Libardo
Sánchez Gómez*
Un amigo me propuso una apuesta en la que de
por medio está el destino del pueblo excluido de Colombia; luego de escuchar la
inaudita invitación acepté gustoso; en
vez de dinero acordamos poner sobre la Mesa de negociaciones de La Habana
una semana de ayuno, con la cual paga el perdedor. Que las FARC-EP abandone o no lucha armada es el
núcleo de la apuesta, yo aposté a
que eso era un imposible. Y arriesgué mi lonchera basándome en un par de
presupuestos ideológico-conceptuales del materialismo científico. Como premisa fundamental partí
del hecho de que la FARC es un movimiento de orientación marxista leninista- y
me dije -sí así es- ellos más que nadie saben que las transformaciones sociales
únicamente son posibles gracias a revoluciones
violentas, más en Colombia donde a
los reales opositores se les elimina físicamente. Y otra premisa de hondo calado, que me permitía ir sobre seguro, y
que tiene que disuadir de cualquier intento por abandonar la lucha armada a la
insurgencia, es aquella que tiene que ver con el modo de producción, pues dice
Marx: “El carácter y la estructura de toda sociedad se hallan determinados por
el modo de producción imperante. Al cambiar este modo de producción, cambia
también todo el régimen social, cambian las ideas políticas, jurídicas,
religiosas, artísticas, filosóficas y cambian las instituciones
correspondientes. El cambio de modo de producción constituye una revolución”
ver http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/05/por-que-socialismo-y-no-capitalismo.html,
así que al dejar las armas aceptan, automáticamente, vivir en lo económico
en el modo de producción capitalista y
en lo político bajo la social democracia. Y, además, tendrán que aterrizar en pleno neoliberalismo. Mi razonamiento se refuerza con la opinión de
Alberto Moreno Rojas, Presidente
del Partido Comunista del Perú: “… el
dominio que ejerce la burguesía en la sociedad no se limita al ámbito
económico; es también así en el terreno de la política, la ideología y la
cultura. Lo nuevo que nace y está en desarrollo debe enfrentar, pues, una
inmensa fuerza protegida desde el Poder estatal establecido, que nunca cederá
un milímetro sin resistencia ni aceptará la pérdida de sus ventajas y
privilegios”. Estoy absolutamente seguro que la insurgencia, teniendo como sustento teórico el marxismo leninismo, tendrá muy presente la advertencia del
mismo Alberto Moreno: “no es suficiente, pues, la emoción social,
el estado de ánimo beligerante o la repugnancia moral a un sistema que se pudre”.
¿Serán suficientes los ímpetus políticos de los ex
guerreros cuando un modelo sin entrañas se las quiera sacar? Entonces, será
cuando echarán de menos las armas, y muchos de quienes se desmovilicen, con
toda seguridad, volverán a empuñarlas, como ya aconteció. Poniendo a caminar de cabeza la idea de
Alberto Moreno, seguramente, los corajudos
guerreros no querrán entender la vida como la entiende la burguesía: “…siempre entre la ilusión de ser alumbrador
de lo nuevo y, al mismo tiempo, esperanzado buceador de los privilegios que
pueda ofrecerle la burguesía”. Y ya tienen el ejemplo de los que
entregaron las armas y su causa revolucionaria para acomodarse a la izquierda
de la burguesía. Unos fungen como
ilustres comentaristas políticos, denostando de quienes persisten en el uso de
las armas, otros como gobernadores y alcaldes. Incluso algunos marchan bajo la
batuta del “Gran colombiano”, el No. 82
en la lista de honor de la DEA.
Mi amigo, que
también se las trae y siempre esconde un as bajo la manga, me contestó
con un argumento tan contundente como
una bala de bazuca: Las FARC – EP, dijo mirándome con sus “grandes ojos fijos”,
aceptaron negociar sin que el modelo
cambie. De momento quedé aturdido, y
mirando de reojo su sonrisa socarrona le dije a secas, Buen punto. Y Recordé las palabras de Antonio García del ELN, “es una irresponsabilidad entablar
negociaciones aceptando que no cambie el modelo”. En ese instante guardé
silencio y dejé quieto entre la manga mi as. Qué podía yo argumentar a favor de
la insurgencia, que ha aceptado sentarse a lograr acuerdos teniendo
como premisa la negativa de la oligarquía de cambiar las estructuras
económicas, políticas y sociales que hoy condenan al pueblo colombiano a la
miseria. Sólo me quedaba escondido un argumento el que en ese momento no quise
exponer, me lo guardé en el bolsillo para más adelante.
Hace unos días escribí el artículo “Mala hora para
deponer las armas” (http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/05/mala-hora-para-deponer-las-armas.html)
en el dije que si “…los muchachos deciden deponer y entregar
las armas, como producto de un acuerdo en La Habana, será porque se cansaron de
eludir balas y bombas, y, si esa es la razón, están en todo su derecho; así
como nadie les obligó a empuñar el fusil nadie puede detenerles en su decisión
de devolverlos…”. Y En otro artículo:
“Preocupaciones Centrales de los Movimientos sociales en Latinoamérica” (http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/06/preocupaciones-centrales-de-los.html)
resalté la palpitante angustia de los
movimientos sociales latinoamericanos que les causa la posibilidad de que las
FARC-EC depongan las armas, sin que se
pacte la transformación del modelo de producción; y, por otro lado, que el
presidente Nicolás Maduro no pueda sacar adelante la revolución Venezolana. Ese clamor de toda
Latinoamérica tiene que anidar en algún rincón de su conciencia.
Pensando en lo que deben sentir los que
aguantan hambre a diario, cosa que me tocará hacer si pierdo, me digo, habrá que acudir al corazón, pues cuando falla
la cabeza nos queda éste; cincuenta años de historia maciza aunque se quiera no
se pueden echar por la borda, pues han anclado en el corazón y en alma del guerrero y del pueblo.
¿Empeñaron su vida tras una vana ilusión Manuel Marulanda
y los hombres que pusieron el pecho a las balas de la ignominia? ¿No volverán
los arreboles? ¿Quedará tan sólo como recuerdo el silencio muerto de la
metralla? http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/05/manuel-marulanda-los-arreboles-volvieron.html
Mi amigo, que a veces parece mi peor enemigo,
me disparó otro dardo directo al corazón; con aire glotón dijo, Es que no se pueden
sobreponer a tanta embarrada, y no es el enemigo el que los está venciendo son
ellos mismos los que se causan letales desgastes. Eso no es tan grave, lo dije
con desbordante optimismo, y le expliqué,
Pues así como han cometido monumentales embarradas también han logrado
colosales aciertos, tan grandes que los han hecho incrustarse en el corazón del
pueblo colombiano. Para corregir los errores basta pedir perdón y asegurar que
no se vuelven a cometer.
Mi mejor nuevo amigo sin cejar en el empeño, me
lanzó una bola de cristal, para que mirara en ella
el futuro; prefiero, le dije, contemplar el presente. Bueno, entonces, mire
el empate técnico entre insurgentes y
gobierno; por eso van a dejar las armas.
Un empate técnico, le ataje, en las condiciones colombianas es el mayor
de los triunfos. No hay cómo medir lo que significa enfrentar con éxito durante
cincuenta años al ejército más numeroso de Latinoamérica, apoyado económica,
logística y tecnológicamente por el más poderoso ejército del planeta. Sólo
basta resistir, qué se yo, otros cincuenta o, tal vez, cien años más. En una
guerra asimétrica el tiempo poco importa. Mi amigo me miraba con ojos
asombrados, como si pensara que yo había perdido la razón. Tal vez…, asintió
rumiando las palabras, pero eso no los
detiene. Volví a atajarle, Pueda que no
se necesite tanto tiempo, el imperio USA va en franco declive mientras los Chinos van en vertiginoso ascenso;
ya lo están superando económica y militarmente; incluso China está
desarrollando armamento de VI generación, el cual no han podido los rusos ni
los gringos siquiera imaginar de qué se trata. Y para rematar le recordé: la
oligarquía colombiana sin el apoyo USA anochece y no amanece. Por fin pude hacerle bajar el tono a mi amigo.
Y para que mi persistente interlocutor
permaneciera callado le enumeré una larga lista de situaciones, capaces de
disuadir al más optimista de los insurgentes, les mencionaré algunas de ellas, en primer lugar le hice ver cómo la
historia permanece estática desde de 1984, último intento por lograr acuerdos
de paz, pues Santos es un remedo exacto del antiguo Belisario
Betancur: “radicalizador de antagonismos,
perpetrador de crímenes, contradictorio, incumplido y mentiroso”, ver (http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/06/preocupaciones-centrales-de-los.html)
otro hecho, que es indicativo de las
intenciones de la oligarquía, es el paro
de los campesinos del Catatumbo en el que, entre los cuatro puntos de sus
peticiones al gobierno, simplemente, piden que en el municipio de Tibú se
declare una Zona de Reserva Campesina, algo
que está en la Ley y que, se supone, fue de lo poco, en lo que se refiere al
tema agrario, el Gobierno cedió en el primer punto acordado en
La Habana. Y las razones son muy sugerentes de lo que la
insurgencia puede esperar, los intereses particulares están por encima de las
necesidades del pueblo, por un lado obedece
al veto del Ministerio de guerra por el llamado Plan Consolidación, y por otro no quiere disgustar al dueño de la Hacienda
Oleoflores, Carlos Murgas, “el zar de la palma y exministro de
agricultura en los inicios del Plan Colombia. También propietario del 51 por
ciento de la planta procesadora de palma, pionero de los proyectos de
asociación con campesinos y promotor de la palma de aceite” (Prensa Rural) Y
en el tema agrario la estructura de la tenencia de tierra actual es sagrada, veamos:
la tierra en manos de las Unidades
Agrícolas Familiares (UAF) de los campesinos en el Catatumbo tienen un límite máximo que está entre 36 y
44 hectáreas mientras que
“…en realidad, empresas como Bioagroindustrial de Colombia, Ecopalma,
Inversiones Palma de Oriente, Ganadería Puerto Rico Ltda., y Cypag, familias como los Gutiérrez de Piñérez y
Alvarado Yáñez y otras personas naturales concentran más de 10 mil hectáreas”
ver (http://prensarural.org/spip/spip.php?auteur4)
¿Todavía la insurgencia no acepta que el
Gobierno no va a ceder en nada? Este sería
un motivo, más que suficiente, para dar
por terminadas las conversaciones.
Y Seguí sumándole razones para no tener que entrar
en ayuno, mientras el Gobierno conversa sigue comprando aviones de guerra
tripulados y no tripulados, y le da carta abierta a los militares para cometer
todo tipo de desmanes; ¿para qué los quiere si la guerra interna se acaba?
¿Acaso se prepara para eliminar a todos los opositores políticos incluidos los
que se piensan desarmar? De otro lado, ¿habrá alguna manera de impedir que los
gringos dejen de usar nuestras bases militares? ¿USA estará dispuesto a
permitirle a la oligarquía negociar los privilegios de sus
transnacionales? ¿No será que tendremos
que librar, primero, una guerra de independencia contra el imperio USA antes
que pensar en negociar con una oligarquía, que tiene atadas las manos y no
puede decidir nada?
Mi amigo, que poco gusta hacer dieta, me interrumpió, para
exponer la que Él creía era una contundente razón a favor de la dejación de
armas, ¿y el clamor por la paz de “Colombianos y colombianas por la Paz? Me
dijo pausadamente, y se quedó mirándome con el rabillo del ojo convencido de
que había dado en el clavo. La verdad no
pude contener la risa, fue tanto el paroxismo que mi amigo terminó soltando una
lágrima conmigo. Lo invité a echar un vistazo a los
“pazólogos” de profesión. Y encontramos
que, sin excepción alguna, son personajes que vienen de las toldas liberales,
conservadoras e izquierdistas, que no de izquierda, con un denominador común, y
es que todos están perfectamente acomodados y amoldados en el modelo. ¿Pero y
la academia, hay respetables profesores de la U nacional? Perfectamente
acomodados, le respondí y agregué, si no
fuese así no les dejarían fungir como “opinadores académicos”. Claro que hacen efecto, hace unos días leí
unas ocho mil razones que un académico le enviaba al ELN, para que aceptara
sentarse a la Mesa, y creo que las
atendió porque se rumora que van unos diez puntos de coincidencia entre ELN y
Gobierno, y si es cierto nos llevó el
que sabemos…
Luego mi amigo me salió al paso, con algo que yo no había analizado, Ahora,
dijo hablando con las manos, que le restituyeron la Personería Jurídica a la
Unión Patriótica, ya tienen el sendero
despejado para hacer política, Sí, contesté a secas. Y no quise exponerle mis
inquietudes, las FARC saben que un grupo de base de la UP, fue quien ganó jurídicamente la restitución;
y conocen que se trata de una línea dura de militantes sólidos moral y
conceptualmente, pero la cúpula de las FARC escogieron irse con la vieja cúpula
de la UP, a quienes se les ha desvelado actuaciones no muy santas. Pero la
cuestión, a futuro, muestra que,
también, movieron mal las fichas, pues así como el Consejo de Estado falló a su
favor, la misma fuerza argumentativa presentada ante el CNE hará que éste
les entregue la Presidencia a su Junta Nacional provisional mientras eligen
directivas en el V congreso en Septiembre.
A medida que avanzaba el contrapunteo mi
robustez argumentativa iba enflaqueciendo y engordando la de mi amigo. Y sentí
en mi estómago un vacío, premonitorio
del hambre de una semana que habré de
pasar. Finalmente mi amigo se preguntó cómo íbamos hacer llegar la apuesta a la
Mesa de La Habana. Le dije, Eso es
asunto suyo, yo me encargo de las bases, porque no escribo para las cúpulas; a
mi ninguna “dirigencia” me lee, pues soy demasiado subversivo para su gusto; cuando
les llega un escrito mío fabrican con el
una bolita, y de una patadita lo lanzan por la ventana; lo que no saben es que
siempre lo recoge uno de la base y lo
hace llegar a todos los rincones de la patria donde quiera que haya un soldado
raso. Mi amigo partió para La Habana, y cuando iba a doblar la esquina me
gritó, ¿entonces otros cien años de guerra…? Yo le contesté, Liberación o muerte…
*DMV. UN. MSc. ECONOMÍA, PUJ. Profesor universitario.
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