lunes, 5 de agosto de 2013

FARC- EP: La responsabilidad histórica de la violencia

Escrito por 
La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, agosto 5 de 2013


 En otras ocasiones hemos dicho e insistido, como ahora lo repetimos sin dubitaciones, que el Estado es responsable, por acción o por omisión, de lo sucedido durante el conflicto. Agregaríamos ahora, que así lo ha reconocido el Presidente Juan Manuel Santos en la Corte Constitucional, tras sugerirlo el Informe General del Grupo de Memoria Histórica.
En la actual coyuntura política, desde todos los flancos se habla de “transición” y de la necesidad de un tipo de justicia para ello. Pero pasar de un estado de cosas a otro, implica necesariamente la implementación de cambios estructurales en la institucionalidad, que permitan la reconciliación a partir de la justicia social. Por lo que, entonces, sería inconsecuente con el propósito, pretender que queden intactos todos los órganos de la cuestionada institucionalidad.
Pero, incluso, si se tratara de la transición de un estado de conflicto interno a un estado de paz, o de la oportunidad para los alzados en armas de acogerse a la Constitución, debemos decir que, indefectiblemente, si se quiere pasar de la guerra a la normalización de las relaciones sociales, saliendo del terrorismo de Estado para entrar en la construcción de la democracia verdadera, son ambas partes las que se deben acoger a la Carta fundamental. Lo cual implica que las partes acepten en la mesa de La Habana que entre otras reformas y cambios estructurales, hay que reformar la justicia para que la rama jurisdiccional logre su independencia orgánica. Pues ha sido ésta politizada por la rama ejecutiva, y la la responsabilidad del Estado en los hechos de guerra, la ha venido descalificando cada día más.
Por otro lado, debemos subrayar que al no haber vencedor ni vencido, y no habiendo concluido aún el conflicto porque el Estado, por decisión del gobierno que lo representa, no lo quiere, es entonces el Estado el mayor responsable por las consecuencias de la contienda.
Mientras siga la guerra, el derecho a la paz está por encima de cualquiera otra consideración; así, rehusar la tregua que se le ha ofrecido al Estado de manera reiterada por parte de la insurgencia, indica que no quiere aplicar el mandato del artículo 22 que dice que “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”. Actitud esta de la que, también por acción o por omisión, le sobrevienen nuevas responsabilidades que se suman a las que ya tiene por no haber querido aceptar a tiempo la existencia del conflicto interno.
Como mucho se habla de asumir responsabilidades, y las FARC-EP han indicado que el importante asunto de las víctimas por el que tanto inquiere la gran prensa alimentando odios, debe ser asumido con sensatez, realismo y apego a la verdad, proponemos la integración inmediata de una Comisión con nacionales y extranjeros, que estudie la historia de la confrontación, desde el inicio de la violencia, a fin de preparar el material requerido para evacuar el punto Cinco de la Agenda de Diálogos, referido a victimas, el cual textualmente expresa que “Resarcir a las víctimas está en el centro del acuerdo Gobierno Nacional – FARC-EP. En este sentido se tratarán: 1. Derechos humanos de víctimas. 2. Verdad”.
Considerando que el gobierno nacional impulsó el llamado Informe General del Grupo de Memoria Histórica, las FARC-EP, en desarrollo de la propuesta anterior, solicitan que la Comisión independiente que emprenda el estudio de la confrontación, lo primero que haga sea iniciar la pronta revisión y complementación del mencionado informe, atendiendo a que de él depende en gran medida el éxito de la evacuación del punto Cinco de la Agenda.
La Comisión que se establezca, deberá estudiar el tema de la violencia partidista y su incidencia en los acontecimientos posteriores y en el surgimiento de las FARC-EP, como deberá evaluar la responsabilidad también de los medios de comunicación, de la iglesia oficialista, de las potencias extranjeras injerencistas (especialmente de los Estados Unidos de América), de los latifundistas, de los empresarios y del sector financiero, hasta nuestros días.
Para mayor rigor histórico, se deberán tomar como parte fundamental de la investigación de la historia del conflicto, los archivos de los organismos de inteligencia de los años 40 y 50, del SIC, del DAS, de la inteligencia de la Policía y el Ejército, y demás organismos secretos de inteligencia, así como las actas de los Consejos de Ministros que recogen las órdenes de detención impartidas por el gobierno sin orden judicial, a la luz de la aberrante facultad que le otorgaba el artículo 28 de la Constitución, antes de la constituyente del 91.

DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC-EP


jueves, 1 de agosto de 2013

Salvadorización de los acuerdos en La Habana.


Libardo Sánchez Gómez.

Tal como ocurrió en el Salvador con el frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMNL,  las FARC-EP  aceptaron sentarse en La Habana a conversar de paz con el Gobierno colombiano, con miras a llegar a un acuerdo final que de por terminada la confrontación armada interna que ronda medio siglo, aceptando que el modelo socioeconómico no cambie. claro que acá, a diferencia de cómo allá lo hizo  El FMLN, las FARC-EP no quieren firmar un “…acuerdo de paz sin ningún diálogo democrático previo con los militantes, sin ninguna consultación con los movimientos sociales de base”  (James Petras, ¿Es posible que los "acuerdos de paz" generen justicia, paz y seguridad para el pueblo? 2013) En Colombia ha sido una exigencia de las FARC EP la participación de la llamada sociedad civil, pero eso sí ,  como las guerrillas del Salvador,    las de Colombia se aprestan a pasar de la concepción de “una guerra prolongada anti oligárquica  y antiimperialista a dejar de lado  la lucha por el socialismo basado en los obreros y en los campesinos a favor de la revolución democrática  en la que, desde luego, se incluye la burguesía progresista moderna” (James Petras)

En la  segunda etapa de negociaciones colombianas, aclarando que en la primera en lo referente al tema agrario  la burguesía no cedió un milímetro, y repitiendo el caso  Centroamericano, como lo anota Petras, los líderes de las FARC-EP  ponen:  “…el énfasis en la incorporación política al sistema electoral”,  y  a “la apertura de negociaciones sin ningún acuerdo previo y una disposición a trabajar dentro del marco electoral capitalista”,  el mundo es un pañuelo.  Y como si las FARC-EP usaran papel de calcar, abandonan, como allá:   “…las demandas de desmantelar las fuerzas armadas, de expropiar las principales empresas mineras, comerciales, banqueras y financieras.”  Al respecto, en una reciente entrevista efectuada por Hernando calvo Ospina, Iván Márquez dice: “En la mesa no estamos planteando cambios radicales a las estructuras políticas ni económicas del Estado. Ahí no se habla de socialismo ni de comunismo. Lo que buscamos es generar condiciones para llegar a un entendimiento con el gobierno. Un espacio donde encontremos las distintas visiones. Sabemos que por eso algunas organizaciones de izquierda, no sólo colombianas, ya dicen que nos volvimos una guerrilla reformista”. La misma oligarquía colombiana está decepcionada con la posición de la guerrilla, pues dicen que: “cincuenta años de guerra…  para terminar en nada...”; en el fondo muchos de sus  intelectuales quieren que la sociedad avance a formas más civilizadas, y el encuentro en La Habana es una oportunidad para lograrlo.

Y es algo increíble, en una guerrilla  que ha enfrentado  exitosamente durante cincuenta años el más crudo realismo,  ver tanto optimismo, dice Rodrigo Granda: “Es que si se abre la posibilidad de hacer política legal, sin la amenaza permanente del asesinato, en igualdad de condiciones y se hacen unas reformas políticas que puedan enrumbar al país hacia la democracia participativa, nos apuntamos. Porque se podría crear una correlación de fuerzas favorable al movimiento revolucionario, que encaminen las transformaciones radicales necesarias. Nosotros aceptamos ese reto”. Es obvio que eso no es posible, acaso no han visto y sufrido la historia criminal de la oligarquía colombiana; pero, aún,  es más optimista Iván Márquez: “Nosotros estamos seguros de que lo más importante para Colombia es garantizar una democracia real donde el soberano, que es el pueblo, determine las políticas estratégicas; donde la opinión de la gente sea tenida en cuenta sin que se le estigmatice y asesine”. Imposible Iván,  en Colombia  la oligarquía jamás tolerará la oposición política; siempre estará listo el escenario nacional donde pusieron a  bailar el  macabro "baile rojo"  de la muerte a la UP, allí mismo los pondrán a danzar a ustedes. 

Hernando Ospina  hace ver claramente que las conversaciones con la oligarquía colombiana se dan porque  los gringos las permiten, enmarcadas dentro del cuadro de sus conveniencias, entonces,al respecto  Iván Márquez expone:  “Recientemente 62 congresistas de Estados Unidos, entre ellos dos republicanos, encabezados por Jim McGovern, suscribieron una carta de apoyo a los diálogos. Esta misiva fue enviada al secretario de Estado John Kerry. Este gesto altruista lo hemos saludado. Pero también la Casa Blanca y el Departamento de Estado han expresado su respaldo. (La negrilla es mía)

Hernando Ospina, durante la entrevista, intentó  inyectar  realismo,  dice: “Debo reconocer, y ya es para terminar, que no soy muy optimista con estos diálogos. Yo creo que Colombia y los colombianos se merecen una paz con justicia social, pero conozco al Estado colombiano, conozco a Estados Unidos que es su sostén y quien al final decide. Ojalá que esa larga noche que impuso el terrorismo de Estado se detenga y por fin amanezca. Lo deseo de todo corazón”, y los representantes de los alzados en armas a través  de Pablo Catatumbo opinan: “Mire, las condiciones políticas en América Latina han cambiado. ¿Quién se iba a imaginar lo que pasó en Venezuela y Bolivia con la llegada de Chávez y Evo? ¿Quién iba a imaginar que llegarían otros gobiernos en América Latina para exigirle a Estados Unidos el respeto a la soberanía? Existen cosas impredecibles, como fue el fin de la Unión Soviética”. Por dios, dirían las beatas,  las condiciones colombianas son atípicas, distintas  si se quiere a las del resto de Latinoamérica, ya que contamos con una oligarquía ambiciosa y criminal sui generis la cual ha puesto su poder de decisión en manos de los gringos, y lógicamente estos por las buenas no van a permitir cambios estructurales al modelo de producción capitalista ni a algo que afecte sus intereses.

Volviendo al paralelo con el Acuerdo  Salvadoreño, allí los gringos aplaudieron el desmantelamiento de la guerrilla calificándolo como   "(…) un momento de inflexión histórico que iniciaba una nueva era de paz y prosperidad para el país y el pueblo". Y dice Jame Petras que “La mayoría de los académicos y periodistas de izquierda se unieron al coro de elogios al "pragmatismo" y la "flexibilidad" de los líderes del FMLN”. En Colombia también tenemos “aupadores”  de oficio de la paz académicos, candidatos de “izquierda” y de derecha y politólogos de todos los pelambres; recientemente  Carlos Medina Gallego, docente-Investigador de la Universidad Nacional de Colombia, escribió un artículo muy juicioso acerca de la reciente desmovilización de 30 supuestos guerrilleros    de la compañía “Lucho Quintero” del ELN, pero al final,  de manera incomprensible, pide: “Un urgente trabajo de mediación política por parte de la Comisión Facilitadora Civil y La comunidad internacional debe emprenderse para que se produzcan lo más rápido posible, la liberación del canadiense y se dé inicio a una fase exploratoria que conduzca a una mesa de conversaciones que en un tiempo prudencial se unifique al proceso en marcha con las FARC”. El común del pueblo se pregunta cuál es el afán del profesor Carlos Medina y de todos “pazólogos” por anular una de las formas de lucha sociopolíticas  contra la oligarquía usurpadora, ¿qué hay detrás de esa  prisa huracanada,  que pretende  dejarle    a la oligarquía, de manera gratis, libre de piedras  sus zapatos?

¿Qué   pueden esperar las FARC-EP y el ELN de la transición de la lucha armada y la movilización de masas a la política electoralista?  La  historia   muestra el sitio donde quedaran ubicados, y será en el mismo lugar donde se han colocado los guerrilleros desmovilizados en todas partes del mundo y en todos los tiempos;  James Petras señala claramente el rol que han jugado los reinsertos  de Colombia y el Salvador, dice: “muchos fueron elegidos en puestos públicos, lo que les garantizó un estándar de vida de clase media. Como congresistas, asesores políticos, asistentes y alcaldes, la élite del FMLN recibió salarios sustanciales, adquirieron viviendas en barrios de clase media y nuevos automóviles y contrataron guardias privados para su protección”. 

Respecto de los  beneficiarios del acuerdo paz   Petras anota que en el Salvador: “Los principales beneficiarios del Acuerdo de paz fueron los "burgueses modernos" -la élite bancaria, comercial, de la agroindustria, de las maquiladoras- quienes hicieron grandes ganancias, pagaron muy pocos impuestos, recibieron subsidios estatales y explotaron la mano de obra barata de las maquiladoras”. Y cuenta que a los “nuevos burgueses” les tocó contratar empresas de seguridad “para proteger sus casas, negocios, clubes privados y balnearios de vacaciones”. En  Colombia no queremos ver como "cargaladrillos" de las cabezas   a los compañeros de armas de las bases (eso ya sucedió con muchos desmovilizados del M-19) pues las prebendas de la oligarquía tan sólo alcanzarán para un centenar de desmovilizados; en el Salvador la bonanza alcanzó para sesenta insurgentes de la cúpula.  

Dice Petras que   el  FMLN ha tratado de legitimar el orden socioeconómico neoliberal escudándose en su "heroico y glorioso pasado guerrillero".  Y que los políticos corruptos del FMLN evocan su rol del pasado como "comandantes guerrilleros", para encubrir sus conexiones corruptas del presente con la élite económica”. Dada la similitud de condiciones en la que se dan las conversaciones en La Habana con las salvadoreñas, asusta pensar que la historia escriba un libreto idéntico para nuestro país. Es que la sociedad, como en los seres vivos, estructuras similares generan los mismos efectos. 

En su ensayo, a modo de conclusión, James Petras afirma que: “queda claro que el acuerdo de paz firmado por el FMLN ha fracasado en el cumplimiento de las mínimas demandas políticas y socioeconómicas de sus bases. A pesar de los grandes sacrificios y los incontables ejemplos de heroísmo personal, las masas populares de El Salvador fueron despojadas de todo logro positivo. Los poderosos movimientos fueron desmantelados por decreto de los comandantes guerrilleros. Los principales líderes que dictaron dichas políticas lo hicieron ya sea porque eran colaboradores de las fuerzas militares de EE.UU. (Villalobos) o aliados de la llamada burguesía "progresista".  En otro aparte dice: “Los acuerdos de paz que desarman a los insurgentes y mantienen a las fuerzas armadas, que son el sostén de la élite económica y de su control sobre los sectores estratégicos de la economía, dan como resultado una continuidad de las políticas neoliberales y de las bases militares de EE.UU. y producen la integración de los ex líderes guerrilleros en un sistema político corrupto y reaccionario”. Y sostiene algo premonitorio para Colombia, basado en tales hechos históricos: “Los ex líderes guerrilleros promoverán sus carreras electorales y trabajarán dentro del sistema adoptando políticas neoliberales -como lo han demostrado numerosos casos. En Colombia, por ejemplo, Antonio Navarro Wolff, ex integrante del M-19 se convirtió en un aliado del entonces Presidente Álvaro Uribe y su régimen de escuadrones de la muerte cuando fue gobernador de Nariño. Teodoro Petkoff, ex guerrillero venezolano, devino en uno de los ideólogos del programa de austeridad del FMI durante el gobierno de Caldera. Joaquín Villalobos, el ex guerrillero salvadoreño del ERP, se convirtió en asesor de la CIA y de varios regímenes criminales que le pagaron cuantiosas sumas por su asesoramiento”.   

En  el caso colombiano queda una lene esperanza de que la historia gire definitivamente a la izquierda, esperanza  anclada en las recientes declaraciones de los voceros y del mismo Timochenco. y desde los distintos puntos cardinales llegan vientos de que la guerrillerada  no está  dispuesta  a entregarse por nada; no se puede pensar que el Sargento Pascuas, quien dejó la  comodidad de la trinchera para ir a aburrirse en la aridez de una casa con las comodidades de un hotel cinco estrellas, pueda abandonar  sin más su causa la misma de Manuel Marulanda. Varios “Pensionados  de la guerra”,   que  superan los setenta años, han afirmado que si se firman  acuerdos en La Habana sin que, por ejemplo,   cambie la estructura de tenencia de tierras y se modifique el número y estructura de las fuerzas armadas colombianas, y sin que se prohíba el uso de bases militares a los gringos, ellos volverán a empuñar las armas hasta agotar el último aliento de vida.   La esposa de Pablo Catatumbo le dijo  a una periodista de La Otra Orilla: “… y si  toca volver a Colombia, volver a las montañas a empuñar el fusil lo volveré hacer, y si me toca morir lo haré”.  

Claro que en Colombia, lo que no ocurrió en el Salvador, no todo está perdido; acá queda  en pie de lucha MEGATEO, el guerrillero campesino que recogió la posta que botaron sus compañeros de lucha del EPL. Megateo,  es un hombre astuto y carismático,   como lo fue Manuel Marulanda Vélez; también ha sido puesto en la picota pública, como narcotraficante y terrorista por los grandes medios de comunicación y sobre todo por el infantil ministro de guerra Pinzón, y si lo dice este   pendenciero es porque Megateo es un buen hombre;  este guerrillero está dispuesto a recoger a los guerreros  que quieran cumplir con su consigna: vencer o morir. 


El proceso de Paz




Allende La Paz, Cambio Total.

La demostración de que el gobierno de JM Santos sabe muy poco, por no decir nada, sobre los diálogos de Paz es su posición de ayer en la que expresa que « la Constituyente es el inicio y no el final de la paz ». No sabe Santos que la Paz no es un « estado » estático, sinoun proceso. Un proceso vivo hecho por seres vivos y no por seres que siempre quieren la muerte de sus contradictores.

La Paz es un proceso que se inició desde el momento mismo en que la oligarquía inició la confrontación. Declaró la guerra y siguió cada 4 años decretándole la guerra a la insurgencia armada y al pueblo colombiano, a fin de imponerles sus políticas dictadas desde los centros de poder imperiales. Mas todo aquel que empieza una guerra tiene que tener en su mente que ella termina en una paz futura.

Ahora bien, sentarse a dialogar –así sea obligados como en el caso del gobierno colombiano- es un primer paso hacia la paz, pero no es la paz misma, ni siquiera es el inicio ni el final. Tampoco lo es la firma de unos acuerdos porque todos los acuerdos se pueden romper. Mucho menos lo es la « dejación de las armas », porque si no se realizan transformaciones profundas no se ha llegado a ningunos Acuerdos y hacen imposible la desaparición de las armas como mecanismo para resolver conflictos. 

El gobierno nacional pretende que las FARC entreguen las armas, pero ellos continúan con las armas de las fuerzas militares-narcoparamilitares en su poder y el estamento militar sigue –y seguirá- aplicando el Terrorismo de Estado de la Doctrina de Seguridad Nacional. Todos los colombianos sabemos que si no hay transformaciones profundas en el estamento militar, será imposible aclimatar la Paz en Colombia, al igual que si no hay transformaciones políticas, sociales, etc.

Por ello la insistencia de las FARC de que los Acuerdos logrados en la Mesa de La Habana sean refrendados por una Constituyente que  produzca una Constitución que sea un gran tratado de Paz entre los colombianos. Arranca ahí otra etapa del proceso de Paz. Una vez refrendados los Acuerdos por la Constituyente, será el momento de la implementación, la construcción, de un Nuevo País. Un nuevo país con justicia social, libertad, democracia, independencia y soberanía nacional. Y de ahí estaremos en constante movimiento para desarrollar la Paz.

A quién se le habrá ocurrido que unas conversaciones con las guerrillas de las FARC y el ELN significaría un « aquí estoy, perdón » y « aquí no ha pasado nada » ? A las « lumbreras » Santos, Carrillo, Gaviria, De la Calle ? No, no. Se equivocaron « de cabo a rabo ». Y no es que el pueblo pretenda realizar la « revolución por decreto ». No. Es el gobierno en representación del estado el que quiere « lograr en la mesa » lo que no han alcanzado en el campo militar. Conseguido el Nuevo País –capitalista, burgués, todavía- viene la lucha política del pueblo por instaurar un modelo de país como a él le dé la gana, el cual no puede ser dictado por las oligarquías y el imperio. 

Dejaremos las armas en poder de unas fuerzas militares que día a día llena de sangre inocente los suelos colombianos ? No siguen demostrando el tratamiento que le dan -y seguirán dando- a las poblaciones que osen levantarse a exigir sus derechos ? No está esto palpable en el « tratamiento a bala » dado a los campesinos del CataTumbo ? No es el Catatumbo una muestra del Terrorismo de Estado ? 31 masacres y 12.000 víctimas en el Catatumbo son prueba de ello. 

Además, 500.000 víctimas, 75.000 desaparecidos, miles de ejecutados extrajudicalmente (3.500 desde Uribhitler), y más de 5.500.000 de desplazados forzados desde 1964 son las víctimas en todo el territorio nacional que no pueden llevar a las guerrillas si no a luchar por una solución política que signifique transformación del aparato estatal, transformación que quizá sea hacia una modernización burguesa del estado en esta primera etapa.

La verdad es que en La Habana parece que se está hablando con las mismas palabras con diferentes significados.

lunes, 29 de julio de 2013

Lecciones de El Salvador para las FARC colombianas. ¿Pactar acuerdos sin cambiar el modelo, suicidio político militar de la insurgencia?


¿Es posible que los "acuerdos de paz" generen justicia, paz y seguridad para el pueblo?


Introducción

Se da por sentado que los "acuerdos de paz" entre regímenes de derecha pro-estadounidenses e insurgentes de izquierda generan paz, justicia y una mayor seguridad. Varios acuerdos de paz firmados en la década de 1990 en América Central, Sudáfrica, Filipinas y otros países proveen un amplio caudal de datos, a lo largo de más de dos décadas, tanto a favor como en contra de esa idea generalizada.

Examinaremos el caso de El Salvador donde un poderoso movimiento guerrillero (FMLN) firmó un acuerdo de paz en 1992.

Método de evaluación del Acuerdo de Paz

En referencia al análisis del Acuerdo de Paz es importante comenzar enfocándonos en la evolución del FMLN -los cambios políticos, organizativos e ideológicos que condujeron a las negociaciones, al pacto con el régimen de derecha y los resultados políticos y socioeconómicos.

La segunda parte del ensayo establece los parecidos y las diferencias entre los resultados políticos y socioeconómicos y las políticas posteriores al pacto, y el efecto que estas tuvieron en el pueblo. Esto nos permitirá ver quién se benefició y quién se perjudicó; qué clases socioeconómicas y estructuras políticas emergieron; qué políticas extranjeras fueron delineadas.
La tercera sección del ensayo se enfoca en extraer las lecciones que podamos aprender de la experiencia de El Salvador, que sean aplicables a las actuales negociaciones de paz entre las FARC y el régimen de Santos en Colombia.

El FMLN: De la revolución socialista al electoralismo capitalista

En 1980, cuatro grupos guerrilleros principales se unieron para formar el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El componente fundamental, el FPL, postulaba la guerra prolongada, la unión de la guerrilla y de los movimientos de masa en la lucha revolucionaria y antiimperialista. Los aliados menores, encabezados por el Partido Comunista postulaban las dos etapas, "de la revolución democrática a la revolución social".

Poco más de dos años después, los tres componentes minoritarios, el ERP, el Partido Comunista y el RN, transformaron la política del FMLN, eliminando la lucha por el socialismo basado en los obreros y en los campesinos a favor de la "revolución democrática", que incluía a la "burguesía progresista moderna". A medida que la lucha continuaba, los reacomodamientos internos del FMLN se inclinaron a favor de un giro al "centro". Los líderes del FMLN pusieron el énfasis en la incorporación política al sistema electoral, la legalización del FMLN, la apertura de negociaciones sin ningún acuerdo previo y una disposición a trabajar dentro del marco electoral capitalista. Cuando comenzaron las negociaciones el FMLN abandonó las demandas de desmantelar las fuerzas armadas, de expropiar las principales empresas mineras, comerciales, banqueras y financieras. Aceptaron la formación de la "comisión de la verdad" que "examinaría" los crímenes de guerra -la matanza masiva de más de 75 mil civiles.

En 1992, cuando se firmó el acuerdo de paz, los ex guerrilleros, el régimen de El Salvador y el gobierno de EE.UU. lo calificaron de "un momento de inflexión histórico que iniciaba una nueva era de paz y prosperidad para el país y el pueblo". La mayoría de los académicos y periodistas de izquierda se unieron al coro de elogios al "pragmatismo" y la "flexibilidad" de los líderes del FMLN. Los social demócratas europeos, especialmente el régimen socialista español, ofrecieron cursos de entrenamiento a los ex guerrilleros, para capacitarlos en asuntos municipales y gubernamentales.

Evaluación de las políticas del FMLN en la oposición y en el gobierno

Los líderes del FMLN se beneficiaron de manera directa con la transición de la lucha armada y la movilización de masas a la política electoralista: muchos fueron elegidos en puestos públicos, lo que les garantizó un estándar de vida de clase media. Como congresistas, asesores políticos, asistentes y alcaldes, la élite del FMLN recibió salarios sustanciales, adquirieron viviendas en barrios de clase media y nuevos automóviles y contrataron guardias privados para su protección.
La mayoría de los políticos del FMLN retuvieron una ideología social demócrata y una retórica radical en el discurso. Algunos, como el ex dirigente del ERP, Joaquín Villalobos, se alió con la derecha, denunció a los movimientos populares, recibió una beca de Oxford y se convirtió en un asesor de los escuadrones de la muerte en Colombia, Filipinas, Irlanda del Norte y otros países.

El FMLN prácticamente abandonó los movimientos de masa urbanos y rurales convirtiéndose en un partido electoral más. Durante las revueltas populares entre 1980 y 1990, los campesinos consiguieron una reforma agraria, los empleados públicos un incremento salarial, y las organizaciones populares proliferaron mientras que el gobierno y EE.UU. trataban de recortar el apoyo popular a la insurgencia. Una vez que los líderes del FMLN entraron al parlamento y priorizaron la política electoral, disminuyó la presión sobre la clase dominante, decreció la lucha popular y terminó la reforma agraria. Los gremios recibieron muy poco apoyo de los políticos del FMLN. El FMLN liderado por Shafik Handel buscó una alianza con la "burguesía moderna" para "aislar" a la oligarquía terrateniente "tradicional", estabilizar la democracia y garantizarse una postura en el Congreso como "oposición leal". En 2009, el FMLN ganó la presidencia con un candidato neoliberal, el demócrata cristiano Mauricio Funes, y obtuvo una mayoría del Congreso.

La sociedad salvadoreña después del acuerdo de paz

El FMLN firmó el llamado acuerdo de paz sin ningún diálogo democrático previo con los militantes, sin ninguna consultación con los movimientos sociales de base; declararon obsoletas las principales reformas estructurales por las que miles de militantes habían luchado y entregado su vida. En cambio, "consultaron" con sus propios intereses para conseguir una carrera legislativa. Dictaron los acuerdos a sus cuadros intermedios, expulsaron a los críticos y manipularon a las masas para que den su apoyo ofreciéndoles promesas falsas de "continuar con la lucha". No cumplieron con las promesas de trabajo y redistribución de ingresos y tierras; nunca se materializó la promesa de "reformar" las fuerzas armadas ni entablar procesos judiciales en contra de los oficiales involucrados en violaciones masivas de derechos humanos.

De 1992 a 2013, El Salvador continúa siendo el segundo país en la lista de los más desiguales de América Latina. El desempleo, en especial de la gente joven, continúa superando el 50%. Más del 60% de la "población trabajadora" no tiene un empleo formal. Trabajan sin jubilación, seguro médico, vacaciones ni seguro social, mayoritariamente en el sector de servicios con los salarios más bajos, ya sea como vendedores ambulantes o empleadas domésticas. Más de 2,5 millones de salvadoreños se vieron forzados a dejar el país por falta de oportunidades. Los jóvenes guerrilleros fueron abandonados por sus líderes. Algunos recibieron terrenos pero sin capacitación, crédito, servicios, fracasaron y se convirtieron en pandilleros urbanos o rurales. Más de 25 mil jóvenes pertenecen a pandillas que trafican con drogas. El Salvador detenta el segundo porcentaje más alto de homicidios violentos en el continente americano. De hecho, son más los salvadoreños asesinados después del "Acuerdo de paz" (1992-2012) que los muertos durante la guerra civil (1980-1991). Desde marzo de 2012, cuando las dos pandillas principales firmaron una tregua han disminuido drásticamente los asesinatos.

El Acuerdo de paz estableció la formación de una "Comisión de la Verdad" para investigar los crímenes de guerra y las violaciones de derechos humanos. En lugar de cumplir con ese objetivo, se decretó una amnistía para los Generales y la élite militar. La Comisión carecía de apoyo financiero y político y ningún criminal de guerra, ni siquiera aquellos que cometieron los crímenes más violentos fueron enjuiciados ni mucho menos encarcelados.

Los principales beneficiarios del Acuerdo de paz fueron los "burgueses modernos" -la élite bancaria, comercial, de la agroindustria, de las maquiladoras- quienes hicieron grandes ganancias, pagaron muy pocos impuestos, recibieron subsidios estatales y explotaron la mano de obra barata de las maquiladoras. Las compañías de seguridad privada prosperaron como la clase de nuevos ricos -incluyendo la élite de "nuevos ricos" del FMLN que contrató un ejército de guardias privados armados con rifles automáticas y ametralladoras para proteger sus casas, negocios, clubes privados y balnearios de vacaciones.

El Salvador, antes y después del triunfo electoral del FMLN, puede ser caracterizado como un paraíso neoliberal: acuerdos de libre comercio, salarios bajos, trabajadores no sindicalizados, mano de obra barata de las maquiladoras, en síntesis, las zonas de libre comercio son la pieza fundamental de la política económica del FMLN.

La llamada "Revolución democrática" fue despojada de todo contenido socioeconómico. La distancia social entre los líderes del FMLN y sus contratistas de negocios aliados por un lado, y las masas por el otro, es abismal. Los líderes del FMLN habitan viviendas modernas, protegidas por muros de tres metros cubiertos con vidrio roto y alambre de púa, con calles pavimentadas y jardines con flores. La mayoría de los salvadoreños pobres vive en sitios hacinados, con calles sin asfaltar, controlados por pandillas armadas que trafican droga y policías corruptos.

El régimen del FMLN ha respaldado los acuerdos de libre comercio de EE.UU. y la Unión Europea en América Central al igual que las bases militares de EE.UU. Sus políticas de libre mercado perjudican a los pequeños y medianos productores. Sus vínculos militares con el Pentágono fortalecen la postura militar de EE.UU. contra Venezuela y Ecuador.

Consecuencias políticas del Acuerdo de paz

Durante la guerra civil, la lucha de clases incrementó la conciencia de clase, fortaleció la organización independiente de clase y forzó a la clase dominante y sus "mentores" estadounidenses a que hicieran concesiones, incluyendo una reforma agraria para los campesinos y un aumento salarial para los obreros. Posteriormente al pacto de paz, las organizaciones de base experimentaron una reducción de tamaño y actividad; los líderes fueron cooptados por la élite del FMLN. El control político centralizado de los movimientos sociales asegura el conformismo frente a las políticas neoliberales. El FMLN trata de legitimar el orden socioeconómico neoliberal escudándose en su "heroico y glorioso pasado guerrillero". Los políticos corruptos del FMLN evocan su rol del pasado como "comandantes guerrilleros" para encubrir sus conexiones corruptas del presente con la élite económica. Cada vez que un sindicato va a la huelga por mejoras salariales o laborales, como los trabajadores municipales, de la salud y o de la educación, los líderes del FMLN los acusan de tener motivaciones "políticas" o de "ayudar" al enemigo. El FMLN se convirtió en un aparato burocrático manejado por facciones de las élites que pelean por posiciones de poder y privilegio dentro de la burocracia estatal neoliberal.

Frente al abyecto fracaso del FMLN y su gestión de gobierno para responder a las necesidades más básicas de los pobres de las ciudades y del campo, cientos de ONGs financiadas por los gobiernos de EE.UU. y Europa, en las que trabajan profesionales de clase media, establecieron proyectos de autoayuda, que enriquecieron a los líderes de las ONGs, perjudicaron a los movimientos sociales locales y no fueron eficaces para reducir la pobreza.

Sin paz, seguridad ni justicia social, y ante el debilitamiento de los movimientos sociales, ¿podemos sorprendernos de que anualmente decenas de miles de salvadoreños huyan de su país? Hay más de 2,5 millones de salvadoreños en el exterior, más del 90% de los cuales vive en EE.UU.

Conclusión: Causas del fracaso del Acuerdo de paz

Haciendo un análisis objetivo, queda claro que el acuerdo de paz firmado por el FMLN ha fracasado en el cumplimiento de las mínimas demandas políticas y socioeconómicas de sus bases. A pesar de los grandes sacrificios y los incontables ejemplos de heroísmo personal, las masas populares de El Salvador fueron despojadas de todo logro positivo. Los poderosos movimientos fueron desmantelados por decreto de los comandantes guerrilleros. Los principales líderes que dictaron dichas políticas lo hicieron ya sea porque eran colaboradores de las fuerzas militares de EE.UU. (Villalobos) o aliados de la llamada burguesía "progresista".

Se pueden extraer varias lecciones:
1) El pasado combatiente no es una garantía de compromiso socioeconómico progresista después de la negociación de un acuerdo.
2) Un acuerdo de paz dictado por una élite suele implicar un sacrificio de los intereses socioeconómicos como garantía de ganar una imagen de "respetabilidad" política.
3) Aliados extranjeros "radicales", como Cuba, tienen sus propios intereses políticos para asegurar la estabilidad regional y la paz, y tal vez dichos intereses no coinciden con las necesidades socioeconómicas de un movimiento revolucionario de masas.
4) Los acuerdos de paz deben incluir de manera directa a los representantes de los movimientos populares de masas e incorporar sus demandas.
5) Los acuerdos de paz que desarman a los insurgentes y mantienen a las fuerzas armadas, que son el sostén de la élite económica y de su control sobre los sectores estratégicos de la economía, dan como resultado una continuidad de las políticas neoliberales y de las bases militares de EE.UU. y producen la integración de los ex líderes guerrilleros en un sistema político corrupto y reaccionario.
6) Un pacto de paz que no genere inversiones públicas masivas en el sector laboral, obras públicas, reforma agraria y otras actividades productivas dará como resultado el desempleo de los ex guerrilleros jóvenes que se incorporarán a pandillas de tráfico de droga y otros delitos.
7) Los ex líderes guerrilleros promoverán sus carreras electorales y trabajarán dentro del sistema adoptando políticas neoliberales -como lo han demostrado numerosos casos. En Colombia, por ejemplo, Antonio Navarro Wolff, ex integrante del M-19 se convirtió en un aliado del entonces Presidente Álvaro Uribe y su régimen de escuadrones de la muerte cuando fue gobernador de Nariño. Teodoro Petkoff, ex guerrillero venezolano, devino en uno de los ideólogos del programa de austeridad del FMI durante el gobierno de Caldera. Joaquín Villalobos, el ex guerrillero salvadoreño del ERP, se convirtió en asesor de la CIA y de varios regímenes criminales que le pagaron cuantiosas sumas por su asesoramiento.

Los movimientos populares deben establecer sus propias prioridades socioeconómicas y estar presentes en cualquier proceso de paz.

La vasta mayoría de los obreros, campesinos y estudiantes quieren una paz que vaya acompañada de cambios en el sistema socioeconómico. Esto incluye expropiación de tierras irrigadas y fértiles; el fin de la represión sindical y el establecimiento de nuevas leyes laborales que protejan los sindicatos; la duplicación del salario y la formación de comités de trabajadores que supervisen a la administración.

Para que sea posible implementar un programa público a gran escala generador de empleo, se requiere un sistema impositivo progresivo, que use los impuestos a los ricos para financiar infraestructura y empresas productivas. Las agencias del medioambiente constituidas por ecologistas, indígenas y líderes campesinos deben tener el poder necesario para regular las actividades mineras y garantizar que exista una distribución equitativa de los ingresos impositivos y los pagos de royalty.

Por encima de todo, para que un acuerdo de paz funcione debe existir un estado democrático, en el que: se desmantelen las Fuerzas Especiales, los programas de contrainsurgencia, las bases militares y las misiones de asesoramiento extranjeras. El abyecto fracaso del FMLN para cambiar la sociedad de El Salvador y mejorar las condiciones de vida de las masas estuvo directamente relacionado con su inserción en el estado capitalista y su subordinación a la economía neoliberal.

La "teoría de las etapas" del gurú del FMLN, Shafik Handel sostenía que la "modernización capitalista y la democracia" en alianza con la burguesía moderna era el "objetivo inmediato" mientras que el socialismo era para el "futuro distante". Esta "teoría de las etapas" dejaba de lado el hecho de que la "burguesía moderna" estaba estructuralmente atada a las élites de los terratenientes tradicionales, la banca y el imperio, y no estaba, de ninguna manera comprometida con una supuesta "revolución democrática". El FMLN, descartó el socialismo, nunca logró concretar una revolución democrática y finalizó presidiendo un país empobrecido y desgarrado por delitos sangrientos en el que la élite política era socia de los mismos clubes sociales que su antiguo enemigo de clase.

Es necesario que las FARC estudien atentamente las lecciones negativas del pasado, de los desastrosos acuerdos de paz de América Central, del MR-19 que se rindió a un estado de narcos, para de esa manera proponer un acuerdo de paz en consulta con la mayoría del pueblo y en beneficio de ella, y no uno que simplemente les garantice puestos en el Congreso.

COMUNICADO COMITÉS AMBIENTALES Y CAMPESINOS DEL TOLIMA

CON POESÍA, MUSICA Y CANTOS, PIEDRAS Y SU PRINCIPAL 

CORREGIMIENTO DOIMA, CELEBRAN EL TRIUNFO DE LA 

VOLUNTAD POPULAR!!!


Unas horas después de cerradas las urnas de la consulta popular en el municipio de Piedras- Tolima, sus habitantes deciden por el No a ningún proceso que tenga que ver con la minería a gran escala en su territorio.

De esta manera Piedras y su principal corregimiento Doima, se convierten en un ejemplo de dignidad y lucha, de los caminos posibles que tiene el Movimiento Popular en Colombia para enfrentar la Locomotora Minero energética de Santos.

Con esto le decimos a Santos, que no es él quien puede imponer su voluntad sobre la voluntad de los pueblos, le decimos que por encima de sus intereses y sus negocios está el arrojo de un pueblo que busca salvaguardar la Vida y por supuesto el Ambiente.

En Piedras el NO representa en este momento 3.004 votos, Frente a 24  votos por el SI.

Este ejemplo, tendrá que ser seguido a lo largo 

y ancho del país para frenar los abusos de las

transnacionales extractivistas.



viernes, 26 de julio de 2013

MEGATEO: EL HOMBRE DURO DEL CATATUMBO Y DE QUIEN SE OIRÁ HABLAR EN EL FUTURO.


Si las FARC- EP y el ELN se desmovilizan, como todo indica, MEGATEO, se convertirá en el MANUEL MARULANDA del futuro. Se trata del campesino guerrillero que, cuando sus compañeros traicionaron la causa,   cogió la posta; y, hoy, ha logrado consolidar una   retaguardia segura. Las bases de las FARC-EP y de los ELENOS, que no se desmovilicen, y según se dice constituyen la mayoría,  en el EPL van a encontrar la trinchera de la futura insurgencia. El  pueblo colombiano debe irse acostumbrando a escuchar el nombre MEGATEO; desde hace tiempo el gobierno y los grandes medios de comunicación  vienen combatiéndolo y estigmatizándolo como cultivador de coca, procesador y narcocotraficante; y dicen que mientras efectúa estas actividades, por otro lado, fabrica armas, le dispara al avión fantasma, derriba helicópteros; da entrevistas a Semana y  escribe sobre el inhumano modelo capitalista y la fallida socialdemocracia; que también siembra minas y prepara emboscadas y, como lo era Manuel Marulanda en su tiempo, es invisible; no obstante el ministro de la guerra Pinazón ya le ha dado de baja más de una docena de veces, al ritmo que va terminará rompiendo el récord de  Marulanda, al cual durante su larga vida de guerrero la oligarquía lo mató dos mil doscientas veces.  Es  decir que en MEGATEO, hoy, tenemos  nuestro propio Super man.

Y lo bueno para MEGATEO es que la oligarquía no se preocupa de Él y ni lo nombra a la hora de entablar diálogos de entrega y sumisión  con los alzados en armas. Imagina que desmovilizados las dos más grandes insurgencias, exterminarlo es asunto de niños; pero ojo, el enano se les puede crecer; amanecerá... y veremos a Megateo por todos los rincones de la patria.



jueves, 25 de julio de 2013

Acuerdos en La Habana, van mis restos

Libardo Sánchez Gómez*

Un amigo me propuso una apuesta en la que de por medio está el destino del pueblo excluido de Colombia; luego de escuchar la inaudita invitación acepté gustoso;  en vez de dinero  acordamos poner  sobre la Mesa de negociaciones de La Habana una semana de ayuno, con la cual paga el perdedor.  Que  las FARC-EP abandone o no lucha armada es el núcleo de la apuesta,  yo   aposté a que eso era un imposible.  Y  arriesgué mi lonchera basándome en un par de presupuestos ideológico-conceptuales del materialismo  científico. Como premisa fundamental partí del hecho de que la FARC es un movimiento de orientación marxista leninista- y me dije -sí así es- ellos más que nadie saben que las transformaciones sociales únicamente son posibles gracias a revoluciones  violentas, más  en Colombia donde a los reales opositores se les elimina físicamente. Y otra premisa de hondo  calado, que me permitía ir sobre seguro, y que tiene que disuadir de cualquier intento por abandonar la lucha armada a la insurgencia, es  aquella que tiene que ver con el modo de producción, pues dice Marx:  “El carácter y la estructura de toda sociedad se hallan determinados por el modo de producción imperante. Al cambiar este modo de producción, cambia también todo el régimen social, cambian las ideas políticas, jurídicas, religiosas, artísticas, filosóficas y cambian las instituciones correspondientes. El cambio de modo de producción constituye una revolución” ver http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/05/por-que-socialismo-y-no-capitalismo.html, así que al dejar las armas aceptan, automáticamente, vivir en lo económico en  el modo de producción capitalista y en lo político bajo la social democracia. Y, además, tendrán que aterrizar  en pleno neoliberalismo.      Mi  razonamiento se refuerza con la opinión  de  Alberto Moreno Rojas,  Presidente del Partido Comunista del Perú: “… el dominio que ejerce la burguesía en la sociedad no se limita al ámbito económico; es también así en el terreno de la política, la ideología y la cultura. Lo nuevo que nace y está en desarrollo debe enfrentar, pues, una inmensa fuerza protegida desde el Poder estatal establecido, que nunca cederá un milímetro sin resistencia ni aceptará la pérdida de sus ventajas y privilegios”. Estoy absolutamente seguro que la insurgencia,  teniendo como sustento teórico  el marxismo leninismo,   tendrá muy presente la advertencia del mismo  Alberto Moreno: “no es suficiente, pues, la emoción social, el estado de ánimo beligerante o la repugnancia moral a un sistema que se pudre”. ¿Serán   suficientes los ímpetus políticos de los ex guerreros cuando un modelo sin entrañas se las quiera sacar? Entonces, será cuando echarán de menos las armas, y muchos de quienes se desmovilicen, con toda seguridad, volverán a empuñarlas, como ya aconteció.  Poniendo a caminar de cabeza la idea de Alberto Moreno, seguramente,   los corajudos guerreros no querrán  entender  la vida como la entiende la burguesía: “…siempre entre la ilusión de ser alumbrador de lo nuevo y, al mismo tiempo, esperanzado buceador de los privilegios que pueda ofrecerle la burguesía”. Y ya tienen el ejemplo de  los  que entregaron las armas y su causa revolucionaria para acomodarse a la izquierda de la burguesía. Unos  fungen como ilustres comentaristas políticos, denostando de quienes persisten en el uso de las armas, otros como gobernadores y alcaldes. Incluso algunos marchan bajo la batuta  del “Gran colombiano”, el No. 82 en la lista de honor de la DEA.

Mi amigo, que  también se las trae y siempre esconde un as bajo la manga, me contestó con un argumento tan contundente  como una bala de bazuca: Las FARC – EP, dijo mirándome con sus “grandes ojos fijos”, aceptaron negociar sin que el modelo cambie. De momento quedé aturdido, y   mirando de reojo su sonrisa socarrona le dije a secas, Buen punto. Y Recordé  las palabras de Antonio García del ELN, “es una irresponsabilidad entablar negociaciones aceptando que no cambie el modelo”. En ese instante guardé silencio y dejé quieto entre la manga mi as. Qué podía yo argumentar a favor de la insurgencia, que  ha  aceptado sentarse a lograr acuerdos teniendo como premisa la negativa de la oligarquía de cambiar las estructuras económicas, políticas y sociales que hoy condenan al pueblo colombiano a la miseria. Sólo me quedaba escondido un argumento el que en ese momento no quise exponer, me lo guardé en el bolsillo para más adelante.

Hace unos   días escribí el artículo “Mala hora para deponer las armas” (http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/05/mala-hora-para-deponer-las-armas.html)  en el dije que  si “…los muchachos deciden deponer y entregar las armas, como producto de un acuerdo en La Habana, será porque se cansaron de eludir balas y bombas, y, si esa es la razón, están en todo su derecho; así como nadie les obligó a empuñar el fusil nadie puede detenerles en su decisión de devolverlos…”.  Y En otro artículo: “Preocupaciones Centrales de los Movimientos sociales en Latinoamérica” (http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/06/preocupaciones-centrales-de-los.html)  resalté la palpitante angustia de los movimientos sociales latinoamericanos que les causa la posibilidad de que las FARC-EC depongan las armas,  sin que se pacte la transformación del modelo de producción; y, por otro lado, que el presidente Nicolás Maduro no pueda sacar adelante  la revolución Venezolana. Ese clamor de toda Latinoamérica tiene que anidar en algún rincón de su conciencia.   

Pensando en lo que deben sentir los que aguantan hambre a diario, cosa que me tocará hacer si pierdo,  me digo,  habrá que acudir al corazón, pues cuando falla la cabeza nos queda éste; cincuenta años de historia maciza aunque se quiera no se pueden echar por la borda, pues han anclado en el corazón y en  alma del guerrero y del pueblo. ¿Empeñaron    su    vida tras una vana ilusión Manuel Marulanda y los hombres que pusieron el pecho a las balas de la ignominia? ¿No volverán los arreboles? ¿Quedará tan sólo como recuerdo el silencio muerto de la metralla? http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/05/manuel-marulanda-los-arreboles-volvieron.html

Mi amigo, que a veces parece mi peor enemigo, me disparó otro dardo directo al corazón; con aire glotón dijo, Es que no se pueden sobreponer a tanta embarrada, y   no es el enemigo el que los está venciendo son ellos mismos los que se causan letales desgastes. Eso no es tan grave, lo dije con desbordante  optimismo, y le expliqué, Pues así como han cometido monumentales embarradas también han logrado colosales aciertos, tan grandes que los han hecho incrustarse en el corazón del pueblo colombiano. Para corregir los errores basta pedir perdón y asegurar que no se vuelven a cometer.

Mi  mejor nuevo amigo sin cejar en el empeño, me lanzó una bola de cristal, para que mirara   en ella  el futuro;  prefiero, le dije,  contemplar el presente. Bueno, entonces, mire  el empate técnico entre insurgentes y gobierno; por eso van a dejar las armas.  Un empate técnico, le ataje, en las condiciones colombianas es el mayor de los triunfos. No hay cómo medir lo que significa enfrentar con éxito durante cincuenta años al ejército más numeroso de Latinoamérica, apoyado económica, logística y tecnológicamente por el más poderoso ejército del planeta. Sólo basta resistir, qué se yo, otros cincuenta o, tal vez, cien años más. En una guerra asimétrica el tiempo poco importa. Mi amigo me miraba con ojos asombrados, como si pensara que yo había perdido la razón. Tal vez…, asintió rumiando las palabras,  pero eso no los detiene. Volví a  atajarle, Pueda que no se necesite tanto tiempo, el imperio USA va en franco declive  mientras los Chinos van en vertiginoso ascenso; ya lo están superando económica y militarmente; incluso China está desarrollando armamento de VI generación, el cual no han podido los rusos ni los gringos siquiera imaginar de qué se trata. Y para rematar le recordé: la oligarquía colombiana sin el apoyo USA anochece y no amanece.  Por fin pude hacerle bajar el tono  a mi amigo.

Y para que mi persistente interlocutor permaneciera callado le enumeré una larga lista de situaciones, capaces de disuadir al más optimista de los insurgentes, les mencionaré algunas de  ellas, en primer lugar le hice ver cómo la historia permanece estática desde de 1984, último intento por lograr acuerdos de paz, pues  Santos es un   remedo exacto del antiguo Belisario Betancur: “radicalizador de antagonismos, perpetrador de crímenes, contradictorio, incumplido y mentiroso”, ver  (http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/06/preocupaciones-centrales-de-los.html) otro hecho,  que es indicativo de las intenciones de la oligarquía, es el paro de los campesinos del Catatumbo en el que, entre los cuatro puntos de sus peticiones al gobierno, simplemente, piden que en el municipio de Tibú se declare  una Zona de Reserva Campesina, algo que está en la Ley y que, se supone, fue de lo poco, en lo que se refiere al tema agrario,   el Gobierno cedió en el primer punto acordado en La Habana.   Y las razones son muy sugerentes de lo que la insurgencia puede esperar, los intereses particulares están por encima de las necesidades del pueblo,  por un lado obedece al veto del Ministerio de guerra por el llamado Plan Consolidación,  y por otro  no quiere  disgustar al dueño de la Hacienda Oleoflores,  Carlos Murgas, “el zar de la palma y exministro de agricultura en los inicios del Plan Colombia. También propietario del 51 por ciento de la planta procesadora de palma, pionero de los proyectos de asociación con campesinos y promotor de la palma de aceite” (Prensa Rural) Y en el tema agrario la estructura de la tenencia de tierra actual es sagrada, veamos: la  tierra en manos de las Unidades Agrícolas Familiares (UAF) de los campesinos en el Catatumbo  tienen un límite máximo que está entre 36 y 44 hectáreas   mientras que   “…en realidad, empresas como Bioagroindustrial de Colombia, Ecopalma, Inversiones Palma de Oriente, Ganadería Puerto Rico Ltda., y Cypag,  familias como los Gutiérrez de Piñérez y Alvarado Yáñez y otras personas naturales concentran más de 10 mil hectáreas” ver (http://prensarural.org/spip/spip.php?auteur4) ¿Todavía la insurgencia  no acepta que el Gobierno no va a ceder en nada? Este  sería un motivo, más que suficiente,  para dar por terminadas las conversaciones.

Y Seguí sumándole razones para no tener que entrar en ayuno, mientras el Gobierno conversa sigue comprando aviones de guerra tripulados y no tripulados, y le da carta abierta a los militares para cometer todo tipo de desmanes; ¿para qué los quiere si la guerra interna se acaba? ¿Acaso se prepara para eliminar a todos los opositores políticos incluidos los que se piensan desarmar? De otro lado, ¿habrá alguna manera de impedir que los gringos dejen de usar nuestras bases militares? ¿USA estará dispuesto a permitirle a la oligarquía negociar los privilegios de sus transnacionales?  ¿No será que tendremos que librar, primero, una guerra de independencia contra el imperio USA antes que pensar en negociar con una oligarquía, que tiene atadas las manos y no puede decidir nada?

  Mi amigo, que poco  gusta hacer dieta, me interrumpió, para exponer la que Él creía era una contundente razón a favor de la dejación de armas, ¿y el clamor por la paz de “Colombianos y colombianas por la Paz? Me dijo pausadamente, y se quedó mirándome con el rabillo del ojo convencido de que había dado en el clavo.  La verdad no pude contener la risa, fue tanto el paroxismo que mi amigo terminó soltando una lágrima conmigo. Lo invité a echar un vistazo a   los “pazólogos” de profesión.  Y encontramos que, sin excepción alguna, son personajes que vienen de las toldas liberales, conservadoras e izquierdistas, que no de izquierda, con un denominador común, y es que todos están perfectamente acomodados y amoldados en el modelo. ¿Pero y la academia, hay respetables profesores de la U nacional? Perfectamente acomodados,  le respondí y agregué, si no fuese así no les dejarían fungir como “opinadores académicos”.  Claro que hacen efecto, hace unos días leí unas ocho mil razones que un académico le enviaba al ELN, para que aceptara sentarse a la Mesa,  y creo que las atendió porque se rumora que van unos diez puntos de coincidencia entre ELN y Gobierno, y si es cierto  nos llevó el que sabemos… 

Luego mi amigo me salió al paso,  con algo que yo no había analizado, Ahora, dijo hablando con las manos, que le restituyeron la Personería Jurídica a la Unión Patriótica, ya tienen el  sendero despejado para hacer política, Sí, contesté a secas. Y no quise exponerle mis inquietudes, las FARC  saben que   un grupo de base de la UP,   fue quien ganó jurídicamente la restitución; y conocen que se trata de una línea dura de militantes sólidos moral y conceptualmente, pero la cúpula de las FARC escogieron irse con la vieja cúpula de la UP, a quienes se les ha desvelado actuaciones no muy santas. Pero la cuestión, a futuro, muestra  que, también, movieron mal las fichas, pues así como el Consejo de Estado falló a su favor, la misma fuerza argumentativa presentada ante el CNE hará  que  éste les entregue la Presidencia a su Junta Nacional provisional mientras eligen directivas en el V congreso en Septiembre. 

A medida que avanzaba el contrapunteo mi robustez argumentativa iba enflaqueciendo y engordando la de mi amigo. Y sentí en mi  estómago un vacío, premonitorio del hambre de una semana que  habré de pasar. Finalmente mi amigo se preguntó cómo íbamos hacer llegar la apuesta a la Mesa de La Habana. Le  dije, Eso es asunto suyo, yo me encargo de las bases, porque no escribo para las cúpulas; a mi ninguna “dirigencia” me lee, pues soy demasiado subversivo para su gusto; cuando les llega un escrito mío  fabrican con el una bolita, y de una patadita lo lanzan por la ventana; lo que no saben es que siempre lo recoge uno de la base y  lo hace llegar a todos los rincones de la patria donde quiera que haya un soldado raso. Mi amigo partió para La Habana, y cuando iba a doblar la esquina me gritó, ¿entonces otros cien años de guerra…? Yo le contesté, Liberación  o muerte…


*DMV. UN. MSc. ECONOMÍA,  PUJ. Profesor universitario. 

martes, 23 de julio de 2013

PÁGINA DEDICADA A LA CONTROVERSIA INTELECTUAL:/ Cómo derechizar a un izquierdista

Publicado el 7/22/13 •  FREI BETTO 
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FREI BETTO – Ser de izquierda es, desde que esa clasificación surgió con la Revolución Francesa, optar por los pobres, indignarse ante la exclusión social, inconformarse con toda forma de injusticia o, como decía Bobbio, considerar una aberración la desigualdad social. Ser de derechas es tolerar injusticias considerar los imperativos del mercado por encima de los derechos humanos, encarar la pobreza como tacha incurable, creer que existen personas y pueblos intrínsecamente superiores a los demás.

Ser izquierdista -patología diagnosticada por Lenin como “enfermedad infantil del comunismo”- es quedar enfrentado al poder burgués hasta llegar a formar parte del mismo. El izquierdista es un fundamentalista en su propia causa. Encarna todos los esquemas religiosos propios de los fundamentalistas de la fe. Se llena la boca con dogmas y venera a un líder. Si el líder estornuda, él aplaude; si llora, él se entristece; si cambia de opinión, él rápidamente analiza la coyuntura para tratar de demostrar que en la actual correlación de fuerzas.
El izquierdista adora las categorías académicas de la izquierda, pero se iguala al general Figueiredo en un punto: no soporta el tufo del pueblo. Para él, pueblo es ese sustantivo abstracto que sólo le parece concreto a la hora de acumular votos. Entonces el izquierdista se acerca a los pobres, no porque le preocupe su situación sino con el único propósito de acarrear votos para sí o/y para su camarilla. Pasadas las elecciones, adiós que te vi y ¡hasta la contienda siguiente!
Como el izquierdista no tiene principios, sino intereses, nada hay más fácil que derechizarlo. Dele un buen empleo. Pero que no sea trabajo, eso que obliga al común de los mortales a ganar el pan con sangre, sudor y lágrimas. Tiene que ser uno de esos empleos donde pagan buen salario y otorgan más derechos que deberes exigen. Sobre todo si se trata del ámbito público. Aunque podría ser también en la iniciativa privada. Lo importante es que el izquierdista sienta que le corresponde un significativo aumento de su bolsa particular. Así sucede cuando es elegido o nombrado para una función pública o asume un cargo de jefe en una empresa particular. De inmediato baja la guardia. No hace autocrítica.
Sencillamente el olor del dinero, combinado con la función del poder, produce la irresistible alquimia capaz de hacer torcer el brazo al más retórico de los revolucionarios. Buen salario, funciones de jefe, regalías, he ahí los ingredientes capaces de embriagar a un izquierdista en su itinerario rumbo a la derecha vergonzante, la que actúa como tal pero sin asumirla. Después el izquierdista cambia de amistades y de caprichos. Cambia el aguardiente por el vino importado, la cerveza por el güisqui escocés, el apartamento por el condominio cerrado, las rondas en el bar por las recepciones y las fiestas suntuosas.
Si lo busca un compañero de los viejos tiempos, despista, no atiende, delega el caso en la secretaria, y con disimulo se queja del “molestón”. Ahora todos sus pasos se mueven, con quirúrgica precisión, por la senda hacia el poder. Le encanta alternar con gente importante: empresarios, riquillos, latifundistas. Se hace querer con regalos y obsequios. Su mayor desgracia sería volver a lo que era, desprovisto de halagos y carantoñas, ciudadano común en lucha por la sobrevivencia. ¡Adiós ideales, utopías, sueños! Viva el pragmatismo, la política de resultados, la connivencia, las triquiñuelas realizadas con mano experta (aunque sobre la marcha sucedan percances.
En este caso el izquierdista cuenta con la rápida ayuda de sus pares: el silencio obsequioso, el hacer como que no sucedió nada, hoy por ti, mañana por mí.). Me acordé de esta caracterización porque, hace unos días, encontré en una reunión a un antiguo compañero de los movimientos populares, cómplice en la lucha contra la dictadura. Me preguntó si yo todavía andaba con esa ‘gente de la periferia’. Y pontificó: “Qué estupidez que te hayas salido del gobierno. Allí hubieras podido hacer más por ese pueblo”.
Me dieron ganas de reír delante de dicho compañero que, antes, hubiera hecho al Che Guevara sentirse un pequeño burgués, de tan grande como era su fervor revolucionario. Me contuve para no ser indelicado con dicho ridículo personaje, de cabellos engominados, traje fino, zapatos como para calzar ángeles. Sólo le respondí: “Me volví reaccionario, fiel a mis antiguos principios. Prefiero correr el riesgo de equivocarme con los pobres que tener la pretensión de acertar sin ellos”. Tomado.

COMENTARIOS:
Mirar A Través De Una Lupa Distorsionada
Roberto Dante
Lanús, Argentina

Hay oportunidades que un prejuicio puede transformarse en una interpretación psicodélica del objeto observado. No se presenta una sola prueba ni investigaciones que las sostengan. Sólo exhibe un odio desmesurado muy lejano de todo pensamiento crítico.

Reconozco que en este punto se nos presentan problemas sobre los alcances para abordar la construcción de un objeto de conocimiento: ¿Es suficiente la herramienta del pensamiento crítico que se nutre de la ambigüedad del lenguaje? Esta interrogación genera múltiples hipótesis entre los que creen que se puede abordar un objeto de conocimiento y alcanzar la verdad objetiva. Así les va…

Creen que avanzamos en una línea recta hacia el conocimiento del fenómeno social que constituyen las palabras expresadas en cualquier medio comunicacional.

Descartes nos felicitaría por alcanzar ideas “claras” y “distintas”; pero, Kant nos alertaría sobre el peligro de los diferentes lentes que se encuentran entre el sujeto que observa y aquello que es observado.
Dos datos imprescindibles:

- En Haití, entre 1791 y 1804, se desarrolló la primera revolución latinoamericana que concretó la abolición de la esclavitud
- Pocos años después, José Gervasio Artigas instauraba (en el territorio que hoy es Uruguay) la primera Reforma Agraria. Logros alcanzados antes de que el pensamiento marxista existiera.
Un dato, menor, pero actual: Bolivia es el único país del mundo donde McDonald’s presentó su “quiebra”, debido a que su propuesta de “comida chatarra” fue olímpicamente ignorada por una amplia mayoría de su pueblo.
Frei Betto nos dice: “… Prefiero correr el riesgo de equivocarme con los pobres que tener la pretensión de
acertar sin ellos”. Muy preciso. Sólo le agregaría que los pobres no son una entidad planetaria. Los pueblos, aunque se interconectan, se reconocen por su historia cultural. Sus respuestas a la opresión tienen formas y tiempos condicionados por esa historia.

Nunca la izquierda se había hecho a sí misma exámenes tan profundos como los que actualmente se hace, sobre todo después de la caída del bloque eurosoviético. Antes se le tendía a ver como un bloque monolítico cuyas contradicciones no iban más allá de los conflictos chino-soviéticos que tanto daño le hicieron -sea dicho de paso- al socialismo. Al menos esa era la visión que propugnaba la URSS.
Por tanto, me permito decir que ese mirarse hacia sí misma con el priosma de la autocrítica, a la par que refuerza la propia identidad de la izquierda, redundará a la postre en su fortalecimiento que ya no puede ni debe seguir esperando en bien del mundo.

El artículo de Frei Betto se inserta en ese contexto de autoexamen para seguir adelante más fortalecidos; y he ahí su indiscutible y principal valor.


Estas mínimas reflexiones no pretenden justificar ni aprobar nada. Solo explicitar que, como estableció el físico Niels Bohr hace añares, que toda observación depende “del punto de vista del observador”. Conclusión a la que llegó luego de probar, experimentalmente, que la luz podía presentar una dualidad onda-partícula simultánea.
Sé que para las izquierdas europeizadas es difícil pensar una revolución sin la aplicación de un encuadre marxista que aplique los métodos del materialismo científico para crear las condiciones que posibiliten estadios revolucionarios en América.
Pero, una cosa, no niega la otra. Leer “Cien Años de Soledad”, de García Márquez es una muy buena introducción a las vivencias Indoamericanas. El pensamiento científico y las vivencias míticas conviven en un contexto desmesurado que abarca lo natural, el imaginario popular y la perseverancia para mantener culturas milenarias que tuvieron que soportar ríos de sangre creados por militarismo colonial y la cruz que bendecía sus crímenes.
Desconocer el valor de los actuales procesos (pre-revolucionarios) en Suramérica es hacerle el juego a la “academia” neoliberal y a quienes quieren implementar nuevos planes coloniales para nuestras naciones.
No estoy negando ningún camino propuesto hacia la toma del poder por las clases populares en Indoamérica. Estoy hablando sobre formas diferenciadas, pero complementarias, para lograrlo.
Pedro Yudez
Rx del polo “democratico” colombiano donde han salido la reaccion mas perversa del continente petro, lucho garzon, argelino, romero, el gran facho de navarro y toda la caterva de engaña bobos que lo unico que insuflan es solicitar el reconocimiento del stablisment de su impudicia y su renegado pasado de equivocaciones, vieran visto a petro el exguerrillero retratado con en genocida de los balcanes el maniaco clinton, no se cambiaba por petkoff y pompeyo marquez los reyes del maniqueismo y la deslealtad.
Vivino Ortega
La descripción formulada por Frei Betto es muy certera respecto del perfil político de los políticamente correctos socialistas criollos que pululan en los pasillos del principado chileno.
Muy bueno Frei Betto, este articulo que diferencia el izquierdismo de ser de izquierda. El izquierdista tambien es revolucionario cortoplacista y si fracasa ,es porque el pueblo – los pobres- no dá Hay algo tambien de resentido social, como que desea ser la clase parasitaria y no lo logra, es decir el ascenso económico.Claro que el Che como muchos revolucionarios fueron hasta el hueso, no siempre tiene que ser necesariamente asi, las necesidades y obligaciones no dejan de acosarnos y a veces uno se aparta de la militancia , sin pasarse por eso al campo del enemigo. Excelente la metafora -como derechizar a un izquierdista.