Debacle social y económica, ¿Responsables los mandatarios de
turno o el modelo que colapsó?
Libardo Sánchez Gómez
En el mundo entero un puñado de familias se adueñaron de los bienes de la tierra y
amenazan con esclavizar a la humanidad, y lo han logrado llevando a su máxima
expresión el capitalismo: el imperialismo; desde el imperio un centro de poder corporativo toma las decisiones a nivel global. El común de la gente cree que el responsable de
su desesperanza y desesperante situación social y económica es el mandatario de
turno de cada uno de los países; y vive en
anhelante búsqueda de un líder, mujer, hombre o intermedio, que haga el
milagrito de solucionar sus angustias y, de paso, los convierta en millonarios y
poderosos.
Los países han contado con jefes
que parecen verdaderos genios,
pero la mayoría han sido torpes o ignorantes, incluso, hasta con animales; al
respecto el presidente Fidel Castro dijo, refiriéndose al caso Norteamericano,
que si los romanos habían nombrado en el senado un caballo porque los Estados
Unidos no podían nombrar en la presidencia un burro, haciendo alusión a Bush segundo.
Repasando en Colombia la lista de gobernantes pasados, presentes, futuros y, también, los que pudieron ser, se encuentra una gama
variopinta de personajes, algunos ilustres
iletrados como Alberto Lleras,
Lleras Restrepo y Turbay Ayala; otros letrados, pero ignorantes,
como Virgilio Barco y Andrés Pastrana; la mafia también contó con su
representante nada más ni nada menos que con el “Gran Colombiano”, No. 82 en la
lista de honor de extraditables de la DEA. Entre los presidentes con academia sobresalen
César Gaviria Trujillo, Samper Pizano y el mismo mesías Álvaro Uribe. La gente los fue eligiendo con
la manifiesta esperanza de encontrar en ellos al redentor; y nunca pudo entender cómo era que se había
equivocado, siempre quedó la espinita de que hubiera sido mejor el otro
candidato de turno. Y pervive una truncada esperanza en el alma colectiva, el
convencimiento pleno de que los asesinados Gaitán y Galán hubiesen sido los
elegidos por los dioses para salvar la humanidad de este rincón del planeta.
Para conocer el
monstruo que nos come en
vida basta con realizar una mínima
disección in vivo del modo de
organización social donde nacemos, nos
reproducimos y vamos muriendo. ¿Se encontrará en el intestino de ese monstruo
la fatal enzima que disuelve las ilusiones
de la humanidad?
Partamos
identificando al monstruo en descompsición, su cuerpo corresponde al modo de
producción llamado capitalismo. Una radiografía muestra que su filosofía ha
puesto sus colmillos en el lomo de la acumulación
y el consumo; su principio y
fin están en acumular riquezas y
consumir bienes. En este modo de organización social las relaciones de
producción se dan entre poseedor y desposeído. En torno al cumplimiento de su esencia el modelo arma una cultura específica, determina unas leyes para
el beneficio de los acumuladores, utiliza a su favor la religión y dirige el quehacer político a su
antojo. Pero este monstruo no permite que todos los seres humanos acumulen
riquezas, sólo pueden hacerlo aquellos individuos que, en algún momento de la
historia, se adueñaron de los medios
para producir, es decir del capital, la tierra, la tecnología y la
información; los demás seres lo único que pueden hacer para sobrevivir es vender su capacidad de trabajar. La dinámica digestiva hace que miles de millones de mujeres y hombres pasen
por su intestino sin oficio alguno, sin encontrar quien quiera utilizar su capacidad de trabajo aunque sea
por un plato de lentejas. En gran parte las máquinas les han remplazado.
Según las últimas
investigaciones los dueños de los medios de producción, es decir, los ricos
corresponden solamente al 0.069% de la humanidad lo que indica que 700 familias
suman más bienes que 7 mil millones de habitantes en el planeta. En Colombia se
dice que 5 familias monopolizan poder y riquezas. Esta situación genera una cultura de violencia, los ricos
no quieren que los demás acumulen y los desposeídos desean arrebatarles sus
posesiones a como dé lugar. Como los privilegiados están lejos de su alcance,
la violencia termina dándose entre los mismos pobres; algunos roban para
conseguir alimentos para ellos y sus hijos, otros pensando en convertirse en
ricos; algunos buscan el dinero fácil en el narcotráfico, en la contratación
estatal, en la corrupción oficial y privada o en los secuestros. Un grupo de
individuos, desde una posición altruista, se alzan en armas para tratar de
equilibrar la balanza, su meta está en derrocar
las castas enquistadas en el poder, con la finalidad de transformar el modo de producción en uno que no genere
tantas contradicciones.
Con leyes y normas, con el paso del tiempo, los ricos también han
logrado que el modelo avance por inercia, incluso, sostienen que hay una mano
invisible que los guía armonizando el sistema. Esta fábula en parte es cierta,
pues si bien los mercados no se regulan por sí solos, la administración, en
manos del respectivo poder ejecutivo, ha logrado desde lo local hasta la
presidencia avanzar automáticamente; y
acá es donde da lo mismo un burro en la presidencia, gobernación o alcaldía,
que un sabio. Veámoslo mejor con un ejemplo: Santos nombró como ministro de
agricultura a Juan Camilo Restrepo un hombre con conocimientos académicos,
mucha experiencia y un zorro político; y
éste terminó quemado como si fuese un
volador relleno con pólvora mojada; el siguiente ministro al enfrentar el paro
Agrario Nacional dio la impresión de que la cartera agrícola estaba en manos de un descerebrado. Respecto
del último ministro de Agricultura, se preguntan los negociadores en La Habana,
cuyas propuestas coinciden con las de los campesinos en Paro Agrario Nacional
en las mesas que ha abierto el Gobierno para tratar de confundirlos: ¿”Puede ser el señor Lizarralde el ministro
adecuado que resolverá los múltiples problemas planteados por los campesinos
que sobre todo claman por la tierra que el mismo ministro se ha apropiado
indebidamente en escenarios como el Vichada? ¿Puede ser este el funcionario
idóneo para tratar los problemas derivados de la imposición de los TLC? ¿Qué
garantías para la reforma agraria, podría brindar un ministro que se ha opuesto
encarnizadamente a las zonas de reserva campesina”? Como se ve nómbrese a quien se nombre los
resultados serán los mismos. El modelo económico hizo agua y el barco avanza
sin control alguno.
¿Cómo evitar que el
barco se les hunda? Amainando la
tormenta con las armas, intentando
a toda costa que pase lo que pase no pase
nada. Al capitalismo mundial no le queda otra que acudir a la fuerza; para eso en
Colombia la chusma en el poder cuenta
con medio millón de hombres regulares armados y unos doscientos mil irregulares
paramilitares. Movilizando el
grueso de las tropas lograron poner un poco de orden “a la guachafita
campesina”, como le llamó la atarantada periodista María Isabel Rueda al Paro
Nacional Agrario. El terror es la
solución para que la economía, con unos pañitos de agua tibia, siga funcionando aunque sea a media
marcha.
Con la promesa de no subir más el ACPM durante lo
que resta del año el Gobierno logró que los transportadores aceptaran a
regañadientes levantar el paro. Los productores campesinos, que negocian en Tunja,
si bien no están del todo contentos, ante
la amenaza de Santos de enviar al ejército a las carreteras, para evitar ver
caer a sus compañeros a manos de los militares dieron la orden de desbloquear las
vías. Iragorri, inicialmente, pensó que los había convencido de conformarse con
que se apliquen las salvaguardas, que permiten subir algunos aranceles a los
productos agropecuarios y disminuir las importaciones de leche. En cuanto a los
precios de fertilizantes el escollo es mayúsculo, pues por un lado este es un
asunto que está en las manos de las transnacionales y por otro lado están
negociando nada menos que con el señor Iragorri, el más grande importador de
agro-insumos. Los voceros campesinos tienen claro que estas medidas sólo alargarán
su agonía, pues dichas salvaguardas solamente se podrán hacer efectivas máximo
durante tres años, luego el sector agropecuario en el corto plazo
definitivamente colapsará. Por lo que se unieron a la gran Mesa Nacional y allí el
tire y afloje será hasta que la cuerda reviente por alguna de las partes.
Como la estrategia
económica está agotada los VÁNDALOS en el poder recurren a la estrategia del
terror, así se ha impuesto el capital a nivel mundial. La clase o, mejor, chusma en el poder, pues
no son más que un puñado de herederos
de vándalos que, a sangre y fuego, a través del tiempo desde
la independencia española se hicieron al poder, cuentan con el ESMAD y el
ejército para conjurar la turbulencia social.
Otro ardid de la
casta dominante está en focalizar la atención de la opinión pública a
través de los grandes medios de comunicación hacia un ángulo específico de las
propuestas, las cuales cubren la
geografía nacional, y este ángulo es el
de “la violencia popular” resultado del inevitable choque entre manifestantes y
fuerza pública, calculadamente fabricado por los militares. RCN y CARACOL no muestran los videos tomados
en vivo y en directo donde los vándalos del ESMAD disparaban, mutilaban
campesinos, agredían ancianas, niños y
mujeres embarazadas, sino los desmanes de los “vándalos del populacho”, personas paridas por el pueblo excluido,
residuos sociales que no han tenido acceso a la educación y que no tienen
posibilidad alguna de acceder a un trabajo, a menos que ingresar como policías
del ESMAD. Poco a poco se ha venido sabiendo que muchos de estos “violentos”
son policías de civil y otros hacen parte delas BACRIM, organización
paramilitar gestada y protegida por el Estado, en fin VÁNDALOS.
Una estrategia de
gran efecto dentro de las masas es la de buscar un culpable. Los EE UU le echaron la culpa de su hundimiento al terrorismo, para lo cual fabricaron el
falso positivo más grande en este país: el ataque a las Torres Gemelas más conocido como el 11 de septiembre. Y el grupo
culpable fue Al Qaeda, el mismo que hoy día les hace el trabajo sucio en
Siria. En Colombia el culpable también es
el terrorismo, según el “Gran
Colombiano”, creador de las CONVIVIR
responsables de miles de asesinatos de gente inocente, dijo que la culpa de
todos los males y pobreza eran las guerrillas. Y él fue ejemplo como ningún otro de terrorismo de
estado y de falsos positivos.
Y ahora que las
guerrillas anuncian que depondrán las armas, ¿cuál será el culpable de la
debacle social y económica?
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