miércoles, 1 de mayo de 2013

AL PARTIDO COMUNISTA DE COLOMBIA SE LE OLVIDÓ QUE ERA COMUNISTA

Libardo Sànchez Gómez*

Marx y Lenin hicieron explícito el concepto de que las transformaciones sociales sólo son posibles de forma violenta. Y así lo ha mostrado y demostrado la historia. Incluso K. Popper dice que cualquier paradigma se puede cambiar únicamente mediante una revolución. Verdad de Perogrullo, ser comunista es ser marxista leninista. Los dueños del poder por las buenas no entregan nada. Las únicas transformaciones exitosas de modelo de producción fueron logradas en Rusia, Cuba, China, Vietnam, Corea del Norte, gracias a las armas. En Chile el pueblo ganó el poder mediante las urnas, pero ya sabemos cómo respondió la casta dominante. A la fecha existen experimentos interesantes como los de Venezuela, Bolivia y Ecuador, donde la izquierda está en el poder, pero los cambios estructurales siguen pendientes, hasta ahora impera en toda su extensión el modelo capitalista e, incluso, domina la peor expresión del capital el neoliberalismo.

Pero parece que para el PCC la combinación, marxista leninista, de todas las formas de lucha ya no tiene vigencia en Colombia. La falta de profundas convicciones revolucionarias del PCC lo ha hecho trasegar a través del tiempo por caminos lodosos, hacía mitad del siglo pasado, para no ser tildados de radicales hizieron alianza con el candidato burgués Gabriel Turbay, dejando de lado al caudillo Jorge Eliecer Gaitán, pues para la derecha era un candidato demasiado izquierdoso. Posteriormente hizo alianza con el Polo Democrático Alternativo PDA grupo político, destacado por seguir una ideología neblinosa de pseudo izquierda, abiertamente a favor de reformas al capital y en contra del cambio estructural del modelo de producción económico; algunos de sus líderes que, alguna vez por ligereza conceptual, empuñaron las armas y, cuando se cansaron de jugar a la guerra, las entregaron a cambio de una inocua representación parlamentaria, para congraciarse con la casta dominante reniegan grotescamente del uso de las armas como un acto legítimo de defensa del pueblo.

Parecerse y congraciarse con la derecha es propio de la izquierda criolla, lo advertía Mao Tse Tung, “…el peor enemigo de la revolución es el burgués que todos llevamos dentro”; el doctor Lozano, destacado miembro del Partido, escogió para compartir el lanzamiento de su libro La Paz es Posible a reconocidos representantes de la burguesía, el ex presidente Samper y el candidato Serpa. Ahora el PCC marcha al son de la Marcha Patriótica, una ilusoria esperanza de sincretismo liberal y las domesticadas oposiciones de izquierda.

Señores del partido, ojo que en el horizonte hay nubes azulinas que pueden borrarles el camino. La Marcha Patriótica nació con severas taras propias de la genética liberal, al interior existe un asfixiante manejo vertical y un insoportable autoritarismo. A las bases no se les escuchan sus propuestas ni se les tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones; se autonombran omnipotentes y omniscientes directivas. Los “doctores” echan sus discursos, dejan “alelados” a los “súbditos, se levantan y hasta otra oportunidad; razón por la cual muchos de los impulsores del movimiento han abandonado las cenagosas toldas Marchistas. La experiencia muestra que los procesos que caminan de la cúpula hacia la base abortan prematuramente, las bases serán las únicas capaces de hacer parir una nueva sociedad, los jefes están para “hacer lo que obedezcan”. En estos velados escenarios el PCC ha venido tutelando y ejerciendo la dirección del aniquilado movimiento político La Unión Patriótica, engendrada y parida al ritmo de las metralletas justicieras. Pero al PCC le avergüenza que el movimiento hubiese tenido “…orígenes guerrilleriles” (semanario Voz, 17 febrero 2013) Cada quien es dueño de sus miedos, pero los dirigentes de izquierda deben tener una secreción hormonal abundante sino deben comprar un perro que, al menos, le ladre a la luna.

Así que es hora que el PCC se haga a un lado y dejen que las bases sobrevivientes, que no huyeron al exterior ni se acomodaron bajo los alerones de la derecha, para escampar del aguacero genocida estatal, tomen las riendas de un cuerpo Patriótico renovado. Reitero, señores del Partido Comunista de Colombia permitan que sea el V Congreso del Movimiento el que defina nueva línea política y nuevas directivas. Aclaro, soy un comunista por fuera del Partido al que entraré cuando actúe en consonancia; tampoco he firmado la nueva “Carta de Militancia” de la Unión patriótica ni hago parte del comité que está convocando al V Congreso, me haré militante activo cuando en dicha Carta la renaciente Unión Patriótica declare expresamente que es de carácter marxista leninista, que está de acuerdo con la combinación de las distintas formas de lucha y que luchará a muerte, así sea sin armas e, incluso, sin urnas, por la abolición del modelo de producción capitalista y por la instauración del socialismo.

 *DMV. U Nacional. MSc. Economía, UP.Javeriana. Profesor universitario.

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