Desde
México hasta la Patagonia existe una variopinta gama de castas
en el poder débiles
democráticamente e incompetentes, muchas de las cuales se comportan como verdaderos
vándalos. El grueso de países,
exceptuando los considerados progresistas, en términos del comandante eterno Hugo
Chávez, se comportan como cachorros del imperio. En
Colombia, los vándalos en el
poder para mantenerlo dependen enteramente del apoyo imperial; razón por la cual le cedieron la soberanía de manera absoluta. Estas castas se distinguen por ser depredadores de la naturaleza y de la
conciencia de sus pueblos. La
desigualdad y exclusión social en américa incluidos los EEUU son aterradoras, aunque
se maquille la realidad con métodos de medición mentirosos, la pobreza ronda al 70% de la población; el
mismo presidente Obama recientemente reconoció: “En la nación más rica de la
Tierra, hay demasiados niños que nacen en la pobreza, muy pocos tienen una
oportunidad justa para escapar de ella”. Lo peor de todo es que jamás
podrán superar la pandémica pobreza ni la penetrante desigualdad social, pues para
hacerlo recurren a las mismas medidas que la originan y reproducen: capitalismo,
es decir, más acumulación y, por tanto, desigualdad social
En
las naciones Latinoamericanas, también, como denominador común, resalta su falta de diversificación productiva, la actividad
económica es principalmente de tipo extractivista (minerales y petróleo) así que
sus fuentes de ingresos dependen principalmente de las exportaciones de Commodities, bienes
primarios negociados a futuro con escasa incorporación de Valor Agregado
Manufacturero (VAM), con destino en alto porcentaje a la metrópoli imperial. Sus débiles economías son altamente vulnerables
a la volatilidad de los precios de las materias primas lo que los deja
atrapados para siempre en la llamada “trampa
del ingreso medio” de la que hablara
Humberto Campodónico; entonces, ya no son ni serán países subdesarrollados pero
tampoco desarrollados.
Por otro lado, en Latinoamérica se ha
conformado un naciente grupo de naciones denominadas progresistas entre
ellas sobresalen Venezuela, Ecuador,
Bolivia, Nicaragua y, recientemente,
Cuba, que de ser el único país en
América proclamado socialista viene haciendo ingentes esfuerzos para virar de
la “dictadura del proletariado” a la dictadura del “odiado” capital. Un factor común para destacar es que en estos
países los jefes de estado han salido de las entrañas
populares y se han declarado antiimperialistas nacionalistas, por lo
menos en cuanto tiene que ver con el petróleo. También se distinguen por sus
políticas de tipo asistencialista, con
las cuales en vez de solucionar la grave problemática mediante el desarrollo de
proyectos se han ido creando claras
situaciones de dependencia de los individuos o grupos sociales que los reciben,
sin que realmente se promueva la dignidad y el mejoramiento de la situación
socioeconómica de las personas; en un
contrasentido las personas se van “aburguesando”
de manera alienante. Para la investigadora
Marina Montoya –UNMSM, dejando parcialmente de lado al grupo progresista, “…los
programas sociales históricamente han buscado solo aliviar la crisis social. Los
diferentes gobiernos representantes de los intereses de las clases dominantes
han soñado siempre con una paz social en la que los trabajadores y el pueblo
acepten mansamente ser lanzados a la miseria y para ello han terminado siempre
por perseguir la actividad sindical, declararla fuera de la ley y negarle
representatividad o legitimidad lo que ha provocado la muerte de trabajadores y
dirigentes populares”.
Definitivamente
el asistencialismo funciona como un paliativo, que colabora con la perpetuación
del sistema injusto de dominación. No obstante, hay que reconocer que las
ayudas a los más vulnerables han sido fundamentales para atenuar su
desgracia. Claro que el asistencialismo
no sólo va dirigido a los pobres, pues ante las amenazas de quiebra de sectores
económicos poderosos, principalmente el financiero, los distintos regímenes,
para ponerlos a flote, les asisten con cuantiosas cifras, colaborando, a su
vez, con la perpetuación de las estructuras desiguales.
En
Cuba se ha implantado la denominada Renta Básica
(libreta de abastecimiento o canasta
alimentaria) como un derecho ciudadano. Para lograrlo la nación caribeña ha realizado esfuerzos
ingentes, “(…) Los índices de gasto público en seguridad social, sanidad y educación,
así como sus resultados, en nada tienen que envidiar al de los países más ricos”
(José Iglesias Fernández) Y, según el propio Iglesias, “Esta canasta y, sobretodo, los precios a los que se cobran sus
productos van dirigidos a asegurar que prácticamente ninguna persona carezca de
los alimentos necesarios para una alimentación
básica”. La aludida medida no funciona en ningún otro país de América y, tal
vez, en ninguno a nivel mundial, excepto en Corea del Norte. Dicha Renta Básica o canasta alimentaria debería ser implementada en todo el planeta. Ojalá el nuevo ingreso de Cuba al
viejo club capitalista no termine con esta iniciativa humanitaria propia de un verdadero
Estado de bienestar. No olvidar que en el mundo hay suficiente para satisfacer las necesidades
de todos lo que no hay tanto es para colmar
la avaricia de unos pocos.
Hay
que mencionar dos países suramericanos que, dentro del concierto de naciones, se comportan como rara avis, pues sus mandatarios son declarados socialistas,
pero sus medidas económicas y políticas buscan profundizar el modelo
neoliberal, hablamos de Chile y Uruguay; Pepe Mújica presidente de Uruguay
viste y habla como proletario, pero actúa como cachorrillo del imperio; incluso
se jacta de que la esposa del embajador
de EEUU prepara ”platillos deliciosos”
en su humilde cocina; es tan grande su alejamiento de la causa
revolucionaria que ni
siquiera les concede una entrevista a
sus antiguos camaradas de lucha guerrillera. Su pasado en la lucha armada es
considerado como un “pecadillo de la
juventud”, pagado con catorce años de cárcel. En
cuanto a Chile su presidenta Bachellet está alistando maletas para asistir a la
cumbre de la Alianza del Pacífico, bloque
integrado por México, Colombia, Chile y Perú;
grupo que responde a los intereses geoestratégicos de dominación global
USA, ideado por el Departamento de defensa estadounidense, para hacerle
contrapeso a la CELAC, al ALBA y al MERCOSUR.
Argentina
y Brasil, principalmente el segundo,
parece que han escapado a la aludida trampa de los ingresos medios, sin
embargo, sus economías dependen altamente de la exportación de bienes
primarios como minerales, productos forestales, ganadería y productos agrícolas, cuya “proximidad
para el avance”, según Campodónico, “es
mucho menor a la de los productos metal mecánicos, químicos y la maquinaria y
equipo”. Brasil, considerado la quinta
potencia económica mundial, gobernado por Dilma Rousseff de la cuerda
progresista de Inazio Lula Da silva, es mantenido por parte de Estados Unidos bajo constante espionaje diplomático y económico.
Retomando
lo señalado por la investigadora Marina Montoya, en Colombia los vándalos en el
poder son los más sanguinarios de América,
no tienen miramiento alguno a la hora de deshacerse de quien amenace sus
intereses; eliminaron a cerca de diez mil miembros del partido político La
Unión Patriótica, y ahora la emprendieron contra el movimiento
Marcha Patriótica, hace unos días asesinaron a otro de sus miembros y
detuvieron al docente universitario Francisco Tolosa, acusándole de terrorista y guerrillero de las FARC. Pero
algo inaceptable es lo que están haciendo con los movimientos campesinos, que
amenazan con aguarle la reelección al oligarca criollo Juan Manuel Santos; primero descabezaron al movimiento agrario del
Catatumbo enviando a la cárcel a su líder Hubert Ballesteros, acusándole de lo mismo de siempre: terrorista y miembro de las FARC; y mantienen bajo acoso permanente
a los miembros de la Mesa Agraria y Popular de Interlocución y Acuerdo MIA (principal organizadora
del reciente Paro Nacional Agropecuario) estos son víctimas de amenazas contra sus
vidas y asfixiante seguimiento por parte de los órganos de “seguridad estatal”.
Y para demostrar que no perdonan a quien amenace sus
privilegios asesinaron a Giovany Leiton, líder
indígena y comunal de San José del Palmar, perteneciente a la Mesa MIA, éste fue asesinado el 4 de enero junto a
su compañera sentimental en el departamento de Choco. El cantor Julián Conrado, recientemente
incorporado a la mesa de conversaciones de Paz en la Habana, sintetiza en un verso la manera como las oligarquías
criollas ejecutan su idea de democracia:
“encarcelan, asesinan y dan tiro de
gracia”.
Los
vándalos en el poder van dejando pocas opciones a los pueblos para superar la
grave problemática socioeconómica creada por ellos, obligándoles a buscar “salidas
de esquina" o sea todo o nada: liberación
o muerte, dicho de otro modo, la lucha armada. Al respecto los
zapatistas del EZLN señalan, “(…) pues
nosotros los zapatistas del EZLN nos levantamos en armas en enero de 1994
porque vimos que ya está bueno de tantas maldades que hacen los poderosos, que
sólo nos humillan, nos roban, nos encarcelan y nos matan, y nada que nadie dice
ni hace nada. Por eso nosotros dijimos que “¡Ya Basta!”. Y en Colombia
cuatro movimientos guerrilleros FRAC EP, ELN, EPL y reductos del M-19, resisten
a la opresión por más de cincuenta años. Las negociaciones de paz en La Habana han
dejado en claro que en Colombia no es posible la solución política al conflicto
social, y esto se debe a que los vándalos en el poder no quieren ni pueden comprometer
cambios estructurales al modelo socioeconómico, pues afectarían los intereses de
dominación global de sus amos del Norte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario