sábado, 22 de febrero de 2014

EUU financia un golpe de estado contra Maduro y la revolución bolivariana

La derecha fascista intenta una caricatura de la Reforma Naranja en Venezuela
EEUU financia  un  golpe de estado contra  Maduro y la revolución bolivariana


|Por Diego Olivera |

Nuevamente Venezuela sufre los efectos del intervencionismo de EEUU, a través de sus lacayos criollos.  En estos casi 15 años de gobierno bolivariano, no habido tregua por parte de este sector fascista, encabezado por los cuatro jinetes del apocalipsis (que traían el hambre, la peste, la muerte y el dolor a la sociedad humana). Leopoldo López, Henrique Capriles, (la yo no fui), María Corina Machado y el legendario Antonio Ledesma (ex adeco y todo), se pelean la fantasmagórica opción de ser el candidato del gobierno de transición en Mayo, suponiendo con antelación la renuncia del presidente Nicolás Maduro. 
 
Bajo el auspicio de fondos de EEUU a los grupo de “estudiantes”, con más de 120 mil millones de bolívares, para pagarles 3000 bolívares diarios a paramilitares y a malandros (lúmpenes desclasados), armaron una estrategia de estudiantes vestidos de blanco, que “de manera pacífica”, marcharon por Caracas agitados por Leopoldo López exigiendo la caída de Maduro. Pero a continuación de este show publicitario, se dio la orden del ingreso de los anti sociales rentados, que encapuchados atacaron a cualquier ciudadano venezolano, con piedras, cocteles molotov, quema de cauchos (gomas o llantas y vehículos.  Pero López y su grupo de los 4, intentan achacarle a los colectivos sociales y sectores populares, estas acciones, en prensa nacional e internacional, para crear un espacio de intervención extranjero de la OEA y EEUU.

Esta técnicas de crear falsos positivos (culpables) no son nuevas en la historia del imperialismo y el fascismo.  Las técnicas del fascismo alemán eran de buscar falsos positivos, tal como lo hicieron en el auto atentando del Reichstag, (acusando a los comunistas de la acción) para realizar un golpe de estado con las hordas hitlerianas.  De la misma manera, según ellos la crisis económica alemana era culpa de los judíos, por lo cual mataron a millones en el holocausto. 

Pero EEUU bajo su seudo modelo democracia, ha creado falsos positivos en la Invasión a México, para apropiarse de las tierras de California y Nuevo México, también invadieron Centroamérica bajo la política Monroe (América para los americanos) que era una política de conquista. En estas nuevas décadas del siglo XXI, EEUU con las manos libres ha impuesto la guerra en  Libia, en Siria, en Ucrania, apoyando a grupos controlados por la CIA y otros organismos de espionaje, para generar las reformas (no revoluciones) Naranjas.  De la misma manera lo intenta realizar en Venezuela y en el resto de América Latina y el mundo. 

El Departamento de Estado  asume su postura intervencionista

La respuesta de EEUU ante los hechos de violencia de la derecha en Venezuela no se hizo esperar, porque el padre de la criatura fue rápido para querer imponer sus condiciones intervencionistas. Por eso transcribimos el mensaje de  John Kerry,   Secretario de Estado desde Washington, DC, enviado el 15 de febrero de 2014: “Los Estados Unidos están profundamente preocupados por el aumento de las tensiones y la violencia que rodea las protestas de esta semana en Venezuela. Nuestras condolencias a las familias de las personas muertas como consecuencia de esta violencia trágica. Estamos particularmente alarmados por los informes de que el gobierno venezolano ha arrestado o detenido decenas de manifestantes en contra del gobierno y emitió una orden de arresto contra el líder opositor Leopoldo López. Estas acciones tienen un efecto negativo sobre los derechos de los ciudadanos a expresar sus quejas pacíficamente. Nos unimos a la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y otros, en la condena de esta violencia sin sentido. Hacemos un llamado al gobierno venezolano para proporcionar el espacio político necesario para un diálogo significativo con el pueblo venezolano y para liberar a los manifestantes detenidos. Instamos a todas las partes a trabajar para restaurar la calma y que se abstengan de la violencia.”

La repuesta del gobierno venezolano es no aceptar la Injerencia de EEUU 

Ante este mensaje, Maduro manifestó lo inaceptables que son las exigencias presentadas por EEUU al pueblo venezolano. "Mandé a responder diplomáticamente, como debe ser. Le mandé a decir al Departamento de Estado: No acepto amenazas de nadie en este mundo; no habrá fuerza que nos detenga a los bolivarianos venezolanos en la tarea de hacer justicia y vencer al fascismo; y estamos dispuestos a llegar hasta la última consecuencia en la defensa de la paz, nuestra independencia y nuestra democracia. Que se entienda en el mundo”.

Resaltó la necesidad de demostrar una gran lección de dignidad exigiendo el respeto de los derechos, independencia y soberanía conquistados por los pueblos de América Latina y el Caribe. "No vendrá ningún gobierno del mundo a fijarnos pauta... Cuando uno actúa con firmeza y no se deja chantajear, el monstruo avanza y muestra su cara real. Eso fue lo que pasó hoy. El monstruo mostró su verdadero rostro", tras reiterar que “la defensa de los derechos humanos no es el propósito estadounidense”.

La presencia de fondos de EEUU a la subversión fue comprobada

El canciller Elías Jaua denunció en una rueda de prensa en la Cancillería,  que “El Gobierno de Estados Unidos (EEUU) financia a grupos violentos en Venezuela, que se esconden bajo la fachada de organizaciones civiles. Enumeró correos electrónicos enviados desde la Embajada de Estados Unidos en Caracas al Departamento de Estado, en los que se evidencia el apoyo que ha dado este país a supuestas asociaciones venezolanas”.

Mencionó un mensaje enviado en 2009 con un documento llamado “Puntos Estratégicos del Equipo en el país para el apoyo programático de los Estados Unidos a los sectores juveniles de la oposición venezolana”, donde se manifestaba que "Hemos apoyado a cerca de 30 organizaciones civiles venezolanas, con apoyo técnico, construcción de capacidad, conectándolos entre sí y con los movimientos internacionales y apoyos financieros de por lo menos este año 15 millones de dólares"

Jaua precisó además que “El Gobierno venezolano posee la lista de las organizaciones fachadas que sirven para recibir el financiamiento del Gobierno de Estados Unidos y posteriormente transferir eso a los grupos violentos que se han organizado dentro de algunas universidades y otros sectores juveniles".

En el marco de la rueda de prensa se informó que en el  2011 se realizó una solicitud de fondos adicionales para ayudar a fortalecer las organizaciones juveniles de la sociedad civil. En ese informe se decía que "El total de fondos del año fiscal 2010 para estos programas es de 57 millones de dólares, dado que vienen las elecciones (2012), se requiere incrementar en, al menos, 30 millones adicionales los financiamientos para incrementar los esfuerzos de cara a las futuras elecciones".

En ese marco conspirativo estadounidense Jaua manifestó que “Los tres funcionarios de la embajada de Estados Unidos expulsados de Venezuela tienen 48 horas para abandonar el país, dada su participación activa en la organización y promoción de los grupos de derecha que intentan generar violencia”. 

“Ellos son Breeann Marie McCusker, segunda secretaria de la embajada; Jeffrey Gordon Elsen y Kristofer Lee Clark, ambos vice cónsules, cuya expulsión fue  anunciada por el presidente Nicolás Maduro. Estos funcionarios activaron dispositivos en las universidades del país, donde se han focalizado las acciones de protesta de los últimos días, para realizar contactos con dirigentes que captan para entrenamiento, financiamiento y creación de organizaciones juveniles mediante las que promueven la violencia en Venezuela”.

Por ultimo el Canciller venezolano enfatizo que "Alertamos y activamos todos los mecanismos internacionales frente a la amenaza, condicionamiento e interferencia directa del Gobierno de Barack Obama en la actual situación de violencia y desestabilización que pretende crear una crisis política en Venezuela".

No importa la violencia y la muerte en los planes del fascismo y de EEUU

La irracionalidad del fascismo en alcanzar sus objetivos no tiene límite, solo el pueblo organizado en la calle, con las oportunas acciones del Presidente Maduro, los dirigentes políticos y sociales y la unidad cívico militar pueden enfrentar el plan suicida de la derecha. Porque el grupo de los 4 no tiene escrúpulos en asesinar a ciudadanos, estudiantes, apedrear metrobuses en líneas que trasladan a sus mismos votantes, quemar y controlar las calles de las Alcaldías y la Gobernación de Capriles y sus alcaldes, para intentar culpar a los grupos chavistas, alentados por la desesperación y la presión de EEUU por el control del petróleo venezolano.

Los gobiernos latinoamericanos han apoyado al gobierno de Venezuela ante esta nueva intentona golpista, una más en la historia de golpes en América Latina. Los logros de unidad en MERCOSUR, UNASUR, CELAC, han sido bofetadas a la política imperialista, por eso ellos atacaron la última Cumbre en Cuba, planteándola  como una traición a su modelo de “libertad y democracia”. 

El gendarme o policía del mundo, no tiene moral para hablar de libertad y democracia, porque su país niega los principios básicos de los derechos humanos, con la Ley Patriot, y manteniendo cárceles clandestinas en el mundo y en Guantánamo.  

Los pueblos latinoamericanos y el venezolano son conscientes de que solo la unidad y la solidaridad derrotará al mayor imperio de la historia. 
Tomado: El SALMON.
 

jueves, 20 de febrero de 2014

La izquierda parlamentaria de Colombia, amor de madrugada o un trasnocho épico?

 por Sara Leukos Jueves, 20 de Febrero de 2014
en Kaosenlared.net

     Es la lucha cotidiana por aquellas transformaciones de fondo y peso, los sujetos políticos en colectivo, de cara a lo público, se rebelan desde abajo, pero concentrados desde adentro en la vía hacia a la significación del poder político

Actualmente en este episodio de elecciones parlamentarias y presidenciales  abundan cifras,  analistas, estadísticas  y toda relación de análisis sobre el acontecimiento de las elecciones de 2014.  No voy a entrar en una relación de estos habitáculos de porcentajes, ingresos, relaciones espacio-temporales, análisis electoreros, los cuales los he leído y me han parecido pertinentes. Centro  más bien,  mi mirada  en esa  relación  política -existencial del llamado parlamentarismo de izquierda en Colombia y su relación con los colectivos.
Allí me voy a detener. En estos tiempos  de incansable lucha- uno se interroga-¿Existe una verdadera izquierda parlamentaria en  Colombia? – la verdad ante cualquier trazo de respuesta, recurro a una figura: uno no sabe, si sus protagonistas van como  hacia el encuentro de un amor de madrugada o están pasando un trasnocho, bajo palabritas y leyendas épicas. Esa izquierda  raída, actualmente en remiendo, presa, atrapada  en su propio tiempo, deambula como  un sonámbulo  a ciegas, sin encontrar a su amante eterno o quizás pasando ya por el ocaso de un trasnocho político. No lo sabemos. Los intereses protagónicos,  épicos deambulan de una orilla a otra, alianzas, acuerdos emergentes, tiempos de gloria, leyendas  épicas, muertes políticas,  memorias bajo el retozo de una lucha y, otros bajo un recuerdo pequeño burgués de ser  la voz reveladora que su clase les prodigó, afianzan su querer-ser en la historia anacrónica de Colombia. Allí en ese trazo,  como decía Atenea la diosa ojizarca en la leyenda  de Odisea: …verdad es que Ulises no ha muerto  en la tierra, antes bien, está preso con vida en el ancho océano, pues en isla que cercan las olas lo guardan infames y selváticas gentes forzando sus vivos deseos- Canto I.[1] Ante esta figura de Ulises, en medio del océano y bajo los acechantes anhelos electoreros, pregunto-¿ Verdaderamente  los partidos de izquierda  pueden generar una contra-propuesta, a la asechanza de los vivos deseos de una clase dominante ?- Por ahora me respondo- No. En absoluto. Hay un gran abismo, en lo que se dice y lo que se hace. Contravía lamentable, ante los desprotegidos y los  colectivos que como rio en buen cauce se atisban en  los movimientos  sociales. La izquierda parlamentaria no se atisba en los movimientos sociales, solo retoza en bastos espejuelos seudo-reformistas, donde narcisamente  se ven sus protagonistas; para realzar su historia en la anacrónica cara del  tiempo.
Los movimientos sociales y aún los pequeños grupos, están en un estado latente de participación; hacia un trayecto de  transformación, de cambio de sus propios propósitos. El fin, es hacia un encuentro con el poder político  como factor de lucha de clases. No es el gran salto de la rana. Es  lo contrario, se  advierte la  vivacidad colectiva que se inscribe en lo social y  da  un camino  al poder político popular. El debate se significa, hacia un mundo interno y organizativo del  trabajo  como lucha de clases y no bajo trazos partidistas, con ausencia pragmática que  bajo la barbarie del tiempo no logra advertir una  atención política en las esferas de lo público, a mi modo de la política pública que es donde subyace el ciudadano. Los partidos de izquierda,  abogan reformitas  bajo una indulgencia demagógica, donde creen  que hay poder político. Viven el terror del niño abandonado,  quizás  buscando el lugar  que se les ha negado, deseando  ser reconocidos a toda cosa, quizás hasta del  olvido  de lo que quisieron ser. A diferencia de ellos, se avizoran fuertes cambios, los  movimientos sociales trazan una rebelión desde abajo, hacia el sistema que produce pobreza, engaña, explota, roba y elimina. Es la lucha cotidiana por aquellas transformaciones de fondo y peso,  los sujetos  políticos en colectivo, de cara  a lo público, se rebelan  desde abajo, pero concentrados desde adentro en la vía hacia a la significación del poder político.  Esto último, el parlamentarismo de izquierda lo sub-comprende, no logra asumirlo, su capacidad de conquista del poder político, está fraguado por  fragmentaciones programáticas bajo la ausencia de un pragmatismo y el abandono de una verdadera crítica de la política pública dominante. Así, en esa medida no es posible  que advierta  una crisis,  y no se acerque a un trazo político subversor, revelador.
Las actuales elecciones, en la representación de la izquierda en Colombia,  no se encaminan bajo una democracia, es una comedia  de elecciones. En el fondo es una puesta en escena del poder político ocasional, anacrónico y de visión estrecha a interés capitalistas. Así Colombia subyace en una retórica vulgar, bajo un  tiempo oscuro que no logra salir, permeada en una escisión histórica y perpetrada por un  protagonismo, que  bajo el obscurantismo de una clase dominante se asila sin encontrar el  camino. El trazo en el tiempo es intermitente y  la  otra línea, la de un pueblo está  en un hilo  denso, que de forma continua sigue  halando  sus proyectos.  Allí no hay una ruptura, solo existe  un laberinto del tiempo. El gran reto en los movimientos  sociales es un trayecto  organizativo, con un papel de unidad y diferencias que  respiren  bajo  un punto esencial, común: el poder político. Este siglo, es el de las movilizaciones sociales, trazado en  rebeliones,  bajo  nuevas formas y   lenguajes contra el tiempo. Es la tendencia de instrumentos sociales, un  paso hacia  lo nuevo, buscando y vertiendo nuevas rutas culturales y buscando la autenticidad propia. En este escenario  los partidos de izquierda están ahogados en una conciliación espacio-temporal, para  bajar al remanso de trasnochos mal vividos y sosteniéndose bajo la presencia  y coqueteos de amores políticos. Una izquierda raída, que no tiene la capacidad de ahondar contra el conformismo, todo lo contrario lo retiene desde  su incapacidad, no decanta una verdadera política pública a los intereses de lo popular. Concilian con una vida burgués y cómoda públicamente, solo excepciones logran salir, pero en un  marco abierto no trascienden a  la esfera de lo político hacia una ruta de lo público. Inmersos en un protagonismo extendido por la historia y al lado, bajo una interlocución  con un heredado servilismo político de la clase dominante  enclaustrado con los fines ruines  del capitalismo.
Es necesario decir, ante esto -el actual parlamentarismo de izquierda, no tiene un acervo crítico en materia de política pública, tema que  se encuentra inmerso todo un pueblo por la lucha de la sobrevivencia, en los tentáculos de la privatización  que hace el gran capital. La repetición de un tiempo, la votación como  condición aritmética,  no es  proponer. Sin duda, están más preocupado por las logias exponenciales de cortes aritméticos, de resultados que por el sentido del  que-hacer político.
Existen enorme dificultades para trascender la realidad, hacia los   planteamientos a modificar el orden  de las cosas existentes. Ante ello, actualmente, el gran desafío está bajo el hilo de una memoria colectiva y política, seguramente con contradicciones  y giros políticos internos, es generar nuevas rutas culturales y de gran significado de identidad política. Allí, los colectivos están de cara hacia la barbarie capitalista, contra la sombra perpetrada por una clase dominante que explota, somete y elimina bajo una seudo-democracia, limitada y atrapada en sus propios intereses. Sin duda, el  siglo XXI, no es  una adaptación  hacia las viejas  explotaciones  de la tierra o a la repetición de represiones llevadas por ese mal, situado en  un hilo histórico abrumador del capitalismo. Es el tiempo, en la continuación de nuevas rutas, de rebelión en el escenario por la defensa de los territorios, el medioambiente, la defensa de la explotación de los suelos, los nuevos cauces de identidad y la cultura bajo otras expresiones.  La diferencia de un lugar, la aceptación de otros diferentes, en la lucha social imprimen la ruta del poder político. Es la alternativa que no está esencialmente en una representación parlamentaria, tibia, gaseosa, sino que yace en la capacidad de los sujetos políticos,  por un mundo menos acechante y hacia un fin más revolucionario que permita una democracia más concebible y posible. El  desafío de la lucha social,  se extiende  en la rebelión insustituible,  desde adentro ante el cíclope histórico que obnubila, ante la barbarie del tiempo, en el  destino de unos  y el  reto de otros- como escribiría Homero en su canto IX-
Los cíclopes  no tratan de juntas ni saben de normas de justicia, las cumbres habitan de excelsas montañas, de sus cuevas haciendo mansión; cada cual da la ley a su esposa y sus hijos sin más y no piensa en los otros.
Saraleukos@yahoo.com


[1] (Homero, 1993)

miércoles, 5 de febrero de 2014

¿Catalepsia del Sector Agrario?


Libardo Sánchez Gómez

Ad portas de nuevas elecciones en las que, seguramente, se  reelegirá al presidente juan Manuel Santos y a la mayoría de parlamentarios,  el país vive una calma chicha, sacudida a medias por el ucase  inquisitorio del procurador Ordoñez en contra del Alcalde mayor de Bogotá Gustavo Petro y por las “chuzadas” del ejército a líderes de izquierda y a los mismos “chuzadores”. El asunto de las chuzadas a los opositores,   al igual que el paramilitarismo, es una política de Estado de vieja data. Sólo que esta vez se le salió de madre a Juan Manuel Santos, pues el infantil  ministro de guerra Pinzón realizó la travesura de dejarle llegar la información al ex-extraditable No.82, de tal manera que los chuzadores resultaron chuzados. Sabido es que los interlocutores de los insurgentes llevan nano cámaras y  grabadoras escondidas entre los dientes, uñas, solapas y estilógrafos, la información captada es suministrada a la “sala gris”, léase central de interceptaciones del Ejército Nacional (Revista Semana.com) y a la ciber inteligencia gringa.  Y ojo guerrilleros con los apretones de mano de la contraparte, a desinfectarse electrónica y radiológicamente, pueden llevar micro-agujas oncogénicas hipodérmicas, como las que inyectaron el cáncer  a Hugo Chávez.
  
Juan Manuel Santos    a lo largo del 2013 enfrentó imparables protestas de diversos actores sociales, pero principalmente de los productores rurales; estos últimos amenazaron, en su momento, el futuro político del presidente; en aquellos días nadie daba un maravedí por su futura reelección. Pero hábilmente   pudo sentar  a los campesinos en varias    mesas de negociación,  y con calculadas promesas logró adormecer  a cafetaleros, lecheros,  paperos,  mineros artesanales y pequeños transportadores. A pesar que el TLC con los gringos, florero de Llorente del alzamiento campesino, no ha sido modificado ni en una coma y que su desbocada locomotora  minero energética sigue a todo vapor, la resurrección de Santos es casi completa, y no tiene a la vista contendor que   amenace su palaciega estadía en la  Casa de Nariño.      Parece  que los diversos sectores agrarios inconformes    hubiesen entrado en un profundo estado cataléptico de carácter global.  Al respecto,   Andrés Dávila L (razón pública.com) dice:  “(…) pese al auge de la movilización social en 2013, resulta interesante ver cómo, de manera incluso ritual, mientras se adelanta el proceso electoral se ponen en stand by toda la agitación, todas las demandas, todo el impulso para desafiar al gobierno o al sistema. Hay una desconexión entre el sistema político y la situación social, es innegable, pero también unos canales que propician lo planteado”. Da la impresión que no se quisiera alterar el ánimo   electorero ni desafiar al destino, con la  masoquista esperanza de que Juan Manuel Santos sea quien continúe dándole  látigo al pueblo colombiano. Desde luego que son sólo apariencias, pues Dignidad Papera, que representa al sector rural de Boyacá y Valles de Ubaté y la Mesa Agropecuaria y Popular de Interlocución y Acuerdo – MIA han estado muy activas; los paperos hace unos días confrontaron en Tunja al candidato al senado el  ex presidente Álvaro Uribe, desnudando la pobreza moral e intelectual del “patrón” del ultraderechista partido Centro democrático.   Los  voceros de las mesas agrarias son sometidos a todo tipo de amenazas por parte del Estado, han detenido y encarcelado a varios de sus miembros acusándoles de ser  “Guerrilleros sin fusil pero armados con ideas”, “asunto más peligroso”,  según la fiscal del caso. A la fecha, las bandas paramilitares, por la cabeza de César Pachón, líder   visible de Dignidad Papera, ofrecen la friolera de 300 millones de pesos y por las del resto de voceros la suma de treinta y cinco millones.

 Los negociadores de la insurgencia en La Habana, actores de primer orden  de la realidad social que sacude a Colombia, también, saben  que  ni Santos ni ningún otro demonio   podrá   pactar nada con   sector social alguno; las decisiones fundamentales tendrán que discutirse directamente con Washington, Bogotá es un actor mudo incapaz de cambiar siquiera una letra al TLC, que permita aliviar la tragedia campesina;  a los títeres locales no les está permitido incidir sobre los intereses geoestratégicos de dominación global del imperio. El tamaño de las fuerzas militares, la presencia   militar USA  y de   las transnacionales a lo largo y ancho del país, el uso de bombas inteligentes contra el pueblo en armas  y el modelo neoliberal, no se discuten con los vasallos criollos. Pero la dignidad indica que el pueblo colombiano no tiene porqué negociar la soberanía  con ningún gobierno extranjero.   Así de tozuda es la realidad, no hay algo que se pueda negociar con las castas vándalas en el poder. Y da  lo mismo que asuma la presidencia el “falsamente positivo” Santos, el zombi Oscar Iván Zuloaga o la “bruja del 71”, como cariñosamente le dicen sus   seguidores, Marta Lucía Ramírez. La situación es que así  la insurgencia armada se desmovilice y los productores rurales se conformen con que el gobierno les compre unos bultos de papa y unos litros de leche nada cambiará, los cambios estructurales  vendrán después de otros años de arduas luchas populares.

Para conocer de cerca lo que está  pensando  el sector campesino de los Valles de Ubaté respecto de las próximas elecciones  volví a conversar con algunas de las personas que, con motivo del Para Agrario Nacional, me habían dado su opinión acerca de lo que estaba aconteciendo en aquel entonces (http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/search?updated-max=2013-09-29T17:22:00-07:00&max-results=7&start=31&by-date=false.) Doña María Gómez del sector  de las Juntas    Carupa, vecina de César Pachón,  mientras degustábamos un café cerrero, con desparpajo, acerca de la intención de voto en la zona, dijo _”mire sumercé… , yo no tengo tiempo p’a  perdeloo… en pendejadas P’al  señor presidente  y los congresistas    los campesinos solamente esistimos… un tantico…  antes de las elecciones y después desparecemos como desparece  el Fantasma del páramo”.
  
Le agradecí su opinión y la amarga pero reconfortante taza de café proveniente de Coper;  a propósito, los cafetaleros de este municipio, que sirve de muga entre Cundinamarca  y Boyacá, no existen ni siquiera para la paralítica Federación de Cafeteros.  Sin  hacer ningún otro comentario, enrumbé  con dirección a la vereda de Hato Viejo de Sutatausa. Hacia el mediodía el sol  en esa zona paramuna  ardía sobre el lomo de  jinete y caballo  como pinceladas de ají en carne viva.

Alrededor de la una arribé a la casa de don Arístides Villamil. Allí se encontraba, también,  de visita el zagalón Jaime Montaño, el mismo campirano que meses atrás me había dicho que no participaba en el Paro Agrario Nacional  porque  ya no   contaban como paperos,  “… de qué nos sirve hacernos pegar de la policía”; la papa que  cosechan   a duras penas satisface la demanda familiar;  también, me manifestó que   la guerrilla nos los recibía “porque… no servimos ni p’a  disparar papas bomba”.  Una copa doble de guaro destilado en un “sacatín” familiar (alambique rústico elaborado en madera de chusque) fue suficiente para desaparecer el sofoco.  Luego de hablar del intenso verano y de los bajos precios de la papa terminamos opinando sobre política. Y mientras el guaro apagaba  al sol  iba despertando la lengua.  Arístides, quien  cultiva papa “en grande”, contó que  “Dignidad Papera,  está promoviendo el voto en blanco”.  Y que si gana el voto en blanco     la intención es que cuando se repitan las elecciones nadie salga a votar.  Tras  beber en fondo blanco un vaso de guaro,  Arístides sentenció _ “P’a qué perder el voto…  una sola golondrina no hace llover”. Tampoco hice comentario alguno a las palabras que, bajo los efectos del guaro, pronunció el papero Arístides.

Cuando  el sol en la lontananza remontaba el páramo de Yasquín en  límites de Tausa y San Cayetano  decidimos con Jaime emprender camino hacia Chipaquín donde había dejado el campero en casa de la vieja Fortunata, madre del amigo labriego.   Menos mal que los rocinantes conocían bien los riscos de la peña de la Chipa, y bajaban con los frenos  bien puestos en las cuatro patas. Afortunadamente para manejar caballo, aún, no se necita jinete elegido, pues con la jala que llevábamos nos hubiesen confiscado los jamelgos. A eso de las seis de una  tarde  arrebolada  estábamos cabalgando por Pedregal, allí Jaime me indicó el barbecho donde los gringos, en el año2004  iniciando el primer mandato de Álvaro Uribe, con sus bombas de precisión desde el avión fantasma dejaron esparcidos los restos de más de 60 labriegos y guerrilleros mientras  cosechaban papa.


La vieja Fortunata estaba preocupada porque demorábamos más de la cuenta;   Ella conocía bien a su hijo, “cada vez que visita   al Arístides   es un milagro que no ruede por la Chipa”.  Nos tenía preparada una agua aromática de yerbabuena y papayuela, “güena…  p’a las  borracheras”. A la cena nos sirvió el conejo sudado del almuerzo.  Entre bocado y bocado fuimos tocando el tema de las próximas elecciones. La vieja Fortunata expuso sin tapujo su posición, _”Qué voto ni qué ocho cuartos, con este dolor de caderas que voy a  ir a martizaame por naa..”.  Mientras   agotaba el último sorbo de la pócima mágica_  con inusitada resolución  Jaime agregó, _  “no creo que tengan tanta plata p’a  pagar por la cabeza de toiticos los campesinos que tamos  listos p’a volver el Paro; esta vez sí voy a trompiar… con el ESMAD,  ya tengo lista mi honda de bejuco de tobachín”.   

Algunas precisiones sobre el voto en blanco: gana - gana para la clase dominante

Nelma Forero Sánchez

 Lo  que la clase dominante en Colombia denomina democracia es  la posibilidad de asistir a las urnas para elegir   representantes, que casi nunca representan los intereses de los electores.    Hace  40 años, año 1974, se realizó la primera elección presidencial después del pacto del Frente Nacional, y se siguen eligiendo y reeligiendo los mismos. El  pueblo colombiano   asiste cada cuatro años  a las urnas convencido de elegir a quien le  representa,  y la clase dominante aprovecha el hecho para mostrarle al mundo que en Colombia existe democracia, ya que también participan las “izquierdas”; claro que sin posibilidad real de acceder al poder, estas jamás han obtenido más del 10% de las curules en el Congreso;  no se les ha permitido constituirse en una verdadera opción presidencial,   la clase dominante   ejerce  su dominio de manera excluyente, sin dudarlo, cuando siente amenazados sus privilegios,    elimina  a los opositores    con balas o con  “leyes”.

La situación de hoy es un poco diferente, la amenaza para las castas en el poder no proviene del 10% que apoya a “las izquierdas”, los intranquiliza que el 55%  de electores  no quieren seguirlos; la opinión desafecta está dividida así: el  30% está decidida a votar en blanco y  el 27% permanece indecisa; en este escenario, una de las probabilidades es que el voto en blanco resulte como el gran triunfador. Cabe  anotar que el tarjetón trae dos posibilidades de VOTO EN BLANCO,    la que el CNE llama el voto en blanco general, en esta aparece una casilla en blanco para marcar; y  la otra opción es la que trae el logo-símbolo del grupo de ciudadanos promotores del voto blanco. Los  votos marcados en esta casilla con logo-símbolo serán contabilizados para la reposición en dinero a los promotores inscritos, mientras que la casilla general no da dividendo   económico a nadie.

¿Qué otra cosa dicen las   normas  sobre el voto en blanco? Primero. El  voto en blanco se contabiliza para el umbral.  Segundo, para que pueda vencer el Voto blanco debe obtener la mayoría absoluta, es decir la mitad de los votos válidos más uno;   significa que el voto en blanco es más exigente que para cualquiera de los  candidatos, pues solo necesitan una mayoría simple, a no ser  la elección presidencial que exige ir a segunda vuelta.  Tercero. Si vence el voto en blanco  se deben repetir las elecciones,  a ésta nueva elección solo se pueden presentar los partidos que hayan superado el umbral, lo que significa que   los partidos pequeños y   los grupos de ciudadanos saldrán automáticamente del escenario “democrático”. Así  mismo, pase lo que pase, en la nueva elección  será elegido el que tenga la mayoría simple, sin importar que vuelva a ser triunfador el voto en blanco; solo se repite una vez la elección. 

¿Qué hace que la situación actual sea diferente? Pues que los que están decididos a votar en blanco son los electores que tradicionalmente han seguido a la clase dominante, entre ellos están los campesinos que apoyaron el paro agrario,    siempre   han ido a las urnas como un rebaño tras su pastor; estos están en el 30% que quiere votar en blanco. Se  escuchan voces de “izquierda” y de derecha indicándoles: “tengan cuidado, que no se sabe quién está detrás del voto en blanco”, también, se oyen voces diciendo que “es mejor dirigir el descontento hacia alguien y no al vacío”.

 En  cuanto al   27% de indecisos, unos no quieren ir a las urnas (abstención activa)  no le temen a la cacareada frase de que si no votan no pueden reclamar, Y otros quieren anular el voto “tachando todas las caras”;  esta opción tiene dos elementos uno que no suma para el umbral, pero sí cuenta para las estadísticas de participación; sin embargo, en cualquiera de los escenarios, “con cara gana la clase dominante y con sello pierde el pueblo”, si gana el voto en blanco se repite la elección ¿quién al final saldrá triunfador? Como siempre,  los partidos de las mayorías. Si se anula el voto ¿quién pierde? El pueblo, porque la clase en el poder justifica el voto nulo como fruto de la ignorancia del populacho en el manejo del tarjetón. Solo  la abstención activa, con participación en las calles,   puede generar conciencia, logrando que el pueblo por fin gane una.


Al margen de lo anterior quiero hacer una pequeña nota: El cálculo de probabilidades es una ciencia que permite realizar pronósticos, sirviendo como herramienta a la estadística; a través de encuestas, por ejemplo, se puede conocer lo que están pensando los electores;  y  el pronóstico  indica que uno de los partidos que no podrá alcanzar el umbral es el martirizado partido Unión Patriótica; ¿quién es el culpable?    Parece que “la vaca”.    A pesar de las certezas estadísticas  las actuales directivas,   torpemente, decidieron someterse al juego electorero; las bases, que recuperaron la Personería Jurídica y que fueron sacadas a sombrerazos,  señalaron claramente que la UP no debería ir a elecciones hasta tanto no se recompusiese el Partido y fuese reparado en su totalidad so pena de volver a perder dicha Personería,    parodiando al humorista uruguayo Hebert Castro: “se le dijo, se le advirtió, se le informó, se le anunció, se le aconsejó, se le recomendó”, y  las flamantes directivas,   como “el pobre Peraloca” no hicieron caso.    Aún están a tiempo de enmendar el error; tampoco es justo que expongan la vida de más upeistas.  Teniendo  el pleno convencimiento de que la UP perderá la recién recuperada Personería Jurídica, deberían retirar las listas a la Cámara de Representantes; las serias amenazas contra la vida de   miembros y candidatos y la falta de recursos  hacen  que la UP vaya a las elecciones en condiciones desventajosas, siendo un argumento suficientemente válido para no participar en las próxima contienda electoral.

jueves, 30 de enero de 2014

LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA Y LA DOMINACIÓN CULTURAL CAPITALISTA

Homar Garcés
 
 
Gran parte de los apologistas del capitalismo han supeditado el desarrollo económico, tecnológico, científico y social de nuestra América al tutelaje neocolonial o semicolonial del capitalismo estadounidense como fórmula única para alcanzar dicha meta. Sin embargo, tales apologistas obvian que el capitalismo implantado en estas naciones es un calco mal hecho, una caricatura del capitalismo desarrollado por Europa y Estados Unidos; un capitalismo que se sustentó y expandió, por cierto, a costa de la expoliación de los recursos y de los pueblos del resto del mundo. Esto lo aceptan e interpretan -a su modo- como una necesidad histórica ineludible y hasta plausible que les permitiría a los países periféricos disfrutar de mejores estándares de vida material, aun cuando se mantengan intactas sus condiciones de dependencia respecto al mercado regido por las grandes corporaciones transnacionales. Tal posición supone, además, una resignación ante la auto-atribuida superioridad racial, religiosa, filosófica y científica proveniente de Europa y adoptada por Estados Unidos, a tal punto que ello ha tenido una incidencia importante en la psiquis de muchos gobernantes y gentes de África, Asia y nuestra América como reflejo de la dominación cultural del sistema capitalista, en lo que podríamos calificar de subjetividades controladas.

Por tal motivo, al plantearnos llevar a cabo una revolución socialista en cualquiera de nuestras naciones, hay que tener en cuenta que no basta con la implementación de medidas gubernamentales que amortigüen los efectos perniciosos del capitalismo, dándole un “rostro humano”, como suelen citar muchos reformistas, creyendo que así se acabarán eventualmente los múltiples problemas causados a la humanidad y a la Tierra por el capitalismo. De allí que sea requisito inexcusable de toda revolución socialista iniciar, simultáneamente, una revolución cultural que sustituya los paradigmas del capitalismo, esa lógica ideológica de la dominación imperial-colonialista que perdura todavía en algunas mentes (incluyendo a ciertos “revolucionarios”). En este caso, se impone la apertura de espacios al pluralismo y la diversidad étnico-cultural en correspondencia con la realidad hibridizada de nuestros pueblos, al mismo tiempo que se luche por despojar a cada uno de estos últimos de ese papel de consumidores y simples productores que les asignó el sistema capitalista desde hace siglos.

Así, a la hegemonía étnica, social y cultural instaurada a sangre y fuego por los conquistadores europeos, y continuada por el imperialismo yanqui desde casi el momento de independizarse nuestra América del yugo hispánico hay que oponerle otra que sea extraída de la historia de nuestros pueblos. Por lo tanto, la dominación cultural capitalista tendría que ser contrarrestada mediante una praxis transformadora que reivindique el derecho a existir de nuestros pueblos como pueblos soberanos, al reconocimiento pleno de su vasta dimensión creadora y re-creadora, y a sus más sentidas reivindicaciones históricas. Esto permitiría, a la larga, deslastrarse de la dominación cultural capitalista, creando una crisis de legitimidad de la misma que se pondría de manifiesto cuando los oprimidos y excluidos tomen plena conciencia de su situación actual y rompan el consenso logrado a través del tiempo por los sectores dominantes bajo el capitalismo, tomando -en consecuencia- conciencia para sí, produciéndose entonces la revolución socialista que estaríamos construyendo.-           
 

 

domingo, 26 de enero de 2014

La guerra no es como la pintan ellos

http://www.farc-ep.co/


Es abrumadora la cantidad de información divulgada por los medios en torno a los golpes que las fuerzas militares colombianas, guiadas por los asesores norteamericanos, propinan continuamente a distintas unidades guerrilleras, particularmente a las FARC, en desarrollo del conflicto armado interno. El Presidente Santos se ha dado a la tarea de notificar él mismo, con inocultable satisfacción personal, los éxitos de sus tropas, advirtiendo cada vez que la ofensiva decretada no va a detenerse, sino que antes bien, será profundizada y extendida, descartando por completo cualquier posibilidad de un cese el fuego bilateral, al que considera altamente inconveniente.

Se hace evidente así la intención gubernamental de presentar a la opinión nacional y mundial una guerrilla asediada y derrotada, a la que con todo derecho se cobrará en la Mesa su incapacidad militar y política, negando de plano sus aspiraciones e imponiendo las condiciones de rendición ampliamente promocionadas desde el anuncio mismo de las conversaciones. En parte para taparle la boca a Uribe y su séquito, y en parte para aliviar las inquietudes de los sectores propietarios de la tierra, la industria y las finanzas, así como a las transnacionales inversionistas frente al proceso de La Habana, Humberto de La Calle recién volvió a reiterar esa posición del gobierno nacional.

El Estado colombiano impone unas condiciones salvajes en la confrontación, absolutamente desproporcionadas con relación a las capacidades de su adversario, visibles ante todo el mundo, pero hábilmente presentadas como desarrollos normales de una guerra contra organizaciones capaces de cualquier cosa. La asimetría de fuerzas no pone de presente la fortaleza del Estado o su legitimidad, sino su enorme debilidad política y su falta de argumentos morales. Es increíble que cuando publicitan un número cada vez más reducido de guerrilleros desmoralizados a vencer, estén predicando y aplicando el incremento de sus tropas y recursos de todo orden a fin de lograr reducirlos. Tras los arrasadores bombardeos se oculta un angustioso desespero.

Es que la guerra real, no la de los boletines para la prensa y la televisión, no se está librando del modo como la pintan ellos. Hay que poner de presente que el ministerio de defensa ha asumido la posición de callar y ocultar los golpes propinados por la insurgencia a su aparato de muerte y terror. Los helicópteros, por ejemplo, se están cayendo por obra de accidentes y casualidades, cuando no se puede ocultar su caída, o sencillamente jamás son alcanzados por el fuego guerrillero. El pasado 22 de diciembre, en el área rural de Briceño, Antioquia, fue destruido por completo uno de ellos cuando se aprestaba a desembarcar tropas en operaciones ofensivas contra unidades del Bloque Iván Ríos.

Pese a que la respuesta defensiva tuvo lugar en el curso del cese el fuego unilateral, el Ejército, por temor a la divulgación del fracaso, se abstuvo de denunciar el hecho como una violación a la palabra empeñada por las FARC-EP, uno de sus recursos habituales de difamación. Igual podría decirse del aparato derribado el 9 de enero por unidades conjuntas de las FARC y el ELN en el área rural del municipio de Anorí, que el alto mando militar prefirió atribuir a cualquier otra causa para evitar que se conociera el desplome de su plan de desembarcos de tropas a distancia. Cada día es más claro que la apelación al recurso de los bombardeos masivos no obedece a otra causa que a la incapacidad del Ejército Nacional para golpear sobre el terreno a la insurgencia.

Evidencia de ello fue la explosión de un minado el 24 de diciembre, en el que cayó buena parte de los comandos que pretendían avanzar en secreto contra unidades de las FARC en el mismo municipio, hecho que obligó al mando de la Operación a ordenar que se recogieran en helicópteros todos los comandos de tropas especiales que buscaban sorprender a la guerrilla en Anorí, Briceño, Campamento y Tarazá. Tampoco es válido, como lo hace con pretensión el Presidente Santos, considerar que con los ataques aéreos como el realizado contra unidades farianas en zona rural de Murindó el pasado 15 de diciembre, donde a las tres de la madrugada fueron descargadas 24 bombas, con saldo de un guerrillero muerto, se esté propinando la estocada final a las FARC.

Ni siquiera cuando el saldo final ha resultado más trágico, como en Puerto Rondón el pasado 18 de enero, puede decirse que las naves o las tropas de asalto se la cobran fácil frente a una guerrilla a punto de rendirse. En ese bombardeo del que fueron víctimas a la media noche, los guerrilleros del Décimo Frente Guadalupe Salcedo Unda combatieron con sus fusiles desde tierra a la aviación, logrando impactar tres aeronaves y alcanzando varios de sus ocupantes. Se sabe de un helicóptero Bell con ocho disparos en su fuselaje que aterrizó de emergencia en Rondón con un capitán herido en el estómago y un soldado afectado en un brazo. Otro llegó a Arauca con dos soldados contraguerrillas muertos. La pelea, como se ve, es peleando, resistiendo y avanzando.

Los militares contaron dentro de los cadáveres el de Franklin, contra quien se dijo se había realizado la operación, pero su cuerpo no pudo ser encontrado ya que sobrevivió indemne. Como el de Edinson Romaña, de quien se aseguró, incluso varios días después, que había perecido en el bombardeo que sufrió su unidad en el Meta. Ese día, 4 de enero, acababa de retirarse del lugar el representante de Arroz PTC del Huila, quien en perfidia con el Ejército Nacional había acudido a negociar el pago de la ley OO2. Es obvio que llevaba el dispositivo localizador. Pese a los 5 aviones Kafir que se presentaron lanzando bombas de llovizna y a los inmediatos desembarcos de tropa en helicópteros, los combates se prolongaron por cuatro horas hasta las ocho de la noche.
Se conoció de tres helicópteros averiados durante ellos, así como de seis militares muertos y otros ocho heridos, resultados negativos que desde luego jamás se dan a conocer. Además, considerando que la confrontación no es puramente militar sino fundamentalmente política, la arremetida santista contra el movimiento popular, ampliamente denunciada durante los últimos días, con decenas de muertos, amenazados y perseguidos, habla también de un pueblo que manifiesta su inconformidad y se organiza para la lucha. Mucho se dijo sobre el crecimiento de las FARC en los años 90, pero poco se valoró la oleada de crímenes oficiales impunes contra la UP y el movimiento social. Ahora parecen empeñados en repetir lo sucedido en aquella trágica época.

Quizás no vaya y les resulte una consecuencia semejante. La violencia oficial siempre generará la lucha, así que para alcanzar la paz es requisito esencial poner fin a ella. Sólo así podrá conseguirse terminar con el conflicto. Lo demás es perdido.

Tomado rebelión. http://rebelion.org/noticia.php?id=179926 

miércoles, 22 de enero de 2014

¿En qué quedamos? ¿Las FARC-EP van ganando o perdiendo?

Análisis riguroso hecho por Antonio Gutiérrez sobre la capacidad militar y política actual de las FARC EP. Si las conversaciones no conducen a acuerdos, como las actuaciones del gobierno lo indican, la guerrilla está en capacidad de resistir (a la ofensiva) durante, por lo menos, otro medio siglo o hasta cuando la oligarquía entienda que es negociando como solucionamos el problema estructural socioeconómico que afronta nuestra sociedad.




Dos versiones totalmente contradictorias, al menos en apariencia, circulan respecto a la situación militar de las FARC-EP en Colombia. Por una parte, el santismo y sus patrones en Washington plantean que, debido a los bombardeos aéreos, la guerrilla campesina está diezmada, desarticulada, patas para arriba (como diría el artículo reciente del Washington Post); en pocas palabras, derrotada [1] . Politólogos que posan de expertos del conflicto, pero que son en realidad propagandistas de oficio del ejército, repiten continuamente el libreto escrito por los generales. Por el contrario, el sector uribista plantea que esa era la situación hasta el 2010: desde entonces el movimiento guerrillero se habría recuperado “milagrosamente” de su embestida casi mortal debido a la pusilanimidad de Santos y que hoy estaría, en palabras del delirante Rafael Guarín, "ganando la guerra" [2] . Todos los días manosean estadísticas que demostrarían la capacidad de los insurgentes de golpear duramente al ejército: desde hace algunos años el ejército termina con unas 2.500 bajas anuales y el número de ataques, acciones ofensivas y ataques a infraestructura van también en alza sistemática. Y mientras durante el gobierno de Uribe Vélez los cadáveres de guerrilleros eran exhibidos con placer sádico en los medios, ahora a través de las redes sociales comparten las imágenes de soldados y policías mutilados en medio de acciones bélicas.
¿En qué quedamos entonces? ¿Las FARC van ganando o perdiendo? El problema, realmente, está en la misma manera de plantear la pregunta, que refleja una visión errónea del conflicto, como si fuera un enfrentamiento entre ejércitos, dejando de lado la compleja dimensión social de éste, así como su naturaleza irregular. Ambas visiones, aparentemente opuestas, están también íntimamente unidas al derivar más de un afán propagandístico que de un análisis objetivo de los hechos. Pese a la obsesión colombiana por el pensamiento maniqueísta, polarizante, la realidad del conflicto es bastante más compleja como para ser reducida en la fórmula simplista de “ganar o perder”.

Algunas precisiones sobre el estado del conflicto hoy  
Primero que nada, el conflicto colombiano no se resuelve en lo militar: es de carácter político, profundamente arraigado en cuestiones económicas, sociales, estructurales de la realidad colombiana. Por lo mismo, su solución no pasa por el campo de lo militar como un fenómeno aislado, sino por procesos sociales, de cambios estructurales, que alteren las raíces de la violencia política. Eso es, en resumen, la solución política. Ahí se equivocan de medio a medio los uribistas cuando creen que la cifra de policías o soldados muertos, por sí solas, acercarían a las FARC-EP al triunfo en sus propios términos.
Segundo, porque el nuevo cambio de tendencia en la guerra se comenzó a experimentar desde el segundo semestre del 2008 en adelante, es decir, a mitad del segundo período de Uribe Vélez. Desde entonces las acciones militares de la insurgencia vienen en alza y son cada vez más letales sobre las fuerzas armadas, con un efecto devastador sobre ellas en muchas partes, desmoralizándolas, exasperándolas, frustrándolas e impulsándolas a la retaliación ciega contra la población civil. El cambio de tácticas ha incluido francotiradores y una auténtica revolución en los explosivos mediante la creación de unidades tácticas de combate, comandos de élite como los “pisa suaves” y una mayor flexibilidad organizativa [3] . El Estado puede golpear a los insurgentes sólo desde miles de metros de altura, mediante bombardeos aéreos, que reciben una impresionante cobertura mediática, a diferencia de la situación muchísimo menos favorable de los soldados de a pie.
La ineptitud de los analistas para entender la nueva realidad del conflicto se refleja claramente cuando el cambio de táctica lo entienden como una "muestra de debilidad" y no como una adaptación exitosa a la nueva realidad del combate, particularmente, al enorme poderío aéreo desarrollado en Colombia gracias a la injerencia y la “inteligencia militar” de los EEUU. En entrevista concedida a la revista Semana, Camilo Echandía, personaje muy vinculado al gobierno de Uribe Vélez, por ejemplo, plantea que con los atentados explosivos, los guerrilleros farianos “no están atacando a la policía por medio de incursiones a una población, con destacamentos de hombres que tengan capacidad de destruir el puesto y resistir la acción de la fuerza pública por un tiempo, como lo hicieron las FARC en muchas ocasiones en el pasado. Son acciones explosivas que ponen al descubierto la carencia de capacidad de acción militar y de control territorial [4] (opinión de la cual se hace eco el editorial del Espectador del 19 de enero) [5] . Precisamente el poderío aéreo y los modernos sistemas de inteligencia y satelitales de que dispone el Estado colombiano no permiten a los insurgentes grandes movilizaciones de tropas ni tomas guerrilleras de larga duración. Pero eso en una guerra irregular como ésta es irrelevante, pues la eficacia de la estrategia militar insurgente no se mide mediante ninguna de esas dos variables, sino por su capacidad de responder y golpear exitosamente al Estado y su patrocinador de Washington con sus propios medios artesanales.
La ilusión de la derrota militar de la insurgencia se cae por sí sola ante el peso de la evidencia, aún cuando las cifras oficiales estén claramente infladas –según el gobierno, habrían capturado más de 3.700 insurgentes en 2013, cifra a todas luces fantasiosa [6] . Como botón de muestra de la capacidad de golear de las FARC-EP, está la vergüenza que hicieron pasar a Santos en el norte del Cauca el 11 de Julio del 2012, al dejar en evidencia que no tiene el control de todo el territorio colombiano: tuvo que llegar a Toribío en helicóptero, pues todas las carreteras estaban tomadas por el 6º Frente de las FARC-EP, y dirigirse al país mientras silbaban balas por todas partes [7] . Tal vez esto no es exactamente una toma guerrillera, al estilo de Mitú, pero tampoco “fue el típico hostigamiento de dos o tres milicianos de civil que disparan un tiro o lanzan una pipeta y se camuflan en una casa. Fue un ataque protagonizado por grupos de guerrilleros uniformados que la fuerza pública no pudo repeler por tres días, ‘con 15 puntos de fuego’ contra el pueblo desde los cerros cercanos, según lo describió un oficial. Al menos uno de esos grupos, según los pobladores del lugar y varios militares que lo combatieron, tenía 30 integrantes.” [8] Este fue el contexto en el cual se dio paso, en unos meses, a las negociaciones de paz en La Habana.
El Estado, por el contrario, que ha buscado consolidarse militarmente en los territorios cuyo control ha arrebatado a la insurgencia, no consolida, es visto con recelo, desde hace un tiempo viene incluso perdiendo terreno ante el movimiento guerrillero que está hostigando constantemente. Es que en una guerra irregular como esta, la variable población/territorio, en relación a la cuestión del “control”, no es lineal.
Tercero, que pese a lo que plantean algunos analistas (que se basan exclusivamente en fuentes oficiales), las FARC-EP no está “patas para arriba” y descabezadas, como lo demuestra el reciente cese al fuego UNILATERAL decretado por los insurgentes por Navidad con el cual demostraron disciplina y control. El cese al fuego fue acatado a cabalidad, salvo algunas escaramuzas, pocas y sin mayor importancia, en su mayoría defensivas ante la demencial ofensiva militar [9] . Que lo hayan logrado mantener por un mes, con todo el rigor de la estrategia contrainsurgente colombiana redoblada, es algo asombroso. ¡Solamente León Valencia, funcionario oficioso al servicio del establecimiento, puede salir con el despropósito de recomendar a la insurgencia que decrete un cese al fuego (otra vez unilateral) todo este primer semestre de elecciones! [10] Una locura, si se toma en consideración la manera en que el gobierno reacciona a estos ceses al fuego. Para la insurgencia, hoy, abandonar la ofensiva militar donde la tienen y abandonar los hostigamientos donde no la tienen, sería una locura, sería pedirles que se dejen matar y bombardear de brazos cruzados. Valencia haría mejor, si realmente le importase la desgracia humana del conflicto con la cual se lucra como analista, en recomendar al gobierno de su amigo Santos negociar un cese al fuego bilateral.

Entonces, ¿en qué quedamos?  
  • Primero, en que las FARC-EP no sólo no están derrotadas sino que han absorbido las lecciones de casi 15 años de Plan Colombia, y han adaptado exitosamente su estrategia al nuevo escenario de guerra. Las negociaciones con las FARC-EP, contrariamente a lo que plantea el mismo Santos, no son muestra de debilidad sino todo lo contrario. Nadie negocia con una guerrilla derrotada militar o políticamente. Si no, ¿por qué el Estado ignora negociar con el EPL? Ese movimiento guerrillero sí que está diezmado aunque en el Catatumbo ha constituido un importante bastión. Si el gobierno negociara con guerrillas debilitadas, habría partido negociando con ellos.
  • Segundo, que el conflicto no es sólo militar, sino social y armado. Por lo mismo, la apuesta revolucionaria de las FARC-EP va mucho más allá de lo que ocurre en el campo de batalla y el conflicto mismo es mucho más dinámico y complejo que las insurgencias alzadas en armas (FARC-EP, ELN, EPL). No puede analizarse de manera unidimensional el éxito de la insurgencia, como si una derrota militar fuera, mecánicamente, una derrota política o viceversa. El actual momento demuestra que las FARC-EP no han sido derrotadas ni en lo militar ni en lo político, y que ambos componentes deben ser entendidos dialécticamente. Mientras el gobierno se limita a rechazar las propuestas del movimiento guerrillero en la mesa de negociaciones, son los supuestos "narco-terroristas", los "bandidos sin ideología" los que han desarrollado toda una serie de propuestas que demuestran que tienen una visión de una Colombia alternativa y una capacidad importante para hablar al país. Lo que buscan es que el otro país, el que vive más allá de las comunidades, resguardos, zonas de colonización, del mundo rural, los escuche. Nada de esto se resuelve con las armas.

La pregunta de si las FARC-EP ganan o pierden en lo militar está, de entrada, mal formulada. Solamente tiene sentido desde la perspectiva de aquéllos que, sin nunca haber puesto a uno de los suyos en la línea de combate, se lucran del conflicto y se benefician con una guerra sucia declarada contra el conjunto del pueblo.


NOTAS:
[4] http://www.semana.com/nacion/articulo/atentado-de-las-farc-en-pradera/371046-3 Esta entrevista es a raíz del atentado de Pradera, atribuido, sin pruebas a las FARC-EP. Sobre el particular, puede revisarse un artículo previo en el que se cuestiona la adjudicación inequívoca al movimiento guerrillero de este atentado en base a las amenazas paramilitares sobre personas de la comunidad esa misma semana, http://anarkismo.net/article/26636
[5] Insistiendo (sin pruebas ni investigaciones periodísticas) que el atentado de Pradera fue obra de las FARC-EP, repiten las opiniones de Echandía, insistiendo en “la falta de capacidad de la guerrilla para acometer las acciones que antes hacía con más facilidad: invadir pueblos, tomárselos a la brava, ganarle en número y en capacidad militar a la fuerza del Estado. No es así hoy: ponen una bomba cerca de una estación de Policía a ver qué pasa. Sí, es claro, las Farc están disminuidas en número y potencia.” http://www.elespectador.com/opinion/editorial/claridad-articulo-469432
[10] http://www.semana.com/opinion/articulo/leon-valencia-de-la-guerra-la-tregua-los-atentados/371162-3


(*) José Antonio Gutiérrez D. es militante libertario residente en Irlanda, donde participa en los movimientos de solidaridad con América Latina y Colombia, colaborador de la revista CEPA (Colombia) y El Ciudadano (Chile), así como del sitio web internacional www.anarkismo.net. Autor de "Problemas e Possibilidades do Anarquismo" (en portugués, Faisca ed., 2011) y coordinador del libro "Orígenes Libertarios del Primero de Mayo en América Latina" (Quimantú ed. 2010).