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"En definitiva, me quedo con Cambalache."
Uruguay
EL DISCURSO DE PEPE
MUJICA EN LA ONU Y EL TANGO "CAMBALACHE"
Toda la pieza oratoria es indigente desde el punto de vista conceptual.
Juan Luis Berterretche
Resumen Latinoamericano
Rebelión, 04-10-2013
El elogiado discurso del
presidente uruguayo Pepe Mujica en la ONU es un conjunto de obviedades
explícitas y algunos mensajes retrógrados solapados.
Comienza afirmando que de
muchacho quiso cambiar el mundo soñando con "una sociedad libertaria y sin
clases" y de inmediato sugiere que esos sueños eran errados, "hijos
de mi tiempo" y de ellos solo le queda la nostalgia de haber albergado
tanta utopía. Y enseguida viene el primer mensaje ladino: "no miro hacia
atrás" porque se debe asumir el "hoy real". El "hoy
real" que es la aceptación de los dictados del neoliberalismo. Y concluye
con un precepto malicioso "no vivo para cobrar cuentas o reverberar
recuerdos"; que es la base argumentativa de su propuesta pública de
liberar "los viejitos" torturadores de la cárcel de Domingo Arena. Y
una de las razones esgrimidas por los gobernantes y parlamentarios
frenteamplistas que defienden y mantienen con tenacidad la impunidad para los
criminales de la dictadura.
Volvió a repetir sus endebles
anatemas contra el consumismo que ni rozan sus verdaderas causas. Y utilizó esa
condena para introducir otro mensaje reaccionario: es el consumismo no
consumado el responsable de "la frustración, la pobreza y hasta la autoexclusión".
No se trata, por supuesto, de la imposibilidad de un sector de la población de
cubrir sus necesidades mínimas, menos aún la exclusión que la sociedad impone a
los habitantes pobres de los barrios suburbanos. Para él el problema no es de desigualdad
y exclusión social, sino de autoexclusión" y de pobreza auto-infligida.
"Cuenta regresiva contra la naturaleza"
Luego con descaro y cinismo condena un pecado del cual él es principal
responsable protagónico: "Prometemos una vida de derroche y despilfarro,
y en el fondo constituye una cuenta regresiva contra la naturaleza, contra la
humanidad como futuro."
Parecería que Mújica nada tuvo que ver con la actual extensión de los
plantíos de soja en Uruguay que es de 1 millón 275 mil hectáreas, o 12.750 km2
-una superficie mayor que Líbano-, o el millón de hectáreas apropiadas por las
pasteras de celulosa para transformarlas en "desierto verde" de
eucaliptus. Sin embargo fue el
propio gobierno del Frente Amplio el responsable de iniciar "esa cuenta
regresiva contra la naturaleza" en el país. Esa escalada de guerra química contra la naturaleza fue promovida por
José Mujica cuando fue ministro de ganadería, agricultura y pesca (MGAP) en la
presidencia de Tabaré Vásquez. Fue en esos años que Monsanto invadió sin
control con sus semillas transgénicas y que las pasteras de celulosa
imperialistas se instalaron en el país. El ministerio agrícola de Mújica tiene
además el triste record de la mayor extranjerización de la tierra en la
historia de Uruguay.
Proceso continuado luego bajo la
presidencia del propio José Mújica por el ministro Tabaré Aguerre que opera
abiertamente como apoderado de los intereses de Monsanto, realizando gestiones
en el marco de su visita a China, para que ese país apruebe la autorización de
la soja Tecnología Intacta RR2 PRO que Monsanto pretende imponer en las zafras
2013-2014 del enclave sojero sudamericano.
Nos increpa con la denuncia genérica de que "arrasamos la selva,
las selvas verdaderas, e implantamos selvas anónimas de cemento". Mientras,
bajo su gobierno hace algunas semanas, se aprueba una leonina ley de minería,
dictada por la minera Aratirí, que va a transformar en Valentines, 14.505
hectáreas de campos de invernada y nacientes de agua, en enormes boquetes de
tierra arrasada, montículos de desechos de material estéril y manantiales
contaminados.
A esto habría que agregar el
posible inadecuado manejo de almacenamiento o transporte de insumos
(combustibles, lubricantes, reactivos químicos y otros residuos) algo que está
lejos de ser una anomalía en las mineras a cielo abierto. O el desperdicio y
envenenamiento del agua con el faraónico mineroducto para transportar el
concentrado de hierro en una corriente de agua hasta la costa atlántica de
Rocha.
A aquellos ciudadanos preocupados
por el problema de la basura en Montevideo debemos recordarles que en el mundo
los residuos sólidos urbanos son apenas 2,5% de los residuos totales, mientras
la escoria de la minería es el 38% del total. Así que vayan multiplicando la
basura de las ciudades uruguayas por 15 para tener idea de lo que va a
amontonarse como sobrante de la minera Aratirí.
El discurso está
salpicado de invocaciones en defensa de la naturaleza, de la vida, de la
especie humana, todo palabras vacías contradictorias con la experiencia concreta
de su acción gubernamental. Es entonces innecesario abundar en más ejemplos del
cinismo de un discurso que no condice con la trayectoria práctica del
personaje.
Solo restaría llamar la
atención sobre una ausencia importante en la oratoria de Mujica: ni una palabra
sobre los grandes medios monopólicos de comunicación. Ni su responsabilidad
respecto a la promoción del consumismo, ni su práctica sesgada frente a la
información. Se ve que ahí hay un compromiso sagrado de boca cerrada.
Es el capitalismo…
Pero creo que hay un aspecto que
puede haber quedado nebuloso en medio del palabrerío vacío del discurso y que
es necesario destacar. Así como su condena al consumismo está lejos de abarcar
el origen real de ese desenfreno atolondrado actual, toda la pieza oratoria es indigente desde el punto de vista conceptual.
¿Las críticas del discurso a quién están dirigidas? ¿A una degradación
del planeta y la especie humana, que no tiene responsables identificables?
Por momentos parece que el
consumismo es el culpable. En otros trechos del discurso el truhan sería la
globalización. Hay párrafos que acusan a la codicia individual. Y otros que
toman como reo a la guerra y los presupuestos militares. Por el final aparece
como malhechor la civilización del despilfarro, la civilización del use-tire.
En todo el discurso Mújica evita hablar del sistema global de
dominación. El sistema capitalista
que rige el mundo actual.
La categoría Capital solo se
menciona una vez para elogiar y justificar el "capitalismo productivo, francamente
productivo, que está medio prisionero en la caja de los grandes bancos". Poniéndolo en contraposición del capital
bancario. Mújica siempre ha defendido el capitalismo.
En Punta del Este, al inicio de
su gobierno, frente a un público de empresarios dijo "comprender al
capitalismo" y al alentar las inversiones externas agregó "no tengo
que pedirle al capitalismo altruismo, está para multiplicar riqueza y
reproducirse". Y en una reunión con la central que agrupa todos los sindicatos
del país, llamó a los trabajadores a aceptar los "límites del
capitalismo".
Ese "capitalismo productivo" con el que Mujica simpatiza, y
se ha dedicado a administrar, en el siglo pasado fueron las fábricas textiles o
metalúrgicas y hoy es un extractivismo imperialista depredador que domina el
agro-negocio y la minería a cielo abierto y contamina el país con sus funestos
procedimientos productivos.
Y que lejos está de contraponerse al capital financiero ya que es éste
quien invierte en la especulación sobre las tierras agrarias; quién financia la
maquinaria agrícola y los insumos de la agro-industria, que aporta el capital
para los "pools de siembra" y que luego especula en los mercados de
futuro de commodities donde se compran y venden las cosechas de transgénicos.
Es también el capital financiero el que sostiene el lucrativo negocio
de la minería.
No es casual que Mújica se haya
entrevistado en Nueva York con George Soros y David Rockefeller. El primero es
el mayor especulador financiero del planeta y como tal con intereses en el
extractivismo que asola Latino América. Es inversionista de Monsanto. Y la
fundación Rockefeller fue la financiadora de la biotecnología de los
transgénicos de Monsanto, empresa que cuenta con un ministro de Mujica como
lobbysta. Tanto Soros como Rockefeller,
interesados ahora en el futuro negocio de la liberalización del consumo de la
marihuana. Y los dos plenamente conscientes de que Mújica lejos está de ser una
amenaza para el capitalismo. Deben concluir que tienen un socio un tanto
bufonesco, pero confiable.
En definitiva, me quedo con Cambalache.
* Para los lectores no
rioplatenses explico que Cambalache es un tango de 1935 con letra y música de
Enrique Santos Discépolo. Donde se compara el siglo XX con un negocio
-cambalache- donde se compran y venden objetos usados. Para quién quiera
escucharlo aconsejo la versión de Julio Sosa en el link:
http://www.youtube.com/watch? v=T0kTiKCC3UI
Fuente original: http://www. resumenlatinoamericano.org/?p= 773
1 comentario:
El LUMPEN eres tu pseudoescritor.
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