lunes, 13 de enero de 2014

Los vándalos en el poder en América

Libardo Sánchez Gómez

Desde México hasta la Patagonia existe una variopinta gama de  castas  en el  poder  débiles democráticamente e incompetentes, muchas de las cuales se comportan   como verdaderos vándalos. El  grueso de países, exceptuando los considerados progresistas,  en términos del comandante eterno Hugo Chávez,   se comportan  como cachorros del imperio.  En  Colombia,  los vándalos en el poder para mantenerlo dependen enteramente del apoyo imperial;  razón por la cual le cedieron  la soberanía  de manera absoluta. Estas castas    se distinguen por ser  depredadores de la naturaleza y de la conciencia de sus pueblos.   La desigualdad y exclusión social en américa incluidos los EEUU son aterradoras, aunque se maquille la realidad con métodos de medición mentirosos, la  pobreza ronda al 70% de la población; el mismo presidente Obama recientemente reconoció: “En la nación más rica de la Tierra, hay demasiados niños que nacen en la pobreza, muy pocos tienen una oportunidad justa para escapar de ella”. Lo peor de todo es que jamás podrán superar la pandémica pobreza ni la penetrante desigualdad social, pues para hacerlo recurren a las mismas medidas que la originan y reproducen: capitalismo, es decir, más acumulación y, por tanto,  desigualdad social

En las naciones Latinoamericanas, también, como denominador común,   resalta su falta de diversificación productiva, la actividad económica  es principalmente de tipo   extractivista (minerales y petróleo) así que sus fuentes de ingresos dependen principalmente  de las exportaciones de Commodities,  bienes primarios negociados a futuro con escasa incorporación de Valor Agregado Manufacturero (VAM), con destino en alto porcentaje a la metrópoli imperial.  Sus débiles economías son altamente vulnerables a la volatilidad de los precios de las materias primas lo que los deja atrapados para siempre en la llamada “trampa del ingreso medio”  de la que hablara Humberto Campodónico; entonces, ya no son ni serán países subdesarrollados pero tampoco desarrollados.

  Por otro lado, en Latinoamérica se ha conformado un naciente grupo de naciones denominadas progresistas entre ellas  sobresalen Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y, recientemente,  Cuba, que  de ser el único país en América proclamado socialista viene haciendo ingentes esfuerzos para virar de la “dictadura del proletariado” a la dictadura del  “odiado” capital.  Un  factor común para destacar es que en estos países   los jefes de estado han salido de las entrañas populares  y se han declarado  antiimperialistas   nacionalistas, por lo menos en cuanto tiene que ver con el petróleo. También se distinguen por sus políticas  de tipo asistencialista, con las cuales en vez de solucionar la grave problemática mediante el desarrollo de proyectos se han ido creando  claras situaciones de dependencia de los individuos o grupos sociales que los reciben, sin que realmente se promueva la dignidad y el mejoramiento de la situación socioeconómica de las personas;   en un contrasentido las personas    se van “aburguesando” de manera alienante.  Para la investigadora Marina Montoya –UNMSM, dejando parcialmente de lado al grupo progresista,  “…los programas sociales históricamente han buscado solo aliviar la crisis social. Los diferentes gobiernos representantes de los intereses de las clases dominantes han soñado siempre con una paz social en la que los trabajadores y el pueblo acepten mansamente ser lanzados a la miseria y para ello han terminado siempre por perseguir la actividad sindical, declararla fuera de la ley y negarle representatividad o legitimidad lo que ha provocado la muerte de trabajadores y dirigentes populares”.

Definitivamente el asistencialismo funciona como un paliativo, que colabora con la perpetuación del sistema injusto de dominación. No obstante, hay que reconocer que las ayudas a los más vulnerables han sido fundamentales para atenuar su desgracia.  Claro que el asistencialismo no sólo va dirigido a los pobres, pues ante las amenazas de quiebra de sectores económicos poderosos, principalmente el financiero, los distintos regímenes, para ponerlos a flote, les asisten con cuantiosas cifras, colaborando, a su vez, con la perpetuación de las estructuras desiguales. 

En Cuba se ha implantado  la denominada Renta Básica (libreta de abastecimiento o canasta alimentaria) como un derecho ciudadano.  Para lograrlo la nación caribeña ha realizado esfuerzos ingentes,  “(…) Los índices de gasto público en seguridad social, sanidad y educación, así como sus resultados, en nada tienen que envidiar al de los países más ricos” (José Iglesias Fernández) Y, según el propio Iglesias, “Esta canasta y, sobretodo, los precios a los que se cobran sus productos van dirigidos a asegurar que prácticamente ninguna persona carezca de los alimentos necesarios para una alimentación  básica”. La aludida   medida no funciona en ningún otro país de América y, tal vez, en ninguno a nivel mundial, excepto en Corea del Norte.    Dicha Renta Básica o canasta alimentaria debería ser implementada en todo el planeta. Ojalá el nuevo ingreso de Cuba al viejo club capitalista no termine con esta iniciativa humanitaria propia de un verdadero Estado de bienestar. No olvidar que en el mundo  hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos lo que no hay tanto  es para colmar la avaricia de unos pocos.


Hay que mencionar dos países suramericanos que, dentro del concierto de naciones,  se comportan como rara  avis, pues  sus mandatarios son declarados socialistas, pero sus medidas económicas y políticas buscan profundizar el modelo neoliberal, hablamos de Chile y Uruguay; Pepe Mújica presidente de Uruguay viste y habla como proletario, pero actúa como cachorrillo del imperio; incluso se jacta de que la esposa  del embajador de EEUU prepara ”platillos deliciosos” en su humilde cocina; es tan grande su alejamiento de la causa revolucionaria  que   ni siquiera  les concede una entrevista a sus antiguos camaradas de lucha guerrillera. Su pasado en la lucha armada es considerado como un “pecadillo de la juventud”, pagado con catorce años de cárcel.    En cuanto a Chile su presidenta Bachellet está alistando maletas para asistir a la cumbre de la Alianza del Pacífico,  bloque integrado por México, Colombia, Chile y Perú;  grupo que responde a los intereses geoestratégicos de dominación global USA, ideado por el Departamento de defensa estadounidense, para hacerle contrapeso a la CELAC, al ALBA y al MERCOSUR.

Argentina y Brasil, principalmente el segundo,  parece que han escapado a la aludida trampa de los ingresos medios, sin embargo, sus economías dependen altamente de la exportación de bienes primarios   como minerales, productos forestales,   ganadería y   productos agrícolas,     cuya “proximidad para el avance”, según Campodónico, “es mucho menor a la de los productos metal mecánicos, químicos y la maquinaria y equipo”.  Brasil, considerado la quinta potencia económica mundial,    gobernado por Dilma Rousseff de la cuerda progresista de Inazio Lula Da silva, es mantenido por parte de Estados Unidos    bajo constante  espionaje diplomático y económico.

Retomando lo señalado por la investigadora Marina Montoya, en Colombia los vándalos en el poder son  los más sanguinarios de América, no tienen miramiento alguno a la hora de deshacerse de quien amenace sus intereses; eliminaron a cerca de diez mil miembros del partido político La Unión Patriótica,   y ahora la emprendieron contra el movimiento Marcha Patriótica, hace unos días asesinaron a otro de sus miembros y detuvieron al docente universitario Francisco Tolosa, acusándole de  terrorista y guerrillero de las FARC. Pero algo inaceptable es lo que están haciendo con los movimientos campesinos, que amenazan con aguarle la reelección al oligarca criollo Juan Manuel Santos;  primero descabezaron al movimiento agrario del Catatumbo enviando a la cárcel a su líder Hubert Ballesteros, acusándole de lo mismo  de siempre: terrorista y miembro de las FARC; y mantienen bajo acoso permanente a los miembros de la Mesa Agraria y Popular  de Interlocución y Acuerdo MIA (principal organizadora del reciente Paro Nacional Agropecuario)    estos son víctimas de amenazas contra sus vidas y asfixiante seguimiento por parte de los órganos de “seguridad estatal”. Y para demostrar   que no perdonan a quien amenace sus privilegios asesinaron a Giovany Leiton, líder indígena y comunal de San José del Palmar, perteneciente a la Mesa  MIA, éste fue asesinado el 4 de enero junto a su compañera sentimental en el departamento de Choco.    El  cantor Julián Conrado, recientemente incorporado a la mesa de conversaciones de Paz en la Habana,  sintetiza en  un verso la manera como las oligarquías criollas ejecutan su  idea de democracia: “encarcelan, asesinan y dan tiro de gracia”.



Los vándalos en el poder van dejando pocas opciones a los pueblos para superar la grave problemática socioeconómica creada por ellos, obligándoles a buscar “salidas de  esquina" o sea todo o nada: liberación o muerte, dicho de otro modo, la lucha armada.  Al respecto   los zapatistas del EZLN señalan, “(…) pues nosotros los zapatistas del EZLN nos levantamos en armas en enero de 1994 porque vimos que ya está bueno de tantas maldades que hacen los poderosos, que sólo nos humillan, nos roban, nos encarcelan y nos matan, y nada que nadie dice ni hace nada. Por eso nosotros dijimos que “¡Ya Basta!”. Y en Colombia cuatro movimientos guerrilleros FRAC EP, ELN, EPL y reductos del M-19, resisten a la opresión por más de cincuenta años.  Las negociaciones de paz en La Habana han dejado en claro que en Colombia no es posible la solución política al conflicto social, y esto se debe a que los vándalos en el poder no quieren ni pueden comprometer cambios estructurales al modelo socioeconómico, pues afectarían los intereses de dominación global de sus amos del Norte. 


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