jueves, 25 de junio de 2015

Colombia: “El helicóptero Black Hawk fue derribado por las FARC”



1df239275e5f6d67099a254b5b97e683_XL
Dick EMANNUELSSON / ANNCOL/ Resumen Latinoamericano/ 24 de Junio 2015  .- Foto: “Un Black Hawk blindado no se quiebra o se parte por unas minas quiebrapatas. El helicóptero fue derribado por las tropas guerrilleras”, dice la fuente de ANNCOL. Foto:Particular.
De una fuente fidedigna de ANNCOL se confirma que el helicóptero que supuestamente “aterrizó en un campo minado”, en realidad fue derribado por la guerrilla.
Ayer el Ejército Nacional de Colombia confirmó que un helicóptero Black Hawk UH-60 había explotado en la zona rural del municipio de Teorama (Norte de Santander) durante el aterrizaje. El aparato pertenecía a la contraguerrilla de la Brigada 30 de la Fuerza de tarea Vulcano. Murieron cuatro soldados profesionales mientras seis de sus compañeros quedaron con graves heridas en la explosión.
Las primeras versiones del caso hablaban que el helicóptero aterrizó en un campo minado preparado por la guerrilla, supuestamente por las Farc. El mismo comandante del Ejército, general Jaime Lasprilla, señaló en una rueda de prensa que las causas que generaron la explosión era un campo minado y descartó que el aparato fue derribado o que tenía fallas técnicas.
Una “quiebrepata” no quiebra un Black Hawk
ANNCOL ha hecho varios sondeos y una fuente que usualmente usamos para tener certeza sobre distintos temas, sostiene que el general Lasprilla trata de crear una cortina de humo por el penoso caso de un helicóptero derribado por la guerrilla.
– No murieron todos los militares. Seis de ellos están vivos y pueden confirmar o desmentir si era un campo minado o si el aparato fue derribado. Ellos estaban presentes, dice la fuente de ANNCOL.
También entrega otro elemento que debe ser tomado en cuenta:
– Los campos minados contiene explosivos que los generales llaman “minas quiebra patas”, y que sí, quiebra pies cuando explota. Pero es una gran diferencia entre un pie y un helicóptero que se quiebra en dos partes. El Black Hawk es además un helicóptero blindado, resiste no solo tormentas en el aire sino también tiros de las ametralladoras. El general Lasprilla debe pasar por duras contradicciones personales, por que como un experimentado general, sabe perfectamente bien, que un Black Hawk no se quiebra o se parte por unas minas quiebrapatas.
– El helicóptero fue derribado por las tropas guerrilleras que se mueven como el pez en el agua en esta región, dice la fuente de ANNCOL.
Según el general Lasprilla, el Black Hawk realizaba labores de abastecimiento y apoyo a las tropas terrestres del Ejército que durante varios días han librado combates. Según el Ejército el hecho le atribuyó a la Compañía de Resistencia del Catatumbo de las FARC. De la guerrilla todavía no ha salido un parte de guerra que confirma o desmiente las declaraciones del general Lasprilla.
¿Ahorrando vidas o intensificar la guerra?
Desde que las FARC no querían recibir más bombas a sus campamentos o más asesinatos de negociadores de paz de esta guerrilla, la guerra se ha intensificado. Todos los días hay varios combates o acciones armadas en contra la economía de guerra del Estado. Mueren guerrilleros y soldados, hijos del mismo pueblo en una guerra que no es los soldados sino de un Poder Fáctico que no quiere ceder un solo milímetro de su poder en las negociaciones de paz, dicen los conocedores del conflicto social y armado.
La muerte del soldado Franklyn Gamboa Monsalve, de 25 años de edad, natural de El Zulia (Norte de Santander), ahora es utilizada por RCN y Caracol y los demás medios corporativos para atacar a la insurgencia por “su descaro de suspender su cese al fuego unilateral”. Pero hay que distinguir entre Causa y Efecto.
Si Santos había aceptado el cese al fuego bilateral o, como dice el Comisionado por la paz de la ONU en Colombia, una tregua bilateral, se había ahorrado centenares de vidas como la vida de este soldado. Él planeaba a retirarse de lasFF.MM. y la guerra en Colombia después que naciera su hija hace un mes. Desgraciadamente fue unos de los cuatro muertos en el derribamiento del helicóptero en el Norte de Santander.
“La esposa, la mamá e inclusive, yo también, le habíamos dicho que se retirara, que ya tenía una niña, que pensara que iba a ser muy difícil que la viera. Él estaba pensando en retirarse, estaba en eso”, dijo Elkin Leonel García, cuñado del uniformado, al diario El Tiempo.

martes, 23 de junio de 2015

EE.UU., la peor amenaza latinoamericana

Alai

Un asunto de “estrategia” de un imperio decadente, el de Estados Unidos (EU), que da coletazos y aun así se resiste a morir. Sigue “trabajando” al modo como lo sabe hacer: imponiendo sus políticas por el mundo para conseguir sus fines, en un plazo de tiempo de unas pocas décadas, de unos cuantos años. Valga decir, con políticas redefinidas o rediseñadas desde los autoatentados del 11 de septiembre 2001 en las Torres Gemelas de Nueva York para acá.

Solo recuérdese que en América Latina a EU no le cuaja la idea del “terrorismo”, para con ese pretexto de “falsa bandera” atacar interviniendo a los países. Como le funcionó en Irak y en Afganistán, para apoderarse del control energético y las drogas. No. Pero le funciona a la perfección la “guerra contra las drogas”, en aras de la cual está controlando el negocio, a la vez que militarizar aquellos países como Colombia y México, sentando las bases para la desestabilización. Con ambos países, sobre todo con este último, le está funcionando muy bien la perversa “guerra antidrogas”, a la sombra de la “ayuda” del “Plan Mérida”.

Valgan algunos ejemplos de dicha estratagema:

1.- Los planes de defensa de los intereses de empresas estadounidenses generan situaciones de crisis desestabilizando a los gobiernos “no afines” en Latinoamérica, como sucede en los casos de Venezuela, Ecuador, Brasil, Argentina, etcétera. Los países tienen, pueden y deben buscar sus propias vías para salir del atraso, hacer y aplicar sus mejores políticas económicas. Dar al traste con cientos de años de colonialismo, explotación y sumisión.

2.- Utilizando igualmente planes desestabilizadores, pero a un paso más lento (estilo “guerra de baja intensidad”, por otros medios), con aquellos gobiernos que son “aliados”, Estados Unidos los desestabiliza pero al mismo tiempo los utiliza como trampolín contra otros que intentan mantener una relativa “autonomía” o independencia en sus políticas internas. Países sometidos o controlados como México, Colombia y Perú, donde avanzan los planes de desestabilización imperial; otros como Honduras y también Colombia (ambos con bases militares), que le sirven a EU de plataforma contra otros, los del resto de Centroamérica y Sudamérica en este caso.

3.- Contra Cuba la táctica es otra, diferente a la de los últimos 50 años. Barack Obama, que resultó uno de los presidentes menos confiable para el mundo, porque sirve perfectamente a los intereses angloamericanos, ha vuelto a la vieja política de “la zanahoria y el garrote”. Con el garlito de “reconocer” que su política de bloqueo económico, comercial y financiero contra la isla no le ha funcionado —tampoco ve en ello su derrota—, ha comenzado a operar con otros medios para conseguir los mismos fines: desestabilizar al régimen cubano de los Castro desde adentro, al tiempo de romper el protocolo, el ejemplo de alta moral que ha significado la Cuba “digna” para Latinoamérica frente al imperio. De todas maneras, nada se logrará contra la enseñanza de los pueblos. Vietnam es el mejor ejemplo, le sigue Cuba.

4.- Las estrategias para lograr sus fines son orquestadas por las agencias de inteligencia y de espionaje con aprobación o dirigidas desde Washington, y por los centros de operación como las embajadas en todos los países, y otros organismos de “ayuda” como la USAID (por decir las menos), hasta las claramente desestabilizadoras como la CIA y DEA. Si en EU no hay golpe de Estado es porque no hay Embajada de EU, repite con frecuencia Evo Morales. Pero es realidad una vieja anécdota (años 60 y 70) del golpismo contra los gobiernos de América Latina. No obstante, ¿el asesinato de Kennedy no fue una suerte de golpe de Estado? Ciertamente, y orquestado por la propia CIA.

5.- Lo que sirve a las empresas multinacionales u oligopólicas de origen estadounidense, funciona también para los intereses imperiales de EU. Desde el punto de vista de la economía de “libre mercado”, ese discurso es uno de los mejores “artilugios” del capitalismo para controlar económicamente a los países a través de las empresas que generan “inversión” y “empleo” para el “desarrollo”. Son las directrices neoliberales que imponen las políticas macroeconómicas que conllevan la destrucción de las clases media y trabajadora, y atenta contra la población en general. Los tratados comerciales son una herramienta de control de los gobiernos y para fines externos y claramente perversos. Ambos procedimientos, los tratados comerciales y las políticas neoliberales, instrumentos de la susodicha globalización que, se presume, sacaría a los pueblos de la miseria.

Ninguna de las tácticas mencionadas resulta favorable a los Estados latinoamericanos. Todo lo contrario, son atentatorios de la organización estatal y nacional de los pueblos. La desestabilización gestada con la aplicación neoliberal rompe las estructuras de los estados nacionales que costaron décadas construir, y genera las bases para la incorporación de otros métodos, como son los violentos (los espacios ganados por las mafias, no pocas veces cubiertas desde los poderes políticos locales corruptos). Eso le pega directamente al corazón de las estructuras del Estado, a los gobiernos y a los mecanismos de control social para la consecución del equilibrio y el bienestar. Rompe con los sistemas de organización política y mete bulla a aspectos como las elecciones, la representatividad, la legitimidad y los fines nacionales de largo plazo.

No obstante ello, aun así las políticas de Washington siguen interponiendo sus ardides con la finalidad de derrocar aquellos gobiernos no alineados a sus intereses. Venezuela es un corazón batiente en Suramérica. Ecuador otro tanto. De Honduras, ni que decir que las declinaciones desde Micheletti (tras el derrocamiento por golpe de Estado contra Manuel Zelaya) a la fecha son de sometimiento.

No queda más que prevenir y actuar. La denuncia es crucial, puesto que las políticas de los EU son de aplicación constante; no le paran ni un momento. En México en particular, pero en Latinoamérica en general, desde los gobernantes hacia los demás círculos de la sociedad, incluyendo al sector académico y a los medios de comunicación, todos están acostumbrados a ver las cosas a toro pasado; es decir, analizar, revisar, concluir, planificar y reaccionar cuando los hechos han sido consumados.

En tanto la estrategia de los gringos es continua utilizando la prospectiva para analizar y la ofensiva para crear su propia realidad afín. Porque el gobierno trabaja permanentemente como Estado en guerra. Es violencia día tras día, porque aplica la estrategia del imperio romano: de vasallaje, sometimiento, violencia y guerras continuas. No queda más que la denuncia. Luego vienen la solidaridad, la organización y la reacción, individual y colectiva. El asunto no es solo Latinoamericano, sino mundial, porque en otras regiones también hace lo propio.


URL de este artículo: http://www.alainet.org/es/articulo/170527 

Respuesta a una estudiante australiana sobre el sistema educativo cubano


Rosa Báez, excelente compañera e incansable bloguera revolucionaria, me solicitó responder a la inquietud de una de sus lectoras, joven australiana que realiza un proyecto de estudios sobre la educación cubana. No casualmente en estos días en que nuestros amigos de la solidaridad y la lucha contra el bloqueo, los amigos de nuestros amigos, y muchísimos otros estadounidenses que vienen en plan de “descubrimiento”, nos visitan, he tenido que responder a interrogantes similares.
Pienso que existen en no pocos compañeros y compañeras de izquierda, aprehensiones y justas preocupaciones sobre el impacto de las relaciones con los Estados Unidos. Abundan los juicios de extrema negatividad y las lecturas que dan por perdida la Revolución a plazo histórico. Y tales realidades multiplican en nuestros interlocutores, la necesidad de conocer cómo pensamos los que estamos dentro de la Isla-archipiélago. En este propósito comparto la respuesta que le envié a la citada estudiante:
Le agradezco que esté en un proyecto de estudios sobre Cuba, y en particular sobre la educación cubana. Sobre su pregunta alrededor de cambios en mi país, vista las relaciones con los Estados Unidos, debo comentarle lo siguiente:
La educación cubana está concebida de manera estratégica, con o sin relaciones con los Estados Unidos, con bloqueo o sin bloqueo. Nada va a cambiar en lo inmediato (2016) en la propuesta educacional, porque se restablezcan relaciones con el país del Norte. En la inmediato sigue el bloqueo, en lo inmediato también, el Presidente Obama declara que las relaciones son solo “para buscar una nueva vía” para destruir la Revolución, porque según reconoce está probado que lo que hicieron en el medio siglo anterior fue derrotado. Esta búsqueda a mediano plazo de destruir la Revolución, con “nuevos” métodos, probablemente de intensificación de la subversión ideológico-cultural, sin dudas coloca a la educación cubana y a todo el sistema de la cultura nacional ante retos, que se reflejaran necesariamente en la educación. Sobre esto último tendremos que atenernos a responder lo que pretendan hacer nuestros adversarios ideológicos y políticos, y de seguro volveremos a derrotarlos.
Al aflojarse la cruel e inhumana política de los Estados Unidos contra Cuba, se va a favorecer la educación dentro del país del Norte, porque como ya ocurre, muchos profesores y alumnos estadounidense podrán visitar e intercambiar con sus homólogos cubanos, aprender de una realidad como la de mi país, y ello será un hecho muy positivo para la educación norteamericana, comida por el mercantilismo, la tecnocracia inculta y el individualismo.
De tal relación nos beneficiaremos en Cuba, en primer orden en lo humano: Con el pueblo estadounidense tenemos una fraternal relación desde hace más de tres siglos (pocos conocen que los criollos blancos, negros y mulatos cubanos, pelearon en el territorio continental por la independencia de la vecina nación, y que el general Washington tuvo en Cuba su más firme bastión de apoyo económico y aseguramiento de retaguardia).
En medio de no poca mediocridad, existe en los Estados Unidos una intelectualidad universitaria (de izquierda y también de derecha) con sólidas e importantes fortalezas y muchas virtudes a compartir con sus colegas cubanos, puedo dar fe de ello, porque en lo personal he aprendido mucho con mis colegas estadounidenses de la Pedagogía Crítica, y también en el debate respetuoso e inteligente con quienes solo ven del socialismo sus errores históricos.
Los jóvenes estudiantes que nos visitan son la realidad y a la vez el futuro de las relaciones entre las dos naciones, podemos con ellos hacer la siembra de cooperación y solidaridad, frente a quienes los impulsan a aventuras de guerra y muerte para defender los intereses de las grandes corporaciones del capital financiero y el complejo militar-industrial. Los jóvenes estudiantes y profesionales estadounidense, en su conjunto, hacen un “trabajo político-ideológico” muy positivo en su contacto con los jóvenes cubanos, pues les describen “la verdad” de vivir en el capitalismo sin cuentos de hadas, y nada mejor que los de aquí, puedan acceder en directo a esos testimonios.
También la relación, nos puede favorecer en varios temas de infraestructura y desarrollo de la economía del conocimiento, si a pesar del bloqueo se permite la transferencia de tecnología, si se desbloquea el acceso cubano a la banda ancha de Internet, algo que Estados Unidos impide, y si se gestionan fondos para investigaciones, docencia y publicaciones conjuntas.
Como puede constatar, TODO lo que le menciono en el rubro “beneficios”, no “cambia” lo que hacemos. Serán relaciones para continuar la línea estratégica de la Revolución Cubana en la educación, lo que tendrá siempre por finalidad, formar un ciudadano y una ciudadana socialistas, patriotas humanistas e internacionalistas, hombres y mujeres cultos, dotados de lo mejor de la ciencia y la tecnología contemporánea, para bien de sus personas, de sus familias, de Cuba y del mundo.
Su pregunta de cambios en la educación cubana para el 2016, si tiene una respuesta afirmativa, en lo que a la política interna cubana se refiere, en lo que hacemos para enfrentar y resolver nuestros propios problemas e insuficiencias, sobre todo aquellas que no son “culpa” del imperio y de bloqueo, a pesar de la global interconexión de sus afectaciones sobre el conjunto de las personas, su vida cotidiana e institucional. Le adelanto que hoy la mayoría de los maestros y maestras, los padres, madres y familias, estamos muy satisfechos y comprometidos con lo que se realiza desde el Ministerio de Educación. Se habían acumulado un grupo de deterioros y errores, que hoy se han evaluado con valentía autocrítica, y se ven las soluciones en curso. Nos queda muchísimo por hacer, por cambiar para recuperar lo perdido, y por cambiar para enfrentar lo que crece, es cualitativamente superior, y en tanto impone la articulación de imprescindibles rupturas dialécticas.

lunes, 22 de junio de 2015

El racismo: forma de sometimiento funcional al capitalismo





“Lo que anhelamos para todo hombre, mujer y niño es una existencia en la cual el ejercicio de las dotes individuales y los derechos personales, quede confirmado por una solidaridad dinámica de nuestra pertenencia a esa sola familia que constituye la humanidad”
Declaración de Durvan.

El racismo es una forma ideológica de sometimiento, es criatura de la esclavitud y del imperio. Fue desarrollado para justificar la negación, por parte del capitalismo, de la igualdad de derechos prometida a la humanidad, a los oprimidos de las colonias - principalmente en América y África -; se suponía que las condiciones materiales del capitalismo moderno que habían dado lugar a su nefasto surgimiento habían cambiado pero no es cierto ahora siguen dando lugar a otras variantes de racismo.

No solo, el «nuevo racismo»(1), el que pone de realce la superioridad biológica de un “razas” sobre otras, cuando solo existe la raza humana,  sino también el que hace énfasis en las diferencias culturales entre  grupos «étnicos». El que los ideólogos reaccionarios esparcen de esas diferencias culturales entre pueblos “blancos” europeos, no  europeos, norteamericanos y de sus descendientes en las colonias que hacen imposible que puedan vivir junto a los nativos en la misma sociedad; sino también, el racismo de clase por el que perdura el dominio y la explotación.

La misma ciencia demuestra que las diferencia biológicas “Genética de poblaciones” (2), no son argumento para sostener que haya una etnia superior a la otra, pero el racismo biológico persiste y trasmuta a las formas de la cultura. Los sectores reaccionarios con sus argucias condicionan a las etnias que para ser considerados ciudadanos deben separarse de las reivindicaciones de sus comunidades o de sus antepasados, de donde emigraron y asimilar la cultura dominante impuesta.

El racismo es una concepción profunda de clase que al capitalismo no le interesa superar, pues le significa mano de obra barata, le permite atizar la desconfianza y división en las formas organizadas de los trabajadores y del sector popular, debilita las posibilidades de unidad por las reivindicaciones sociales, políticas, económicas y culturales. El racismo ofrece al individuo - los que se consideran a sí mismos -  “blanco” (3) espacios que niega a otras etnias o colores, ofrece prebendas como alivio, para permitirle hacer parte del grupo dominante, especialmente en momentos de crisis.



En su trasegar a la consolidación, el capitalismo no reproduce su “dominación" (4) espontáneamente, para hacerlo utiliza de manera continua, formas ideológicas en particular el racismo, vincula campañas o escándalos con propagandas hábilmente preparadas. Para muestra podemos tomar el caso de la revista española Hola, que despertó polémica al publicar en su portada(5) a “Cuatro señoras de la alta sociedad de Cali, sentadas en una lujosa terraza adornada por jarrones, cojines, palmeras, una vista preciosa y, al fondo, dos empleadas, de color negra, uniformadas, portando bandejas de plata y ubicadas a los costados para adornar el escenario, una foto en cuya parte superior aparece la leyenda siguiente: "Las mujeres más poderosas del Valle del Cauca en la formidable mansión hollywoodiense de Sonia Zarzur, en el Beverly Hills de Cali”. La descripción de la imagen revela que hay hechos ocultos como la historia, la tradición, dominación y el racismo de clase.

Al racismo hay que enfrentarlo conscientemente, pues es enemigo de la justicia y de la igualdad, es un símbolo del odio, de la explotación y la xenofobia, es discriminación. En definitiva, hay que convocar a todas las fuerzas democráticas para luchar contra la ideología y dogmas del racismo y sus variantes pero para que este anhelo se haga realidad es necesario comprometer a las fuerzas sociales que buscan los cambios democráticos en la conducción del país, solo destruyendo este símbolo de la dominación y del sometimiento será posible destronar a la élite dirigente actual, hijos de las mismas familias que siempre han gobernado y cuyo interés es dar continuidad al dominio de su clase. Al “ex-presidente Alfonso López Pumarejo, el mandatario liberal y más moderno que tuvo Colombia en el siglo XX, le atormentaba el hecho de que sus hijos se juntaran con personas de una clase social inferior a la suya” (6).

El 21 de mayo estuvimos presentes e igualmente nos unimos a la convocatoria del día de la afro colombianidad y por consiguiente también apoyamos el Decenio Internacional de los Afro descendientes que inicio en enero de 2015 hasta el 31 de diciembre de 2024- por la defensa de sus derechos, de los derechos de las mujeres, del derecho a la vida, el derecho al trabajo, a la educación, a la salud, a la vivienda, etc., de todas y todos los colombianos; con justicia social y democracia real. La lucha contra el racismo no lo podemos apartar de las reivindicaciones sociales, económicas, políticas y culturales a las que aspira la nueva sociedad.

Los acuerdos firmados en la Mesa de la Habana son útiles para esta batalla política e ideológica contra todas las formas de discriminación, lo mismo que para refrendar los acuerdos, es necesario convocar una Asamblea Nacional Constituyente, que vincule los acuerdos a la nueva constitución para garantizar un verdadero tratado de paz que permita que los colombianos y colombianas podamos verter nuestras opiniones sin miedo a ser discriminados, ni asesinados. No más racismo, igualdad real de derechos y oportunidades.

Read more at http://ojosparalapaz-colombia.blogspot.com/2015/06/colombia-el-racismo-forma-de-sometimiento-funcional-al-capitalismo.html#fHMWF4pgURQpt5Ve.99

Por Francisco González, Delegación de Paz de las FARC-EP   IJunio de 2015I 
Martin Barker es uno de lo escritores que han destacado la emergencia de lo que llama el «nuevo racismo», que pone de realce no la superioridad biológica de unas razas sobre otras, sino las diferencias culturales entre grupos «étnicos»40
2.No hay demostraciones científicas que verifiquen ni desmientan la existencia de razas humanas, o lo que es lo mismo, la dependencia de la genética en las diferencias de actitud, pensamientos, capacidades físicas y en general de todos los procesos orgánicos y mentales.
3. El racismo ofrece a los trabajadores blancos el alivio de considerarse parte del grupo dominante; en momentos de crisis, también proporciona un chivo expiatorio a punto, que es el grupo oprimido. Alex Callinicos es militante destacado del Socialist Workers Party (GB). Folleto publicado por En lucha : mayo de 1996
4.La dominación capitalista no se produce automáticamente. Una de las formas de organizarla es el fomento del racismo. Sucede continuamente: George Bush utilizó cínicamente el racismo para lograr la victoria en las elecciones presidenciales de 1988 en los Estados Unidos.
5.Página Web FOROS: Piezas decorativas y de servicio. Opciones. Señoras de bien. Por: Mauricio García Villegas: Cuatro señoras de la alta sociedad de Cali, (…)”.
6Se sabe cómo al presidente Alfonso López Pumarejo, el mandatario más liberal y moderno que tuvo Colombia en el siglo XX, le atormentaba el hecho de que sus hijos se juntaran con personas de una clase social inferior a la suya. Elespectador.com| elespectador.comPublicado: 12-10-2011 01:59 PM


viernes, 19 de junio de 2015

La hora de los partidos-movimientos


Outras Palavras

Las convergencias antisistema sacuden las elecciones. Algunas tratan de superar el capitalismo pero tienen poco poder. ¿Cómo no frustrar a la sociedad e influir en el orden mundial?
En los países en los que hay elecciones, existen normalmente dos partidos principales ubicados más o menos en el centro de las ideas de los electores del país. En los últimos años se ha producido una cantidad importante de elecciones en las cuales algún movimiento contestatario ganó las elecciones o por lo menos eligió una cantidad suficiente de representantes para que el partido gobernante necesite su apoyo.
El último ejemplo ha sido el de la provincia de Alberta, en Canadá, en el que el Partido Nacional Democrático (NPD), participando con una plataforma cercana a la izquierda radical, inesperadamente alcanzó el poder detentado sin dificultades desde hacía bastante tiempo por un partido de derecha, los Conservadores Progresistas. Lo que vuelve a este acontecimiento mucho más sorprendente es que Alberta está considerada la provincia más conservadora de Canadá y es el sostén del primer ministro del país, Stephen Harper, en el poder desde 2006. El NPD ganó además 14 de las 25 bancas en Calgary, bastión de Harper.
Alberta no es el único caso. El Partido Nacional Escocés (SNP) ganó las elecciones en Escocia habiendo sido históricamente un partido marginal. El partido de ultraderecha polaco Partido de la Ley y la Justicia derrotó al candidato considerado conservador y pronegocios, la Plataforma Cívica. Syriza en Grecia, que desarrolló una plataforma antiausteridad, está actualmente en el poder y su primer ministro, Alexis Tsipras, lucha para alcanzar sus objetivos. En España Podemos, otro partido antiausteridad, está creciendo firmemente en las encuestas y parece hallarse en condiciones de dificultar o imposibilitar la permanencia en el poder del partido conservador, el Partido Popular. También la India está celebrando ya un año en el poder de Narendra Modi, que participó con una plataforma que desalojó a partidos tradicionales y dinastías de poder.
Estas elecciones contestatarias tienen siempre algo en común. En todas las campañas los partidos que sorprenden utilizan una retórica calificada de populista. Es decir, afirman que están luchando contra las élites del país que tienen mucho poder e ignoran las necesidades de las amplias mayorías de la población. Insisten en la necesidad de crear empleos, especialmente en aquellos lugares en que se manifiesta un gran aumento de la desocupación.
Además esos movimientos siempre destacan la corrupción de los partidos en el poder y prometen acabar con ella o por lo menos reducirla drásticamente. Con esos argumentos respaldan el cambio, un cambio real.
Sin embargo debemos observar más de cerca esas protestas. En modo alguno son todas iguales. Existe, entre ellas una grieta fundamental que se puede percibir en cuanto nos desembarazamos de su retórica. Algunos de esos movimientos contestatarios son de izquierda, como Syriza en Grecia, Podemos en España, el SNP en Escocia o el NDP de Alberta, y otros netamente de derecha, como el de Modi en la India o el Partido de la Ley y la Justicia en Polonia.
Los de izquierda encaran centralmente sus críticas en temas económicos. Su retórica y sus movilizaciones se basan en el sistema de clases. Los que están a la derecha se afirman principalmente en cuestiones nacionalistas, normalmente con un énfasis xenófobo. La izquierda quiere combatir el desempleo generado por las políticas gubernativas incluyendo, claro, mayores impuestos a las grandes riquezas. La derecha quiere combatir el desempleo previniendo la inmigración en incluso deportando a los inmigrantes.
Cuando llegan al poder, tanto los movimientos de izquierda como los de derecha, descubren que es muy difícil cumplir las promesas populistas de sus campañas. Las grandes corporaciones disponen de instrumentos para limitar las medidas que las perjudican. Actúan en nombre de esa mítica entidad a la que llaman “mercado” con el apoyo y la complicidad de otros gobiernos y de los organismos internacionales. Los movimientos contestatarios descubren entonces que si presionan demasiado el presupuesto del Gobierno se reducirá, al menos en el corto plazo. Pero para las personas que los votaron el corto plazo es el lapso que permite seguir aprobándolos. El día de gloria y de poder de los movimientos de protesta corre el riesgo de hallarse muy limitado. Entonces “firman compromisos” que irritan hasta al más militante de sus partidarios. No hay que olvidar que quienes apoyan un cambio de gobierno son siempre muy heterogéneos. Algunos son militantes que luchan por un gran cambio mundial y por el papel que sus países desempeñarán en dicho cambio. Otros están simplemente cansados de los partidos tradicionales que se vuelven reiterativos y poco sensibles. Algunos apoyan no seguir tolerando a gente tan ruin como la que está en el gobierno. En síntesis, estos partidos-movimientos no son un ejército organizado, sino una alianza inestable y fluctuante de muchos y diferentes grupos.
A partir de esta situación podemos consignar tres conclusiones. La primera es que los gobiernos nacionales no tienen todo el poder necesario para hacer lo que quieren. Se hallan totalmente restringidos por el funcionamiento del sistema mundial, que funciona como un todo.
La segunda conclusión es que mientras tanto algo se puede hacer para aliviar el sufrimiento de las personas comunes. Es posible tratando de reasignar la distribución de las rentas por la vía tributaria u otros mecanismos. Los resultados pueden ser solo temporarios. Pero una vez más quiero recordar que todos vivimos en el corto plazo y lo que podamos conseguir en él es una ventaja y no una desventaja.
La tercera conclusión es que si uno de esos partidos llega a ser un partícipe serio de los cambios en el sistema mundial no debe limitarse al populismo de corto plazo y comprometerse en cambio en acciones de mediano plazo para influir en la lucha global en este período de crisis sistémica y de transición hacia un sistema mundial alternativo, que ha comenzado y se halla en curso.
Solo cuando los partidos-movimientos de izquierda aprendan a combinar medidas de corto plazo para “minimizar el dolor” con esfuerzos de mediano plazo para influir en la lucha por un nuevo sistema, podremos albergar alguna esperanza de llegar a la salida que deseamos, un sistema mundial relativamente democrático e igualitario.
Traducido al portugués por Gabriela Leite
Fuente: http://outraspalavras.net/destaques/wallerstein-limites-e-esperancas-dos-partidos-movimentos/

Los universos paralelos

Resumen de la ponencia en Naciones Unidas el 26 de mayo



En el Foro Social de Porto Alegre de 2005 Eduardo Galeano recordó la respuesta que alguna vez dio su amigo Fernando Birri a la pregunta “¿Para qué sirve la utopía?” “Yo sé que ella está en el horizonte”, contesto Birri. “Cada vez que doy un paso ella se aleja un paso… ¿Para qué sirve entonces, entonces? Sirve para eso, para caminar. José Saramago no estuvo de acuerdo: “las utopías no sirven para nada; lo que ha transformado al mundo fue la necesidad”.
Ésta, entiendo, es una respuesta que intenta ser pragmática pero refleja no solo la frustración de los intelectuales de izquierda desde los ochenta sino también un pensamiento muy anterior que data del siglo XIX: el pensamiento marxista según el cual la base material es la que dicta sus leyes a la superestructura, es decir, las necesidades materiales y los sistemas de producción sobre la ética, la educación, la religión, el arte, etc. Afirmar que algo como una idea (una utopía) desde la superestructura es capaz de cambiar la realidad material no pertenece al marxismo ortodoxo. De igual forma, Ernesto Che Guevara era marxista en la teoría e inadvertidamente antimarxista en su concepción más profunda: no solo por su romántica idea de que un grupo o un individuo como Don Quijote podía cambiar el mundo, sino por su insistencia en la fuerza de un cambio moral como motor para cambiar una realidad social.
Uno de los libros fundacionales de las utopías moderas fue, precisamente, Utopía (1516), de Thomas More. Lo que hoy es América Latina iba a jugar en esta nueva tradición un rol decisivo: More se inspiró en las cartas que Américo Vespucio escribió a principios de la era del descubrimiento del Nuevo Mundo. Vespucio había reportado que en estas tierras los nativos eran pueblos muy saludables y tenían extraños hábitos: no tenían en gran estima por las riquezas materiales, desconocían la propiedad privada y se bañaban todos los días. El machismo, una institución consolidada en Europa y exportada al nuevo mundo, no era lo suficientemente fuerte como para estimar la virginidad en la mujer o mantenerla alejada de los asuntos públicos.
Más allá del hecho de si las cartas de Vespucio (como las de Hernán Cortés o las de Bartolomé de las Casas) son exageradas o no, lo cierto es que revelan una época: tanto América como Utopía expresaban los sueños y las aspiraciones de una Europa que se abandonaba a la pasión individualista, de la conquista y del dinero; la avaricia, cupiditas, dejaba de ser un pecado para convertirse en una virtud. El cristianismo renacentista desacralizó el mundo y sacralizó la salvación individual: si el mundo ya no era sagrado sino materia, estaba bien explotarlo sin condenar a la humanidad a la perdición. Es decir que la utopía fue, desde muchos puntos de vista un sueño colectivo, la expresión simbólica del deseo de lo que no se es o no se tiene, la culpa por lo que no se ha hecho o se ha hecho mal, un sueño que en muchos casos terminó en pesadilla.
El tiempo europeo que, gracias a los primeros humanistas modernos del siglo XIV, dejó de ser concebido según las Eras de los metales como un proceso inevitable de degradación y corrupción y en los siglos posteriores pasó a ser una gráfica ascendente, donde todo tiempo pasado fue peor; lo mejor estaba por delante, hacia el futuro: el progreso y la superación de todos los males gracias al conocimiento del hombre y del mundo.
El capitalismo y el marxismo serán dos versiones de esta misma concepción fundadora: existe el progreso ético y material y hacia atrás están los tiempos oscuros, los mitos y el Cosmos encantado. Desarrollo era, y en muchos casos lo es todavía, simplemente riqueza, industrialización. Pero si en décadas anteriores las altas y humeantes chimeneas eran orgullo nacional y hasta los poetas cantaban loas a la contaminación, en nuestro tiempo es el consumo y las torres de cristal que se acumulan una al lado de la otra y compiten por su tamaño sin vestigios de la perdida sacralidad de la sangre y del mundo.
Diferente, el mundo amerindio no separó la sangre del espíritu, los hombres y las mujeres del universo natural ni se regían por la concepción judeocristiana del tiempo lineal. Como en muchas otras culturas, era un tiempo circular. El progreso, la virtud, el sentido de justicia era y vuelve a ser más bien una restauración del origen. Así, la utopía termina en los intelectuales comprometidos, en los revolucionarios tal como comenzó en el siglo XVI: inspirada en Amerindia, en el cuestionamiento a la irracionalidad del consumismo, a la avaricia y al individualismo desde una visión ecologista, que también es una reivindicación indígena e indigenista.
Claro, las utopías son tan antiguas como las religiones. El paraíso cristiano y musulmán ola moksha, la liberación del Samsara hindú son claros ejemplos. Pero en nuestro tiempo las grandes utopías son unánimemente entendidas y asociadas a formas ideales de sociedad. Este tipo de utopías modernas tuvieron un auge en el siglo XIX y un declive en la posmodernidad. Como hemos dicho antes, a finales del siglo pasado (por entonces, a la angustia de las persistentes catástrofes sociales ya se había sumado la angustia por la catástrofe ecológica), en la Era moderna los hombres discutían cómo organizar la sociedad perfecta; en la Era posmoderna o neo medieval los hombres (y ahora las mujeres también) estamos preocupados en saber cómo vamos a salvar al mundo de la catástrofe. Desde el fin de la modernidad, tanto en la academia como en Hollywood las distopías comoTerminator son más populares y bastante más verosímiles que las utopías.
Muerta la Era moderna, o más bien desprestigiada, la Era posmoderna hizo el camino inverso: si la anterior había sacrificado seguridad a cambio de una novedad, la libertad, nuestro tiempo sacrificó libertad por seguridad, desde las incontables y diversas dictaduras del segundo y tercer mundo hasta las democracias contemporáneas del primer mundo, controladas por el gran capital privado y el espionaje estatal de la vida privada.
Pero la Era moderna nos legó dos viejos demonios que hoy son dioses: la igualdad y la diversidad. Ambos son caras de la misma moneda, ya que somos iguales porque somos diferentes y no se puede revindicar uno sin defender el otro. Pero no cualquier diferencia vale. Las diferencias que llamamos diversidad y que no contradicen la igualdad de derechos son las diferencias horizontales, que antes eran verticales, no solo en la práctica sino también en su legitimidad social. Tanto la igualdad como la diversidad necesitan de la libertad y de la seguridad, pero no administradas verticalmente sino horizontalmente. Es decir, la libertad no se opone a la igualdad si es una igual libertad, si todos los que somos diferentes tenemos una cuota, si no semejante al menos suficiente de libertad. Pero para que esto ocurra, es necesaria una distribución mínima, razonable o necesaria, del poder. A este tipo de utopías, que en cierto grado han dejado de serlo, llamamos progreso, a los que críticos como Eduardo Galeano han contribuido decisivamente, no solo por su crítica a los poderes hegemónicos sino por suconcepción existencial, que es más propia del mundo amerindio que de la filosofía (marxista) europea.
Tiempo y lenguaje
Es común considerar que el pasado está hacia atrás y el futuro hacia adelante. Ésta es una concepción, aunque unánime, del todo arbitraria. Así como el norte no está hacia arriba, el futuro no está hacia adelante. El idioma ha atrapado la idea de nuestro cuerpo que camina hacia adelante y lo ha fijado en nuestra concepción del tiempo. Mucho más en inglés, donde las acciones son más recurrentes que las contemplaciones, donde no se distingue ser de estar pero se distinguen diferentes formas de hacer (to make/to do, sin entrar a considerar el vasto vocabulario coloquial que se refiere al dinero o a los negocios hasta en el acto de comer o simplemente de saludar), donde las distinciones en tiempo pasado son menos sofisticadas que en otras lenguas como el español.
En mentalidades y civilizaciones como la nuestra, la acción predomina sobre la contemplación de la existencia, y por lo tanto el futuro está hacia adelante. En culturas más contemplativas como en la antigua Grecia o en las andinas, el tiempo era un rio que fluía desde nuestra espalda hacia lo que tenemos por delante. Es decir, el pasado estaba hacia adelante y el futuro hacia atrás. Esta concepción, que en principio puede parecernos absurda es aún más lógica que nuestra propia concepción del tiempo: si podemos ver el pasado en formas de recuerdos y no podemos ver el futuro incierto, entonces lo que tenemos delante de nosotros no es lo que vendrá sino lo que ha sido, es decir, la memoria. En el mundo andino, ese tiempo es el ñaupa-q, palabra que sobrevive hasta en las regiones más euroamericanas como en el Cono Sur rural.
Quizás por naturaleza los humanos siempre tratamos de proteger nuestro optimismo, por poco que sea, negando la realidad y negando las consecuencias negativas de nuestras acciones en nombre del progreso y de la supuesta felicidad de ser ricos, que se sostiene sobre todo por el hecho de que por norma general es una aspiración perpetua, es decir, una utopía individual, renacentista.
La utopía capitalista y marxista de un futuro hacia adelante y hacia arriba llamada progreso no sería, para la mentalidad indoamericana, algo que está delante nuestro sino atrás. La utopía americana (en la versión elaborada de Thomas More y en sus percepciones nativistas), la utopía de un hombre nuevo y de una sociedad nueva sería, en realidad, un regreso al origen o, al menos, la recuperación de nuestra naturaleza humana corrompida por la ambición y la explotación de los hombres y de la naturaleza. Para tomar conciencia de esta utopía, que es también resolver el problema creado por la misma humanidad, deberíamos mirar hacia el pasado. Es decir, debemos mirar hacia adelante antes de prever los problemas que nos depara el futuro.
No es casualidad, entonces, que Eduardo Galeano haya dedicado su vida, al menos su vida literaria a criticar el poder mientras otros dedicaron su vida a criticar a Galeano. Tampoco es casualidad que haya sido el ensayista que menos empleó el yo y la primera persona en su prosa poética, ni que su principal arma dialéctica haya sido la recuperación de la memoria y que sus libros fuesen variaciones de su obra cumbre, la trilogía Memoria del fuego

jueves, 18 de junio de 2015

Washington y la geopolítica de las drogas

Miradas al Sur


Que dos ex presidentes norteamericanos hayan confesado sus debilidades por las drogas no es un dato alarmante, menos en una sociedad adicta a los delirios consumistas de baratijas capitalistas como la norteamericana; aún así, no es un detalle menor.

Al respecto, es legítimo, como también demostrable, afirmar que, efectivamente, concurre como flagelo planetario una criminal geopolítica de las drogas.

La historia refleja un comportamiento demencial, en el pasado, de los centros de poder fáctico europeos, especialmente del Reino Unido, al tratar de destruir el aparato estatal chino imponiendo tratados comerciales inicuos a partir de la reducción de fortalezas internas y valores sociales mediante las guerras del opio, entre 1839 y 1860.

Hoy, los métodos han cambiado, pero los propósitos geopolíticos y económicos permanecen intactos. También el centro generador se trasladó de Londres a Washington. Al respecto conocemos la gigantesca operación Irán-Contras propiciada por Washington. Sumemos el empeño de las potencias occidentales en dominar Afganistán con la curiosa explosión de cultivos de amapola en miles de hectáreas, a partir de la guerra invasora. ¿Sólo coincidencias?

EE.UU. es el primer consumidor de drogas en el mundo, a la par de ser el principal productor de marihuana y drogas duras sintéticas. Pero a la vez es el primer exportador de armas y municiones para los grupos irregulares que en varios países sudamericanos custodian sembradíos y rutas de tráfico de estupefacientes.

No conforme con tan audaces indicadores, EE.UU. es el primer exportador mundial de sustancias e insumos precursores. Agreguemos a ello informes de organismos de la ONU que se encargan del asunto y que indican que la banca estadounidense está seriamente implicada en el financiamiento de este “comercio”. Tampoco nunca se ha tenido conocimiento de banqueros norteamericanos enjuiciados ni de funcionarios aduaneros detenidos que, curiosamente, no detectan la salida de pertrechos, armas y sustancias químicas hacía los países productores.

La tecnología satelital norteamericana es capaz de asesinar niños en Iraq, Afganistán y Siria desde comandos en territorio norteamericano, pero no es capaz de detectar barcos y aeronaves que desde sus puertos y aeropuertos despegan cargados de insumos para la muerte y pertrechos para las nuevas guerras del opio. Tampoco ha advertido que a pocos kilómetros de sus bases militares en Afganistán, las áreas cultivadas con amapola superan ya las sesenta mil hectáreas.

Las acusaciones al voleo, con mucha estridencia mediática pero sin reales sustentos demostrativos contra Venezuela, no escapan a esta realidad geopolítica. Varios capítulos en las relaciones bilaterales son reveladores. La expulsión de la DEA de territorio venezolano tiene sustento irrebatible. Simulaba entregas controladas sin asidero legal; hacía seguimientos a priori violando acuerdos e intervenía en asuntos de política interna que dieron pie a una decisión obligante para el presidente Chávez en su momento.

Washington ha sostenido en relación a Venezuela políticas antidrogas plagadas de despropósitos. Una cadena de hechos lo demuestra. Prohibió a España y Brasil la venta de aviones adecuados para la vigilancia y control de territorios marítimos y regiones montañosas colindantes con Colombia; asimismo ha pretendido operar en forma unilateral radares en Venezuela impidiendo que el gobierno accediera a la información obtenida.

evo y chavez La estrategia norteamericana tiene epicentro en activar muros de contención en aquellos países “díscolos” a sus intereses a los que “hay que torcerles el brazo para que hagan lo que queremos…”. Tales muros tienen por objeto represar drogas con dos objetivos: deteriorar la moral de la población y asegurarse -Washington- que las drogas que ingresen a su territorio sea en cantidades política y militarmente manejables y dirigidas a sectores sociales específicos.

Los presidentes Hugo Chávez y Evo Morales muy temprano tomaron las decisiones correctas para desmembrar el macabro y gangsteril plan de convertir a Venezuela y Bolivia en territorios abiertos para los carteles traficantes, paraísos del lavado de dinero y campos de batalla entre las mafias, incluyendo a la DEA.

Este historial revela una conducta que lleva a concluir que Washington se interesó desde la administración Clinton en crear rutas “seguras” utilizando el territorio venezolano. El gobierno bolivariano ha implementado políticas y estrategias que comienzan a generar resultados muy positivos. La vigilancia estricta; destrucción de pistas de aterrizajes y el derribamiento de aeronaves cargadas de drogas, demuestran que Venezuela se cruzó en el camino de la geopolítica de Washington.

El reciente embate contra funcionarios venezolanos, entre ellos el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, se inscribe en el marco de nuevas y desesperadas acciones contra gobiernos que se opongan a los planes globales hegemónicos de Washington. Las guerras de cuarta generación hacen uso intensivo del corporativismo mediático. De eso se trata esta nueva campaña antivenezolana.

Ya es más que evidente la intervención del señor de todos los carteles -que no es otro que el colombiano Alvaro Uribe-, en la política interna venezolana. Y decir Uribe es decir, sin lugar a dudas drogas, paramilitarismo, lavado de dinero y criminalidad. Pero a la vez, decir Uribe es decir Washington.

Nada debe extrañar sobre estas típicas conductas de gran potencia hegemónica. EE.UU. se ubica en un denigrante ranking: además de las drogas, es el país donde más se violan los derechos humanos, especialmente de los afrodescendientes y latinos.

Vale preguntarse ante el evidente fracaso de las políticas y estrategias con las que se ha enfrentado el flagelo de las drogas: ¿qué pretende Washington, combatir la producción, el tráfico, el financiamiento, o dominar las rutas de este siniestro “comercio”?

Fuente: http://www.miradasalsur.com.ar/2015/06/12/mundo/washington-y-la-geopolitica-de-las-drogas/