miércoles, 19 de agosto de 2015

GARCIA LINERA / Sobre el papel de las ONGs en Bolivia y su financiamiento

Publicado el 8/19/15 • en el tema EL MUNDO EN CRISIS • 

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ALVARO GARCIA LINERA / REBELION –
Estimados compañeros y compañeras:Agradezco la generosidad que han tenido por dedicar parte de su tiempo a elaborar una carta dirigida a mi persona, con el fin de proponerme un “llamado a la reflexión” respecto a mis declaraciones sobre el papel de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en Bolivia y su financiamiento.
Entiendo que se preocupan respecto a la libertad de expresión, pero considero que lo hacen en vano. Valga sin embargo la oportunidad, porque siempre es grato saber que los amigos se acuerdan de uno. Y digo que su preocupación es vana, porque en mis declaraciones sobre las cuatro ONG (Milenio, CEDIB, Fundación Tierra y CEDLA), ni ahora ni en ninguna oportunidad anterior, he planteado su cierre, expulsión o restricción alguna de su actividad. Bien saben ustedes que en Bolivia la libertad de expresión y asociación no solo constituyen derechos civiles, sino que representan componentes indisolubles de la vida, la historia y desarrollo de las sociedades democráticas, de las organizaciones y los movimientos sociales. La democracia misma solo se comprende e irradia sobre la base innegociable de la libertad de asociación y pensamiento.
Hoy, la democracia en Bolivia está alcanzando niveles de profundidad e irradiación extraordinaria, precisamente en el marco de la administración del Estado por parte de organizaciones sociales indígenas, campesinas, obreras, vecinales y populares, cuya vida se alimenta de la libertad de ideas y múltiples formas organizativas. Venimos de esa raíz. Y para quienes en tiempos neoliberales hemos soportado la represión y la cárcel por pensar diferente, está más que claro que el horizonte socialista y plurinacional solo puede construirse con base en la ampliación de los principios democráticos de libertad de pensamiento y asociación.
En este contexto ‒y haciendo uso de la libertad de pensamiento y expresión ‒ , he señalado que cuatro ONG mienten y camuflan su activismo político reaccionario bajo el manto de actividad “no gubernamental”. ¿Es que acaso no tienen derecho a mentir? Por supuesto que sí, pero yo también tengo derecho a denunciarlo, a denotar las falsedades escritas en sus “supuestas” investigaciones, que más se asemejan a decálogos de fe política o primitivos perfiles de estudio. En la misma medida en que los funcionarios de estas ONG tienen el derecho constitucional de hacer para-política partidaria desde esas organizaciones, yo tengo el derecho a develar que están jugando el papel de sustitutos de los partidos políticos de derecha, y que sus funcionarios no hacen más que reclutar adeptos mediante el ropaje de actividades hipócritas “no lucrativas”, ante su reiterado fracaso en la proclama política abierta.
Estas cuatro ONG bolivianas tienen todo el derecho a existir, funcionar, investigar e incluso a hacer política; sin embargo, nosotros tenemos el derecho y la necesidad ‒ así lo exige el movimiento popular que conduce el proceso revolucionario en Bolivia – de criticar su sorprendente encuadre ideológico en el discurso medioambientalista emitido y financiado desde los centros imperiales.
Todos coincidimos en que es necesario un orden socio-productivo que sustituya la lógica depredadora de la naturaleza impulsada por el valor de cambio. Pero acá existen al menos dos posiciones. La primera, correspondiente al discurso imperial, propugna que la plusvalía medioambiental que sostiene el desarrollo de los países del norte, sea pagada por los países del sur, congelando así la mejora de sus condiciones de vida y petrificando las relaciones coloniales de pobreza y sometimiento construidas a lo largo de siglos y aún vigentes hoy. Esta posición está claramente expresada en la propuesta medioambientalista de USAID respecto a la Amazonia [1], y en la sugerencia del gabinete de Tony Blair para la implementación de una administración transnacional en esa región. En contraste a esta posición, para las naciones indígenas soberanas, una nueva sociedad medioambiental solo será posible rompiendo la condición colonial de fragmentación y pobreza prevaleciente en los pueblos y naciones del sur. De lo que se trata es de crear una civilización ecológica mediante la combinación de saberes ancestrales y contemporáneos capaces de restituir un metabolismo procreativo entre naturaleza y naturaleza devenida en sociedad. Sin embargo, esto no se puede alcanzar simplemente imitando lo que sucede en el norte (ilusión desarrollista), ni mucho menos congelando las condiciones de vida de los pueblos del sur (colonialismo petrificado). Esta civilización solo puede surgir si somos capaces de proporcionar las condiciones materiales mínimas de existencia, de satisfacción de las necesidades básicas, que permitan liberar las capacidades creativas y cognitivas de los pueblos para la creación de los fundamentos de una sociedad ecológica, que no podrá ser más que de carácter comunitario y universal.
En ese sentido, a quienes sí he prevenido y advertido con la expulsión, es a organismos internacionales, ONG y gobiernos extranjeros que financian y se involucran en actividades políticas, que van en contra de los intereses del Estado Plurinacional de Bolivia y el proceso revolucionario del pueblo que se viene desarrollando durante los últimos diez años. Se trata de un principio de soberanía y dignidad elemental para cualquier Estado democrático y, mi persona, en tanto eventual servidor público, no solo está en el derecho sino en la obligación moral e intelectual de oponerse a cualquier tipo de injerencia en actividades políticas internas.
El núcleo del neoliberalismo contemporáneo, que ha destruido derechos, recursos y asociatividad social en el mundo entero, no es la sustitución de la soberanía nacional por un tipo de mundialización desterritorializada del poder. Basta ver las murallas de cemento y acero que los supuestos Estados desarrollados levantan día a día ante el flujo de fuerza de trabajo, para comprender que la soberanía nacional de todos los países intenta ser reemplazada por la soberanía nacional de unos pocos, que pretenden decidir sobre el destino de otros.
El restablecimiento de los principios de soberanía nacional, es decir, la autodeterminación, es uno de los pilares para el desmontaje del orden neoliberal en Bolivia. Nos referimos a la autodeterminación como Estado para definir la gestión de sus recursos y su modo de relacionamiento con otros Estados, y también a la autodeterminación social para definir su horizonte como comunidad política en la historia.
Esa es la razón principal por la que decidimos ‒ como gobierno soberano – expulsar al FMI de las oficinas privadas que tenía en el Banco Central de Bolivia (BCB); a la CIA, que tenía oficinas en el Palacio de Gobierno; al cuerpo militar norteamericano, que tenía su base extraterritorial en un aeropuerto en la Amazonía boliviana; a USAID y al embajador de los Estados Unidos, que conspiraba junto a grupos separatistas de extrema derecha, apoyando la división del país en micro-republiquetas bajo tuición extranjera.
La autodeterminación nacional es una dimensión de la autodeterminación social, y ninguna revolución podrá avanzar en la profundización de los derechos democráticos de la sociedad sin la consolidación de las condiciones de la soberanía estatal. Es imposible definir el horizonte interior de una sociedad (el posneoliberalismo, el Vivir Bien, el socialismo, etc.), sin definir su horizonte externo, sin ser soberano. Por ello, no podemos permitir que ningún gobierno foráneo, empresa u organización para gubernamental extranjera definan las políticas públicas del Estado Plurinacional de Bolivia. De lo contrario, nos estaríamos sometiendo a un neocolonialismo.
Todo este marco me permite regresar a mis comentarios sobre las cuatro ONG citadas, acerca de las que sostuve que mentían y defendían los intereses de la derecha política internacional. La preocupación suya es comprensible, pues les mintieron. Ustedes se alarmaron porque ellas les dijeron que yo había propuesto expulsarlas. ¡Nada más falso! A quienes sí advertí con la expulsión del país, es a organismos extranjeros que se entrometan en actividades políticas, que mellen la soberanía del Estado Plurinacional de Bolivia. Con esto queda plenamente demostrado que esas ONG mienten, y lo hacen de tal manera, que consiguen que personas bienintencionadas se sumen al discurso imperial orientado a infundir sospechas sobre la vigencia de las libertades democráticas y los derechos civiles de los regímenes revolucionarios y progresistas de América Latina. Asimismo, mencioné que dichas ONG hacían política partidaria de derecha, apoyando el discurso medioambientalista imperial. Una revisión somera de sus argumentos, comparados con los expuestos por USAID respecto a la Amazonía, comprueba aquello de inmediato.
Por tanto, ustedes comprenderán que así como respetamos la opinión política de todos los actores nacionales en Bolivia, en mi calidad de ciudadano –y más aún como servidor público ‒ no tengo por qué callar ni ocultar las mentiras de estas o de cualquier otra institución que dañe el proceso revolucionario perteneciente a las organizaciones sociales del país. La defensa innegociable de la revolución boliviana, interna y externamente, es para mí algo irrenunciable, como el mismo derecho a la libertad de expresión y asociación.
Lamento profundamente que hayan sido utilizados por estas cuatro ONG en su intento de simular una imagen autoritaria de ‒ bien lo saben ustedes ‒ uno de los países más democráticos del mundo. No obstante, si lo que está detrás de esta mala pasada es su buena voluntad para debatir horizontes revolucionarios o progresistas para nuestro país y el mundo, bienvenidos como siempre.
Un saludo afectuoso,
Ciudadano Álvaro García Linera
Tomado: http://www.contrainjerencia.com/?p=108493

martes, 18 de agosto de 2015

Héctor Navarro: “Están acabando la revolución desde adentro”

“El pueblo debe identificar a aquellos con visión revolucionaria genuina, crítica e independiente para tener una voz en la AN"


Profesor Héctor Navarro

PROFESOR HÉCTOR NAVARRO

Credito: Prensa Marea Socialis

17 de agosto de 2015.- Entrevistamos al Profesor Héctor Navarro y a la diputada al Parlatino Ana Elisa Osorio, ambos ex ministros del presidente Chávez y ex miembros de la dirección nacional del PSUV. Navarro “expulsado” sin derecho a defensa y sin juicio del partido, por ejercer su derecho a la crítica y Ana Elisa ignorada en el actual periodo.  Ellos son, actualmente, impulsores con otras personalidades del proceso, de la Plataforma por la Auditoria Pública y Ciudadana contra el Desfalco a la Nación. Hablamos de la crisis actual, de la situación del PSUV y de las próximas elecciones para Diputados y Diputadas a la Asamblea Nacional.  En esta oportunidad entregamos la entrevista al Profesor Navarro y muy pronto publicaremos la realizada a la diputada Ana Elisa Osorio.
¿Cuál es tu apreciación de la coyuntura actual?
Héctor Navarro: Yo diría que estamos atravesando por una crisis muy importante, que está dada por la coincidencia de dos factores económicos más un factor político que mencionaré luego.
El primero de ellos es la crisis del capitalismo a nivel global. Sin duda que hay una crisis estructural del capital, la lógica del capital está dejando de ser funcional. La velocidad de la acumulación de capital por la vía de la especulación financiera, es mucho mayor que la tasa de producción de riqueza. También, la tecnología permite que grandes capitales circulen sin que esos capitales sean una representación de lo que se ha producido como riqueza. Por esto estamos en una situación de crisis global, mundial.
El planteamiento del crecimiento económico como tal, es un planteamiento absurdo, puesto que la economía no puede crecer indefinidamente, ni ese puede ser un objetivo. En esta trampa han caído hasta los gobiernos de izquierda y economistas de izquierdas, cuando algunos que establecen que hay que crecer económicamente, sin tomar en cuenta que no es lo mismo crecimiento a desarrollo... nosotros tenemos es que desarrollarnos y así poder llegar a satisfacer nuestras necesidades.
Los países desarrollados son aquellos que le pueden garantizar a su población el acceso a todos los bienes y servicios, incluso los espirituales. Son países productores de riqueza
Eso por un lado, a nivel global.
El segundo factor a tomar en consideración, en el marco de lo que dije anteriormente, es la propia crisis de nuestro modelo rentista, que es un modelo que está agotado. Y que es una forma de acumulación que no sólo tiene efectos económicos, sino que tiene efectos en la mentalidad de la gente, a nivel cultural.
La revolución cayó en la trampa del propio modelo de acumulación. Independientemente de que Hugo Chávez haya logrado desviar cantidades importantes de la renta petrolera para la cancelación de la deuda social, no pudo controlarla en su totalidad. La revolución captó la renta, pero no generó riqueza.
También, gracias a la conquista que significó que se elevaran los precios del petróleo, elevamos a la par nuestros gastos. Ello hizo que nos acostumbráramos a tener gastos más elevados, que en momentos difíciles de bajos precios del petróleo como ahora, nos es sumamente difícil reducir, y mucho más difícil, adaptarnos a esta nueva reducción.
Este rentismo, es un modelo que castra las iniciativas productivas de las personas. Parte de nuestro drama, es que se crearon industrias que actualmente están paralizadas. Anteriormente se conseguían productos hechos aquí en Venezuela y ahora no, definitivamente algo sucedió allí...
Son estos dos factores los que están haciendo explosión en este momento, a los que se les suma un tercero, el factor político. Algo que Jorge Giordani dice que es el problema de la hegemonía. Yo creo que hemos perdido la hegemonía.
La Dirección Nacional del PSUV actualmente, según algunas cosas de las que me  he enterado, tiene dieciocho semanas que no se reúne... cuando Chávez anteriormente exigía que la misma se reuniera semanalmente, llegando incluso hasta a verificar la asistencia de todos.
Es así como la crisis está constituida por esos tres elementos. La crisis de la hegemonía, la parte política, la organización del partido. El que no se haya desarrollado una dirección colectiva del proceso y el poder popular, que funcione democráticamente. Eso trae como consecuencia que no haya respaldo político desde las bases hacia la dirección, y eso está produciendo un desgaste muy importante.
Para desgracia nuestra, y de la revolución bolivariana, coinciden esos tres factores.
El desgaste del modelo rentista en Venezuela produce efectos psicológicos importantes, que son entre otras cosas, que la gente esté insatisfecha en la calle. Hugo Chávez nos legó algo muy importante, dejó un capital político en la gente. Chávez aún está vivo en la gente.
En un sentido, Chávez fue al mismo tiempo, la fortaleza y la debilidad de la revolución.
¿Crees que la DN-PSUV está consciente de esta situación que acabas de describir?
HN: Es parte de la crisis de hegemonía. A mi modo de ver, hay un problema que también es fundamental en torno a lo cual gravita todo lo que dije anteriormente.
La CEPAL en su último informe -tengo las cifras- informa que desde 2006 al 2014 en Venezuela hubo una transferencia de capital hacia el exterior de doscientos mil millones de dólares, cifras que coincide con las que nosotros manejamos desde la Plataforma por la Auditoría Pública y Ciudadana, así como también con las declaraciones de Edmée Betancourt y con los datos que maneja Jorge Giordani.
Hay un déficit en lo político. Las imposiciones de las candidaturas en la AN, el hecho de que personas como Ricardo Sánchez sea candidato a diputado, ha causado grandes malestares en la juventud y en las bases del proceso.
Recuerdo que Hugo Chávez, más o menos por el 2011, a poco de fundado el partido, nos decía que había desviaciones capitalistas en el seno del partido, que había, lo que él mismo definió como un proceso de corrupción política.
La Dirección Nacional y Nicolás Maduro, con acciones como las que hemos visto que se han tomado en las candidaturas del partido a la AN, van en contra de la democracia del partido...eso es un paso hacia atrás.
La corrupción no sólo tiene elementos económicos, tiene elementos políticos. Después de todo, la corrupción forma parte del modelo rentista, y también pertenece a la lógica del capital. No es que esté negando el hecho de que haya una guerra económica, porque creo que la hay y está siendo promovida por el imperialismo y desde adentro de las instituciones. La cuestión es que le están haciendo el favor a la guerra económica desde adentro. Un ejemplo de ello son los escándalos de CADIVI y el Gral. Barroso, a quien no investigaron, sino más bien lo pusieron al frente de otras instituciones. El nepotismo dentro del PSUV y dentro del gobierno también se suma a este problema.
¿Qué importancia le asignas a las próximas elecciones a la AN?
HN: En medio de esta situación que acabamos de describir, hay también un “pa´lante y pa´trás” por parte del Presidente Nicolás Maduro. Yo creo que están asesorando mal al presidente, el sentido de todo lo que están haciendo es acabar con la revolución y lo están haciendo desde adentro. Es así como vamos hacia este próximo período electoral.
En ese sentido, hay que tomar la importancia que tiene la Asamblea Nacional, de ella dependen muchas cosas. Los resultados serán tan importantes para el gobierno como para la revolución, siendo esta vez el gobierno quien corre mayor peligro de perderse.
Chávez, quien era el que estaba para acompañar todas las campañas de los candidatos y candidatas a la Asamblea Nacional, y quien movilizaba a la gente, ya no está.
Que cayéramos en manos directas de la derecha -porque creo que ya estamos en manos de la derecha-, sería un grave retroceso. Prefiero este gobierno, antes de un gobierno de María Corina Machado, Leopoldo López, o Capriles Radonski.
Al mismo tiempo, pareciera que la revolución no quisiera ganar las elecciones, como producto de las desviaciones, las cuales no sólo afectan la revolución, sino que en estos momentos ponen en riesgo el gobierno, como ya dije anteriormente.
Ante este cambio de rumbo del gobierno y el partido ¿que deben hacer los revolucionarios?
HN: El debate no es sobre el socialismo en estos momentos, esa es una batalla que hemos perdido. Parte del drama que vivimos es que estamos perdiendo la discusión de eso, del socialismo. De ello hay una gran responsabilidad en la Dirección Nacional del PSUV, que no acepta la crítica.
A través de ningún medio oficial se puede hacer la crítica, y por otro lado están los medios de la derecha quienes se quieren aprovechar de la situación. Y quienes tienen críticas creo que no quieren ir a un medio de derecha para poder hacerla. En ese sentido Aporrea es uno de los lugares que aún queda habilitado para ello.
Con respecto a la pregunta, considero que en momentos como estos, es necesario acudir a la subjetividad. Es importante hacerlo para sancionar a los corruptos, para buscar a los responsables, y pasarle por arriba a la corrupción.
Es necesario hacer una trinchera que sirva para combatir a los corruptos y para enfrentarse a la derecha tradicional e imperial. Nosotros sí tenemos con que derrotarla. El pueblo chavista debe identificar a aquellos que puedan tener una visión revolucionaria genuina, crítica e independiente y así poder llegar a tener una voz en la Asamblea Nacional.
Tomado: http://www.aporrea.org/ideologia/n275905.html 

lunes, 17 de agosto de 2015

El desescalamiento es un clamor nacional e internacional



¿Por qué se insiste en echarlo todo a pique?

por Timoshenko  Sábado 15 de agosto de 2015  Comentar este artículo

Cuando nos referimos en días pasados a las serias perturbaciones que de diversos modos viene el Gobierno Nacional originando en torno al buen éxito del proceso de paz, dejábamos para el final una ligera referencia a las operaciones militares desarrolladas desde el mismo momento en que fue declarado el cese el fuego unilateral por parte del Secretariado Nacional de las FARC-EP.
Aparte de los dos bombardeos ocurridos en el departamento del Putumayo contra unidades nuestras, y para justificar los cuales el Presidente podrá recurrir hábilmente a la prueba del diablo, la presunta existencia de los condicionamientos advertidos en su orden de desescalamiento, resultan demasiados los movimientos por tierra como para seguir guardando silencio.
Desde el mismo día del gesto con que el Presidente correspondió a nuestro cese unilateral, comenzó el movimiento de helicópteros y tropas sobre el área de las veredas La Cristalina y Siria, pertenecientes a la inspección de Siare, sobre el río del mismo nombre, en el Vichada, acompañado de fumigaciones aéreas escoltadas por aviones y helicópteros de guerra.
El 27 de julio se produjo desembarco de tropas en las riberas del río Inírida, vereda La Paz, municipio de El Retorno, en el Guaviare, y el día 30 hubo nuevo desembarco en el área de Barranquillita, río Inírida, en Calamar, mismo departamento. Buques de la Infantería de Marina también desembarcaron Ejército en caño Mapirriape, Guainía.
Los sobrevuelos de aviones de inteligencia se cumplen de modo ininterrumpido río Guaviare abajo de San José, mientras buques y lanchas pirañas recorren el mismo río y sus afluentes, enviando patrullas militares a realizar incursiones en profundidad. También se han cumplido fumigaciones aéreas en zonas rurales de Puerto Alvira, Meta, y El Retorno, Guaviare.
Por su parte, en el departamento del Cauca, el Ejército Nacional, a partir de nuestro cese el fuego, ha ido tomando posiciones en donde antes no hacía presencia, provocando de manera abierta a unidades de las FARC-EP. Así ocurre en diversas veredas de los municipios de Buenos Aires, Bellavista y Suárez, donde de nuevo se presenta riesgo inminente de confrontación.
En el área del 29 Frente, en Nariño, penetran patrullas del Ejército por los ríos Patía Viejo, municipio de Satinga, y vereda Roncadora, municipio de Cumbitara. Por la vía Panamericana, entre los municipios de Taminango y El Rosario, se mueve a partir del 28 de julio un grupo paramilitar, que patrulla desde el corregimiento de Remolino hasta las veredas Guacas y el Rincón.
En el Bajo Cauca, comandos del Ejército, pertenecientes a la Brigada Móvil número 25, realizan sistemáticas incursiones clandestinas en áreas rurales de los municipios de Tarazá y Valdivia, en tanto que la Brigada 14 despacha continuamente comandos del mismo tipo hacia el cañón del río Nechí, todos ellos apoyados por bombardeo nocturno indiscriminado con mortero 120 milímetros.
Del Frente 48, en el Putumayo, informan que tienen capturado a un guerrillero que resultó ser en realidad un infiltrado del enemigo. Se llama Camilo Torres, nombre civil. Afirma que fue enviado por el Ministerio de la Defensa con varias misiones, una de ellas la de ubicar un micro chip que permitiera el posterior bombardeo a dicha unidad. Es algo que ocurre frecuentemente.
Diversos comentaristas señalan el peligro que entraña para las conversaciones de paz, el hecho de que se llegase a producir una nueva ruptura del cese el fuego unilateral decretado por las FARC a partir del 20 de julio. Hasta el general Mora, vocero plenipotenciario del gobierno en la Mesa de Conversaciones, comentó algo parecido y usó la expresión de zona gris.
Nuestro Secretariado fue claro al emitir la orden de cesar fuegos y hostilidades a nuestra gente. Ninguna unidad de las FARC-EP está obligada a dejarse matar, y por tanto tiene todo el derecho a recurrir a la legítima defensa en caso de ataque. Creemos que es demasiado importante lo que está en juego, como para que el gobierno nacional insista en obrar de esa manera.
Pueden decirse en público, para las cámaras y grabadoras, todas las cosas que se quiera a favor de la paz y en defensa del proceso en curso. Es justo y conveniente. Pero resulta todavía más importante obrar en consecuencia con lo que se expresa. El desescalamiento es producto de un clamor nacional e internacional. ¿Por qué se insiste en echarlo todo a pique?
Montañas de Colombia, 13 de agosto de 2015.

El Padre Chucho o la ignorancia punible


¿Tendrá alguna utilidad explicarle que los ateos creemos tanto en el amor como los cristianos?

Por:  agosto 17, 2015


La ignorancia no es digna de castigo per se. No puede serlo. En especial cuando es el resultado de la dificultad en el acceso al conocimiento.
Lo que sí en efecto puede ser, es altamente peligrosa. Sobre todo cuando quien la sufre es un personaje público que es visto, al menos por un grupo poblacional, como un legitimador.

Jesús Hernán Orjuela, conocido como el Padre Chucho, es el ejemplo perfecto del ignorante punible. Ese que se regodea en su analfabetismo mental, lo exhibe como si se tratase de un trofeo e infecta con el a quienes lo ven como guía.

Se trata del mismo personaje que, luego de ser increpado por vecinos y autoridades de la localidad de Kennedy en Bogotá por apropiarse sin autorización oficial del espacio público para celebrar estruendosas misas matinales, respondía: “Que venga el alcalde, que lo estoy esperando a ver si me va a sacar. Pero primero lo saco yo a él” (…) “Yo solo tengo que cumplir la ley de Dios”. 
Sin embargo esas destempladas exhibiciones de ignorancia legal y de poquísima capacidad de ponerse en el lugar de los otros, lejos de condenarlo al ostracismo social, lo han convertido en una estrella de los medios, invitado estelar a los reality cantinflescos y celebrado escritor de libros de autoayuda.
Es precisamente una cita de su libro Pregúntele al padre Chucho la que lo pone, de nuevo, en los muros de algunas redes sociales.
Dice el maquillado neogurú: “Entonces, con respecto a los ateos, si es que no creen en el amor, tendrán que asumir que Dios no existe y quien asume esto es un terrorista que destruye vidas, pues no hay nada de valor. Quien asume la vida sin amor es un peligro para la sociedad y mucho más si ejerce una función de gobierno”.
Convengamos en que su argumento, tan sólido como su redacción, tan defendible como su gramática, tan robusto como su sintaxis y tan claro como su sotana, debería desvirtuarse a sí mismo por el simple peso del raciocinio infantil con el que se ha escrito. Pero el peligro radica exactamente en eso: en que para un número nada despreciable de ovejas, las opiniones de su pastor son una extensión de la palabra de dios y por ello resultan infalibles.
¿Tendrá alguna utilidad explicarle al señor Chucho que los ateos creemos tanto en el amor como los cristianos y lo ejercemos en no pocas ocasiones con más congruencia que ellos?
¿Valdrá la pena intentar llevar hasta su mente obtusa el mensaje de que resulta más destructivo para la sociedad quien juzga a los demás por su diferencia perpetuando  los prejuicios que quien renuncia a creer en un amigo imaginario?
¿Servirá de algo tratar de explicarle que su comparación entre ateísmo y terrorismo es una exuberante y frondosa muestra de ignorancia, difícil de superar aún para un personaje como el? No. Ni tiene utilidad alguna, ni vale la pena, ni sirve de nada. Los ignorantes vocacionales, los que deciden serlo, los que se dan al perfeccionamiento metódico de la torpeza intelectual, son casos tan perdidos como peligrosos. Y el Padre Chucho es un ejemplar de lujo entre esa fauna.
Tomado de Las dos orillas.

martes, 11 de agosto de 2015

"El proceso de transformación de la sociedad venezolana en lo fundamental fracasó"

Entrevista con el sociólogo venezolano Edgardo Lander


contrapunto.com


No hay democracia participativa, si el mundo popular se organiza siguiendo la lógica leninista de la verticalidad, si se profundiza el modelo rentista. No hubo una transformación cultural profunda que cambiara la lógica de riqueza infinita
Ante una fotografía sería muy difícil hacerse una idea de quién es Edgardo Lander. Su mirada es fría, reflexiva, pero se deshiela apenas sonríe. Su sentido del humor es una herramienta eficaz para rebajar las tensiones que necesariamente trae consigo el hecho de interpelar a la sociedad venezolana. Sus lentes son un señuelo que desvían miradas curiosas, pero no del obturador de la cámara fotográfica. Cada vez que suena el clic reacciona con un gesto casi imperceptible de incomodidad. Apostaría a que nunca lo veremos de traje y corbata, porque Lander, sociólogo por la UCV y con un doctorado en Harvard, contertulio de los pequeños grupos de la izquierda ecologista y oponente acérrimo del neoliberalismo es, ante todo, un libertario.
Su postura es desde la izquierda y sus grandes cuestionamientos pasan por el intento de legitimar al proceso bolivariano sobre la base de lo ya existente, profundizando, además, el modelo rentista petrolero. Al declarar el carácter socialista de la llamada revolución bolivariana, en 2005, se inicia una organización vertical y leninista de las comunas y los consejos comunales que lo pinta todo de rojo, rojito, acaba con la noción de autonomía y liquida la democracia participativa. El autoritarismo, el espíritu de cuerpo y la opacidad de los militares difícilmente se encuentren con un modelo democrático. En el discurso había un tejido social promovido por las misiones, pero ante la crisis económica y sus dos pivotes, la inflación y la escasez, la respuesta del mundo popular no fue precisamente solidaria, sino individualista y competitiva.
La lógica electoral asfixia las posibilidades políticas
–Varias generaciones de venezolanos nos hemos diluido en el rentismo petrolero. Sin embargo, hubo en la IV República y también en la V, un discurso para superar esa trampa, ¿Por qué ha resultado tan difícil deshacerse de ese lastre?
–Creo que son muchas las razones. La primera es que tenemos un siglo en esto, un siglo en la construcción de un tipo de modelo político, de un tipo de Estado, de una subjetividad y de una expectativa, incluso, de una noción de qué es Venezuela y de quiénes somos los venezolanos, esta noción de país rico. Tenemos petróleo, tenemos derecho al petróleo.
Esa idea está profundamente instalada en la realidad y forma parte del ADN de los venezolanos. Allí está la cancha en la cual se han dado los debates políticos y las confrontaciones durante todo este tiempo. El reconocimiento de asuntos como la sobrevaluación de la moneda, la enfermedad holandesa y el rentismo, son cosas bien sabidas. Está en la academia y en el discurso político es una especie de obligación reiterada, de vez en cuando los políticos tienen que hablar del tema.
Hay una formalidad de que se tiene conciencia de eso. Pero de hecho, en el corto plazo, la forma en las cuales se definen los intereses de los grupos empresariales y del partido de gobierno, pasan por profundizar el rentismo.
–Los políticos, cuando invocan el tema, dicen que si realmente intentan cambiar el modelo, los tumban.
–Hay una dimensión estructural y cultural de todo esto, pero también hay una dimensión en el plano electoral. En la dimensión estructural, es muy difícil ir en contra del sentido común instalado en una sociedad. En Venezuela se tiene una visión muy amplia de lo que son los derechos, pero una noción muy limitada de que esos derechos sólo son sostenibles sobre la base del trabajo colectivo, del esfuerzo común, pero aquí hay petróleo y muy pocas responsabilidades.
Afectar, en términos efectivos, lo que es este sentido común es muy a contracorriente, difícilmente puede ejecutarse sin una transformación cultural profunda. Pero vayamos a algo mucho más concreto. Las políticas públicas están sobredeterminadas por las coyunturas electorales y eso pasa por desarrollar, a su vez, programas electorales atractivos. Cualquier decisión importante, incluida el aumento de la gasolina, se toma midiendo su impacto en las próximas elecciones.
Hay una especie de sobredeterminación del cálculo electoral que borra toda posibilidad de transformación, de ir más allá, de imaginarse un país diferente, porque se está operando sobre la base de lo existente. En ese sentido, la competencia electoral tiene una función extraordinariamente conservadora en los sistemas políticos, porque es la reafirmación de los sentidos comunes y quien se sale de esos límites, le va muy mal.

La inclusión no es sostenible con gasto público
–Hay quienes afirman que se ha creado un ambiente propicio para que funcione el voto castigo, justamente porque no hay nada que repartir con la caída de los precios del petróleo, ¿Sería eso suficiente o influyen otras cosas, por ejemplo, las expectativas y un pensamiento político distinto. ¿Usted qué cree?
–No, obviamente el voto castigo en modo alguno es suficiente, entre otras cosas porque en el debate político y en la conciencia colectiva venezolana todavía no hay un reconocimiento de qué es lo que está en crisis. Se atribuye la crisis, tanto política como económica, a la caída de los precios del petróleo, como que si con precios de 100 dólares el barril, estaríamos boyantes.
Pero, como bien lo dice Asdrúbal Baptista, el ingreso petrolero per cápita en Venezuela viene descendiendo desde los años 80. Es decir, atravesamos una prolongada crisis que, simplemente, es la constatación de la inviabilidad de un modelo productivo sustentando en cobrar renta y repartirla… cobrar renta y repartirla y así sucesivamente, que es lo que hemos venido haciendo desde…
–… hace 100 años, ya lo dijo.
–Desde hace tanto tiempo. Uno hubiese podido pensar que en estos años se abrió la oportunidad, sobre la base del reconocimiento de que la renta petrolera había creado el tipo de Estado, el tipo de política y el tipo de sentido común que había que superar; cuando Venezuela contó con abundantes recursos y había un gobierno extraordinariamente legítimo, porque en algún momento el gobierno de Chávez lo fue, y hubiese tenido capacidad para empujar a la sociedad en contra de los sentidos comunes instalados, pero lo que se hizo fue reforzar la legitimidad a partir de lo existente.
En lugar de buscar transformaciones en el modelo productivo y en los imaginarios de qué tipo de sociedad queremos, hacia dónde queremos ir, se reforzó la lógica de distribución y la idea de que la democracia y la inclusión son posibles mediante el gasto público. Y eso, obviamente, es imposible.
–¿No lo es porque el gasto es insuficiente?
–El gasto público como respuesta a la exclusión, como respuesta a los niveles de deterioro de las condiciones de vida que venía produciendo el neoliberalismo, obviamente está justificado, pero lo está como respuesta a una situación de dificultades en transición hacia otra cosa. Obviamente, es mucho mejor una transferencia hacia la mayoría de la población, que una transferencia para seguir concentrando el capital, como venía operando antes.
Pero desde el punto de vista de la sostenibilidad en el tiempo, esto no es posible. No lo es desde el punto de vista político-cultural, porque refuerza la lógica de la mentalidad rentista, del país rico del que hablamos, pero tampoco es posible, porque por más que crezca la renta petrolera, nunca será suficiente para satisfacer expectativas crecientes que se van generando en la población.
Tenemos un largo trecho de camino en esta vertiente de crisis terminal del modelo rentista y el problema es que no sabemos qué características va a tener ese aterrizaje, necesariamente forzoso, que no se resuelve por la vía de que el gobierno pierda las elecciones parlamentarias o de que haya un referéndum revocatorio el siguiente año.
No hay un pronunciamiento de dónde estamos, ni en los debates políticos, ni en los programas de gobierno. Las dos opciones de poder se diferencian absolutamente en todo, menos en un pequeño detalle: ambas ofrecían, al menos en la última elección de Chávez, una producción petrolera de 6 millones de barriles diarios para el final de este período constitucional. En todo lo demás desacuerdo, excepto en la idea de reforzar el modelo rentista petrolero. En eso hay coincidencia, pero eso es lo que hay que discutir. El problema del rentismo en Venezuela es que aquí hay consenso nacional rentista.

La polarización reduce todo a la inmediatez
–Usted afirma que en Venezuela no hay conciencia de lo que está en crisis. ¿A qué atribuye eso?
–Hay un elemento de la coyuntura que no se puede obviar. Aquí ha venido operado la polarización política de tal forma que ha empobrecido extraordinariamente la capacidad de reflexión. Todo se convierte en blanco y negro, hay una especie de filtro que todo lo transforma en gobierno u oposición. Hay una incapacidad para escarbar más allá de la coyuntura, para ver qué es lo que nos está pasando como sociedad.
–¿Cree que nos hemos embrutecido con la polarización?
–No sé si lo llamaría embrutecimiento, pero con toda seguridad hay un empobrecimiento de la reflexión intelectual porque la polarización también hace que la reflexión sea muy de la coyuntura, muy de la inmediatez. No hay espacios, ni ha habido espacios en la sociedad venezolana, para una reflexión que vaya más allá, que se distancie del día a día, que se pregunte ¿qué nos está pasando como país?, ¿de dónde venimos?, ¿adónde queremos ir?, ¿cómo estas propuestas que se ponen sobre la mesa dan cuenta de unas cosas, pero obviamente no dan cuenta de otras?
En las universidades, el asunto es dramático. En la Bolivariana, en lugar de haber una discusión sobre cómo cambiar la sociedad y cuáles son los retos, lo que hay es una tendencia hacia la oficialización dogmática de un discurso, pero igualmente pasa en las universidades autónomas, en donde se ha instalado un sentido común de oposición. Entonces, ¿dónde está el debate? Si lo vas a buscar en los medios impresos o en la televisión, lo que vas a encontrar es tremendamente limitado.
–Recientemente, la UCAB hizo una serie de propuestas al país, digamos como algo excepcional, pero lo que priva es un medio en el que unos y otros se han apoltronado en la trinchera ideológica donde se siente más a gusto. ¿No cree que sea una conducta tremendamente irresponsable?
–Dramáticamente irresponsable, porque no es un asunto que concierne solamente a Venezuela. Actualmente nos enfrentamos en el planeta con condiciones que son extraordinariamente diferentes con las cuales se construyó la política hasta hace muy poco. En primer lugar tenemos que confrontar el hecho de que el patrón civilizatorio de crecimiento de la sociedad está destruyendo las condiciones que hacen posible la vida en esta tierra y nos estamos acercando peligrosamente a un límite en el cual, con toda seguridad, se producirían cambios de naturaleza catastrófica e irreversibles. Ni siquiera está garantizada la sobrevivencia de la especie humana, si se sigue en este proceso de destrucción, de deforestación, de emanación de gases de efecto invernadero, de calentamiento global, de sobrepesca en los mares, etc, etc.
Es necesario reconocer que estamos ante la crisis de un patrón civilizatorio que ha sido muy hegemonizado por el capitalismo y que forma parte de la subjetividad de cada uno de nosotros. Ha logrado instalarse como deseo, como expectativa, como noción… Entendemos y vivimos la vida como bienestar material, como abundancia creciente. Estamos montados sobre una locura colectiva, pero no sobre la base de la ignorancia, sino a pesar del saber, a pesar de conocer, a pesar de tener toda evidencia de que lo que hacemos es una locura, es destructivo y no es sostenible. Sin embargo, seguimos adelante.

El fantasma de la violencia y la guerra civil
—El resultado de las elecciones parlamentarias o un referéndum revocatorio no son el componente de la ecuación que resolverá el tema del “aterrizaje forzoso”. En el siglo XIX de la historia de Venezuela eran las montoneras y en el siglo XX los golpes de Estado. ¿Estamos a las puertas de una salida violenta?
—A mí lo que me preocupa, y lo que más me ha preocupado, es que en Venezuela se instale un estado de violencia política. La sociedad venezolana es extraordinariamente violenta. Basta ver la estadística de homicidios. Pero a pesar de eso, desde el punto de vista de la confrontación política, aparte de episodios como La Salida, en 2014, esa violencia extendida no se ha traducido en violencia política en una escala importante.
Pero no hay nada que nos diga en qué momento ese quiebre puede darse. En esta sociedad hay una distribución de armas muy extendida, muy “democrática”, uno no puede prever acciones y reacciones, en el plano de la violencia, que una vez que se desaten sean muy difíciles de controlar. Y eso va más allá, obviamente, de la voluntad de la dirigencia del gobierno o de la dirigencia de la oposición. Esa es una amenaza real.
—Así como el planeta avanza en la locura de la destrucción de la vida humana, nosotros avanzamos en nuestra propia locura política. ¿Por qué seguimos avanzando?
—Creo que eso tiene que ver, nuevamente, con el cortoplacismo y la lectura polarizada de todo. O sea, los culpables son los otros, los que están del otro lado. Nosotros somos pacíficos, tranquilos y el gobierno es represivo y dictador o, por el contrario, los otros son agentes de la CIA. La dimensión epistemológica de la polarización, es el bloqueo del conocimiento de lo que está más allá de la lectura inmediata y a veces la lectura de cosas que pudieran ser obvias, pero que están más allá de lo inmediato, aunque sean medianamente reconocidas, son apartadas o dejadas a un lado, porque la mirada de la coyuntura de la polarización determina todo lo demás y eso genera una ceguera colectiva. Y en esa ceguera se pueden dar casos o situaciones en la dirección que nadie quiere. Pero aún se siguen dando los pasos. No estoy diciendo que estamos caminando hacia la violencia política o a una guerra civil. No quiero que se entienda que lo estoy pronosticando. Pero no estamos tomando las medidas que garanticen que eso no pase.
–Se acabó el espacio para la confrontación electoral entre dos modelos contrapuestos. Diría que eso se extinguió. ¿Qué es lo que hay que hacer? ¿Cuáles son las alternativas que tiene esta sociedad para enfrentar los grandes problemas que tiene?
–Yo diría, en primer lugar, que habría que reconocer la situación en la cual nos encontramos. Reconocer más allá de la coyuntura, más allá de si gano o pierdo las elecciones, que como sociedad estamos montados sobre una lógica que tiene una extraordinaria inercia, que lleva a que los problemas fundamentales no estén siendo debatidos, sino más bien a que sean enunciados, pongamos el caso del rentismo petrolero, tal como se mencionó, pero eso no deja de ser una letanía y como toda letanía es inútil.
Aquí hay responsabilidades, posibilidades y opciones en todos los ámbitos. Me referí a la necesidad de recuperar el espacio universitario, por ejemplo, como un lugar idóneo para la reflexión colectiva sobre la contraposición de posibilidades de país, pero eso en Venezuela, en lo fundamental, está perdido, hay un empobrecimiento radical de la producción académica, que es extraordinariamente lamentable, porque la producción intelectual mono ideológica, no va para ninguna parte.

La lógica leninista contra el tejido social solidario
–¿No se supone que las universidades son esclavas del libre pensamiento?
–Se supone. Pero por otra parte, también hay otro terreno en el cual están pasando cosas de organización y de búsqueda. Me refiero al mundo popular organizado. La apuesta política más importante de transformación que se planteó el chavismo es esto que se denomina poder popular, comuna, consejos comunales, mesas técnicas de agua. El problema es que este proyecto de organización popular en Venezuela ha estado atravesado, desde sus inicios, por una profunda contradicción.
Por una parte, la noción de autogobierno, la noción de políticas sociales orientadas a fomentar el tejido social orgánico de los sectores populares —el mejor ejemplo es el inicio de Barrio Adentro, si la comunidad no hace el censo, si no sabe quiénes son las mujeres embarazadas, si no hace el enlace con las instituciones para conseguir los medicamentos, ¿qué puede hacer un médico cubano?, pues no funciona, no pasa nada, y eso estuvo pensado así desde sus inicios—, pero desde que el proceso venezolano se declara socialista, en 2005, comienza a institucionalizarse una organización más rígida y la noción de que el Estado dirige, controla. Digamos, la instalación de una lógica leninista en la relación del Estado con la sociedad.
—¿Mucho más burocrática?
—Sí, pero yo me refiero a la lógica leninista de verticalidad.
—Que ya sabemos adónde conduce
–Sí, claro, no es que estamos empezando de cero como si no hubiera pasado nada en el mundo. Conocemos la Historia. Entonces, ¿qué ha pasado? En la relación de este proceso de construcción de tejido social —comunas, consejos comunales, poder popular— hay una contradicción permanente entre el impulso organizativo, que ha sido real y que efectivamente impactó a una sociedad relativamente poco organizada y sometida a la lógica de la partidización de los tiempos anteriores, generando experiencias variadas y diversas, algunas de gran riqueza, pero a la vez envueltos en la contradicción de depender de los recursos públicos y sometidos a la lógica leninista, cuya caricatura son los consejos comunales rojos rojitos.
Si te planteas otro patrón de democracia, desde las bases, desde el autogobierno y la pluralidad de las comunidades, eso pasa necesariamente por formas de organización popular que reflejen la diversidad de la existencia del pueblo.
–Si ha sido el caso, se liquida la democracia participativa.
–Claro. En la medida en que esta lógica se impone, obviamente, aplasta la democracia participativa. Lo que quiero destacar es que en Venezuela esta relación ha llevado a resultados diferentes en distintos lugares del país. Hay experiencias donde uno advierte una organización popular real y eso tiene que ver con muchas cosas, tiene que ver con las particularidades concretas de la gente que vive allí, si la gente tuvo o no una experiencia política previa, si tenía capacidad para mirar el chavismo desde una experiencia diferente o, por el contrario, si esa es la primera vez que nos reunimos en asamblea para hablar de los problemas colectivos, o si es la primera vez que hacemos un censo para identificar prioridades, en donde alguien podría preguntar “¿qué es eso de autonomía?” “¿a qué viene ese cuento?”.
Creo que con el tiempo se fue instalando más la lógica de control vertical y una caricatura de consejos comunales rojos rojitos. Pero de todas maneras ha habido una experiencia popular extendida, que en muchos lugares sigue activa, sigue vigente, sigue reaccionado.
Sin embargo, cuando uno advierte cómo ha reaccionado el mundo popular venezolano ante la crisis de los últimos dos años, a la inflación y a la escasez fundamentalmente, uno puede preguntarse ¿Y el tejido social solidario que se venía construyendo en estos años, qué paso? Resulta que encontramos que este tejido social tenía unos niveles de fragilidad mucho mayores de los que parecía hasta hace unos tres años y la respuesta a la crisis no ha sido precisamente solidaria, sino individual y competitiva. De acuerdo a Datanalsis, el 70% de la gente que hace cola son bachaqueros.
–Uno pudiera pensar que esas experiencias populares tal vez sirvan para contener una salida autoritaria, pero si la relación ha sido francamente leninista y, además, la respuesta ante la crisis ha sido individual y competitiva, tal vez no haya una respuesta política y la gente opte por quedarse en sus casas.
–¿Tú estás planteando una salida autoritaria dirigida por quién?
–Por factores políticos distintos al gobierno o por el hecho de que se profundice la línea leninista, que no sería otra cosa que la instauración de un Estado totalitario.
–Creo que las posibilidades de una salida autoritaria, ya sea por la vía de una ruptura constitucional por el propio gobierno, si ve que va a perder las elecciones o una salida extra constitucional, por el otro lado, como obviamente se planteó el año pasado y que no era precisamente una “salida” para la recuperación de la democracia ni nada por el estilo, no las veo como cosas probables que ocurran.
Después de tiempos de una extraordinaria politización, actualmente hay en la población venezolana una especie de cansancio y descreimiento. Yo no encuentro grandes pasiones que estén operando ni a favor del gobierno, ni a favor de una movilización amplia de una alternativa distinta. Creo que si se cumplen los pronósticos de las encuestas y la oposición gana las elecciones parlamentarias, esto no va a ser un acto de gran movilización popular, sino una especie de voto castigo y de hartazgo ante las dificultades de la vida cotidiana.
Repito, a mí lo que más me preocupa es que más allá de la voluntad del PSUV, más allá de la voluntad de la mayoría de la MUD, pueden desatarse procesos que generen violencia, que tengan consecuencias difíciles de controlar. A medida que nos acerquemos a diciembre, puede haber situaciones de creciente tensión. No veo en ninguno de los dos lados, repito, el propósito de crear las condiciones para una guerra civil. Pero las guerras civiles que conocemos nunca fueron declaradas. Así no pasan esas cosas.

La corrupción ha permeado a amplios sectores
–A mayor crisis, mayor visibilidad de la corrupción. Sin embargo, hay hechos manifiestos e inocultables (los 20 mil millones de dólares de los que habló el ex ministro Giordani), ¿Ese hecho no acelera el hartazgo hacia la política y aumenta el deseo de darle la vuelta a la tortilla?
–Lo que pasa es que ese ingrediente es extraordinariamente complejo y está en todas partes. Por ejemplo, en todo el manejo de las divisas ha habido un componente fundamental de corrupción del sector privado. No es algo que se le pueda atribuir sólo al gobierno. A mí me parece creíble que hay una naturalización de la corrupción en la sociedad venezolana actual, donde los límites de lo aceptable y lo no aceptable, terminan por desdibujarse.
La corrupción ha permeado hacia sectores muy amplios de la sociedad. Las formas en que opera el bachaqueo, al igual que el contrabando de extracción, por ejemplo, son modalidades de la corrupción; pensar que esas son mafias organizadas en las ciudades, obviamente, no es cierto. Me contaban que en una cola, en Barquisimeto, gente con posturas de oposición decía:vamos a tener que votar por el gobierno, porque gracias a este gobierno existen estas colas y con el bachaqueo nos estamos metiendo el billete que nos estamos metiendo. Hay una descomposición ética que está operando muy fuerte.
–En la corrupción hay una participación importante del sector militar, pero de eso se habla muy poco en Venezuela.
–Ese es un tema muy importante para reconocer, en estos años de chavismo, por qué hemos llegado a donde hemos llegado y eso tiene que ver con el componente militar. La cultura militar es por definición vertical y autoritaria y por lo tanto es contradictoria con una noción de democracia pensada en términos igualitarios, horizontales, participativa. Son dos patrones culturales que muy difícilmente se pueden encontrar.
–¿No cree en la alianza cívico militar?
–Yo creo que la forma en que se ha dado la presencia masiva de militares en la gestión pública ha bloqueado de forma permanente el ejercicio de la democracia, entre otras cosas, porque la democracia pasa por la transparencia y la lógica militar implica lo contrario, la opacidad.
Creo, por ejemplo, que las formas primarias de la corrupción en estos años, han tenido que ver con el estamento militar, con la particularidad de que los militares operan con espíritu de cuerpo, lo que hace mucho más difícil la posibilidad de denunciar, de investigar, de controlar y, por otra parte, el apoyo militar ha sido demasiado importante para este gobierno como para que los civiles que gobiernan se atrevan a tocar demasiado al sector militar. Se ha vuelto algo inasible.
Cuando uno ve lo que ocurre con el contrabando en la frontera o con la explotación del oro en Guayana resulta que esas cosas no son controlables, porque en cada uno de los casos está la Guardia Nacional u otro componente militar que forma parte del negocio. Los cuentos que llegan del estado Bolívar es que cuando se renueva un grupo militar las cosas cambian por unas semanas y rápidamente se encuentran los mecanismos en los que terminan envueltos en las cadenas de corrupción.
El Estado, en esas condiciones, carece de instrumentos con los cuales regular y controlar estas actividades ilegales, porque los instrumentos con que cuenta terminan siendo copartícipes de aquellas cosas que se quieren regular o controlar. Hay un tema fundamental de recuperación de la democracia que tiene que ver con sacar de la gestión pública al sector militar.
—¿Hay proceso bolivariano? ¿O no hay? ¿O simplemente esto se agotó?
—En términos globales de balance, que ya podemos hacer después de tres lustros, es que esto, como proceso de transformación de la sociedad venezolana, en lo fundamental fracasó. Y fracasó porque no cuestionó el modelo productivo rentista, que era una condición indispensable para lograr esa transformación. Si eso no se toca, ninguna otra cosa es posible. Fracasó porque repitió la lógica del llamado socialismo real, según la cual la sociedad se puede cambiar desde el Estado. Una reorganización de arriba para abajo, mientras la experiencia demuestra que eso es una imposibilidad.
—Más que una imposibilidad es una tragedia.
—Claro, una imposibilidad trágica, pero que tiene consecuencias. Creo que es absolutamente indispensable salir de esa trampa maniquea de pensar que es Estado o mercado, y la posibilidad de reconocimiento de que la sociedad es mucho más que una cosa o la otra. La sociedad es un conjunto de formas de vida, de tejido social, de institucionalidades, de prácticas colectivas y cuando la sociedad es sometida a una lógica de organización vertical desde el Estado o a una lógica de mercantilización de todo lo que hay en ella, conducen por igual a situaciones donde no es posible la vida, donde no es posible la democracia.
Fuente: http://www.contrapunto.com/noticia/edgardo-lander-el-tejido-solidario-devino-en-un-bachaqueo-individualista-y-competitivo/

martes, 28 de julio de 2015

Varoufakis: “Quienes dieron el golpe de Estado me quieren juzgar por traición”

Fondation Frantz Fanon

Por el comunista
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La Fiscalía del Tribunal Supremo griego ha transferido hoy al Parlamento griego una demanda contra el exministro de Finanzas Yanis Varoufakis por su "actuación durante la negociación" con los acreedores, que en su opinión podría constituir un delito de "alta traición".
La Cámara deberá evaluar ahora si sus actos estuvieron dentro de los límites del cargo de ministro de Finanzas o si hay motivos suficientes para iniciar una investigación al diputado, para lo que se le retiraría la inmunidad parlamentaria.
La demanda fue presentada por un abogado y el alcalde de una pequeña ciudad costera helena, que a su vez es el líder de un partido sin representación parlamentaria, antes de que se publicaran las últimas revelaciones sobre un supuesto plan B ideado por el exministro.
Concretamente, los demandantes consideran que Varoufakis incurrió en el delito de alta traición al haber violado con su actuación durante todas las negociaciones el mandato del pueblo tras las elecciones, que era negociar con los acreedores un acuerdo para sacar el país de la recesión.
Mientras el Parlamento delibera sobre esta primera demanda, un grupo de cinco abogados prepara un segundo pliego de acusaciones, el cual sí está relacionado directamente con las recientes  revelaciones publicadas en el diario griego 'Kathimerini' sobre el supuesto 'plan B'  para que Grecia saliera del euro y regresara al dracma que podrían constituir el delito de revelación de datos personales.
En un artículo publicado hoy en el Financial Times,  Varoufakis explica que su plan B para rescatar la economía de Grecia respondía a las restricciones a la soberanía impuestas por las autoridades de la eurozona.
En su texto, el diputado afirma que las medidas que sopesó para restablecer la liquidez del Estado griego, asfixiado por las deudas y sin acceso a los mercados internacionales, fueron ignoradas por la prensa cuando las dio a conocer al anunciar su dimisión el 6 de julio pasado.
"Hay una espantosa restricción de la soberanía nacional impuesta por la 'troika' de prestamistas a los ministros griegos, a los que se niega acceso a departamentos de sus ministerios clave para introducir políticas innovadoras", sostiene.
"Cuando la pérdida de soberanía, debida a una deuda oficial insostenible, da lugar a políticas subóptimas en naciones ya bajo presión, uno sabe que hay algo podrido en el reino del euro", añade.
En el artículo, Varufakis detalla las medidas que su ministerio estudió para afrontar los problemas de liquidez del Estado y sistema bancario griegos, que incluían acceder (al margen de la 'troika') a los datos fiscales de ciudadanos y empresas para crear un sistema alternativo de pagos que permitiera cancelar deudas mediante la emisión de pagarés que podrían redimirse posteriormente, por ejemplo, contra el pago de impuestos.
"Nuestra simple idea era una cancelación multilateral de la deuda impaga entre el Estado y el sector privado (ciudadanos y empresas) usando la plataforma digital de pago existente de la oficina de impuestos", explica.
La intención era crear "una cuenta de reserva" con el NIF (número fiscal) de cada ciudadano y compañía donde se les reconocería la deuda pendiente del Estado, de modo que el contribuyente hubiera podido "transferir esos créditos desde su cuenta de reserva al mismo Estado (en lugar del pago de impuestos) o a otra cuenta de reserva".
El economista argumenta que, debido a la ausencia de un banco central que respalde al Estado, la morosidad del Gobierno griego con el sector privado "ha sido perpetuamente deflacionaria desde 2008" y deriva en un círculo vicioso que afecta a la recaudación de impuestos y resulta en una falta de liquidez.
En una segunda fase de su plan, que no se llegó a estudiar a fondo, se hubieran introducido aplicaciones de móvil y unas tarjetas ciudadanas para facilitar las transacciones y la amplia implantación entre la ciudadanía.
Este sistema de pago alternativo, prosigue Varufakis, se habría podido "desarrollar como sustituto ante la falta de mercados de deuda pública funcionales", especialmente durante una crisis crediticia como la que afecta a Grecia desde 2010.
Así, "los agentes del sector privado habrían podido tener la posibilidad de comprar pagarés de crédito en la misma web de la oficina fiscal, usando sus propias cuentas bancarias, y agregarlos a sus cuentas de reserva", explica.
"Estos créditos podrían utilizarse, por ejemplo, al cabo de un año para pagar impuestos con alguna desgravación", precisa.
"Siempre que hubiera un tope al total de pagarés de crédito emitidos y su magnitud fuera totalmente transparente, el resultado sería un aumento fiscalmente responsable de la liquidez del Gobierno y un camino más rápido de regreso a los mercados financieros a los que Gobiernos como el de Grecia han perdido acceso", razona en el artículo.
La polémica se ha desatado en Grecia por la cuestión de que, para acceder a los datos de los contribuyentes, Varoufakis iba a tener que hackear la web de la Secretaría General de Ingresos Públicos, que, según sostiene, estaba controlada por los acreedores de la Unión Europea y el FMI.
El plan de Varoufakis, diseñado para hacer frente a una eventual asfixia por parte del Banco Central Europeo (BCE), que finalmente ocurrió, no llegó a ser activado porque no contó con la aprobación del primer ministro, Alexis Tsipras.
Para Varufakis, el interés manifiesto de ciertos medios griegos y europeos en tergiversar las informaciones e insistir en presentar su paso por el Gobierno como un intento de sacar a Grecia del sistema euro es claro, lo quieren hundir a toda costa: “el establishment pro troika no tiene reparo alguno en castigarme por haberla expulsado del ministerio”. 
Omar Benderra fue responsable de la negociación de la deuda externa de Argelia de 1989 a 1991.

domingo, 26 de julio de 2015

Cuatros años de Resistencia COA - Comunicado a la Opinión Pública

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA
4 AÑOS DE RESISTENCIA



El Cinturón Occidental Ambiental COA, proceso de articulación y coordinación de organizaciones indígenas, campesinas y ambientales del suroeste de Antioquia, que promueve la defensa integral del Territorio, celebra sus 4 años de existencia y resistencia en Defensa de la Vida.

Para el año de 1997 en los municipios de Jardín, Jericó, Fredonia, Caramanta, Venecia, Valparaíso y Támesis se conformó una organización que se denominó Corporación Cerrotusa (en reconocimiento a un cerro tutelar ubicado en la subregión del suroeste) con el propósito de hacer resistencia a proyectos mineros de origen extranjero que pretendían establecerse en este mismo territorio a través de empresas canadienses denominadas entonces, Corona Goldfields, Anaconda Gold Mines, entre otras. 

Entre el 2002 y 2004 se consolidan organizaciones campesinas que promueven la agroecología como un modo de vida y entre sus acciones implementan estrategias de incidencia política, tales como foros, encuentros regionales, movilizaciones, entre otras actividades. La Asociación Agropecuaria de Caramanta ASAP, la Asociación de Productores Indígenas y Campesinos ASPROINCA de Ríosucio- Caldas, la Asociación de Familias Campesinas Biabuma de Támesis y los Resguardos Indígenas del suroeste, lograron movilizar a la población del suroeste en temas de gran importancia como la defensa de la economía campesina y la autonomía alimentaria, el agua en el proceso del Referendo Nacional y el rechazo a la megaminería.

Como respuesta a la “agresión” que el Estado realizaba sobre estos territorios a través del “Plan Nacional para el Desarrollo Minero. Colombia País Minero, visión 2019”, donde el 85% de este territorio ha sido solicitado y concesionado a empresas mineras. Todo el proceso político organizativo se centra en el tema minero.

Después de conocer y confrontar la presencia de la Sociedad Kedahda S.A., hoy Anglo Gold Ashanti, en el municipio de Támesis con varios títulos para la exploración de oro, convocamos al Foro Social Minero varias organizaciones del suroeste, en el municipio de Támesis para el día 13 de junio de 2008. En este foro participaron alrededor de 700 personas entre dirigentes políticos, alcaldes, concejos, organizaciones sociales de diferentes lugares del país e instituciones.

Luego de este episodio empezarían a aparecer otras empresas mineras en el territorio como la Solvista Gold en Támesis, Valparaíso y Caramanta, Júpiter SOM en Jardín, Continental Gold, I’m Gold y Sociedad Minera de Colombia en Caramanta, y la Anglo Gold Ashanti se instalaría en el municipio de Jericó con el proyecto denominado Quebradona y que después de 6 años, aún continúa allí.

En otros municipios de la subregión se gestaban movilizaciones y movimientos populares contra la minería. El 12 de octubre de 2008 en el municipio de Támesis por primera vez la población se volcaba a las calles a protestar por la presencia de la empresa minera Sociedad Kedahda S.A., hoy Anglo Gold Ashanti, y se empezaban a articular de manera local las organizaciones sociales, como el Comité por la Defensa del Territorio en el municipio de Támesis. A esta lucha también se sumaban otros procesos sociales de la subregión como el caso de la Asociación ASAP del municipio de Caramanta.

La población de Jericó reaccionó y fue así como empresas privadas y personas naturales del municipio, a través de lo que llamaron Organización Foro minero de Jericó y Asociación de Profesionales y Amigos de Jericó, realizaron el segundo foro minero el 25 de junio de 2011. (Jericó Alerta, 2011).

A este evento participaron representantes de algunas organizaciones sociales de diferentes municipios del suroeste que al finalizar el foro, se reunieron para pensar qué hacer como región frente a esta arremetida que han pretendido hacer en nuestro territorio. Esta reunión se constituyó en la primera iniciativa de pensarnos como región en una organización que defendiera nuestro territorio. 

El 23 de julio con El Foro ¿Agua o Minería? en el corregimiento de San Pablo Támesis, que contó con la participación de más de 200 personas, fue el espacio que permitió gestar una articulación regional. 

Al día siguiente del foro, 24 de Julio, nos reuníamos en Támesis representantes de los municipios de Jericó, Asociación Asap de Caramanta, Asociación Biabuma y otros grupos del municipio de Támesis, con el acompañamiento de organizaciones amigas como Censat Agua Viva, Comunidad del Páramo El Almorzadero (Santander), Grupo Semillas. De esta reunión Surge el Cinturón Occidental Ambiental COA.

Hoy la articulación COA se viene construyendo también con nuevos actores, con la participación de organizaciones de Pueblorrico, Jardín, Valparaíso, Ciudad Bolívar, con un eje central de formación política, escuelas de sustentabilidad, foros, travesías, vigilias, encuentros regionales, movilizaciones, plantones, bloqueos, cabildos abiertos, mandatos populares, acuerdos municipales, acciones que marcan nuestros principios de defender la vida con convicción.

Nuestra apuesta regional de consolidar un Territorio Sagrado para la Vida, nos exhorta, a todas las organizaciones del Suroeste de Antioquia, a no ceder, a continuar este proceso y defender el Territorio como proyecto de vida, con fuerza, resistencia y persistencia.


Cinturón Occidental Ambiental COA
Suroeste de Antioquia: Territorio Sagrado para la Vida

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