miércoles, 13 de julio de 2016

SANTOS Y TIMOCHENKO EN SANA Y SANTA PAZ

Tomado: http://www.postaportenia.com.ar/
"Ver el acuerdo de paz, firmado éntre las FARC-EP, fuera de las políticas dictadas por el neoliberalismo globalizado, sería una ingenuidad o una conveniencia para los que pretenden ocultar lo que hay detrás de todo esto".
Enrique Contreras Ramírez (PRV-Ruptura-Tercer Camino)
La noticia recorrió el mundo, “todos” la esperaban, la FARC definitivamente firmo con el gobierno de Santos el acuerdo de paz. La prensa internacional no dejaba de señalar con insistencia que éste acuerdo definitivamente beneficiaria no solamente a Colombia, sino a todo el Continente latinoamericano y en especial a los países fronterizos ya que la mencionada guerra se trasladó hacia los mismos. De igual manera rotulaban que la beligerancia terrorista, desarrollada por los frentes guerrilleros en todo el territorio colombiano no tenía cabida en el nuevo escenario del capitalismo global.
De todas maneras la sentencia ya estaba confirmada al comenzar los diálogos por los mandos altos de la FARC-EP, Timochenko así lo señaló: “NO NOS PARAREMOS DE LA MESA DE DIÁLOGO HASTA TANTO NO LOGREMOS LOS ACUERDOS CON EL GOBIERNO COLOMBIANO”
El jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri (“Timochenko”), en el momento de la firma realizada en la Habana (Cuba) dijo que las Fuerzas Armadas colombianas y las de esa guerrilla serán aliadas en adelante al servicio de la paz. “Fuimos adversarios, en adelante tendremos que ser fuerzas aliadas por el bien de Colombia”, manifestó “Timochenko” en un inédito discurso ante diferentes mandatarios en La Habana tras la firma del punto de “fin del conflicto”, que en la práctica es el cese al fuego bilateral y definitivo entre el Gobierno colombiano y las FARC
“Timochenko” declaró que Colombia necesita “que se produzca efectivamente una definitiva reconciliación” y recalcó: “Basta ya de la violencia y de los delirios por ella”. En éste nuevo escenario los muertos quedaron atrás, unos sepultados y otros sin sepultar, los hombres y mujeres que ofrendaron su vida y que quedaron tendidos a lo largo y ancho de la geografía colombiana durante los 52 años de lucha guerrillera quedaron como “triste” recuerdo de lo que no “se debe hacer”, los ideales y el amor por la patria, causas por las cuales dieron sus vidas, el tiempo se encargara de terminar de sepultarlos. Como testigos de éste acuerdo “histórico” se encontraban el presidente de Cuba Raúl Castro, el canciller de Noruega Borge Brende, como “países garantes” de la negociación y los mandatarios de Venezuela y Chile Nicolás Maduro y Michelle Bachelet, quienes actuaron en condición de acompañantes del proceso de paz y dicho sea de paso ejecutores de las políticas del neoliberalismo globalizado en sus respectivos países, unos a nombre de la democracia y otros a nombre del socialismo
EL PLAN COLOMBIA
En una oportunidad, el General (AV) Francisco Visconti (2002), Jefe de la Insurrección del 27 de noviembre de 1992, escribió sobre el Plan Colombia lo siguiente: “Éste plan está enmarcado dentro de objetivos globalizadores de la potencia hegemónica mundial, que junto a sus interesados y sumisos aliados, se proponen aplastar cualquier insurgencia emancipadora de los pueblos de nuestro continente. Para cualquier inteligencia medianamente ilustrada, resulta muy fácil percibir que el verdadero propósito del PLAN COLOMBIA, es erradicar los movimientos insurgentes revolucionarios del hermano país, para evitar su éxito local y que estos se conviertan en posibles fuentes de inspiración para otros pueblos latinoamericanos.” Particularmente creo, que el Plan Colombia se encuentra desarrollándose de manera acelerada, uno de sus objetivos era acabar con los dos únicos sectores alzados en armas (FARC-EP/ELN) en América Latina, con cierto poder de fuego, de organización político militar, pues independientemente de lo que se pudiera decir, representaban un gran obstáculo para el desarrollo de los planes de los grandes conglomerados, sobre todo en la Amazonía, planes que ya la propia Colombia, Brasil y Venezuela echaron andar a través del IIRSA a nombre del “desarrollo y bienestar de los pueblos”. Ver los diálogos de paz, como un problema eminentemente local y aislado o fuera de las políticas del neoliberalismo globalizado, sería una ingenuidad o una conveniencia para los que pretenden ocultar lo que hay detrás de todo esto. Colombia, sin duda, requiere ser pacificada a como dé lugar. El hermano país representa o representaba en América
El avance del capitalismo globalizado, viene desarrollando sus objetivos gradualmente, en colaboración con los gobiernos de la región y sus medios de comunicación, que no dejan de señalar de manera insistente, lo importante de este evento de diálogos por la paz y que beneficiara a todo el continente latinoamericano. Los grandes conglomerados y sus respectivos intereses, vienen imponiendo sus estrategias a lo largo del planeta, sin detenerse a revisar si el país donde se asientan se denominan capitalistas o socialistas, los mismos tienen un concepto claro de lo que es el mundo para ellos: el planeta tierra es simplemente una mercancía, se puede vender o se puede comprar, no importa el daño que se ocasione.
LA OTRA REALIDAD
El origen de la violencia colombiana, al igual que en el resto de América Latina cualquiera sea su forma de manifestarse, es producto de la injusticia social, injusticia social que se expresa en la gente viviendo en ranchos, la falta de empleo, la ausencia de políticas sanitarias que garantice verdaderamente salud al pueblo, el asesinato y la persecución política, los campesinos sin tierra, los indígenas desalojados de su terruño que los vio nacer porque el gobierno les asigno esas tierras a las empresas extranjeras, la ausencia de políticas educativas que garanticen la inserción escolar y eviten la deserción, los bajos salarios, el alto costo de la vida, la deuda externa impagable, la negación de la firma de contratos colectivos que verdaderamente reivindiquen a la clase trabajadora, la ausencia de servicios públicos, los privilegios de la clase política y económica –entre otras variables- es aquí donde se encuentra las causas que generan esa violencia en nuestro continente y que dio origen a la guerrilla colombiana
No es que se esté en contra de la paz de Colombia, lo que pasa es que mientras la injusticia reine, no podrá haber paz en nuestro continente, si los grupos alzados en armas entregaron su lucha, la misma seguirá y no podrán detenerla, la historia ha sido testigo de los procesos que se han venido librando desde la misma guerra de independencia.
Lo que no se ha dicho en medio de todo éste teatro de claudicación y entrega, es que en los mandos medios de la guerrilla, se ha presentado la protesta y el desacuerdo con la rendición. Hay sectores, que ya están preparando su salida del entorno, para continuar la lucha y seguir perseverando en proseguir los lineamientos y el ejemplo de muchos revolucionarios latinoamericanos. Y en nombre de la paz, la oligarquía colombiana seguirá entregando los recursos naturales a los grandes conglomerados y la mayoría del pueblo seguirá sumergido en la pobreza y la miseria
Pero dentro de esa pobreza y miseria pueden surgir muchos GAITANES, muchos CAMILOS, muchos MARULANDAS para afirmar que la guerra de independencia no ha terminado en A. Latina, el único obstáculo, pues la guerrilla estorbaba para los propósitos de dominación globalizante, de allí la prioridad dentro del Plan Colombia de estos llamados “diálogos de paz”

ruptura3camino - postaporteñ@ 1632 - 2016-07-12 18:32:41

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