Productores de Leche de Zipaquirá y La Sabana exigen
restablecimiento de Mesas.
¿Es lícito negociar en
medio del conflicto con la insurgencia, mas no con los productores del campo?
Se equivoca el ministro
Lizarralde al suspender las conversaciones con las Dignidades Agropecuarias por
causa de un trino que, según el alto funcionario, estaría incitando a la
protesta. Rompe los vasos comunicantes que allanarían caminos tendientes a
superar la deuda histórica con el campo y, de repeso, alienta la sumatoria de nuevos
contingentes de labriegos, indígenas y empresarios del campo al paro.
Un verdadero contrasentido,
un chantaje. Mientras el gobierno nacional continúa adelante las negociaciones
de paz con la insurgencia en medio del conflicto, recibiendo golpes aquí y allá
sin poder chistar por tratarse de la dinámica infame de la guerra, a los
líderes campesinos no les aguanta ni siquiera un trino. Una simple opinión.
Desarmada, eso sí.
Como productores de leche
que acompañamos las protestas agrarias tenemos que decirle al país que,
lamentablemente, las causas que originaron el levantamiento de agosto del año
pasado se mantienen incólumes, como han dicho los líderes en paro. Y lo que ha
cambiado es tan escaso como superficial. Por ejemplo, para nuestro sector –el
lechero–, a más de un par de medidas adjetivas y unas cuantas cucharadas de
mermelada para un reducido grupo de presuntos líderes no comprometidos con la
protesta en curso, los alcances de las llamadas mesas de negociación con los
campesinos no han arribado a puerto alguno.
Algunas restricciones a la
importación de derivados lácteos de la Comunidad Andina de Naciones o leche en
polvo y lactosueros de orígenes diferentes, por escasos dos años, no han
resuelto ni resolverán los problemas de fondo. Seguimos a la deriva de un
mercado voraz e implacable, gracias a los niveles de atraso en ausencia de
políticas de Estado y la competencia desleal con productores de países
desarrollados y con músculos gubernamentales que los sostienen.
El ministro sostiene que
restablecerá las mesas, pero “sin presiones”. Como si los campesinos y
empresarios del campo no hubiésemos sufrido nunca las presiones del abandono y
la miseria, de la ruina y el despojo “legal” e ilegal: ambas formas son
ilegales, tanto la armada como la financiera: ambas son tan despóticas como
injustas. Décadas y décadas de abandono, en especial para los pequeños y
medianos productores, no se resuelven con un incremento de las asignaciones
presupuestales por este año, significativas pero miserables si se les compara
con lo que se devora el conflicto interno.
Por tanto, incitamos a las
partes, en especial a los portavoces del Presidente Santos, a cumplir con lo
pactado, dinamizar las mesas y dejar de ver como un lastre a los labriegos,
campesinos y pequeños y medianos empresarios agrícolas y pecuarios. Somos
exactamente lo contrario: la auténtica seguridad y soberanía alimentaria del
país, así como las principales víctimas del conflicto que negocia en La Habana
en medio de los tiros.
310 238960
No hay comentarios:
Publicar un comentario