domingo, 6 de octubre de 2013

Carta Abierta al Procurador de Colombia. "Tal vez tenéis más temor vosotros al pronunciar mi sentencia, que yo al recibirla"’

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CARTA ABIERTA A UN INQUISIDOR
DEL PENSAMIENTO CRÍTICO
Doctor Alejandro Ordoñez
Ilegítimo Procurador General de la Nación


Guió don Quijote, y habiendo andado como doscientos pasos, dio con el bulto que hacía la sombra,
y vio una gran torre, y luego conoció que el tal edificio no era alcázar, sino la iglesia principal del pueblo, y dijo:
-Con la iglesia hemos dado, Sancho.
-Ya lo veo -respondió Sancho-. Y plega a Dios que no demos con nuestra sepultura;
El Quijote. Miguel de Cervantes Saavedra


El pasado 4 de septiembre tuve conocimiento a través de los medios oficiales de comunicación de la decisión tomada por su despacho de destituirme de mi condición de docente de la Universidad Nacional de Colombia e inhabilitarme por 13 años para ejercer cargos públicos; un fallo que llama la atención tanto por la sevicia con que pretende eliminarme del espacio público y universitario, como por la pobreza intelectual y argumentativa que acompaña el mismo, haciendo uso de pruebas ya superadas en el proceso judicial y limitando el legítimo derecho a la defensa que me asiste.
La investigación disciplinaria en mi contra la inició su despacho con base en una noticia publicada por el periódico El Espectador, el 27 de mayo de 2009, circunstancia que -como lo anotó en su momento mi defensa- dejaba en claro su interés específico en el caso, y aunque la investigación fue asignada al Procurador 1º. Delegado para la vigilancia administrativa, no escapa a mi entendimiento que Usted funge como “titular y jefe único del Ministerio Público, ante el cual todos los demás funcionarios que trabajan en la procuraduría son subordinados, incluyendo desde luego el mencionado procurador delegado y los abogados y abogadas que le asisten en su función, junto con todos y cada uno de los procuradores judiciales en lo penal”.
¿Podría esperarse una decisión distinta de una entidad oficial donde algunos de sus empleados han sido designados no por sus capacidades y competencias jurídicas, menos aún por sus calidades éticas, sino como parte de un entramado clientelista, en el que Usted, como cabeza visible de ese organismo, vinculó laboralmente a personas ligadas con lazos familiares o de amistad a servidores públicos que intervinieron para su reelección como procurador? La ecuanimidad no ha sido precisamente una de las virtudes que ha caracterizado su ejercicio profesional; su flagrante violación al artículo 126 de la Constitución Política Nacional, así lo corrobora.
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También habla de su falta de imparcialidad el hecho de que antes de iniciar el proceso disciplinario en mi contra, se hubiese pronunciado públicamente señalando la validez de los supuestos computadores del guerrillero de las FARC, abatido en Ecuador, “Raúl Reyes”, impugnando la decisión de la Corte Suprema que declaró su ilegalidad y aduciendo que se obtuvieron “en un contexto de lucha contra el terrorismo, al amparo de la seguridad nacional e internacional, en el marco del desarrollo de un conflicto no internacional”, eliminando así las garantías mínimas para un proceso justo.
Curiosa “justicia” la de este país tanto tiempo consagrado al Sagrado Corazón de Jesús, donde el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, INPEC (adscrito al Ministerio de Justicia y del Derecho) niega mi condición de servidor público para mantenerme durante más de dos años en una prisión de alta seguridad, junto con peligrosos paramilitares, narcotraficantes y guerrilleros; mientras que su Ministerio Público ratifica tal condición para iniciarme una investigación disciplinaria, en el momento en que los jueces validaban una captura ilegal, producto de mi secuestro, tortura y expulsión de México; acción en la que, cabe anotar, participaron funcionarios públicos colombianos y sobre la cual no hay la más mínima alusión en su pliego de cargos, pese a que fueron puestos de presente ante la Viceprocuradora General, por una delegación de reconocidos juristas mexicanos, y circunstancias que yo mismo relaté en mi testimonio ante la juez cuarta penal del circuito especializado de Bogotá, en presencia de la Procuradora Penal II que allí concurría en calidad de agente especial de su despacho.
¿Olvidó Usted y su delegada que como entidad que representa a los ciudadanos frente al Estado es un deber de la Procuraduría “vigilar el cumplimiento de la constitución, las leyes, las decisiones judiciales y los actos administrativos; proteger los derechos humanos y asegurar su efectividad, con el auxilio del Defensor del pueblo; y defender los intereses de la sociedad” (Art. 277 de la Constitución Nacional)? ¿Es esta la democracia garantista que tanto se enorgullecen los gobernantes colombianos?
El fallo que ha proferido su despacho causa indignación porque siendo Usted constitucionalmente el garante de los derechos fundamentales de la sociedad colombiana ha sido el primero en pisotearlos; sin embargo, no es un azar que provenga de alguien que ha militado en la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (Fraternitas Sacerdotalis Sancti Pii X), la misma que en cabeza del ex arzobispo Marcel Lefevbre calificó la dictadura argentina -en la que hubo más de treinta mil desaparecidos- como “un gobierno de orden, que tiene principios”; y que a través del obispo británico Richard Williamson –ordenado por el mismo Lefevbre- afirmó que el holocausto era “un mito prefabricado” y que “ningún judío había muerto en la cámara de gas” (El País, febrero 1 de 2009).
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Ante sus correligionarios Usted puede ufanarse de ser un consecuente soldado de los caballeros templarios porque en pleno siglo XXI anuncia con sus trompetas de guerra que el aborto es un delito de lesa humanidad; porque persigue con su espada católica las uniones entre homosexuales; porque reivindica la Iglesia que legitimó el genocidio contra los pueblos originarios de América y ejerció el “santo oficio de la inquisición” a través de la tortura, la hoguera y el descuartizamiento; porque justifica los miles de “infieles” que murieron a mano de los cruzados; porque guarda en una de las gavetas de su escritorio un índice de lecturas prohibidas ( Index librorum prohibitorum et expurgatorum) y porque asiste a las ceremonias lefebvristas que se ofician en la Iglesia de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, de espalda a los feligreses y en latín, quizás para excluir de la santificación a quienes, además de la pobreza, sólo poseen el don de las lenguas vernáculas.
Como muchos compatriotas de mi generación me formé en escuelas y colegios que siendo públicos profesaban la fe católica, y a sus estudiantes se les exigía presentar para su ingreso la partida de bautizo, y el registro de matrimonio de los padres. Además contábamos con los servicios espirituales de un capellán, siendo obligatoria la asistencia a las celebraciones litúrgicas, que si nos atenemos a su parecer ya estaban contaminadas del “humo de Satanás” porque no se celebraban en latín. En estos centros educativos los cursos de religión constituían una asignatura más donde estudiábamos la biblia, en su edición oficial (la de Jerusalén) porque las demás estaban proscritas; fue muchos años después que comprendí que existían otros libros sagrados como el Corán, el Talmud, el Tao, o el Popol Vuh; y que en el mundo además de católicos existían protestantes, judíos, musulmanes, budistas, gnósticos, agnósticos, mormones y animistas entre muchas otras doctrinas religiosas, y, lo más importante, entendí que no era un pecado pertenecer a ellas. Así mismo, advertí que en la Iglesia católica coexistían corrientes “progresistas” y, también, “tradicionalistas” como la que Usted adscribe.
Ese conocimiento y ese respeto hacia los creyentes y no creyentes fue posible gracias a la formación que me brindó la Universidad Pública, donde la libertad de cátedra, y el pluralismo ideológico fueron siempre pilares fundamentales, como una valiosa conquista del movimiento universitario de Córdoba (1918) que se expandió a todo el continente. Son esos mismos principios los que su despacho acaba de cercenar gracias a su arbitraria decisión contando con la impasible mirada del rector de la Universidad Nacional, Ignacio Mantilla, quien frente al caso no sólo ha guardado un silencio cercano a la estolidez, sino que ha invocado el poder ilegítimo que Usted ostenta para solicitar su actuación disciplinaria sobre los trabajadores y funcionarios del Alma Mater que se han movilizado para reivindicar sus legítimos derechos. Acción que menoscaba la autonomía universitaria y que pretende ser repicada hoy por las directivas de otras universidades públicas.
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Estas lejanas vivencias y aprendizajes que marcaron mis primeros años de estudio hasta concluir el bachillerato, me permiten recordarle que cuando Usted valida las supuestas pruebas del computador de Reyes y la USB, a sabiendas de que son ilícitas e ilegales y que fueron analizadas y superadas en el proceso judicial, a la vez que me señala de difundir con mis escritos el pensamiento revolucionario de las FARC; divulgar sus ideas en foros internacionales; organizar eventos en la Universidad Nacional “con sentido político” invitando a los estudiantes a que se unan a las filas de las FARC y pretender crear un centro de investigación de esta organización armada, está faltando una vez más al octavo mandamiento de la Ley de Dios “No levantarás falsos testimonios, ni mentirás”. Y digo una vez más, porque ya lo hizo en el proceso contra la Senadora Piedad Córdoba.
En su conocido catecismo el Padre Gaspar Astete nos recordaba que había tres tipos de mentiras: jocosa, la que se recurre para hacer un chiste; oficiosa, la que se dice por utilidad propia; y perniciosa, la que busca dañar al prójimo. Déjeme decirle, señor procurador, que Usted ha incurrido en las tres: ha dicho una mentira jocosa porque acusarme de que participé en eventos nacionales e internacionales para difundir el pensamiento revolucionario de las FARC francamente produce risa; ha recurrido a una mentira oficiosa para defender sus convicciones político-religiosas personales y ha dicho una mentira perniciosa que tiene como propósito mi eliminación física del campus universitario colocando en alto riesgo mi integridad personal y la de mi familia (y desde ya lo responsabilizo de las consecuencias que esta temeraria falsedad pueda tener).
Las dos primeras mentiras son pecados veniales, pero la última constituye –en la interpretación que hace el padre Astete- un pecado mortal. No quisiera preocuparlo, señor Procurador, pero sus contravenciones a los principios cristianos son muchos más graves que esto, porque además de sus mentiras perniciosas ha incurrido en perjurio ya que en el momento de su posesión, Usted Juró solemnemente que ejercería “el control disciplinario del servidor público, adelantando las investigaciones y sancionando a los funcionarios que incurran en faltas disciplinarias en el desempeño de sus funciones y desarrollando investigaciones cuando se presenten irregularidades en el manejo del patrimonio público”.
Pero Acaso ¿no pidió Usted absolver al coronel Alfonso Plazas Vega condenado por la desaparición de 11 personas en los sangrientos hechos del Palacio de Justicia? ¿No solicitó eximir de responsabilidad penal a oficiales, suboficiales y soldados judicializados por caso de “falsos positivos”(ejecuciones extrajudiciales realizadas por el Estado)en Bosconia (Cesar) argumentando que estos crímenes se hicieron para defender la institución? ¿No desestimó las contundentes pruebas contra el ex senador –y primo del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez- Mario Uribe por sus vínculos
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con el paramilitarismo? ¿No se enfrentó a la Corte para buscar la absolución del político Mauricio Pimento, electo gobernador del Cesar con votos amarrados a través del terror paramilitar? El filo de su espada justiciera no ha rozado ni de cerca a los servidores públicos que han defraudado el erario público, no obstante ha sido desenvainada para inhabilitar a quienes hemos disentido de las políticas oficiales, denunciado el terrorismo de Estado y propugnando por una salida dialogada al conflicto armado y social colombiano.
La Doctrina Católica enseña la obligación de cumplir con los mandamientos para alcanzar la salvación divina, esto lo consagra ya no digamos el Concilio Vaticano II, -el que tengo entendido Usted aborrece por su ecumenismo y excesiva liberalidad- sino el mismísimo Concilio de Trento. Créame que no es mi aspiración verlo abrasado por las ardientes llamas del infierno; no desearía para Usted la suerte que corrieron decenas de ejemplares de obras escritas por Marx, Descartes, Friedrich Nietzsche, José María Vargas Vila y Gabriel García Márquez, entre muchos otros, cuya quema pública Usted propició en sus años juveniles. Le aclaro sí, que no le escribí para recordarle sus deberes de cristiano que tanto lo desvelan; soy respetuoso de las creencias políticas y religiosas y estoy seguro que los dolores del alma que deben asistirle por su torcido proceder serán purificados en su fuero interior gracias el sacramento de la penitencia.
Mi carta es para hacer pública mi indignación por el reiterado daño que Usted le ha venido causando a la sociedad colombiana, prevaricando e incumpliendo sus responsabilidades como funcionario público y regando la simiente de la intolerancia, en un país donde las élites gobernantes se han caracterizado precisamente por excluir y aniquilar todo lo que se opone a sus mezquinos intereses, como lo hicieron con la Unión Patriótica, organización política y legal, a la que le asesinaron más de cinco mil militantes; y como lo sigue haciendo el gobierno del presidente Juan Manuel Santos con líderes populares que han participado en las recientes movilizaciones sociales.
Su nociva actuación no es nueva: como presidente del Consejo de Estado Usted favoreció las fumigaciones con glifosato de cultivos de uso ilícito, vulnerando los derechos colectivos de las comunidades a disfrutar de un ambiente sano y permitiendo que se atentara contra la salubridad pública y la conservación del ecosistema; de este modo despejó el camino para la aplicación de las políticas antidrogas, acrecentando la pérdida de nuestra soberanía nacional y el afianzamiento de las estrategias contrainsurgentes que han tenido continuidad bajo la actual administración.
Todavía está fresca en la memoria de los colombianos su desempeño como magistrado del Consejo de Estado frente a los procesos de la parapolítica. Particularmente, frente a la solicitud de pérdida de investidura del entonces
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congresista William Alfonso Montes Medina -quien reconoció haber firmado el “Pacto de Ralito” suscrito entre paramilitares y políticos para ‘refundar’ la patria- Usted se pronunció señalando que “no obran en el proceso suficientes elementos probatorios que permitan afirmar la pertenencia del congresista a los mismos, de la sola firma del documento arriba señalado no se puede inferir tal aseveración” (Bogotá, D.C., 20 de noviembre de dos 2007), pruebas que Usted minimizó y que fueron suficientes para que la Corte Suprema condenara penalmente al ex congresista a 90 meses de cárcel; Otro tanto sucedió con los congresistas Ciro Ramírez, Álvaro Araujo, Erick Morris, Jairo Enrique Merlano y Luis Humberto Gómez Gallo, entre muchos otros que la Corte condenó ¿determinaron estos complacientes pronunciamientos su nombramiento como Procurador General de la Nación?
¡Qué lejos estamos de aquellos tiempos en que el entonces Procurador General de la Nación, Carlos Jiménez Gómez, se levantó erguido y con pruebas en mano reveló a la comunidad nacional e internacional los nombres de 163 personas involucradas en actividades de paramilitarismo, específicamente relacionadas con los escuadrones del MAS (Muerte a Secuestradores)! Entre los comprometidos figuraban 59 miembros de las Fuerzas Armadas en servicio activo, incluido al hoy general® Álvaro Velandia Hurtado, responsable de la desaparición forzada de la estudiante Nidya Erika Bautista!. La Procuraduría ordenó la destitución de este oficial en 1995, sin embargo, siete años después Usted, como magistrado del Consejo de Estado, votó la revocatoria de la sentencia, logrando la restitución de este general comprometido en delitos de lesa humanidad.
Pero Usted también le ha hecho otros favores al paramilitarismo: a principios del 2010, por ejemplo, conceptuó que los vicios de trámite de la ley que convocaba al referendo reeleccionista, con el cual pretendía perpetuarse en el poder el ex presidente Álvaro Uribe Vélez eran subsanables y pidió que se declarara exequible. En un país donde los procesos burocráticos caminan tan lentamente, entregó su fallo dos semanas antes del tiempo previsto por la ley ¿tanta prisa tenía para garantizarle a su mentor político la posibilidad de un tercer mandato?
No nos digamos mentiras, señor Procurador (I), sus convicciones religiosas a las que refería al iniciar esta carta son solo una fachada para llevar adelante la tarea servil que le han encomendado las élites bipartidistas de este país: esto es, borrar del camino cualquier vestigio de oposición política y social; pues si con el accionar de las fuerzas militares y paramilitares en Colombia se elimina al contradictor político, y con el apoyo de la rama judicial se fabrican falsos positivos judiciales; con el Ministerio Público que usted regenta de manera ilegítima, se ha buscado inhabilitar políticamente a figuras representativas de la oposición; no de otra manera se explican las arbitrarias investigaciones que abrió contra el senador Jorge Robledo, la senadora
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Gloria Inés Ramírez y el concejal Jaime Caicedo, como lo hizo en su momento con la Doctora Piedad Córdoba y, ahora intenta hacerlo con los funcionarios públicos que han viajado a La Habana a entrevistarse con la delegación de las FARC . Esta mesa de diálogo con representantes del gobierno se instaló hace cerca de un año para concertar salidas políticas al conflicto armado y social colombiano ¿Pretende criminalizar, también, las expresiones de apoyo al proceso de paz? Ni el mismo senador republicano Joseph McCarthy se hubiera atrevido a tanto.
Con esta misiva pongo a su disposición mi libro La Vorágine del Conflicto Colombiano: una Mirada desde las Cárceles, que recoge relatos de vida de los protagonistas del conflicto armado y social (militares, paramilitares, guerrilleros, milicianos y delincuentes sociales), los cuales recopilé durante los dos años que estuve injustamente privado de la libertad sindicado de rebelión y concierto para delinquir. Tengo la sospecha que este ejemplar terminará alimentando sus piras bibliográficas (en su momento los guardias penitenciarios realizaron acciones similares con las bibliotecas que creamos los presos políticos en La Modelo y la Picota); lo invitó, sin embargo, a que venza sus prejuicios medievales y lo lea, quizás le ayude a recordar la verdad a gritos de los estrechos nexos que han tenido el Estado Colombiano, las Fuerzas Militares, latifundistas y políticos nacionales y locales con las organizaciones paramilitares; también le aportará algunos elementos sobre el oscuro desempeño del ex comisionado de Paz Luis Carlos Restrepo, a quien ha defendido con vehemencia su despacho.
Finalmente quisiera decirle que pese a la falta de ponderación en sus decisiones, he cumplido, a través de mi defensa, con el ritual de apelación, que Usted deberá resolver en los próximos días. Desde mi secuestro en México, el 22 de mayo de 2009, el Estado colombiano ha menoscabado casi todos mis derechos fundamentales; los regímenes autoritarios suelen instrumentalizar a organismos como la Procuraduría y a personajes como Usted para conculcar los derechos humanos y las libertades públicas, por eso no puedo más que rememorar la digna actitud asumida por el astrónomo y matemático Giordano Bruno cuando fue condenado a la hoguera por el Santo Oficio de la Inquisición:
“Bruno escucha en silencio, arrodillado delante de sus jueces. Pequeño, flaco, descarnado, con la barba oscura y descuidada, agotado por casi 2.800 días de prisión, por las privaciones, la tortura, por una inquietud que duró siete años y nunca compartida con alguien, por nadie confortado, Bruno se yergue, la mirada orgullosa y llameante. Luego se alza, mirando en derredor con una mirada torva y amenazadora, colmada de un desprecio incontenible, y pronuncia las últimas palabras de las que se tiene testimonio seguro. Son palabras ásperas, duras, que surgen de un espíritu que domina al de los
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jueces y de los presentes, que está más allá de la muerte ya inminente. Son palabras proféticas que, sin que nadie las comprenda, anuncian el futuro de la Iglesia y tal vez, de la humanidad: ‘Tal vez tenéis más temor vosotros al pronunciar mi sentencia, que yo al recibirla’ [Primitivo Martínez Fernández. La Inquisición. El Lado Oscuro de la Iglesia]
Atentamente,
Miguel Ángel Beltrán Villegas
Profesor Asociado. Universidad Nacional de Colombia
Bogotá, octubre 3 de 2013















sábado, 5 de octubre de 2013

Respuesta a María Jimena Duzán




En varias ocasiones ha manifestado usted su interés en un intercambio epistolar conmigo. Ahora, tras una andanada mucho menos amable que cuando valoraba mi estilo, vuelve a la carga, y con dos condicionamientos además, que sea productivo y que no sirva para sembrar cizaña.
Por el tono emocional de su misiva, y sus precisas condiciones, debo entender que mis manifestaciones al país no le parecen ni provechosas ni amigables. Cada quien tiene el derecho a valorar las cosas según su criterio, el cual a su vez expresa un interés de clase.
Habría que preguntar a los estudiantes de la MANE o a los campesinos movilizados en la MIA, a quienes usted ubica tan ajenos a nuestro pensamiento, cuanta indignación o simpatía les despierta nuestra palabra. ¿Dirían la verdad con el riesgo que eso entraña en Colombia?
¿Sí es el país o la abrumadora mayoría, quien ha perdido la credibilidad en nuestra vocación de paz? Si usted, que posa de analista franca y objetiva, lo asegura de modo categórico, es probable que induzca a otros a pensar igual, aunque ello no necesariamente significa que sea cierto.
Si lo afirman casi tomados de la mano los grandes medios, prósperas empresas vinculadas públicamente a los núcleos económicos, sociales y familiares que giran en torno al poder, cabe preguntarse si no son esos círculos los desencantados.
La verdad es que en las alturas siempre se ha concebido la paz como la simple terminación del alzamiento armado, sin ningún cambio importante en las estructuras económico sociales o el régimen político del país. Algunas prebendas personales al precio de la rendición y entrega.
Nuestra posición es distinta. Colombia requiere hondas trasformaciones, sus instituciones están podridas. El Estado colombiano ha devenido en garante del enriquecimiento del sector más pudiente, y en máquina para someter violentamente la inconformidad. Eso debe cambiar.
Nuestra palabra es ignorada de manera olímpica. Manipulada o interpretada de acuerdo con las conveniencias inmediatas. Como cuando especulan que el discurso de Oslo tuvo por objeto satisfacer la galería o calmar los ánimos de los guerrilleros descontentos.
O que no hay que pararle bolas a lo que las FARC digamos por fuera de la Mesa, dando a entender que en ella asumimos una posición completamente distinta. De ese modo se genera y patrocina la idea de que cuanto decimos es falso o interesado.
Indicar que nuestra delegación de paz en La Habana ha sido autorizada para presentar un informe público sobre lo que ocurre verdaderamente en la Mesa, cosa que todo el mundo en este país reclama, se titula y comenta como una amenaza que pone en peligro la continuación del proceso.
Publicada mi Adenda necesaria, Caracol radio la presenta así, Timochenko dice que revelar avances de la mesa no es una amenaza. Usted en su nota pregunta si he calibrado las amenazas expresadas en mis últimas cartas acerca de echar por la borda la confidencialidad.
Muchos de quienes se nos acercan, temen ser absorbidos por nuestra lógica. Reconocen una posición de compromiso absoluto con las clases oprimidas y no quieren involucrarse de ese modo, resulta demasiado riesgoso para su vida y su tranquilidad personal.
Allí radica en el fondo la clave del actual conflicto. Quienes ponen en duda la legitimidad del orden de cosas y asumen en serio la tarea de trabajar conjuntamente con los más afectados por éste, con el propósito de superarlo, terminan conociendo y sufriendo el lado brutal del régimen.
Vivimos y luchamos porque ese rostro y esa mano criminal desaparezcan para siempre. Los horrores vividos en Colombia desde hace más de seis décadas por cuenta de la violencia oficial abierta o disfrazada no tienen nombre. Esa verdad pretende soslayarse a costa nuestra.
Lo hemos dicho, no tenemos reparos para dar la cara a las víctimas del conflicto, para reconocer nuestra cuota en las consecuencias de la guerra. Lo que no significa que asumamos la responsabilidad por la generación, el escalamiento y la degradación de esta.
Eso tiene que quedar claro. Ahora aparecen los restos de Fidel Castaño y el país se entera de que murió en un enfrentamiento con las FARC en San Pedro de Urabá. ¿Por qué en más de 30 años de paramilitarismo no hubo un solo enfrentamiento entre el Ejército y ellos?
Las eternamente lamentables víctimas de Bojayá, perecieron en medio de un combate de varios días contra una estructura paramilitar tolerada y apoyada por las fuerzas armadas. Las centenares de masacres paramilitares contra la población inerme o el exterminio de la UP son otra cosa.
La paz supone que salgan a flote tales claridades. Como la de las vinculaciones del narcotráfico con las fuerzas militares y de policía, el paramilitarismo, el sector financiero y la clase política. Eso no puede esquivarse con el pretexto de nuestra relación con él, que podemos explicar sin pudores.
Hablar así equivale, para ciertos sectores del país, a nuestra pérdida de credibilidad. Quisieran que el resto de colombianos los siguiera. Si así fuera, sería imposible construir una Colombia más incluyente, lo que menos quieren los devotos de la guerra y las rendiciones incondicionales.
La democracia colombiana es tan intolerante y violenta, que trabajar de manera consecuente por la paz y la reconciliación ha sido elevado a oprobio, linda con las páginas del código penal. Por eso fue privada de sus derechos políticos la senadora Piedad Córdoba.
Y por eso, pese a sus más de treinta años de lucha por hacer posible una solución política al conflicto colombiano, se pone en la picota pública al doctor Álvaro Leiva. Creí escuchar que la politóloga y periodista Claudia López salió a toda prisa del país. ¿Imagina por qué?
María Jimena, artículos como el suyo, o como los de Marta Ruíz o León Valencia, al igual que los de tantos columnistas que se pronuncian a diario sobre el proceso de La Habana, ponen de presente la inmensa expectativa del país con él y no su entrada en decadencia. Pensamos distinto, es todo.

(*) Timoleón Jiménez es comandante y Jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP 

viernes, 4 de octubre de 2013

El General Giap hizo huir de Viet Nam como ratas a los gringos.

Falleció el legendario General Giap, héroe de Viet Nam, con 102 años


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El general Vo Nguyen Giap, figura central de la victoria de la guerra de Vietnam, murió a los 102 años, según informaron hoy fuentes militares y familiares. El general falleció por causas naturales en el Hospital Militar 108 de Hanoi, informó una fuente militar del centro. “Murió por su avanzada edad, no debido a ninguna enfermedad”, aseguró la fuente, en condición de anonimato. Giap estuvo además en batallas significativas contra Estados Unidos como la ofensiva del Tet en 1968.
Este legendario general vietnamita nació en la aldea de Una Xa, provincia de Quang Binh el 25 de agosto de 1911. Era hijo de un campesino que, aunque carecía de tierras, sabía leer y escribir y luchó toda su vida contra el régimen colonialista impuesto a su país.
En 1926, siendo aún muy joven, comenzó a luchar por la liberación de Vietnam en el instituto en el que estudiaba. Se incorporó al Menh Dang del Tan Viet y, dos años más tarde, al Quoc hoc, organizaciones clandestinas que realizaban agitación contra la ocupación extranjera.
En 1930 fue detenido y condenado a tres años de prisión, pero fue liberado algunos meses después.
En 1933 entró en la universidad de Hanoi, aunque dos años después le expulsaron por realizar agitación revolucionaria.
En la universidad conoció a Dang Xuan Khu, que más adelante adoptaría el seudónimo de Truong Chinh, el principal ideólogo del comunismo vietnamita. Fue él quien incorporó a Giap al Partido Comunista de Indochina.
En 1937 logró terminar sus estudios de Derecho en la universidad y comenzó dar clases de historia en un instituto de Hanoi, aunque en realidad se dedicaba a organizar a los profesores y alumnos en la lucha revolucionaria.
En 1939 publicó su primer libro, juntamente con Truong Chinh, titulado La cuestión campesina donde analizaban el papel que debían desempeñar los jornaleros del campo como aliados del proletariado vietnamita en el proceso revolucionario.
El año anterior se había casado con una tailandesa, Dang Thi Quang, también militante comunista, y cuando al año siguiente el Partido Comunista de Indochina fue prohibido, Giap escapó a China, donde conoció a Ho Chi Minh y estudió las tesis de Mao Zedong sobre la guerra popular prolongada y la guerra de guerrillas, que luego aplicaría magistralmente a su propio país.
Pero la policía francesa detuvo a su mujer y a su cuñada y las utilizó como rehenes para presionar a Giap y lograr que se entregara. La represión fue feroz: su cuñada fue guillotinada y su mujer condenada a cadena perpetua, muriendo en la prisión después de tres años a causa de las brutales torturas. Los verdugos también asesinaron a su hijo recién nacido, a su padre, a dos hermanas y a otros familiares.
En mayo de 1941 en la conferencia de Chingsi (China), junto con Ho Chi Minh, funda el Dong Minh (Liga Vietnamita para la Independencia), más conocido como Vietminh, para agrupar las fuerzas antijaponesas en un único frente de liberación nacional.
Ese mismo año Giap se traslada a las montañas del interior de Vietnam para iniciar la guerra de guerrillas. Allí estableció una alianza con Chu Van Tan, dirigente del Tho, un grupo guerrillero de una minoría nacional de Vietnam del noreste. Giap comenzó a construir el Tuyen Truyen Giai Phong Quan, un ejército capaz de expulsar al ocupante francés y sostener el programa del Vietminh.
Inició una campaña de dos años de propaganda armada y de reclutamiento, convirtiendo a los campesinos en guerrilleros con una combinación del entrenamiento militar y la formación política comunista. A mediados de 1945 tenía ya unos 10.000 hombres bajo su mando y pudo pasar a la ofensiva contra los japoneses que ocupaban todo el sudeste de Asia.
Junto con Ho Chi Minh, Giap dirigió sus fuerzas hacia Hanoi en agosto de 1945, y en septiembre Ho Chi Minh pudo proclamar la independencia de Vietnam, con Giap al mando del ejército revolucionario.
En la posterior guerra contra el colonialismo frances, Giap demostró la superioridad de la guerra popular sobre las fuerzas imperialistas obteniendo una espectacular victoria el 7 de mayo de 1954 en la decisiva batalla de Dien Bien Phu, una valle situado a unos 300 kilómetros al oeste de Hanoi en el que se habían atrincherado las fuerzas ocupantes francesas, confiadas en la protección de las montañas y en conseguir batir a las fuerzas revolucionarias cuando descendieran.
De los 15.094 mercenarios franceses que se agruparon en Dien Bien Phu, después de casi seis meses del sitio, solamente 73 lograron escapar del cerco, mientras que 5.000 murieron y 10.000 fueron capturados. Giap y el general Denhg lanzaron un asalto frontal a la guarnición que arrojó a los colonialistas franceses definitivamente de Indochina. El ejército de Giap y Denhg padeció la muerte de 25.000 combatientes.
Giap y Denhg derrotaron a los imperialistas con una acumulación logística extraordinaria y un uso eficaz de la artillería bien protegida. Los 60 cazabombarderos norteamericanos B-29 que acudieron en apoyo de la guarnición francesa, no lograron su objetivo, obligando a los imperialistas a diseñar un plan criminal elaborado por el almirante norteamericano Radford y el general francés Navarre consistente en arrojar bombas nucleares contra las fuerzas revolucionarias.
La campaña de Dien Bien Phu fue la primera gran victoria de un pueblo colonial y feudal, con una economía agrícola primitiva, contra un experimentado ejército imperialista sostenido por una industria y pujante moderna bélica. Los más concidos generales franceses (Leclerc, De Lattre de Tasigny, Juin, Ely, Sulan, Naverre) fracasaron uno tras otro frente a unas tropas integradas por campesinos pobres pero decididas a luchas hasta el final por su país y por el socialismo. Los gobiernos de París fueron cayendo también a medida que sus generales eran derrotados en los alejados arrozales, poniendo al descubierto la fragilidad de la IV República.
Vietnam resultó dividido y Giap fue nombrado ministro de Defensa del nuevo gobierno del Vietnam del norte que, al tiempo que continuaba la guerra popular, se esforzaba por construir una nueva sociedad socialista.
Como comendante del nuevo ejército popular, Giap dirigió la lucha en la guerra de Vietnam contra los nuevos invasores norteamericanos en el sur del país, que una vez más comenzó bajo la forma de guerra de guerrillas. Los primeros soldados estadounidenses murieron en Vietnam cuando el 8 de julio de 1959 el Vietcong atacó una base militar en Bien Hoa, al noreste de Saigon. Ese año más de 1.000 lacayos del imperialismo americano fueron ajusticiados por los guerrilleros del Vietcong y antes de 1961 otros 4.000 habían caido.
Cuatro presidentes americanos lucharon sucesivamente contra Vietnam, dejando el rastro de sangre de 57.690 mercenarios americanos ejecutados. Por parte vietnamita murieron 600.000 combatientes pero finalmente los Estados Unidos fueron obligados a salir del país en 1973. Dos años más tarde el país fue reunificado, cuando un tanque del ejército revolucionario embistió la valla de protección de la embajada americana, mientras los últimos imperialistas huían precipitadamente en un helicóptero por el tejado del edificio.
A partir de entonces Giap siguió siendo ministro de Defensa de Vietnam y miembro de pleno derecho del Politburo del Partido Comunista de Vietnam, cargo que ocupó hasta 1982.
Tras su cese, dirigió la Comisión de Ciencia y Tecnología, y en julio de 1992, le concedieron la orden de la estrella del oro, el honor más alto del nuevo Vietnam socialista.
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El general Giap no sólo fue un maestro en el arte de dirigir la guerra revolucionaria, sino que además escribió sobre ella en 1961 su famosa obra “Guerra popular, ejército popular”, un manual de la guerra de guerrillas basado en su propia experiencia. En él establece los tres fundamentos básicos que debe disponer un ejército popular para lograr la victoria en la lucha contra el imperialismo: dirección, organización y estrategia. La dirección del Partido Comunista, una férrea disciplina militar y una línea política adecuada a las condiciones económicas, sociales y políticas del país.
Definió la guerra popular como “una guerra de combate para el pueblo y por el pueblo, mientras que la guerra de guerrillas es simplemente un método del combate. La guerra popular es un concepto más general. Es un concepto sintetizado. Es una guerra a la vez militar, económica y política”. La guerra popular no sólo la hace un ejército, por más que sea popular, sino que la hace todo el pueblo porque es imposible que un ejército revolucionario, por sí mismo, pueda lograr la victoria contra la reacción, sino que es todo el pueblo el que tiene que participar y ayudar en una lucha, que necesariamente debe ser prolongada.
Como buen guerrillero, Giap sabía que el éxito de la victoria cuando hay una desproporción tan grande de fuerzas, se basa en al iniciativa, la audacia y la sorpresa, lo que exige que el ejército revolucionario se desplace continuamente. Destacó como un genio de la logística, capaz de movilizar continuamente importantes contingentes de tropas, siguiendo los principios de la guerra de movimientos. Lo hizo así contra los colonialistas franceses en 1951, infiltrando a un ejército entero a través de las líneas enemigas en el delta del río Mekong, y otra vez adelantando la ofensiva de Tet en 1968 contra los estadounidenses, cuando situó a millares de hombres y toneladas de aprovisionamientos para un ataque simultáneo contra 35 centros estratégicos del sur.
La batalla de Ia Drang (19 de octubre-27 de noviembre de 1965) fue una de las más importantes del combate para ambos bandos durante la guerra de liberación de Vietnam. Tras ella el general imperialista Westmoreland creyó que la movilidad aérea y la potencia de fuego en gran escala serían la respuesta a la estrategia de Giap, pero éste apostó a sus soldados tan cerca de las líneas americanas que los B-52 soltaban las bombas encima de sus propias filas.
Todavía hoy las tácticas guerrilleras de Giap constituyen una de las fuentes de estudio de las estrategias miliatares en el mundo.
Tomado

martes, 1 de octubre de 2013

RESPETE URIBE. Carta de los pobladores del Sur de Bolívar a Uribe

Carta de los pobladores del Sur de Bolívar a Uribe

“Le prohibimos hacer su campaña política”
Por: | septiembre 30, 2013

Carta de los pobladores del Sur de Bolívar a Uribe
Septiembre 26 de 2013
Señor Uribe Vélez
Hemos leído un mensaje de twitter enviado desde la cuenta @AlvaroUribeVel en el que se refiere a la situación de los pobladores del Sur de Bolívar en los siguientes términos:

“Ciudadanos desamparados del Sur de Bolívar: Al Gbno Santos no le importa
1 – La zona rural del Municipio de Morales estamos sin Fuerza Pública.
2- Los medios de comunicación guardan silencio ante todo lo que está ocurriendo.

Los mineros del Sur de Bolívar están acantonado en Aguachica desde hace tres semanas en el sitio conocido como “EL CERRO DE LAS CAMPANAS o CERRO DE LOS CHIVOS” que es ruta de la troncal que comunica a la costa con el interior del país.
Para establecerse en Aguachica, Cesar. Inicialmente solicitaron una res por finca, o dinero en efectivo y el finquero que no aceptaba estas dos condiciones era obligado a enviar un miembro de la familia a engrosar las filas del PARO MINERO.”…
“…En lo concreto, la guerrilla del sur de Bolívar en contacto permanente en Aguachica, (CERRO DE LOS CHIVOS) con el paro Minero. Quiere decir que en este momento los Mineros del sur de Bolívar no están produciendo Oro, lo que indica claramente que estos mineros no están pagando vacunas a estos guerrilleros por permitir explotar las minas. Por eso bajaron hacia la ribera del río Magdalena (Gamarra, Cesar y Morales Bolívar). ”
Frente a su ofensivo y mentiroso mensaje, le decimos:
1. Nunca los pobladores del sur de Bolívar nos hemos referido al gobierno de Juan Manuel Santos en los términos en que usted lo manifiesta en su mensaje. Los problemas del sur de Bolívar son mucho más profundos y más graves que la falta de fuerza pública en Morales y el silencio de los medios de comunicación.
2. Es absolutamente falso que cuando decidimos movilizarnos hacia la troncal que comunica a la costa atlántica con el interior del país, hayamos solicitado aportes en especie o efectivo o a cambio que se obligara a un miembro de cada familia a participar de la movilización. Todas y cada una de las personas que nos encontramos concentradas en el Municipio de Aguachica llegamos acá hace 25 días voluntariamente y conscientes de que esta movilización es producto de las políticas estatales que nos están despojando de nuestro territorio, situación en la que usted, tanto como el actual presidente tienen una inmensa responsabilidad.
Para refrescarle la memoria señor Uribe, le mencionaremos algunas de las acciones que durante su gobierno se emprendieron, y el actual las está continuando, llevándonos a la actual situación de despojo del territorio:
1. Fue durante los dos periodos de su gobierno que se dio paso a la llamada “piñata” de títulos mineros, que por encima de la tradición de pequeña minería de las comunidades y del daño social y económico que causaba, entregaron miles de títulos mineros a las empresas que desarrollan proyectos de gran minería, saquean nuestros recursos naturales y nos dejan únicamente desolación y destrucción ambiental y social.
2. Fue durante su gobierno que se promovió a Colombia como la meca de la producción de agrocombustibles, impulsando desaforadamente la siembra extensiva de palma de aceite y para ello entregándole a grandes terratenientes inmensas extensiones de tierra que pertenecen a los campesinos y que estaban destinadas a la siembra de alimentos, sometiéndonos así a la dependencia alimentaria. De paso la entrega de tierras para los proyectos palmeros destruyó los espejos de agua, reserva ambiental invaluable.
3. Fue durante su gobierno que se impulsó la firma de Tratados de Libre Comercio, que condenan a la producción nacional, especialmente la agrícola y pecuaria, a la quiebra total.
4. Fue durante su gobierno que se concesionaron los grandes proyectos de infraestructura (vías, puertos multimodales entre otros) que para abrir las puertas a los TLC pasan por encima las comunidades y destruyen sus medios de subsistencia.
5. Fue el 30 de enero de 2009, durante su gobierno señor Uribe, que usted y su equipo de colaboradores rompieron las conversaciones que se estaban llevando a cabo entre ustedes y las comunidades del sur de Bolívar ya que se negaron a atender los reclamos de las comunidades agromineras en lo relacionado con el derecho a la tierra de pobladores que llevamos décadas habitándola y protegiéndola.
Po último señor Uribe, es usted tremendamente irresponsable al pretender “demostrar” que las organizaciones guerrilleras promueven, impulsan y apoyan la movilización que estamos adelantando. Sepa señor Uribe que nosotros, a diferencia de usted, somos transparentes en nuestro accionar y no tenemos nada que ocultar ni ningún tipo de vínculos con organizaciones armadas al margen de la ley. También es calumnioso que las organizaciones guerrilleras se sostienen gracias a nuestros aportes al afirmar que la estadía nuestra en esta jornada de movilización llevó a los guerrilleros a buscar otras formas de financiación. Con esos señalamientos usted está incurriendo en los delitos de calumnia e injuria y además está condenando a muerte a las miles de personas que nos encontramos participando de esta movilización. Además también pone usted en grave riesgo a las personas que señala de supuestamente haber accedido a las presuntas extorsiones de la guerrilla.
Señor Uribe, los campesinos, mineros, pescadores, comerciantes y en general pobladores del sur de Bolívar le PROHIBIMOS hacer su campaña política para las próximas elecciones aprovechándose de las condiciones de exclusión e inequidad a las que históricamente hemos sido sometidos y en las que usted tiene una gran responsabilidad.
Respete!!!
Comunidades en movilización del sur de Bolívar, Centro y sur del Cesar.
Cerro de los Chivos – Aguachica – Cesar

PLANTÓN POR LA LIBERTAD DE HUBER BALLESTEROS



domingo, 29 de septiembre de 2013

COLOMBIA EN LLAMAS. Las FARC EP "Sobrevivieron a 50 años de guerra. ¿Sobrevivirán a la Paz?"

COLOMBIA EN LLAMAS

POR OMAR OSPINA GARCÍA

Casi por alcanzar una paz que el pueblo colombiano anhela más que nada, se perfila un descontento campesino casi inédito
Cuando Fidel Castro y Ernesto Guevara soñaban con hacer de Los Andes una Sierra Maestra, el entonces joven líder cubano dijo más o menos: "El último país en llegar al socialismo en América Latina, será Colombia. Tiene la clase dirigente oligárquica más inteligente y astuta del Continente". No se equivocaba el Comandante. Pero no agregó lo que también debía de pensar y, ciertamente, sabía: Que también era la más reaccionaria, inclemente y vengativa de la región.
No ha existido en Colombia, desde el General José María Melo, el "Che" del siglo XIX, primer y único gobernante socialista de Colombia, ningún líder progresista que no haya sido desterrado o asesinado cuando esa oligarquía descubría en ellos un asomo de peligro para su poder: Melo, Uribe Uribe, Benjamín Herrera, Gaitán, BatemanCayón, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo, Manuel Cepeda y los cinco mil asesinados de la Unión Patriótica, cuando el M19 cometió la ingenuidad de creer en cantos de sirena y dejó las armas por la opción política.
Colombia es casi el único país en América Latina en el que la derecha oligárquica no ha necesitado dictaduras militares para mantener el poder. Ni bayonetas ni puño de hierro. El delicado y suave guante de seda de la Democracia Representativa le ha sido suficiente. La única dictadura en el siglo XIX, ejercida por José María Melo (de origen indígena pijao) en representación de la clase artesanal contrapuesta a la derecha aristocrática de Bogotá y Popayán, alcanzó a durar 8 meses, de abril a diciembre de 1854. El General Melo, lector de Prudhom y los socialistas utópicos, fiel a Bolívar, amigo de la integración Grancolombiana y opuesto a Obando, Páez, Flórez y la camarilla colombo venezolana que ambicionaba finca propia y destruyó el sueño de Bolívar, fue desterrado y murió fusilado en México por orden de un oscuro general, enemigo de Benito Juárez, en cuyo bando militaba el "Che" colombiano.
Y la única dictadura en el siglo XX, la de Gustavo Rojas Pinilla de 1953 a 1957, fue impulsada por esa misma derecha preocupada por los alardes criminales de sus gobernantes. A esa derecha no le gusta el exceso de crímenes: apenas los necesarios. Así que encumbró mediante una huelga empresarial y fachada estudiantil, al Teniente General. Y se lo aguantó tres años hasta cuando, de la misma manera, se deshizo de él apenas le estorbaron sus ingenuas veleidades populistas. Tampoco hay que pararle mucha bola a ese "oscuro e inepto vulgo", como denominaba a las masas el líder de la godarria ultra, Laureano Gómez.
Mientras tanto, el depuesto líder ultra conservador maduraba en la tranquila localidad de Sitches, España, al amparo de la dictadura franquista, la componenda que les garantizaría el poder por los siguientes 24 años: El Frente Nacional, artificio político que les permitió a los dos partidos tradicionales, Liberal y Conservador, alternarse en el poder a despecho de las nuevas fuerzas que iban surgiendo desde la inconformidad intelectual y las incipientes guerrillas que, hasta hoy, tienen en jaque al sistema político.
Coletilla: Casi a punto de alcanzar una paz que el pueblo colombiano anhela más que nada y a pesar de los trinos furibundos de los enemigos de una paz que no les resulta rentable, se perfila un descontento popular campesino casi inédito desde el remoto "Che" decimonónico José María Melo hasta la Colombia de hoy. La de Santos y Uribe. Y también la de las FARC como alternativa política de la izquierda. Sobrevivieron a 50 años de guerra. ¿Sobrevivirán a la Paz?

Quito, septiembre de 2013.

Campesinos del Valle de Ubaté: y si la guerrilla nos ayudara….

Libardo Sánchez Gómez

En un artículo anterior anoté que de los 17 millones de habitantes del campo colombiano aproximadamente 7 millones viven en la indigencia, que estos no  tienen interés ni capacidad alguna para salir a protestar; y que 10 millones de seres humanos del campo viven  del rebusque, no tienen empleo formal, se les conoce como peones, y la mayoría de estos, también, han perdido   la conciencia de clase (http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/08/los-azadones-transforman-colombia.html) Pasada  la Protesta (Paro  Nacional Agrario en suspenso ) de los campesinos del Valle de Ubaté, para corroborar o negar tal afirmación, me di a la tarea de pulsar la opinión de los habitantes rurales de la Región en los diferentes estratos sociales. Comencé por las veredas de Chipaquín y Pedregal pertenecientes al Municipio de Sutatausa, a su vez, vecinas del municipio de Tausa; también visité  la vereda de Apartadero de  Ubaté, colindante con Carupa, todas ubicadas en las partes altas del Valle; al final pude obtener una idea clara acerca de lo que piensan los habitantes del campo de los tres municipios más productores de papa, leche y carbón de la zona. 
Sutatausa. Ermita, Iglesia y despacho parroquial, declarados monumento nacional. 2013

Hay que anotar que en estos parajes hasta el año 2004 tuvo influencia la guerrilla de las FARC. La parte alta de Tausa, Sutatausa y Carupa hicieron parte del corredor de las FARC que les permitía dominio territorial desde Yacopí pasando por Paime, San Cayetano, Tausa, Sutatausa, Carupa, Cooper hasta  Muzo. Recién iniciado el Gobierno de   Uribe, un destacamento de guerrilleros más un gran grupo de campesinos cultivadores de papa fueron víctimas de un bombardeo indiscriminado por parte del avión fantasma en la vereda de Pedregal de Sutatausa; sobre los barbechos quedaron esparcidos los cuerpos destrozados por las bombas de más de 60   hombres, mujeres y niños. Cuentan los pobladores que los perros durante varios días aparecían en las casas llevando restos humanos; allí no hizo presencia autoridad alguna ni siquiera para efectuar el levantamiento de los cadáveres.   Después de este hecho la guerrilla   abandonó el lugar, para no exponer a sus habitantes a la feroz arremetida paramilitar por aire y tierra desatada en la zona.


De los habitantes de las veredas mencionadas un 70% son campesinos sin tierra, estos forman el proletariado (peones) campesino dedicado a labores en torno al cultivo de papa. Ninguno de estos obreros rurales participó en la Protesta de los paperos y lecheros. A la pregunta, ¿Por qué no participó en la corrida con el ESMAD? - Invariablemente contestaron:   A nosotros de qué nos sirve hacernos pegar de la policía.  Les pregunté, ¿cuáles son sus esperanzas,   qué esperan del futuro?  -Y la respuesta al unísono no se hizo esperar: -Nuestro futuro ya pasó. ¿Y el Gobierno? –sin dudarlo respondieron: - ¿Cuál Gobierno? -y parodiando a Santos agregaron- el tal Gobierno no existe.  ¿Entonces…? – respondieron socarronamente con  acento gritón:    Si…  la guerrilla nos ayudara... Les  hice en broma una pregunta atrevida, ¿Y por qué no se fueron con la guerrilla? Y, también,  en broma, mostrando su mueladura acerada con “tres dientes de oro”, contestaron: Jajaja, no nos recibieron… porque… no servimos ni para disparar papas bomba.
Sutatausa. Centro administrativo. 2012

Dialogué con pequeños parceleros de las veredas en mención, sus granjas no pasan de cinco fanegadas; estos campesinos manejan economías cerradas: siembran hortalizas para autoconsumo e intercambian excedentes entre vecinos. Anexo a los cultivos crían gallinas, ovejas y 1 o 2 vacas, hasta hace poco un carro recogía la leche, pero desde hace unos días nadie se la compra. Ninguno de estos pequeños propietarios tampoco salió a protestar. A nosotros ni nos va ni nos viene lo que pase, pues no tenemos nada para vender ni comprar –esta fue la opinión generalizada. Pero a pesar de su calculada marginalización de la protesta agraria ésta se vivió muy cerca de sus parcelas, a muchos  les tocó sufrir  en carne propia sus efectos, apunta de gases y tiros el  Gobierno les hizo saber que sí existe. Según MOVICE (24 de septiembre 2013) La   Misión de Verificación de DDHH en Cundinamarca y Boyacá pudo constatar: “Torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes; graves lesiones en cabeza, rostro y extremidades; detenciones arbitrarias;  amenazas e intimidaciones; hurtos; quema de vehículos; disparos con arma de fuego en contra de manifestantes y otros pobladores; disparos de proyectiles de gas lacrimógeno, granadas aturdidoras y piedras, lanzados indiscriminadamente a las viviendas de la población y directamente contra los cuerpos de las personas; violación al domicilio; actos de discriminación en razón al género y la identidad cultural, entre otros”. Agrega dicho informe que: la “Misión recibió denuncias  y documentó casos de graves violaciones de derechos humanos sufridas tanto por personas que participaban en las concentraciones pacíficas en las vías, como por pobladores al margen de ellas, atribuidas a la Policía Nacional Fuerza Disponible y principalmente a agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD).  Asimismo, sostuvo reuniones con funcionarios públicos de algunos de los municipios visitados (Alcaldes, secretarios de gobierno, personeros, fiscales,  médicos forenses), quienes aceptaron que hubo exceso de la fuerza por parte del ESMAD y reconocieron que el control del orden público dentro del municipio estaba en manos del comandante del ESMAD y no de las autoridades civiles como correspondía” (las negrillas son mías)
Sutatausa. Alcaldía y una panorámica de las veredas de la parte alta. 2012

¿Cómo les está ayudando el Gobierno? -Le pregunté a una señora de unos setenta años, mientras alimentaba sus gallinas con maíz criollo cosechado en su granja, con voz enérgica para su edad contestó: - El Gobierno  está hecho para quitar no para dar..,  y ya no permite que sembremos ni siquiera nuestras propias semillas. Y no ve que nos toca pagar impuestos, para  pagar a esos hombres que vinieron   a pegarnos y a ultrajarnos. A la pregunta, ¿Y los Congresistas han venido hablar con ustedes? –se quedó mirándome incrédulamente  y luego dirigiendo la mirada perdidamente hacia el Valle, contestó con una pregunta _  ¿acaso esos no son los que han creado las leyes que nos han quitado la salud y nos empobrecieron? ¿Entonces…? - le lancé la misma pregunta que le había hecho a los campesinos sin tierra, su respuesta fue tajante: - Si la guerrilla… nos ayudara…, pero qué nos va  ayudar si se van a entregar…


Quienes realmente participaron en las protestas durante el Paro Nacional Agrario fueron los campesinos “ricos”, quienes tienen todo que perder.  Los de las partes altas, habiendo abandonado los cultivos de cebada, trigo y maíz, venían sembrando entre 200 y 500 cargas de papa.  Y los  dueños de tierras ubicadas en el valle pastorean ganado de leche; algunos hatos  producen entre   quinientos y diez mil  litros de leche al día, estos sí que, aún, tienen mucho porqué pelear. Y mientras los campesinos anteriormente citados han perdido las ilusiones y la conciencia de clase; los campesinos  acomodados luchan por conservar su posición burguesa seriamente amenazada con las medidas económicas del Gobierno; son conscientes que jamás podrán competir con los gringos, los europeos y los vecinos del Sur; la clase en el poder los ha puesto en situación tal  que  no saben qué hacer para subsistir. Les pregunto, ¿Ven una pronta solución a su difícil situación? – las respuestas fueron a cual más pesimistas – No vemos que el gobierno tenga solución alguna, pues   la lógica de los TLC está en que unos se benefician y otros se perjudican,  y ya sabemos que es a nosotros a quien nos tocó las de perder. ¿Entonces…? – a la misma pregunta una misma respuesta: Si la guerrilla nos ayudara…,     estos durante los enfrentamientos gritaban al ESMAD: “si estuviera la guerrilla… hay si correrían como gallinas asustadas”.

Si bien la guerrilla en la zona fue asunto del pasado, cabe preguntar si el   fervor combativo, si se quiere revolucionario, mostrado durante las vigorosas protestas en el Valle de Ubaté, nacido aparentemente de la nada, ¿tiene velados orígenes, aunque se niegue o piense lo contrario, en los alzados en armas? ¿Algo quedó de su paso por los fríos páramos del norte de Cundinamarca? ¿existe un subconsciente colectivo que ve en las acciones de fuerza la única manera para defender los derechos?  No olvidar, tampoco,  que por allá en las décadas de los 70 y 80 el ELN mantuvo su presencia en el sector del Volcán; precisamente, de allí bajaron a dar  batalla al ESMAD el 90% de los productores de papa presentes en el Paro Nacional Agrario. En Sutatausa el Partido Comunista mientras tuvo Personería jurídica mantuvo representante en el Concejo municipal; allí, ciertamente, Teófilo Forero inició su vida política y sindical, como vocero de los trabajadores de las minas de Peñas de Cajón y Boquerón. 

¿Es cierto   que  los campesinos se auto organizaron,  pelearon y siguen discutiendo sin dirección alguna? No lo creo, personalmente participé en una reunión entre los voceros de los paperos, lecheros, mineros y pequeños transportadores con los alcaldes y una delegación oportunista de la Gobernación de Cundinamarca; y pude constatar un mando totalmente centralizado, ¿con asesoría de Fensuagro? Por lo menos allí estaba uno de sus voceros; eso sí la izquierda  estaba ausente, claro que no era fácil su vocería. Por ejemplo, la ex alcaldesa de Sutatausa Nelma Forero, conocida por su posiciones de izquierda y por haber organizado el único movimiento de protesta contra el código minero en la Región, fue un hito ver aquella vez a los pequeños y medianos propietarios de minas marchando por las calles de Sutatausa, lanzando arengas contra Santos y Uribe, esta vez no tuvo la oportunidad de participar dentro del movimiento de los productores agropecuarios y mineros.

Alguien dijo que:  ”(…)Hasta el reciente paro agrario, nos permitió observar el enanismo acumulado de la “izquierda”, cuando las grandes masas populares, en actitud autónoma, desbordaron y pasaron por alto, en gran medida, cualquier posibilidad de “direccionamiento”, pero también, y no debemos llamarnos a engaño, un levantamiento más parado en conceptos pequeñoburgueses que otra cosa, mas no por ello dejando de ser un levantamiento revolucionario”. Un abrebocas para profundizar en la realidad que se presenta en una zona de grandes contrastes.

Sutatausa es la puerta de entrada a los fértiles valles de Ubaté y Chiquinquirá y asiento del mayor número de obras de arte rupestre en el país. Su historia es ejemplo de resistencia ancestral,  aproximadamente cinco mil  muiscas habitantes de este altiplano antes que ver mancillada la honra de sus mujeres, por parte de los invasores españoles, se lanzaron en caída libre de más de trescientos metros desde sus farallones. ¿Será que la nueva independencia comienza avanzar hacia el Sur desde el Norte de Cundinamarca?

El gran interrogante es qué va a pasar una vez termine el paréntesis que han abierto los voceros agrarios, en espera de las soluciones a la problemática social especialmente de los campesinos. Y sabemos que no está en manos del gobierno las soluciones, el puesto de mando está muy al Norte. A la pregunta, ¿Y si el gobierno no resuelve sus peticiones, qué van hacer ustedes? Un productor de papa contestó: “Pues Santos nos tendrá que matar porque vamos a sacarlo del Palacio de Nariño, y no habrá ESMAD ni ejército que nos detenga”. Puede sonar a bravuconada, pero lo cierto es que ya demostraron estos campesinos que cuando se levantan  avanzan como una falange temible e incontenible.