras de mejorar la situación de sus congéneres? ¿Quién es más bandolero el ladrón de cuello blanco enquistado en el parlamento o un guerrillero que lucha por superar la inequidad social? ¿Quién es el  verdadero héroe el que defiende los intereses de las clases hegemónicas ladronas  o el que batalla por desmontar sus privilegios?
Al margen de la pertinencia de la lucha armada en Colombia es bueno echar un vistazo a cómo  será   la renovación de la FARC- EP en su nueva etapa guerrera.  En un nuevo video anuncian la creación del movimiento político: “Movimiento Bolivariano por la nueva Colombia”, probablemente recogerán el apoyo popular que los reinsertados no han logrado obtener con su “FARC Rosa”.      Según  los rearmados,   disidentes son quienes vendieron la causa, y por tanto deberán cuanto antes de dejar de usurpar el nombre, porque las FARC de siempre seguirán  aceitando  los fusiles.  Se anuncia en el primer  video que, de ahora en adelante, no habrá retenciones con fines económicos, que adelantarán conversaciones “amistosas” con los empresarios y ganaderos, así que los aportes serán voluntarios, pero cabe preguntar,  ¿y si estos se niegan a colaborar qué va a pasar? Entonces, es fácil pensar que si no se les retiene  se tendrá que  aplicarles algún castigo, ¿un tirón de orejas  o un tiro de gracia? En todo caso si quieren el apoyo y simpatía del pueblo   las nuevas FARC no podrán cometer los errores del pasado, deberán interpretar los anhelos de  los campesinos, ganaderos, empresarios, obreros, estudiantes y de todos los excluidos del régimen. No más imposiciones, por ejemplo, los trabajos comunitarios asociados con las vías rurales y obras de beneficio común tendrán que ser coordinadas con las comunidades no impuestas según el capricho de los comandantes. No más vacunas a los pequeños campesinos y empresarios. Cae muy bien cuando dicen que no atacarán a policías y soldados rasos y que  su accionar será defensivo. ¿Eso implica que los blancos militares directos serán los oligarcas y altos mandos militares? Si eso es así, se entiende porqué les debe temblar barbilla a la burguesía y a los generales. También, dicen los guerreros que dejan una puerta abierta al diálogo con el régimen, pero como era de esperar el presidente Duque, dada su prepotencia influenciada por su mentor el “paraco” Uribe Vélez, desestimó el ofrecimiento, así que habrá que esperar otros cincuenta años para iniciar nuevos diálogos entre  alzados en armas y oligarquía.
Por otro lado existe gran inquietud en el pueblo profundo, ese que quiere que la sociedad cambie por las buenas o por las malas,   acerca de la línea política y  orientación conceptual e ideológica de la nueva FARC.  Algunos sostienen que se trata de un grupo revisionista, que no se sustenta en conceptos basados en la dialéctica materialista, por tanto no son marxistas o sea que de socialistas tienen tanto como el gobierno venezolano, a quien se le acusa tendenciosamente de ser su tutor. Se espera que los motivos para embarcarse de nuevo en la guerra sea una profunda convicción revolucionaria, que tenga como objetivo la abolición del fatídico modelo capitalista para instaurar una sociedad socialista.  Es claro que si se trata de ser y actuar como la antigua  guerrilla comandada por un individuo como Timochenco, con limitada formación política y por tanto limitada conciencia de clase, es mejor que depongan las armas y eviten las muertes y dolor que conlleva la guerra. Si  lo hacen por el acoso al que los sometió el régimen es mejor que se vayan con el resto de  ex combatientes a lo más profundo de la selva    a producir miel de avispas.
*Mvz. Un. Msc Economía. UPJ. Excatedrático universitario.