Libardo Sánchez Gómez*
Cuando
el pueblo pierde el miedo es capaz de grandes cosas. Los campesinos del
Catatumbo luchan sin miedo por sus derechos, no temen a los escuadrones de la
muerte ni a los peligrosos esbirros del ESMAD, y con la consigna “entre más represión más organización y lucha”
tienen arrinconada a la oligarquía dominante; la que tiene miedo es la élite en
el poder; una vez más, ven
amenazados poder y privilegios. El Gobierno para tratar de calmar a los díscolos
campesinos recurre nada más ni nada menos que a la llamada “izquierda”; el
lumpen proletario Lucho Garzón encabeza la comisión pacificadora, éste
creyéndose el “pacificador Murillo” antes de partir advierte a los campesinos:
“si no negocian pronto no le jalooo…”.
Por otro lado el Partido Comunista Colombiano envió a su senadora Gloria
Ramírez, no a alentar a las masas y ayudarles a diseñar estrategias de
resistencia sino a mediar para que acepten las propuestas del Estado y vuelvan
pacíficamente a sus parcelas. No sé si habrán llamado a la inquieta Piedad
Córdoba, maestra en inconformes, no creo
que el gobierno pretenda sus buenos oficios de “experta componedora”, pues las élites
dominantes la consideran más de izquierda y peligrosa que los comunistas, y más
ahora que tiene antojitos presidenciales, pues es seguro que se cae la inhabilidad
política decretada por el “talibán Ordoñez”. Ojalá llegara a la presidencia, sería más llevadero
ver un rostro agradable y sincero que el ladino de un Juan Manuel o el del gansteril
No. 82. Podríamos, de pronto, tener un
gobierno neoliberal al estilo Bachellet de Chile o el de Crisitina
Fernández de Argentina, eso sí, navegando
por la orilla izquierda, pero sin salirse un milímetro del cauce, pues a los
lados estará Obama con un dron en una mano y con una jeringa con carcinógenos en la otra, cuidando su principal neocolonia
en América. Los militares son otros que están vigilantes por si los gobernantes
tuercen el camino. Estos tienen su propia biblia: “La Guerra Política”. Los invito a
echar una mirada a la manera como se concibe la protesta popular bajo la
concepción de la guerra política: http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/05/la-guerra-politica-en-colombia-y-las_2.html.
¡Ah!
En la lista de personalidades de la “izquierda” que hacen falta en el Catatumbo
hay que mencionar a Clara López y Antonio Navarro, quienes tampoco le “jalan a
las guachafitas” campesinas. Claro que no debe demorar en salir el otro lumpen
proletario, el saca micas, Angelino
Garzón a decir: “ lo que los campesinos tienen que hacer es lo que les diga el
presidente Santos”, eso les recomendó a los alzados en armas en La Habana.
El deber de un revolucionario es hacer la
revolución y no atajarla. El alzamiento del campesinado catatumbero es una
oportunidad para avanzar en la “la
negación de la negación”, es hora de ir borrando al régimen usurpador e ir esbozando
un modelo participativo e igualitario. Los campesinos del
Catatumbo están indignados debido al olvido, al incumplimiento de viejas
promesas, a que se les sigue asesinando y robando sus tierras, estos le gritan
al gobierno: “El Ministerio de Defensa
nuevamente impone su criterio ante la pasividad pasmosa de un Ejecutivo
descaradamente guerrerista. Es por eso que no paró hoy la represión, sino que
aumentó, es por eso que el campesino protesta airadamente, es por eso que no
hay gobierno sino Estado militar. Es por eso que son también los enemigos de la
paz, aunque se sienten en La Habana para dar seguridad a las inversiones que
devoran nuestro territorio, a través de la desmovilización de la insurgencia”.
Y expresan airadamente: “Condenamos la
irresponsabilidad del gobierno colombiano que prefiere continuar causando
heridos y muertos al pueblo para continuar defendiendo a los grandes
terratenientes y grandes capitales y además prefiere continuar dentro de la
ilegalidad utilizando represión bestial e incumpliendo la ley 160 de 1994”.
Y dicen algo que los autistas bomberos de izquierda no quieren oír: “Por
nuestra parte continuaremos nuestras movilizaciones hasta que logremos las
garantías que exigimos después de tantos y tantos incumplimientos”. Allí
debería estar el grueso de la izquierda acompañando e ideando formas de
resistencia efectiva, y no amainándole la tormenta al régimen de terror; es
hora de hacerle sentir la furia del 99% de indignados al usurpador 1%.
Los campesinos nos están dando una lección de valor y de acción, enmarcada
dentro de un accionar pacífico; su iracundo
grito anuncia: “Nuestra protesta continuará siendo pacífica y la represión del Estado
seguirá siendo brutal”. La disculpa para la criminal represión es que
están “infiltrados por la guerrilla”, eso mismo dijeron de los cafetaleros, de
los indígenas, de los estudiantes, de los pequeños mineros y de todos los que
elevan su voz de protesta contra su avaricia y mal manejo de la cosa pública.
Claro que, muy en el fondo, tienen razón, pues toda Colombia está infiltrada
por la guerrilla, no viven en Inglaterra
ni en la luna.
Si no fuera por el apoyo gringo, la oligarquía sola
no aguantaría ni cinco minutos en el poder.
¿Seremos capaces de dejar
solo al campesino?
Fuente: autor. 2013. Un solitario en un camino solitario de Ubaté.
Fuente: autor. 2013. Un solitario en un camino solitario de Ubaté.
El
derecho Internacional consagra el derecho a la defensa, el que la vida misma
reclama como “instinto de conservación”. Los catatumberos se están defendiendo, a pesar de lo que dice el belicoso
ministro de guerra, únicamente con
piedra y palo, a lo que Santos contesta
con esbirros del ESMAD y policía de civil armados hasta los dientes.
Pero no han podio amedrentarlos con sus
equipos robocop, y eso que ya les han asesinado cuatro labriegos.
Hay
que defendernos, a propósito de este
deber revolucionario la militante de base de la Unión Patriótica Nelma Forero
dice que: - no es digno de un
revolucionario mostrarse débil y tampoco se debe limitar a contestar que “eran
provocadores, elementos al servicio de las causas anticomunistas y
divisionistas” o que existe “una campaña
infame contra el Partido Comunista contra la Unión Patriótica…”, a veces
también se oyen voces de dolor como: “la derecha nos ataca” “uy me van a pegar”
“me mira mal” “nos van a quitar el poder”
un sinnúmero de quejas, sin indicar cuáles son los “ataques” ni quién los hace; y mucho menos se atreven a
dar respuestas”-. Ver: http://unionpatrioticadecolombia.org/2013/06/29/es-deber-de-todo-revolucionario
aprender-a-defenderse/. Así mismo, en Veinte
poemas y una canción desesperada, cuenta y canta Neruda: “… para sobrevivirme te forjé como una arma/
como una flecha en mi arco/ como una piedra en mi honda”. Hasta la poesía
inspira coraje y enseña valor. Mil piedras en mil hondas disparadas
sincronizádamente desde varios flancos ablandan la rígida armadura de los robocops. Y como el “Derecho a la defensa” no
dice como debe ser el tamaño de piedras y palos. Centenares de diminutas piedras
en sendas resorteras (¿la flecha de
Neruda?) en algo equilibra el fuego de
los mortíferos perdigones del ESMAD. Los
cafetaleros enseñaron que cientos de
piedras de media tonelada en mitad de la vía pueden frenar las orugas de
los tanques. Un palillo de pocos centímetros puede servir como aguja de
acupuntura, para paralizar enemigos, y uno de seis metros ubicado cada
doscientos metros de una vía ocupará a medio ejército. Los “palabreros de izquierda” en vez de
convertirse en futuros cómplices del incumplimiento gubernamental deberían
estar alentando a los campesinos de todos los poblados de Colombia a poner palos y
piedras en todas las vías nacionales. ¿Cómo la vería la oligarquía?
No
hay que llamarnos a engaños, en Colombia,
las profundas contradicciones entre las clases populares principalmente
entre el campesinado y la burguesía en el poder son irreconciliables, y no se
pueden resolver dentro del marco del régimen social, el único medio para
resolverlas es mediante la revolución social. Hay que aprovechar estas formas espontáneas
de organización campesina; Lenin en la atrasada Rusia Zarista, netamente
campesina, consideró que se podía adelantar la revolución, demostrándolo con
hechos. Y acá como allá la lucha contra la oligarquía dominante “es un deber y un honor”. Lenin, ante el
régimen de terror impuesto por el zarismo, y con motivo del asesinato de su
hermano, con la lucidez de un visionario, resumió la situación con esta frase
de condena a los métodos terroristas: «Nosotros no iremos por esta vía.
No es la buena».
¿Dónde
están los estudiantes? Los de hace unos años ya estarían en las calles
protestando a favor de los campesinos; y qué pasa con los sindicatos, no los
vemos en las calles, ¿y los indígenas, por qué no sacan sus hondas y macanas?
¿Dónde están los que se consideran agredidos, excluidos, con hambre, sin
derecho a la salud, a la educación y que no cuentan con un techo? Simplemente están
invisibilizados por qué no hay quién organice y dirija; desafortunadamente no
existe en Colombia un movimiento de masas de carácter marxista - leninista que encabece de manera efectiva la revolución.
De ahí el llamado desesperado de las bases de la Unión Patriótica a todas las
militancias de base de todos los partidos y movimientos sociales a formar el Gran Frente Amplio marxista
leninista, capaz de conducir la revolución e independencia definitiva.
*DMV. UN. MSc. Economía. PUJ. Profesor universitario.
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