martes, 27 de octubre de 2015

ANÁLISIS ELECTORAL DE ANNCOL: LA RECOMPOSICIÓN DEL BLOQUE DE PODER DOMINANTE


Marta Lucía Ramírez, ex MinDefensa de Uribe, Enrique Peñalosa y Carlos Fernando Galán.Marta Lucía Ramírez, ex MinDefensa de Uribe, Enrique Peñalosa y Carlos Fernando Galán.AP-
Las elecciones regionales que acaban de suceder este 25 de Octubre en Colombia, confirman de manera contundente como única conclusión que se puede sacar de ellas; la afirmación de ANNCOL de que serían utilizadas por la clase dominante para recomponer el Bloque de Poder Contrainsurgente dominante en Colombia.
Dos anuncios sombríos lo anticiparon:
Uno: El documento escrito por los 21 gremios de Colombia y presentado con bombos y platillos al presidente JM Santos dándole un apoyo envenenado al proceso de Paz de la Habana, pero a la vez, presentando un proceso de Paz completamente diferente al actual [ver editorial ANNCOL].
Dos: El mensaje encriptado del presidente Santos, enviado por los medios de comunicación adictos poco ante las elaciones de que; “los alcaldes y gobernadores elegidos serán los encargados de administrar el Post conflicto”
Mensajito que forzó a los políticos, clientelistas y contratistas, interesados en la feria de contratos para la paz (que conlleva la palabra oficial “post conflicto”) a realizar unas elecciones típicas colombianas plagadas de todo tipo de delitos electorales, especialmente la trashumancia de votos, la falsificación de documentos electorales, la compra multimillonaria de votos, y la participación descarada del triunfador electoral Vargas Lleras desde su cargo oficial de Vicepresidente de la República, y quien con la mirada cómplice y complacida del presidente Santos se ha convertido en el árbitro definitivo que ha definido la enconada y larga disputa por el liderazgo dentro de las fracciones del Bloque de Poder dominante, entre Uribe Vélez y el presidente JM Santos.
El ventajismo Llerista, la corrupción, la compra multimillonaria, descarada y cínica de votos (nadie se preguntó de dónde salen todos esos ríos de dinero) la manipulación desvergonzada de encuestas de opinión, más la guerra sucia mediática y la guerra leguleya del sacristán Ordoñez contra la llamada “Izquierda Clara” fueron la Norma aceptada por todos.
Todos los elegidos, todos sin excepción, lo son (no por representar un partido moderno con ideas, programas, organización y ética definidas) sino resultado de oscuras maniobras y coaliciones amañadas entre grupúsculos de contratistas, con consignas de taller de reparación de autos como seguridad y cumplimento, eficiencia y servicio, trabajamos para Usted, etcétera, etcétera. Todos ellos interesados en pelechar los raudales de dinero en dólares y Euros que JM Santos ha prometido vendrán de los EEUU y Europa una vez “se firme la Paz”.
Según los datos oficiales entregados, Uribe Vélez y su cauda de muchachos buenos y honrados ha quedado reducida a su verdadera expresión en el Casanare y Leticia. Es un respiro.
El Partido de Santos, la U, si bien ha aumentado el número de votos, ha perdido importantes administraciones, quedando sostenido en lo fundamental por los cuestionados y corruptos Ñoños Elías y por la “diva” Dilian Francisca, y por algunas gobernaciones menores, obtenidas en extrañas coaliciones, como Arauca, Vichada, Cesar, o Norte de Santander. La llamada “Izquierda Clara” no pudo o no supo quitarse el lastre de los Garzones cooptados (Lucho y Angelino), los corruptos gurropines Moreno y el Petrismo demagógico y soberbio.
El Liberalismo de la mano de Serpa Uribe que trató de presentarse como fuerza autónoma (?), aunque logró imponer al también cuestionado Didier Tavera en la gobernación de Santander y triunfó en gobernaciones periféricas como el sempiterno Verano de la Rosa del Atlántico, en Chocó, Meta, San Andrés, o Caquetá, y alcanzó algunas alcaldías intermedias como Manizales, Pereira o Sincelejo; liquidó en Bogotá su mayor carta estratégica que significaba la alcaldía del ministro de guerra de Cesar Gaviria en 1991, el Gato Pardo.
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Detrás de Peñalosa se esconde el militarista y el oficial de la reserva militar, Vargas Lleras.
¿Próximo presidente de Colombia del establicimiento empresarial-militar?


Los triunfadores son indudablemente Vargas Lleras que imponer su fuerza electoral y su jefatura; se consolida a nivel nacional. Imponiendo en la alcaldía de Bogotá al también cuestionado y corrupto “empresario neoliberal de los Bolardos” Peñalosa (bisagra entre Uribe Vélez, Pastrana-Marta Lucía y J.M Santos) y, el propio Peñalosa que convertido en el caballo de Troya de los gremios y empresarios neoliberales, contando con la mayoría en el concejo de Bogotá, con el pretexto de barrer al ineficiente y populista Petrismo de los cargos públicos, construirá sin lugar a dudas el paraíso neoliberal de los millonarios contratos del Post conflicto, anunciados por el gobierno de Santos, a la vez que, apoyado por los pelechadores de la imagen de Galán Sarmiento, impondrán al derechista y militarista Vargas Lleras como próximo presidente de los colombianos, quien también sin lugar a dudas, será el encargado de sacar adelante o imponer en Colombia de acuerdo con el US South Command, la visión neoliberal y Trasnacional del post conflicto presentada por los gremios de la producción en su último documento.
¡¡¡¡Días oscuros nos esperan, Sancho!!!!

lunes, 19 de octubre de 2015

Contribución al debate sobre el Proceso de Paz que se adelanta entre FARC-EP y el Gobierno colombiano.

Libardo Sánchez Gómez

Ante la inminencia del acuerdo definitivo, que pondrá fin a la rebelión armada de las FARC, sectores interesados en que la lucha popular de más de cincuenta años no desaparezca sin pena ni gloria, han propuesto que se debata acerca de lo que ocurre o podría ocurrir en Centroamérica.  Han aceptado o, por lo menos, han respondido al artículo "El ternurismo de las FARC",  con que se dio inició al debate, dos destacados formadores de opinión, Fernando Dorado y Alberto Pinzón Sánchez. Se espera comentarios sobre el ensayo de Matt Peppe,  Las Distorsiones del Conflicto Colombiano, un análisis desapasionado sobre la realidad colombiana. 

A continuación se reproduce la participación      de "Nicolás Ramón Contreras Hernández, Nicolás se refiere a  los artículos de Fernando Dorado y Alberto Pinzón Sánchez, dos de los defensores de la entrega de las guerrillas, a cambio de poco o nada. 

De: "Nicolás Ramón Contreras Hernández" <makromokamboniko@gmail.com>
Fecha: 19/10/2015 13:26
Asunto: UNA RESPUESTA A ALBERTO PINZÓN SÁNCHEZ
Para: "ANNCOL" <anncol@anncol.eu>
Cc:


Discrepo totalmente de la descalificación hídrica e Hydrica del señor Pinzón Sánchez. Desconfiar no es autodestructivos ni nada por el estilo, es no hacer el papel del colibrí de la Fabulita, el corrosivo poema del tuerto López. Les solicito que se lo hagan llegar por favor, 


Diálogos y acuerdos sobre cadáveres bajo los acordes de un colibrí.

     El más reciente artículo de Fernando Dorado, "Transformar la precaria tregua en paz duradera y estable", me hace recordar el famoso poema Fabulita de Luís Carlos López, el poeta cartagenero, famoso por su ironía corrosiva. Como siempre, Fernando Dorado se va lanza en ristre contra las voces no gobiernistas ni uribistas, y lo peor nos hace iguales al uribismo. Todo por no compartir ese optimismo esotérico, que sumando un sí pero un no, para quedar de píe como equilibrista de opinión, no tiene en cuenta ni la historia ni los hechos, que nos hacen mirar a los del optimismo desbordante, como el colibrí que cantaba paz, paz, paz de flor en flor, sin darse cuenta que trinaba sobre el anillo feroz de una culebra mapaná, en el poema célebre en una época como esta después de la guerra de los Mil Días. 

      Eso de decir alegremente que los extremos se unen, esa crítica a quienes a su vez cuestionan el ternurismo de las Farc, igualándolos con el uribismo más bestial, parecen desconocer qué ha sido la nación colombiana antes de llamarse Colombia. Quien crea que los acuerdos se van a respetar, debe echar un vistazo sincrónico y diacrónico al esquema del "se acata pero no se cumple", que se pasó por la faja durante la colonia, las leyes de indias que dieron espacios de buen trato a los indígenas, después de la gestión de Fray Bartolomé de las Casas. Desconoce Fernando Dorado la historia del general de la era de los supremos, que afirmaba con sable y pistola en mano, que no iba a perder con papelitos - léase votos- lo que se podía ganar en un campo de batalla. Pero hay otras cosas que el optimismo de nuestro colibrí pretende ignorar con juegos de palabras,  en la parte que pretende ser propositiva de su escrito. 

     Olvida Dorado aunque lo niegue, los más de 5 mil muertos que tuvo la Unión Patriótica y los muertos que creyeron en esta misma clase dirigente, cuyos hijos y nietos formados en la misma intolerancia de la puñalada trapera, se llevaron por delante a todos los guerreros populares que al firmar la paz, intentaron hacer política o simplemente vivir tranquilos luego de un proceso de paz, como sucedió con Gaudalupe Salcedo o Carlos Pizarro León- Gómez: todos ellos encontraron la precisa emboscada mortal de los sicarios. Pero no es cosa de recuentos: en lo que va corrido del año 2015,  69 defensores de derechos humanos han sido asesinados. Por estos días los paramilitares ocupan posiciones en el Cauca y el sur del país, mientras comuneros indígenas como Benicio Flor Belalcazar caen asesinados por paramilitares,  larga lista de difuntos por los artificios criminales a sueldo,   de este año que registra en junio a Jaime Poncio Guege, fuera del dirigente del congreso de los pueblos y otros líderes sociales....Y los que no están muertos, están presos o siendo apresados.

      Jóvenes de la MANE estuvieron más de tres años, y mientras los optimistas brincaban en una sola pata, por un supuesto acuerdo que es físico papelito sin valor orgánico, los jóvenes de la Universidad Pedagógica Nacional fueron encanados, con un argumento tan grosero que escandalizó hasta a una columnista de las élites nacionales. El Fiscal se empleó a fondo en mandar a la cárcel a los jóvenes por poseer gorras y literatura sobre el Ché Guevara. Al final nada se pudo lograr y los muchachos salieron airosos, pero no están exentos de una camada de jueces que reencauchan los procesos, ignorando el principio que niega el doble juzgamiento por el mismo delito. Miguel Ángel Beltrán y Feliciano Valencia, son muestras de un sistema de (IN) justicia, comandado por un procurador como Ordoñez, que promueve y ejecuta la violación de los derechos humanos que debería defender, en una competencia con una fiscalía que peló el cobre, en el proceso contra los estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional.

       Y como si fuera poco, los acuerdos deberán ser refrendados por un país, al que los noticieros de radio y televisión, manejan como a títeres. Basta con una campaña soportada por las redes sociales, para que este pueblo de patrioterismo tipo selección Colombia y cervecería Águila,  triunfalista como Fernando Dorado, adore a los victimarios hasta el delirio; y odie con la saña más ponzoñosa a las víctimas y a todo gestor de paz. ¿Y sí eso pasa con las víctimas, qué no pasará cuando la cosa sea contra la guerrilla y los acuerdos de paz, en donde los medios de desinformación masiva, se igualan a NTN 24 horas el canal de la motosierra?

     Finalmente eso de mandar a interpretar la realidad social del país y mostrar como la gran propuesta, una fraseomanía harto conocida según la cual, " las fuerzas insurgentes convertidas en fuerza política legal, comprometidas realmente con la lucha por la democracia, tendrán el camino despejado siempre y cuando, con hechos reales y formas simbólicas coherentes, se la jueguen por la paz”....¿Será posible jugársela por la paz con un estado que tiene organismos de seguridad y fuerzas paramilitares a su servicio y con un pueblo inservible políticamente, al que los medios manejan con el dedo meñique?

       ¿Se comprometen simbólicamente dejándose matar, para que luego los escribidores de la pazología como Natalia Lizarazo que se hace apellidar Springer para cañar a bobos, se tape de plata? Sería bueno que quienes critican a los desconfiados,  entre los cuales me cuento, sin que ello implique para nada ser uribistas, repararan en esa parte del poema Fabula de Luís Carlos López, que dice: “y el pobre pajarillo/ trinaba feliz sobre el anillo feroz/ de una culebra mapaná”...Es que el pajarillo gritaba: ¡Viva la paz! ¡Viva la Paz!  ¿Por qué los escribidores no salen a ocupar el lugar de los guerreros en las lides políticas?

Nicolás Ramón Contreras Hernández
RED INDEPENDENTISTA DEL CARIBE
Observatorio de medios y estudios académicos desde perspectiva de género y etnia.

domingo, 18 de octubre de 2015

Las Distorsiones del Conflicto Colombiano

Libardo Sánchez Gómez

Aunque parece tarde aún hay tiempo para iniciar un debate a profundidad sobre el proceso de paz que se discute en la Habana. Existe un sector de aúlicos de  la paz, sin condiciones, que   aplauden a rabiar cada nuevo avance, que acerca     las guerrillas a su entrega definitiva, sin importar que para la sociedad en su conjunto este hecho no represente ningún beneficio. Hay que insistir en que no  se defiende la guerra por la guerra.  Al respecto Níkolas Stolpkin ayuda  a despejar dudas, Él afirma: "Que quede claro: no estamos en contra del proceso de paz en Colombia, estamos en contra de que se desconozca la HISTORIA de lucha de nuestros pueblos y, peor aún, que se desconozca la NATURALEZA misma del sistema capitalista cuando ve amenazado sus intereses. La FARC-EP podrán abandonar la lucha armada y todo lo que quieran, pero las ESTRUCTURAS del sistema opresor colombiano se mantendrán INTACTAS". El siguiente artículo de Matt Peppe, propuesto por Níkolas Stolpkin, puede ser el punto de partida de un necesario debate acerca del actual proceso de paz colombiano.


Las Distorsiones del Conflicto Colombiano


Por: Matt Peppe

Hace semana y media la noticia desde la Habana fue que las FARC (fuerzas armadas revolucionarias de Colombia) y el gobierno colombiano habían definido que el acuerdo final de la paz sería firmado en un plazo de seis meses. La noticia fue aclamada como un paso importante en la solución de un conflicto que lleva más de medio siglo y como una oportunidad para lograr la paz del país. No obstante, los medios masivos de comunicación que siempre recitan la retórica del gobierno, omiten reconocer las causas principales de la violencia y la inevitabilidad de que esta continuará en el futuro.

A lo largo de décadas, la política del gobierno colombiano ha sido una estrategia de seguridad nacional de contrainsurgencia, desarrollada a finales de los años 50 bajo el auspicio del ejército de los Estados Unidos. El objetivo del gobierno de Estados Unidos era mantener un sistema político amigable para los negocios mediante la implementación de políticas económicas que favorezcan a las corporaciones multinacionales y al capital extranjero. Cualquier resistencia a tales políticas era considerada subversiva, y las personas que simpatizaban con tal resistencia eran estigmatizados como enemigos internos que debían ser eliminados o neutralizados por medios militares.

La retórica de la doctrina de seguridad nacional sostiene que si se elimina la amenaza insurgente la paz será restaurada. La presunción implícita en esa doctrina es que los rebeldes de las FARC han sido siempre el bando que se atraviesa en el camino de la paz.Según esta interpretación, cuando las FARC iniciaron sus operaciones militares el Estado tenía que responder en beneficio de la nación en su totalidad organizando una respuesta contraguerrillera.

Pero esta narrativa es históricamente equivocada. El conflicto colombiano no es una pelea del conjunto de la sociedad contra un grupo de guerrilleros, sino una batalla de un grupo minoritario de élites que controlan el aparato estatal contra la mayoría de la población.

“Como en muchos otros países latinoamericanos, las semillas de la desigualdad social actual y la lucha por la concentración de la tierra y recursos de Colombia la podemos encontrar en el control ejercido por una minoría minúscula, igual que en el despojo progresivo de la mayoría de la gente, lo cual tiene sus raíces en el colonialismo del siglo XVI,” explica Jazmín Hristov en su libro Sangre y Capital: La Paramilitarización de Colombia. [1]

Una vez las FARC se constituyeron en el ala armada del Partido Comunista en Colombia, la doctrina contrainsurgente - desarrollada por el ejército de EEUU y codificada en manuales que fueron distribuidos desde los años 60 - instruyó a sus contrapartes colombianas a que consideraran cualquier forma de lucha por la justicia social o reforma democrática como forma de insurrección comunista. Además de los rebeldes armados, miembros del clero, académicos, líderes sindicalistas, defensores de derechos humanos, y otros miembros de la sociedad civil han sido convertidos en blancos insurgentes potenciales.

Para extender su alcance en la sociedad colombiana, el gobierno autorizó legalmente el paramilitarismo en 1965 con el Plan Lazomediante la conformación de “fuerzas de defensa civiles” armadas  e integradas al sistema militar colombiano [2]. Estas fuerzas sirven al objetivo del gobierno de preservar el status quo realizando su trabajo sucio a través de escuadrones de la muerte, asesinatos, tortura, intimidación y desapariciones, al tiempo que proporcionan el encubrimiento y un aparente distanciamiento del Estado en sí mismo.

El conflicto colombiano no puede ser entendido correctamente sin el reconocimiento de la naturaleza verdadera de los actores implicados y los intereses que estos representan. “El paramilitarismo nunca ha sido, mucho menos ahora, un tercer actor aislado (el estado y las guerrillas son los otros dos), tal como es presentado en los discursos oficiales de seguridad nacional,” escribe Hristov. [3]

Escribiendo en el New York Times luego de que el acuerdo sobre justicia fuera anunciado, Ernesto Londoño dice que la “lucha de tres vías entre las facciones de la guerrilla, las fuerzas del gobierno y las bandas paramilitares de la derecha que a menudo actuaban como testaferros del estado habían asesinado a más de 220.000 personas y desplazado alrededor de 5.7 millones.”

Dan Kovalik, profesor de derechos humanos internacionales en la escuela de leyes de la Universidad de Pittsburgh, controvierte la noción de que los paramilitares simplemente operan de vez en cuando como testaferros: “Es imposible hablar de los paramilitares como actor separado del Estado colombiano, porque es el estado colombiano el que ayudó a crear los paramilitares; y los grupos defensores de derechos humanos han concluido año tras año que el Estado les ha suministrado las armas, ayuda logística y ha realizado incluso operaciones conjuntas. Incluso las cortes federales cuando han sido confrontadas con estas preguntas, bajo la Alien Tort Claims Act, han concluido que los paramilitares están tan integrados con el Estado que sus acciones criminales constituyen una acción del Estado.”

Además de la inexactitud al describir el conflicto, la declaración de Londoño utiliza estadísticas de la violencia acumulada sin distinguir quién es el actor responsable de las muertes y  desplazamientos. Más adelante en su columna, Londoño culpa implícitamente a las FARC de la mayoría de la violencia: “docenas de víctimas viajaron a La Habana para hablar sobre los abusos que sufrieron a manos de los líderes de la guerrilla. Algunas implicaron a las fuerzas del gobierno en actos brutales… Los tribunales especiales de guerra que el gobierno intenta crear para juzgar crímenes serán asimilados a cortes de canguro por quienes han estado a favor de una derrota militar de las FARC.”

Si uno acepta la retórica de la seguridad nacional según la cual la mayoría de la violencia perpetrada por el gobierno equivale solo a un daño colateral como resultado de la reacción a la agresión insurgente, entonces las guerrillas serían responsables de la mayoría de muertes y lesiones. Pero éste es apenas un caso.

Kovalik anota que los “grupos defensores de derechos humanos han concluido consistentemente que el Estado colombiano y sus aliados paramilitares cometen la mayor parte de las violaciones de derechos humanos en el país - en los peores años, por lo menos el 80% de los abusos han sido atribuidos a estas fuerzas.”

La intervención del gobierno de EEUU y el Plan Colombia

Londoño también elogia la política de EEUU señalándola como la generadora del ímpetu para alcanzar la paz: “La intervención por la fuerza de Washington en la guerra, la cual comenzó hacia finales de los 90s, permitió que el gobierno colombiano debilitara a las FARC y en últimas sentara las bases para las actuales negociaciones de paz.”

La política contrainsurgente de Washington es vista no sólo como un instrumento para la paz, sino como el factor principal que permitirá su logro. Es increíble como el revisionismo histórico retrata al instigador y patrocinador de la violencia masiva que ha perdurado por décadas como un intermediario honesto para terminar esta violencia.

En realidad, la intervención de Washington comenzó 40 años antes del tiempo al que se refiere Londoño, y esa intervención fue la que agudizo la guerra que ha azotado al país desde entonces. Cualquier evaluación objetiva de la política exterior de EEUU en Colombia ha encontrado que ésta ha sido un absoluto fracaso. Bajo la dirección, financiamiento y entrenamiento de los EEUU, el Estado colombiano ha mostrado uno de los peores historiales en respeto de los derechos humanos en el hemisferio. Muchas organizaciones de derechos humanos dan testimonio de esto, y han exigido el fin de la ayuda militar de EEUU a Colombia.

“Año tras año la política de EEUU ha ignorado las evidencias y peticiones de las Naciones Unidas, de organizaciones no gubernamentales colombianas e internacionales y del pueblo de Colombia. El plan Colombia ha sido un fracaso en todos los aspectos y los derechos humanos en Colombia no mejorarán hasta que haya un cambio fundamental en la política exterior de EEUU,” declara la oficina de Amnistía Internacional en los EEUU.

Un informe de la ONG de derechos humanos Human Rights Watch dice: “toda la ayuda para la seguridad internacional debe ser condicionada a acciones explícitas del gobierno colombiano encaminadas a cortar conexiones, en todos los niveles, entre el ejército y los paramilitares. Los abusos atribuidos directamente a los miembros del ejército colombiano han disminuido durante estos últimos años, pero en el mismo período el número y magnitud de los abusos atribuidos a los grupos paramilitares que operan con el consentimiento de los militares o con su abierto apoyo, se han elevado súbitamente.”

El profesor e historiador de Bogotá Renán Vega Cantor, en un estudio sobre la presencia de EEUU en Colombia, escribe que: “El terrorismo de Estado que se perpetúa en Colombia desde finales de la década de 1940 se alimenta tanto del sostén militar y financiero de los Estados Unidos, como de los intereses de las clases dominantes criollas, para preservar su poder y su riqueza y negarse a realizar elementales reformas económicas y sociales de tipo redistributivo.”

Lo que el New York Times y los medios masivos omiten en su análisis es que el sistema sociopolítico colombiano neoliberal actual necesita la continuación de la violencia para acomodar el capital.

“La guerrilla no fue la causa del conflicto colombiano sino por el contrario, uno de sus síntomas, y simultáneamente se convirtió en un factor contribuyente en el sentido de que su misma existencia sirve de pretexto y  justificación para la violencia y la militarización por parte del Estado; lo cual desafortunadamente ha hecho que la presencia de la guerrilla sea utilizada por el establecimiento para legitimar la violencia sobre las fuerzas sociales que desafían el poder de las clases dominantes,” escribe Hristov en su ultimo libro, Paramilitarismo y Neoliberalismo: Sistemas Violentos de la Acumulación de Capital en Colombia y Más Allá. [4]

Hristov dice que si el gobierno quiere satisfacer las demandas de las FARC, tiene que invertir en programas sociales a expensas del aparato militar y políticas de seguridad actual. Pero como estos sistemas le sirven a esa estructura económica neoliberal que transfiere la tierra y los recursos de las masas populares a una minúscula minoría elitista, es ingenuo pensar que esos cambios ocurran.

“Incluso en una era post-FARC el Estado tendría siempre pretextos, recurrirá a las BACRIM [bandas criminales que tienen raíces en los grupos paramilitares presuntamente desarmados] o a la existencia de otros grupos guerrilleros, para mantener el desbordado nivel de militarización,” escribe Hristov. [5]

La representación del conflicto colombiano en el New York Times y otros medios masivos es una réplica de la propaganda estatal, haciendo eco a la doctrina de seguridad nacional, propaganda que oculta la violencia inherente al sistema económico colombiano que ha ocasionado la perpetuación del militarismo y la represión en el país.

Si bien cualquier acuerdo de paz que ofrezca la perspectiva de reducir el derramamiento de sangre es bien recibida, el hecho de que el Estado colombiano continúe sometido al consenso de Washington y a su modelo socioeconómico neoliberal, significa que el país se dirige inevitablemente hacia la continuación de la violencia, el despojo, y el sufrimiento de la inmensa mayoría de la población.

Solo cuando el gobierno colombiano y los medios masivos de comunicación occidentales reconozcan que la intervención de Washington exacerba la violencia en lugar de minimizarla, tal vez entonces Colombia pueda empezar a liberarse a sí misma y a buscar una paz duradera y con justicia social para todos sus habitantes.

Referencias
[1] Hristov, Jasmin. Blood and Capital: The Paramilitarization of Colombia. Ohio University Press; 1 edition, 2009. Kindle edition.
[2] Ibid.
[3] Ibid.
[4] Hristov, Jasmin. Paramilitarism and Neoliberalism: Violent Systems of Capital Accumulation in Colombia and Beyond. London: Pluto Press, 2014.  (pg. 153)
[5] Hristov, 2014 (pg. 157)
Título original: Misrepresentation of the Colombian Conflict
Traducción: La Colombia Invisible
Corrección de detalles en la Traducción: Stolpkin.net
Negritas: Stolpkin.net

jueves, 15 de octubre de 2015

Un millón de personas están en pobreza extrema y exclusión en España

Un millón de personas están en pobreza extrema y exclusión en España

by el comunista

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Tener un trabajo no aleja la pobreza, que se ceba especialmente con los niños.

La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-Es) alertó este jueves de que un millón de personas viven en España en situación de pobreza extrema y exclusión social, lo cual implica tener unos ingresos mensuales inferiores a 332 euros, que las personas que pueden trabajar en el hogar lo hagan en jornadas de menos de dos horas y que se enfrentan a privación material severa, por lo que, por ejemplo, no pueden poner la calefacción, consumir carne o pescado dos veces por semana ni ir de vacaciones.
Además, EAPN-Es subrayó que en total casi 14 millones de personas viven en riesgo de pobreza y/o exclusión social en España. Esto se debe a que, con la crisis, España "ha alcanzado cifras récord de pobreza, desigualdad y privación material severa". Estas son algunas de las conclusiones del V Informe 'El Estado de la Pobreza. Seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España 2009-2014', presentado este jueves en Madrid.
En concreto, el 2,3% de la población que sufre los tres factores de desigualdad estudiados (desempleo, pobreza y privación material), lo que supone que 1.075.741 personas se encuentran en la peor situación económica y social posible.
El indicador de riesgo de pobreza y exclusión europeo (Arope) alcanza al 29,2% de la población española. Es decir, afecta a un total de 13.704.003 personas. El indicador incluye a quienes experimentan alguno o varios de los tres factores de desigualdad: pobreza relativa (que afecta al 22,2% de la población); privación material severa (7%, lo que supone más de tres millones de personas) y baja intensidad de trabajo en el hogar (17,1%).
POBRES CON TRABAJO
El sociólogo e investigador que ha elaborado el informe, Juan Carlos Llano, incidió en que "la pobreza depende más bien de políticas, más que de economía.
Por ejemplo, en Estados Unidos se viene hablando de los pobres con empleo desde el año 2000. Y aquí ya vamos avanzando en ello. Es la política neoliberal".
En este sentido, se recordó que con la crisis económica ha cambiado el perfil de las personas que se encuentran en las peores condiciones, pues tener un empleo o una pensión no significa hoy en día no ser pobre. Hay personas adultas con trabajos o pensiones en el 11,8% de los hogares en pobreza, y un 2,1% que sufren tanto pobreza como privación material, que disponen alguno de esos ingresos.
Hasta 2013, el problema del desempleo tenía un peso crucial en el riesgo de pobreza y exclusión. Con los datos de 2014, se observa que la gran subida del Arope se debe al aumento de la pobreza, pues este supuesto aporta el 75% del peso del indicador.
POBREZA INFANTIL
EAPN también mostró preocupación por el aumento de la tasa de pobreza entre los niños, pues mientras los mayores se ven menos afectados, la pobreza infantil ha aumentado. Después de una tendencia a reducirse, en 2014 se produjo un incremento de 3,4 puntos porcentuales, y se ha colocado en el 30%.
También la infancia es la más perjudicada en cuanto a las tasas de privación material, y el problema se extiende a las familias con hijos.
Los hogares monoparentales con uno o más hijos presentan la situación más grave, con una tasa de privación material severa de 53,3%, mientras que la tasa del resto de hogares es del 29,2%. "Tener hijos aumenta el riesgo de exclusión social", sentenció el presidente de EAPN España, Carlos Susías, que dudó que mantener a un menor suponga el 30% del gasto de un adulto, como definen los parámetros oficiales para estudiar la pobreza.
MODELO DANÉS
Susías subrayó que "fortalecer las estructuras de rentas mínimas y los empleos de calidad ayudarían a erradicar la pobreza", una situación que, en su opinión, "no es un castigo divino", sino "consecuencia de las políticas que se hacen en la UE".
Por su parte, Graciela Malgesini, responsable de Asuntos Europeos e Incidencia Política de la Red, puso como ejemplo el modelo "danés" implantado en el País Vasco, que junto con Navarra, son las comunidades autónomas con menos pobreza en España, apreciándose notables diferencias entre el norte y el sur del país. Este modelo, destacó la experta, contempla las políticas sociales como inversión, "no como gasto". La falta de esas políticas en el conjunto del país explicarían que España sea el segundo país "más desigual" entre ricos y pobres. De hecho, los datos de desigualdad apuntan a que el 10% de la población más rica posee la cuarta parte de la riqueza del total de España.
Por comunidades, Ceuta y Murcia tienen las mayores tasas de Arope, con el 47,9% y el 44,9%, respectivamente, frente al 14,5% y el 15,3% de Navarra y el País Vasco. Es decir, la desigualdad se manifiesta en 30 puntos porcentuales de diferencia entre comunidades.
Fuente: servimedia

martes, 13 de octubre de 2015

El “ternurismo” de las FARC-EP

El “ternurismo” de las FARC-EP


Libardo Sánchez Gómez

La “paz”,  vacía de cualquier contenido social, que, aún, se discute entre las FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos y  que está ad portas de concretarse en la “mesa de sometimiento” en La Habana, nació como un anzuelo, para apuntalar su reelección,    así lo  entendió todo el mundo menos las FARC quienes  lo mordieron  y quedaron enganchadas para siempre.

El punto final de la lucha armada que se avizora en la “mesa de sometimiento” de La Habana (¿victoria,  derrota, cansancio?) por parte de las guerrillas colombinas, por ahora de las FARC, el ELN está haciendo fila para entrar al proceso,  tiene y tendrá en el futuro mediano múltiples explicaciones o interpretaciones las cuales son difíciles de precisar, por lo tanto no son objeto de este escrito.  Pero en cambio sí es dable pasar la vista de reojo sobre los     desarrollos  y,  probables,   resultados de dichas conversaciones entre  FARC - Gobierno.  ¿“Mesa de sometimiento”? La  plena aceptación por parte de   los insurgentes de las líneas rojas    trazadas por   la oligarquía así lo indica; da la impresión que  las FARC-EP actúan con afán y como si   hubiesen sido derrotados en el campo de batalla.  De las posiciones altivas iniciales de los rebeldes ya no quedan sino ecos inaudibles. Sus líneas rojas, una tras otra,  han sido borradas y reemplazadas por los infranqueables muros rojos del Gobierno. Comenzaron aceptando  que  ellos  no son ni  han sido víctimas del régimen inhumano y criminal sino crueles victimarios. Así mismo,  del “no pagaremos un solo día de cárcel”   pasaron a  negociar algún cómo y cuándo someterse a los caprichos jurídicos de la burguesía.  Y   el grito de “tierra para el que la trabaja” quedó atrapado en una de las tantas  “salvedades”, línea roja no negociable   por parte de la oligarquía agraria.

Sorprendió  el elevado grado de “ternurismo del  comandante Timochenko, expresado durante la entrevista concedida  por éste a Piedad Córdoba”, el ternurismo del curtido guerrero, tal vez, está influenciado por el alto consumo en la selva de carne de cerdo salvaje (pecarí de dientes acerados)  Manuel Marulanda, el comandante de hierro, desde el  universo paralelo en que se encuentre  se dirá para sus adentros que  su   sucesor tiene “corazón de pollito”. Y hablando del acero, metal conque se forjan los guerreros, a  Timochenko se le nota mucha “fatiga del metal”. Las lágrimas que le afloraron indican que el oficio de la guerra,   del de  entonces, ya no es su oficio; desde luego “lágrimas  de hombre, porque los hombres no tienen como las mujeres débil el alma”.

 Y sorprenden las tácticas y estrategias  de los negociadores de las FARC, en cualquier tipo de negociaciones, sobre todo de tipo político, es de esperar que, a medida que avanzan las conversaciones, las partes traten de mejorar su  posición mediante el endurecimiento de su accionar en el terreno. Pero las FARC escogieron la táctica   del “auto ablandamiento”, comenzando con el cese unilateral de fuego y   continuando con la suspensión de las rutinas de entrenamiento militar al interior de sus frentes. ¿Qué tal que Santos, como es de esperar, convierta las salvedades pendientes en líneas rojas no transables? ¿Y qué tal que, tampoco nada raro, sabiéndolos que andan ensayando bambucos y pasillos, para el día de la entrega de las amas, le dé por copar los campamentos o por difuminarlos desde la estratosfera con bombas de quinientos kilos? 

En Colombia, sobre todo los campesinos desheredados  y los despojados de su tierra,   esperan que,  por lo menos,  las salvedades   referentes a la estructura de tenencia de la tierra sean  peleadas con dientes y uñas por parte de los rebeldes, pero ahora con su capacidad militar menguada poco podrán hacer;   la oligarquía terrateniente las defenderá a sangre y fuego, ésta por las buenas no está dispuesta a ceder un milímetro  de sus vastos latifundios.   Las  FARC no pueden olvidar que esa es su razón de ser,  la violencia y saqueos ejercidos contra los minifundistas  fue el  leitmotiv   que llevó a Manuel Marulanda Vélez y sus coterráneos a empuñar el fusil contra la oligarquía hegemónica usurpadora.    Es meridianamente cierto que mientras     no cese la concentración de tierras  y el  vandalismo contra los campesinos, alguien empuñará las armas. 

Es claro que la  guerrilla está decida a dejar el quehacer guerrero para buscar  por la vía política las transformaciones que ellos y el pueblo anhelan, ¿pero  el camino   que caminan para lograrlo será el camino correcto?  ¿Las FARC avanzan por la vía que    los pazólogos (seudo izquierda sin conciencia de clase, pro capitalista, social demócrata, anti socialista y   amaestrada por la burguesía) les indica? Los  pazólogos sostienen que depuestas las armas se abre la senda de las transformaciones socioeconómicas, largamente esperadas, pues los fusiles son el principal obstáculo para el cambio. En el imaginario de la auto llamada “izquierda democrática”,  la   lucha de clases es, apenas, un “trasnochado embeleco” dado que las relaciones entre los sin nada y la todopoderosa oligarquía nacional y transnacional es de plena armonía. Pero   la realidad   tozuda contradice su ilusa postura sociológica.   Y, como en un contrasentido, la oligarquía termina siguiendo al pie de la letra a Marx, pues ésta sí combina  perfectamente todas las formas de lucha y ejercita al máximo el odio de clase. Su  delicado sentido del olfato no tolera el hedor de la pobreza, los pobres les huelen a pobre.  Y  en su  accionar violento contra los sectores populares no muestran el más mínimo “ternurismo”.   Su lógica clasista, inspirada en la teoría de “la seguridad nacional” y del “enemigo interno”, les lleva al asesinato selectivo de líderes de la oposición de izquierda, sindicalistas, estudiantes, campesinos reclamantes de tierras y participantes de las mesas agrarias, entre otros. Por la misma vía sindican, encarcelan y eliminan a cualquiera que amenace sus privilegios de clase.

Otro aspecto que la “izquierda democrática” (¿un tanto paralela a la “seguridad democrática”?) deja de lado es que la burguesía transnacional a  partir de la estructura económica, léase capitalismo globalizado colonial, ha armado las superestructuras al tamaño de sus ambiciones, así que el ordenamiento jurídico, la cultura de la violencia, la educación,   la información, la religión (los altos jerarcas caminan hombro a hombro con los poderosos) aseguran la preservación perpetua de sus privilegios.  Esas son las condiciones socioeconómicas impuestas por el Régimen, para entrar a negociar con los insurgentes,  escenario, a la vez, aceptado por la insurgencia.


La  oligarquía tiene miedo que en  Colombia,  una vez desarmadas las guerrillas,    ocurra como en Centroamérica, Venezuela, Ecuador y Bolivia,  donde sectores  progresistas (¿populistas?) vía las urnas accedieron al poder. Por eso la burguesía criolla desde hace décadas se viene preparando para evitar que eso pueda ocurrir. El concepto del “enemigo interno” es el principal eje de su accionar político militar.   Así que para anular el peligro político que representan las guerrillas sin armas, las clases hegemónicas    disponen de miles de militares y paramilitares, los cuales en diversas partes del país   ya están afinando  las motosierras para danzar  el baile rojo de la muerte con los guerrilleros reinsertados. Eso ya lo practicaron con cientos de desmovilizados del EPL y lo hicieron con miles de militantes de la unión Patriótica.   Fatalmente eso no podrá cambiarse tan fácilmente, menos en los cuatro meses que hacen falta para poner punto final a los acuerdos. ¿Qué harán las FARC para evitarlo?